La devoción a ésta Anima es una tradición muy arraigada para los Guariqueños y ha sido tema de poemas, canciones y relatos que conforman nuestro acervo cultural.
Como en todos los casos de mitos, leyendas y creencias que pasan en los pueblos de generación en generación, encontramos en este caso diferencias de opinión en cuanto a los orígenes del Anima de Pica Pica.
Una de las versiones habla de los restos insepultos, bajo una mata de Pica Pica, de un soldado de la guerra de independencia, que presuntamente pertenecía a las tropas del general José Felix Ribas en la batalla de Jácome, y que fue ejecutado siendo prisionero de los realistas. Cuentan que los restos fueron encontrados por un arriero, que andaba buscando una mula que se le había perdido. Ante el hallazgo, el arriero prometió a los restos darle sepultura si encontraba su mula. Aparentemente la mula apareció pero el arriero no cumplió su promesa, cayendo enfermo posteriormente y falleciendo después de contar la historia a sus hijos, quienes pagaron finalmente la promesa.
Otra de las versiones identifica al ánima como José Zambrano, campesino que fue asesinado junto a su mula y a quien posteriormente los vecinos del sector dieron sepultura bajo el árbol de Pica Pica.
Hay una tercera versión que une en cierto modo las dos anteriores, que la ubiqué en un Blog denominado animadepicapica y que a rasgos generales es como sigue:
José Zambrano, hombre humilde, mensajero de encomiendas en mula, llegando a Chaguaramas en viaje desde Zaraza, se sintió enfermo en terrenos del antiguo Hato Monte Azul, (aparentemente contagiado de fiebre amarilla) y se detuvo a descansar mientras le bajaba la fiebre.
Paralelamente, el dueño del Hato, de apellido Belisario, que andaba buscando un ganado perdido, se encontró con un señor sentado bajo el árbol, acompañado de una mula y al darse cuenta que estaba muerto (aunque no había zamuros merodeando), arrancó unas ramas de la mata de Pica Pica y rodeó al difunto con cuatro estacas y hojas del árbol para taparlo, a la vez que le decía que si lo ayudaba a encontrar su ganado, le daría cristiana sepultura y le haría un rancho para descansar en paz. Al poco tiempo recuperó el ganado y cumplió su promesa, sepultándolo y haciéndole un rancho de bahareque.
Se corrió la voz de que el hombre muerto bajo la mata de Pica Pica, concedía favores y los viajeros al pasar al lado del rancho donde reposaba el ánima, le lanzaban una piedrita y le pedían protección para el viaje. Así fue creciendo la devoción por el Anima de Pica Pica.
Indistintamente del origen real de la historia, el hecho es que en la Carretera Nacional, entre Valle de la Pascua y Chaguaramas, estado Guárico, está el santuario del Anima de Pica Pica, protectora de enfermos, lesionados, estudiantes con poco rendimiento, cantantes, productores de campo y enamorados sin esperanzas, entre otros; siendo prácticamente sitio de parada obligatorio para quienes circulan por esa vía, que acuden para pagar promesas o hacer peticiones.
El santuario está lleno de velas encendidas y de ofrendas colgadas en las paredes de la capilla.
Fuentes consultadas:
Portal del Anima de Pica Pica
http://www.estadoportuguesa.com.ve
www. Lomejor de la Pascua.com
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