"… que estas tierras, desde tiempos muy remotos abundaban los araguatos y que un Chamán o hechicero, sacrificó uno, de gran tamaño y de una belleza indescriptible, regando su sangre por toda la tierra Araucana, para propiciar de esta manera la prosperidad.
Vivía este animal en un Samán de impresionante frondosidad, donde había un corral de encierro de ganado del cual se servían, los hombres llaneros, cuando traían reses en las vaquerías.
Lugar que en estos tiempos, encerraba también algún misterio, los llaneros veían pasar un caballo negro al galope y decían que, cuando esto sucedía se les hacía muy difícil encerrar el ganado y se hacían de la ayuda de un buey o madrinero y con toda esta brega, había días que no se lograba encerrar ni una sola res. De este árbol, sólo queda hoy día, el recuerdo y un vestigio "El Troncón". Ramón Arnoldo Ramos Fagundez.
Existen testimonios de esta historia, como las entrevistas realizadas por el Semanario Todos Adentro desarrolladas en el Hato La Candelaria, el mismo que visitó Gallegos y que inspiró Doña Bárbara. El reportaje está basado en testimonios de los ancianos del lugar:
“Los viejos llaneros de San Juan de Payara, en Cunaviche y en general en toda esa franja del Cajón del Arauca, atribuyen el decaimiento del hato La Candelaria a un episodio que en mala hora acabó con la riqueza ganadera como si le hubiese caído una maldición: la muerte del Araguato del Troncón, un simio encantando que según dicen era el dueño de esas tierras"
"El Araguato del Troncón, cuenta doña Rita Blanco, era un mono misterioso. Tenía su paradero en un sitio donde estaba un troncón. Allí vivía, pero recorría toda La Candelaria. También acostumbraba a montarse en la ceiba”.
“….Se cansaban de darle tiros y tiros y tiros, hasta que trajeron un señor que vino no sé de dónde. Agarró la bala y la mordió tres veces en cruz. Ese fue el que lo mató. Ahí se fue acabando el capital de La Candelaria, porque dijo pa´ atrás y pa´ atrás; se fue acabando rapidito.
Esto era una sabana como encantada, esto era encantado. Desde que se mató al Araguato se acabó todo; ese era el amo de La Candelaria”.
“Salvador Figueredo, un hombre de 97 años que trabajó en La Candelaria gomera también certifica el encantamiento del hato y las consecuencias que trajo la muerte del Araguato. Llegó una peste terrible y comenzaron a suceder cosas extrañas.
-Las yeguas parían crías con rabo de ganado y los hijos de las vacas salían con crin. Los cochinos que comían animales muertos se pusieron hediondos.…..”
Esta es una muestra de las consejas que circulan por el llano y que forman parte de las creencias e idiosincrasia del llanero.
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Considero conveniente publicar un comentario a esta entrada, realizado por Migsangel Laya, familiar de los otrora dueños del tronco. Ella comenta:
El araguato del troncon no lo mato la bala q le dispararon murio de viejo, mi familia es testigo en de esta historia ya ellos son los dueños del tronco y mi abuela vivio su niñes en esa epoca
Considero conveniente publicar un comentario a esta entrada, realizado por Migsangel Laya, familiar de los otrora dueños del tronco. Ella comenta:
El araguato del troncon no lo mato la bala q le dispararon murio de viejo, mi familia es testigo en de esta historia ya ellos son los dueños del tronco y mi abuela vivio su niñes en esa epoca
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