Representación fundamental de nuestra música llanera, tiene un ritmo más lento que el de los golpes de joropo, aún cuando los instrumentos son los mismos. Se destaca por letras poéticas, nobles, que hablan del sentimiento, del amor y de la naturaleza.
En el pasaje, el recio llanero abre su corazón y muestra su sentimiento hablando de cosas sutiles, sencillas, tiernas, sentimientos de amor o de desengaño, romance, olvido, perdón, animales del llano, la flora, los rios, faenas, el paisaje típico y la naturaleza en plenitud.
Cuando paseamos la mirada por los miles de pasajes que se han escrito, encontramos que generalmente los que se han hecho inmortales, son los folclóricos, los que hablan de la tierra y del sentimiento por ella. Hoy día muchos pasajes hablan del amor a la mujer, en realidad, muchos son simples canciones de amor, interpretadas con instrumentos criollos, las cuales aún siendo muy hermosas, no transmiten las mismas sensaciones. Otros son historias de dramas de la vida que se apartan del concepto tácito de un pasaje. Sin ser experta en la materia, me atrevo a decir que para que sea un pasaje auténtico, debe necesariamente tener precisamente autenticidad en los temas, sin perder la esencia llanera que le da el entorno o paisaje en el que se desarrollan las historias de las canciones. El pasaje en mi opinión debe encuadrar en un contexto 100% llanero, el pasaje debe serlo en ritmo, música y letra simultáneamente. El pasaje es la representación del más puro sentimiento del llanero, el cual va ligado necesariamente a su medio natural. Aquí cabe citar una hermosa frase en Cantaclaro, en el capítulo de la Copla Errante:
Cuando la artista Claudia Calderón escribe sobre El Pasaje, lo encuadra en las siguientes características:
• Canciones de autores casi siempre conocidos
• Similitud en cuanto a estructura y armonía, con variantes melódicas que los identifica.
• El Pasaje plantea una forma de estructura cuadrada, es decir, un molde de duración fija, donde prácticamente no ocurren sorpresas ni contrastes bruscos.
• El interés del Pasaje estriba en la originalidad de su melodía y la belleza del canto. Ocasionalmente el arpista introduce algunos “bordoneos” ó “variantes” en el breve interludio instrumental del pasaje.
• Los pasajes no tienen letras heroicas ni guerreras, sino más bien íntimas, nostálgicas, de evocación y amor al llano o de texto romántico amoroso.
• Su carácter es generalmente mucho más tranquilo que el de los Golpes, casi soñador y debido a su marcada simetría, todos los eventos musicales son absolutamente previsibles. Sin embargo tanto los Golpes como los Pasajes se bailan.
Entre los pasajes más conocidos y más bonitos, Claudia Calderón menciona: “Romance en la Lejanía” de Pedro Emilio Sánchez, “Guayabo Negro” de Ignacio “Indio” Figueredo y Germán Fleitas Beroes, “La India María Laya”, “Los Caujaritos” y “Los Diamantes” del Indio Figueredo, “Pescador del río Apure” de José Vicente Rojas, “Apure en un Viaje” de Genaro Prieto, “Fiesta en Elorza” de Eneas Perdomo, “Caballo Viejo” de Simón Díaz, “Laguna Vieja" de Reinaldo Armas, "Cajón de Arauca Apureño" de Julio César Sanchez Olivo". Muchos de estos temas y algunos otros se encuentran contenidos en la etiqueta de éste Blog, denominada Poesía en la música llanera.
Hay muchísimos más que se han convertido en inolvidables y han venido siendo interpretados por distintas generaciones y en ellos el factor común, es, como ya se dijo: la querencia al medio llanero.
El pasaje también puede ser instrumental, prueba de ellos son las múltiples piezas de Juan Vicente Torrealba, que aunque posteriormente, grandes y reconocidos poetas les pusieron letra, la versión instrumental, alcanzó igualmente gran fama.
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