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20 de noviembre de 2010

Germán Fleitas Beroes le escribe a la Fiesta de Toros Coleados

FIESTA DE TOROS COLEADOS

Fiesta de toros coleados
cohetes y cohetones
corrillos en los portones
y alborozo en los tablados.
 jinetes empolainados
pican un toro barroso
suenan las trancas del coso,
surge el primer coleador
y al golpe del mandador
salta el caballo fogoso

El astado, paso a paso
viene llegando al tranquero,
en la puerta del chiquero
le suenan el "trabucazo";
rápido como un lanzazo
el caballo se le "empecha"
el toro como una flecha
cruza en violenta carrera,
y el coleador vocifera
cuando lo alcanza y lo estrecha.






Se escucha un ¡jiiillo! sonoro
que retumba en el ambiente,
el caballo inteligente
se abre a dos metros del toro;
los cascos del rucio moro
vienen pidiendo pelea;
el barroso tambalea,
al suelo se precipita;
el caballo se encabrita
y el hombre se bambolea.

El toro se para al fin
y el tierrero que levanta,
se introduce en la garganta
rumbosa del cornetin;
Cuatro, maraca y violín
alegran otros templetes
suenan pitos y cohetes
huele a "caña" el vocerío
y la calle es como un río 
de cintas y ramilletes.

La zamba del sabanero
cuando regresa el caballo,
le prende una flor de mayo
a su zambo en el sombrero;
contra el viento dominguero
marca el compás la charnela;
silba el clavel de la espuela;
mientras comenta un borracho 
¡Así es como tumban cacho,
los hombres de Venezuela!



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