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23 de diciembre de 2010

Homenaje al Indio Figueredo - Entrada 1/2

Sin mucha introducción, colocamos este poema profundo en honor al Indio Figueredo y denominado "Se fue el Indio Figueredo" de Guillermo Jiménez Leal. Solo quisiera comentar el acompañamiento musical de cada fragmento, ya que hace la interpretación muy especial. El poema comienza y termina con el tema de Maria Laya y después en cada  parte que finaliza con la expresión "Se fue el Indio Figueredo",  escuchamos un golpe distinto en el siguiente orden: Gabán, Zumba que Zumba, La Catira y el Arpista de Mi  Tierra (en el último fragmento), tema de José Romero Bello dedicado también al Indio Figueredo, que igualmente colocaremos en otra entrada.

Se siente en el Bajo Apure, el dolor de una tonada
retumba  el cañabraval espigando sus veradas
y vuela el alcaraván con un lamento en la playa
de repente se perdió el rumor de la cañada
y se queda casi muda, como pensando, la palma
ya no atolondra la tarde el canto de las chicharras
y hoy, paisano, amaneció mas bramador el Arauca.
Hay un dejo de amargura en los ayes de la canta
y las cuerdas parranderas tañen como una campana
Se fue el Indio Figueredo, échenle la colcha al arpa!

Hay un relincho de sol, un frío en la madrugada
las puntas de la elegía vienen registrando el alma
miren como va el pasaje persiguiendo a María Laya
Revienta un priva resuello tironeando las maracas
repica un seis por derecho, pura cuerda y pura guafa
el lamento de un carrao tiene un eco en la majada
y  la voz de la llanura le responde enamorada
Se fue el Indio Figueredo, que siga sonando el arpa!.

De Bruzual al Cunaviche, de San Fernando a Guachara
del Meta hasta el Cinaruco, del Guaritico al Vichada
el llano es un mismo aliento y una sola llamarada
la garza sigue solita contemplándose en el agua
pero el bordón y las primas tienen la tristeza larga
porque falta el cabrestero que conducía la vacada
y no queda un bailador que encuentre las alpargatas
Se fue el Indio Figueredo, échenle la colcha al arpa!

El horizonte apureño es un adiós sin distancias
el muñequeo del cuatrista se  acelera y se arrebata
se le pierde al canoero el pulso de la palanca
y no sabe el pescador si la suerte lo acompaña
cuando espera en el anzuelo, cuando tira la atarraya
¡Ah mundo! José Romero, si mi verso te contara
El arpista de mi tierra quedó en la copla amaranta
porque no hay un corazón en todita la sabana
que no cante los amores de Ignacio y de María Laya
Se fue el Indio Figueredo, que siga sonando el arpa!!!



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