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5 de diciembre de 2010

Las tres versiones de Florentino y el Diablo.

El Poeta Arvelo en 1969
 Ha llegado a mis manos, un verdadero tesoro: Un ejemplar de una edición de Florentino y el Diablo, realizada por Vitrales Editorial, en Caracas, 1985, contentiva de las tres versiones del poema (1940, 1950 y 1957), y complementada con unos anexos muy importantes que más adelante compartiremos con los lectores de este Blog.

Se edita después que en 1982, los hijos del Poeta, Alberto y Mariela Arvelo Ramos, con el apoyo del Banco Industrial de Venezuela, consolidaron la misma recopilación que por ser una edición especial, no se llevó a las librerías, quedando sólo para el acceso de un reducido número de personas.

La posibilidad de comparar las tres versiones es maravillosa, pues permite imaginar la lucha y la pasión del autor por sus personajes, en búsqueda de la perfección de su obra, limando las pequeñas aristas, imperceptibles para los lectores, pero desagradablemente visibles para él, hasta el punto de invertir 30 años de su vida en lograr su versión final. Así como los grandes pintores y escultores, hacen varias pruebas antes de lograr el trabajo que han creado en su mente, siendo cada una por sí mismas, verdaderas obras de arte, Alberto Arvelo Torrealba trabajó su poema, enriqueciéndolo, adosándole unos versos y eliminando otros, atendiendo los llamados de sus personajes, ahondando en los paisajes, expresiones, flora, fauna, estaciones,etc., para describir el Llano en toda su magnificencia, en toda su crudeza, en toda su naturaleza, hasta alcanzar esta obra que es orgullo de nuestro país.

En la carta escrita por el poeta a su amigo Antonio Estévez, después de asistir a la presentación de “La Cantata Criolla” (cuyo texto completo incluiremos en una posterior entrada), expresa sobre la música: “como una clarinada, como un alerta de gallos madrugueros, reactivó el espíritu combativo de mis personajes. Y sucedió lo que tenía que suceder: en la nueva planificación de la obra de los copleros rivales, en contumacia casi anárquica, se prevalieron de mi entusiasmo, para desbocarse en el desahogo ilimitado de sus argumentos reprimidos”

Ilustracion Alberto Arvelo Mendoza
Un hecho curioso y para mí de gran relevancia es que  la obra de Arvelo y “el Cantaclaro de Gallegos, fueron elaboradas simultáneamente, y que los escritores – amigos y compañeros –leían a veces, en grupos restringidos, sus trabajos inéditos. Y sabemos que Arvelo, después de escuchar en la voz de Gallegos el primer capítulo de Cantaclaro, abandonó su proyecto original de tratar el tema en prosa, Manifestó que “después de escuchar lo que está haciendo Gallegos, lo que tengo pensado debe ser escrito en verso”(según tradición oral de su hijo Alberto). Asumió así el camino definitivo del duelo octosilábico” Introducción de Florentino y el Diablo (tres versiones)

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