Para concluir con estas entradas de historia hecha verso, trascribiremos el último de la trilogía de poemas que escribió Germán Fleitas Beroes, sobre nuestra independencia.
Antes de partir con su ejército, el cual poseía como cuartel general la ciudad de Achaguas, Páez se dedicó el 10 de marzo a orar en la iglesia de la ciudad prometiendo una solemne imagen de Jesús Nazareno si lograba la victoria en el campo de batalla, y parte ese mismo día junto con los 2.500 hombres que componían su ejército. El ejército de Apure y los de occidente y Barinas se concentraron según lo previsto en San Carlos y el 24 de Junio de 1821, obtuvieron una victoria aplastante en la sabana de Carabobo, con una participación crucial de José Antonio Páez. La guerra sin embargo prosigue dos años más y Páez se mantiene ocupado en cargos militares y políticos hasta que el año de 1833, siendo presidente de la República, le encarga al tallista español Merced Rada, la imagen del Nazareno que es entregada a la iglesia en 1835. Wikipedia
Puedes accesar mas información en este Blog, siguiendo este enlace: Nazareno de Achaguas.
El General Páez estuvo a punto de no sobrevivir en la batalla de Carabobo, fue acometido por uno de los ataques de epilepsia que sufría antes de iniciar una batalla o ante la vista de una culebra. Estos ataques lo dejaban sin sentido, momento en que sus compañeros le ayudaban hasta que se le pasaba. En la Batalla de Carabobo, fué víctima de uno de esos ataques, encontrándose sólo en el medio del campo enemigo. Allí es donde ocurre lo improbable, quizás el milagro del Nazareno: el Comandante Antonio Martínez de la caballería de Morales, tomó las riendas del caballo de Páez y lo montó en él, en el anca colocó a un teniente de los patriotas llamado Alejandro Salazar alias Guadalupe para que lo sostuviera en la silla y así lo regresaron a las filas patriotas.
El Nazareno, Páez y Antonio Martínez.
Entonces otro catire
Bien llanero y bien hombrón
Escuchó del NAZARENO
Una hermosa predicción:
¡Vete para Calabozo,
Esta es la gran ocasión,
esos hombres serán tuyos,
recibe mi bendición…!
Cuando BOLIVAR lo supo
De inmediato aconsejó
Que el mismo padre Llamozas
Sirviera de mediador.
Una mañana de enero
Después de salir el sol,
En medio de un gran silencio,
Bajo un cielo de arrebol
El ejército de Boves
Oyó el mando de otra voz:
-¡Soldados!, me llamo Páez,
Juro en el nombre de DIOS
Que he luchado y lucharé
Contra el poder español,
Venezuela es nuestra patria,
¿vosotros, de donde sois?...
Hubo un silencio de muerte,
Después un leve rumor,
Parece que comprendieron
que el hombre tenia razón,
y aquellos dos mil demonios
en correcta formación
fueron besando uno a uno
las sedas del pabellón.
Otro grito. Más que un grito:
-el rugido de un león-
¡Para Achaguas todo el mundo,
Apure es la salvación!,
Y las aguas del gran rio
Turbias de tierra y de sol
Al paso de la bandera
Se pusieron tricolor.
Bien llanero y bien hombrón
Escuchó del NAZARENO
Una hermosa predicción:
¡Vete para Calabozo,
Esta es la gran ocasión,
esos hombres serán tuyos,
recibe mi bendición…!
Cuando BOLIVAR lo supo
De inmediato aconsejó
Que el mismo padre Llamozas
Sirviera de mediador.
Una mañana de enero
Después de salir el sol,
En medio de un gran silencio,
Bajo un cielo de arrebol
El ejército de Boves
Oyó el mando de otra voz:
-¡Soldados!, me llamo Páez,
Juro en el nombre de DIOS
Que he luchado y lucharé
Contra el poder español,
Venezuela es nuestra patria,
¿vosotros, de donde sois?...
Hubo un silencio de muerte,
Después un leve rumor,
Parece que comprendieron
que el hombre tenia razón,
y aquellos dos mil demonios
en correcta formación
fueron besando uno a uno
las sedas del pabellón.
Otro grito. Más que un grito:
-el rugido de un león-
¡Para Achaguas todo el mundo,
Apure es la salvación!,
Y las aguas del gran rio
Turbias de tierra y de sol
Al paso de la bandera
Se pusieron tricolor.
¡Llegó la gente de Boves!:
-la patria lo celebró-
Con aquellas dos mil lanzas
El ejercito creció;
Después vinieron los triunfos
BOLIVAR los admiró;
Tan solo Antonio Martínez
Tenazmente se negó
A combatir contra el Rey
Porque el Rey era su DIOS;
Sin embargo, tuvo un gesto
Que ya la Historia olvidó:
Siendo un hombre sanguinario
Que con Boves se formó,
A Páez, en plena batalla
De Carabobo, salvó,
Cuando el mal que padecía
De repente lo atacó:
-¡Guadalupe, monte en ancas!,
Sosténgalo con vigor;
No le tema a los realistas
Que por delante voy yo!...
Noble gesto de una raza
Que a la América asombró.
-la patria lo celebró-
Con aquellas dos mil lanzas
El ejercito creció;
Después vinieron los triunfos
BOLIVAR los admiró;
Tan solo Antonio Martínez
Tenazmente se negó
A combatir contra el Rey
Porque el Rey era su DIOS;
Sin embargo, tuvo un gesto
Que ya la Historia olvidó:
Siendo un hombre sanguinario
Que con Boves se formó,
A Páez, en plena batalla
De Carabobo, salvó,
Cuando el mal que padecía
De repente lo atacó:
-¡Guadalupe, monte en ancas!,
Sosténgalo con vigor;
No le tema a los realistas
Que por delante voy yo!...
Noble gesto de una raza
Que a la América asombró.
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