El Capanaparo de Barinas,” legendario llegadero de llaneros y llaneras de todas partes”, y Antonia Volcán, la leyenda, la llanera auténtica, querida por el pueblo barinés, recordada con la añoranza de los buenos tiempos idos; son uno solo.
He preguntado a amistades de Barinas por ese nombre y el factor común es la sonrisa del recuerdo bonito, del recuerdo de alguna de las salidas de la “llaneraza” como también la llamaban, de la anécdota, del cariño y respeto hacia alguien que en su sencillez creó un famoso punto de encuentro, un refugio obligado para los llaneros que pasaban o vivían en la ciudad.
Aunque nacida en el estado Apure, la hemos colocado como Hija de Barinas, por la importante labor que hizo en dicho estado.
Aunque nacida en el estado Apure, la hemos colocado como Hija de Barinas, por la importante labor que hizo en dicho estado.
El Capanaparo fue sin duda, el equivalente a una casa de la cultura llanera, donde los más resaltantes artistas del medio llanero, compartían su tiempo y habilidades por el puro placer del disfrute conjunto, donde esos grandes artistas se deleitaban, no solamente con la hospitalidad de Doña Antonia y sus hijos, sino con escucharla cantar o tocar las maracas como nadie.
Cuenta el abuelo que ella tenía permanentemente dispuestos en un área del negocio, los instrumentos llaneros: el arpa “templaita” , cuatro y maracas listos para ser utilizados por cualquiera que se inspirase.
El sobrino de Doña Antonia, Rafael Volcan, “ El Volcán de la Llanura” , nos hizo llegar un artículo de prensa con una entrevista realizada a los hijos de Doña Antonia. Transcribiremos algunos fragmentos de su historia contada por su hija Betzaida
“Mi mamá nació el 31 de marzo de 1922 en la región del Capanaparo. Hubo un tiempo que los indios se alzaron en esas sabanas y mi abuelo tuvo que salí de allá; en ese tiempo los pobres que se salían de Apure se venían pa´ Barinas y los ricos pa´ San Cristóbal, así ha sido siempre. Por eso mi mamá llegó a Barinas en 1949, mi mamá tenía unas manos de sastre y comenzó a trabajá en la Sastrería Bogotá pero también estuvo siempre en el negocio de la cocina, le cocinaba a las petroleras”
….." En 1961 abrió el Bar Capanaparo donde se vendía cerveza, comida, había arpa, cuatro y maracas; mi mamá contaba que ella allá en su caserío contrapunteaba en las fiestas, cantaba, tocaba maracas, cuatro y bailaba”(……..) “ estas eran casas con solares divididos por alambres nada más, aquí atrás vivía el Carrao de Palmarito y mi mamá cuando estaba lavando y maceteando la ropa, siempre cantaba y ahí empezaba a contrapunteá con el carrao por el alambre hasta que él se decidía, subía la cuerda y se pasaba pal´bar.”
“Cuando el Bar Capanaparo era el Capanaparo, aquí en esta media pared se sentaban todos los arpistas y el arpa la recorría toda porque se la iban turnando. Eso era demasiado músico. Aquí llegaban todos; si alguien necesitaba un conjunto o un músico, venían y le decían a mi mamá y ella decía aquel no puede porque está trabajando y le decía a otro, eran los tiempos cuando no habían mezquindades.”
“ Aquí venían cantadores, músicos y compositores como Angel Custodio Loyola, José Romero Bello, el Cubiro, Ramón Montilla, Reynaldo Armas, Victor “Gavilán”Brizuela, el viejo Roldán que fue quien le abrió las puertas a mi mamá en Discomoda pa´grabar, el guate Pedro Sulbarán, arpista, Pollino Sute que se llamaba José o Juan Farfán buen maraquero; Marcelo Quinto, Juan Berríos, cuatrista; Anselmo López, Delcidio Mujica, Bandolista; Alexis Corona, el Indio Figueredo, Pedro Emilio Sanchez, Eladio Tarife, Omar Moreno, Jesús Moreno, Francisco Montoya, el Pollo de Orichuna, Andrés Mercado, “El Picure” Ernesto Salazar, bailador que era parejo de mi mamá. Esos pasaban días y días aquí, era tanto que ella tenía el cuarto de los hombres y eso eran hamacas por todas partes, en la mañana se paraba a hacerle comida a ese gentío. Mire, este era un sitio donde llegaba gente a toda hora, entonces mi mamá sacó doce copias de las llaves y se las dio pa´que entraran ellos mismos y la dejaran dormí, recuerdo que les decía: - Ustedes no tienen mujer aquí pa´ que me estén llamando, tomen la llave".
" Un día pasó por el frente del negocio un colombiano llamado Héctor Paúl Venegas y entró, ese día estuvo un rato y al día siguiente volvió y se hizo amigo de mi mamá, otro día vino y se despidió porque se iba pa´Arauca. Cuando volvió le trajo un sobrecito blanco a mamá y le dijo –ahí le mandaron - ¿a mí? -le dijo mi mamá, ella no creía pues era una invitación con todos los gastos pagos pa´una delegación venezolana al festival de la Canción Colombiana, en ese tiempo se oía poco la música llanera, allá lo que se oía mas era la cumbia, ni siquiera el vallenato de hoy. Bueno ella organizó su gente cantadores, maraqueros, cuatristas, bailadores, bailadoras, declamadores, pidió ayuda en Barinas y hasta viáticos les consiguió, claro en ese tiempo ir pal´extranjero no era muy conocido y la ayudaron. Ahí se rompio el mito de que la mujer no cantaba, esos colombianos asombraos, bueno Elda Flores dice que ellos se fueron de un fundo a otro pa´ ir a verla tendría Elda como ocho añitos, ella la conoció. Así se enlaza Venezuela y Colombia."
" Mi mamá grabó once canciones en acetato de 45, la primera vez que grabó se llevó a Anselmo López, esa también fue la primera grabación para él, grabaron dos canciones “Mi Guasdualito" y " Represento a dos Estados"". Después grabó " Batalla de Carabobo", " Palma Sola del Recuerdo", " Llanera tenías que ser", " Mi Nostalgia es una Soga", " Gabán Solitario", " Rejoniando Mi Cantar", " A Pepe Hernández el Jineta", " Cantares de mi llano". Las últimas grabaciones no llegó a oirlas , ella murió en 1976.
Cuenta Julián Volcan, uno de sus hermanos, que un día cuando fue a llevarle un pedazo de carne, luego de un dia de trabajo, de dijo: " -Bendígame- ella estaba sentada en una silla, me echó la bendición y me dijo – mire, mataron a su matona- asi le decía yo- eso se lo había dicho doña Carmen una señora de La Camaruca con la que ella se veía, según ella era un mal ue le habían echao y ya estaba pasao, yo le dije – que te vas a morí- y me metí al Capanaparo a cantá y a bebé. Esa noche la sacaron urgente pal hospital, los médicos dijeron y que era una peritonitis, pero ella ya sabía que el mal ´taba pasao" ...
Doña Antonia, fue una mujer recia y ocurrente, viva imagen de la mujer llanera. Cuenta el abuelo que a raíz de un artículo publicado en la prensa, un dio cogió camino para Barinas para conocerla. Su anécdota, contada también con la sonrisa del recuerdo, fue la respuesta de ella, cuando le preguntó que cómo una mujer como ella, tenía tan pocos hijos, a lo que ella respondió: - Es que ya no hay padrotes” y soltó la carcajada.
Les invitamos a seguir el siguiente enlace de llanera.com Donde Eyegma Castrillo interpreta una bonita canción denominada Caminos, en honor a Doña Antonia, y a escuchar el siguiente audio denominado Mis Recuerdos Llaneros, donde acompaña su canto con una bandola, justificando así el verso de Guillermo Jimenez Leal en su Canto a Barinas: "Y en la bandola nutreña te canta Antonia Volcán":
Ofrecemos igualmente el siguiente audio subido a youtube por su sobrino Rafael Volcán.
saludos,luis gomez tapia,gracias por recordar excelente defensora del llano,lamento no poseer sus canciones aunque he escuchado algunas en cassttes,quizas por la cultura de nosotros de no cuidar las cosas,si alguien posee material mi correo es luisgomez_t@yahoo.es.tambien agradesco al autor de este medio por su labor cultural,suerte
ResponderEliminarmi nombre es jose gregorio volcan me gustria saber mas de la histora de la sra j_volcan@hotmail.com
ResponderEliminarmi abuela RITA VOLCAN me dijo que ella era su tia o un familiar quisiera saber algo de eso