La raíz de la palabra Baquiano llegó a la América con los españoles de Andalucía en 1492, el año de la Reconquista; un hecho histórico que registra la retirada de los moros de Al-Ándalus después de haberla ocupado por 700 años. Siete siglos del dominio árabe sobre el sur de la península ibérica dejaron sin duda, huella significativa sobre todos los aspectos de la vida del hombre y la mujer hispánicos, el idioma y la palabra entre ellos.
Cuenta la historia que los descubridores al llegar a América establecieron una primera avanzada en La Española (Quisqueya), una isla caribeña habitada por los Taínos, actualmente repartida entre República Dominicana y Haití. Allí fundaron ciudadelas para residencia de los que se quedaban en el nuevo mundo con funciones de exploradores y abridores de caminos, un conocimiento necesario para los que vendrían más tarde. Estos exploradores empezaron por reconocer aldeas, trochas, plantas y animales, uso de los recursos y dialectos indígenas, de tal manera que a la llegada de nuevos contingentes, sirvieran de guías.
Así los nuevos llegados tendrían el apoyo de estos conocedores, los que eran llamados, según Juan Zamora, Al-baqiya, una de las palabras que dejaron los árabes en Andalucía con significado de “el resto o lo que queda”. La dinámica del idioma la trocó baquía. De allí que una persona que sea conocedora de su entorno geográfico es alguien con baquía, es decir es un Baquiano o Baqueano.
El Maestro Domingo Faustino Sarmiento dice del baquiano que es una persona grave y reservada, que conoce palmo a palmo veinte mil leguas cuadradas de llanuras, bosques y montañas. Es el topógrafo más completo;…. es un mapa. De igual modo, Don Lisandro Alvarado, citando a Antonio Alcedo (1789) señala que un Baquiano es un “Práctico de los caminos, trochas y atajos de algún paraje: Es palabra general de toda América”. Estas definiciones, aunque acertadas, se quedan en señalar al baquiano como una persona conocedora sólo del entorno geográfico, a diferencia la concepción actual que señala al baquiano como una persona cuyos conocimientos sobrepasan la geografía para entrar en otros campos como el de la poesía, la historia o la ciencia.
Así aparecen los baquianos del verso, de la historia, de la canta, de la conversa o de la botánica. Cuando éramos más pueblerinos y teníamos mayor contacto con la naturaleza todos teníamos un poco de baquía, pero ahora al reducirse este empalme con el medio, la baquía se está diluyendo a tal punto que muchos de los jóvenes que viven en aldeas no conocen ni siquiera el nombre de los árboles o de los pájaros. Esto es palabra cierta, comprobada incluso en comunidades indígenas de Amazonas, un hecho que podría colocar a los baquianos dentro de la Categoría EN PELIGRO DE EXTINCIÓN del Libro Rojo del Saber Popular.
Omar Carrero A
2009
Fuentes consultadas
Alvarado, L. 1984. Obras Completas Tomo I. Fundación La Casa de Bello. Caracas.
Sarmiento, D.F. 1989 Facundo: Civilización o Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga. Editorial Porrúa. México.
Zamora, J. 1976 Indigenismos en la lengua de los conquistadores. Editorial Universitaria. Universidad de Puerto Rico.
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