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LA IDENTIDAD DEL LLANERO (1/3); PROGRESO A CAMBIO DE IDENTIDAD NACIONAL(2/3); PROGRESO A CAMBIO DE IDENTIDAD NACIONAL (3/3)
Quisimos compartir algunos fragmentos de la obra del gran escritor José León Tapia, en la cual plasma el sentimiento del llanero cuando se sintió arropado por un progreso que en realidad significaba un despojo que lo fue dejando "arrinconado" en su llano:
-Bueno compadre, esto ya no es lo mismo - te decía - , de milagro quedamos ustéd y yo viviendo en estos medios. Todos los demás o se fueron o quieren irse. Mire como nos estan cercando , compadre. Ahí mismo vienen las nuevas fincas de los que se cogieron las sabanas. Si queremos sobrevivir, debemos adaptarnos, sembrar nuestro pedacito, sembrar pasto fino, comprar padrotes cebúes como esos que ellos han traido. Ir haciendo lo que ellos hacen. Fíjese en los becerros hijos de esos toros, que gordos y grandes son. Lo que vale es la carne, compadre; vendamos todo ese ganadito criollo y comencemos a criar ganado fino cruzado. Si no, no podremos sostenernos ¡ese es el progreso , compadre, no se puede detener nunca!
Te quedaste mirándolo, mientras observabas el bajío compartido como un gigantesco damero de ajedrez, por las cruces brillantes de los alambres. Y como si lucharas con un pasado, que fue todo tuyo en esas comunidades ejidales, le contestaste con honda tristeza:
-“ Tienes razón, compadre, hay que vender los toritos y comprar los sementales. Pero hay una vaina que no me gusta, ni terminará de gustarme nunca. Esos toros cebúes, jorobados como camellos, no pitan, compadre, solamente resoplan como si tuvieran un fuelle por dentro. Por eso no puede ser que acabemos con nuestros toritos pitadores que alegran las madrugadas. El día que en el llano no se escuche mas el bramido desafiante de un toro, hasta ese día seremos llaneros, porque se habrá acabado la música de la sabana. Dejemos unos toritos, compadre, aunque sea para recordar lo que soempre fuimos” La Música de las Charnelas
*****
No volverán los días que hasta los muertos salían y la copla del cabrestero era la música de la sabana. Cielo y tierra sin obstaculos en las distancias indecisas.
Los rebaños majadeados veraneaban en los playones del rio, para invernar después en los bancales del piedemonte.
Se veía la hacienda de múltiples colores marcar con sus pezuñas la trocha blanca. Hileras largas de reses husmeando el agua y los pastos.
-Por eso no había sequia, porque les dejábamos libre el instinto
-Tienes razón Melecio. Al cortar los caminos con las cercas daba grima esa mortandad, carapachos por todas partes, tentando con la mortecina los zamuros del alcornocal.
-Aunque sobren los molinos, la sabana se acabó, los rios estant trozados y los montes desaparecieron a fuego, veneno y sierra.
-La codicia, compañero, es lo que señorea en la llanura. En cada rincón un musiú, en cada fundo una ley y los que eramos funderos, desolados buscando que hacer.
-No es para menos que añoremos cincuenta años de vida pisando el mismo suelo y sabiendo que en esta tierra se han vuelto polvo tres generaciones de nuestros muertos.
-¡Déjate de vainas camarita! A mí nadie me va a decir que es igual el recién llegado y el que tiene muertos para recordar.
-Fíjate como está desapareciendo todo, Pablo: los árboles, las garzas de los esteros, la música de las chenchenas y hasta el vuelo del yaguazo.
-Es verdad compañero, todo ha progresado, pero del progreso se han aprovechado los mismos de siempre y toda la musiuada.
-Ni a los indios de Punta Gorda les respetaron sus derechos de tierra que tenian registrados desde los tiempos de su Saca Real Majestá.
-Primero dijeron que cercaban para semprar nuevos pastos y nacieron los pastos azules; después, empezaron a vender la tierrita y la que se salvó de la ambición, la dejaron y que para meterle sementales al ganadito que nos quedaba. La Música de las Charnelas
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Pero continuaba la vida con su paso indetenible, mientras lenta e imperceptiblemente aquellas gentes sencillas y poco apegadas a los valores de un pasado sin retorno, se adaptaban a la nueva situación.
Sin darse cuenta todos seguían la corriente desbordada de costumbres extrañas y miraban las cosas de otro tiempo con desprecio y conmiseración.
En las tardes de toros coleados, los llaneros montaban a caballo usando camisas floreadas y cascos de motociclistas,como los jugadores de polo de las películas extranjeras.
La banda de músicos de instrumentos amarillos que brillaban al sol, fue suplantada por el tocadiscos de ritmos yanquis que nadie había escuchado jamás por aquellas llanuras.
Cambiaron los santos en madera tallada, por retocadas imágenes de yeso. Tierra de Marqueses.
Y así siguen enumerándose cambios acaecidos en la ciudad de Barinas cuando llegaron los hombres rubios a explotar el petróleo, mientras José María Pumar, miraba impotente cómo se iba perdiendo la esencia de un pueblo, en pos del "Progreso".
Les ofrecemos a continuación la canción "Mi Mensaje" interpretada por Cristina Maica, relacionada con el tema que estamos tratando.
Les ofrecemos a continuación la canción "Mi Mensaje" interpretada por Cristina Maica, relacionada con el tema que estamos tratando.
MI MENSAJE
Intérprete: Cristina Maica
Señores soy apureña
Del pueblo de san Fernando
Mi temple se lo agradezco
Al gran cajón araucano
Ya que en mi corazón
Llevo sangre de centauro
Y mi estirpe de llanera
Y mujer donde me planto
Hay una razón muy grande
Que se la debo a mi llano
Haberme dado carisma
Y talento para el canto
Pues nací para cantarle
Al pueblo venezolano
Y también fuera e la patria
Mi nombre se ha consagrado
Y que la fama que tengo,
Yo misma no me la he dado
Es el premio a mi trabajo
Que el público me ha otorgado
Aunque la envidia florece
Cuando el triunfo se ha logrado
Un galardón tan difícil
Que por todos es codiciado
Hago honor a dos cantantes
Que adornaron el pasado
Doña Magdalena Sánchez
De estilo no superado
La gran Adilia Castillo
Baquiana y novia del llano
Son dos glorias del folclore
Que han cumplido su mandato
Y ahora en la actualidad
Yo soy quien sigue sus pasos
Y si hay otra competente
Que me rete a un mano a mano
Del pueblo de san Fernando
Mi temple se lo agradezco
Al gran cajón araucano
Ya que en mi corazón
Llevo sangre de centauro
Y mi estirpe de llanera
Y mujer donde me planto
Hay una razón muy grande
Que se la debo a mi llano
Haberme dado carisma
Y talento para el canto
Pues nací para cantarle
Al pueblo venezolano
Y también fuera e la patria
Mi nombre se ha consagrado
Y que la fama que tengo,
Yo misma no me la he dado
Es el premio a mi trabajo
Que el público me ha otorgado
Aunque la envidia florece
Cuando el triunfo se ha logrado
Un galardón tan difícil
Que por todos es codiciado
Hago honor a dos cantantes
Que adornaron el pasado
Doña Magdalena Sánchez
De estilo no superado
La gran Adilia Castillo
Baquiana y novia del llano
Son dos glorias del folclore
Que han cumplido su mandato
Y ahora en la actualidad
Yo soy quien sigue sus pasos
Y si hay otra competente
Que me rete a un mano a mano
Voy a cambiarles el tema
Recordando tiempos idos
Algunos años atrás
Yo quisiera haber nacido
Para haber visto a mi llano
Grandioso y reverdecido
Había hatajos de bestias
Cimarrones y novillos
Hoy en dia paisano mío
Apure ya no es lo mismo
Eso que llaman progreso
No debiera haber crecido
Después de ser los primeros
En criar ganado bovino
Resulta que en nuestros tiempos
Ese lugar se ha perdido
Y todo se lo debemos
A gente de corte fino
Ladrones de cuello blanco
Que no se dan por vencidos
Hacen las miles infamias
Con el pobre campesino
Corruptos de nacimiento
Que no reciben castigo
Y como soy Apureña
Me duele mucho decirlo
Pero me atengo a un refrán
Que en mi tierra es conocido
Mide con vara pequeña
Para cuando seas medido
Ya se me terminó el tiempo,
Adiós queridos amigos
Un saludo y un abrazo
Nunca los echo al olvido
Lo dice Cristina Maica
Cantando este pajarillo.
Recordando tiempos idos
Algunos años atrás
Yo quisiera haber nacido
Para haber visto a mi llano
Grandioso y reverdecido
Había hatajos de bestias
Cimarrones y novillos
Hoy en dia paisano mío
Apure ya no es lo mismo
Eso que llaman progreso
No debiera haber crecido
Después de ser los primeros
En criar ganado bovino
Resulta que en nuestros tiempos
Ese lugar se ha perdido
Y todo se lo debemos
A gente de corte fino
Ladrones de cuello blanco
Que no se dan por vencidos
Hacen las miles infamias
Con el pobre campesino
Corruptos de nacimiento
Que no reciben castigo
Y como soy Apureña
Me duele mucho decirlo
Pero me atengo a un refrán
Que en mi tierra es conocido
Mide con vara pequeña
Para cuando seas medido
Ya se me terminó el tiempo,
Adiós queridos amigos
Un saludo y un abrazo
Nunca los echo al olvido
Lo dice Cristina Maica
Cantando este pajarillo.
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