Hay ventaja en ser pequeño de estatura, para salvarse de la ferocidad de un tigre..... Tomado de La Vida en los Llanos de Venezuela - Ramón Páez
Despues de un largo dia de pesca, me acosté a descansar en mi chinchorro. Como yo tenía la costumbre de dormir con un ojo abierto y uno cerrado, me percaté que un tigre se me venía encima, salté del chinchorro para defenderme y entonces me dí cuenta que no traía mi cuchillo. " Entonces, ví cerca de mí una tapara de un tamaño como pocas veces se ve por estos lugares, y me metí dentro de ella cuando ya el tigre me iba a coger".
"El tigre lleno de rabia por mi brusca desaparición, empezó a atacar con dientes y uñas la tiesa y lisa tapara, sin otro resultado que el de echarla a rodar conmigo dentro y lejos de él, y mucho me divertía mirando la táctica del enemigo. Cuando la echaba a rodar un poco, se echaba sobre el suelo a poca distancia y se quedaba mirando el misterioso objeto, como el gato mira al ratón"
En eso, la tapara empujada por el tigre, cayó dando vueltas al río que estaba abajo y "me encontré navegando rio abajo seguido por una banda de caimanes hambrientos que me miraban con ojos llenos de rabia y abiertas sus bocas, hasta que mi santo patrón, bajo la forma de una tonina, vino a socorrerme espantando a los hambrientos demonios, y recibiéndome sobre su lomo, me soltó en una playa desierta".
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