En algunas partes del llano a las luciérnagas y a los cocuyos propiamente dichos, se les llama indistintamente cocuyos. "Hay componentes supersticiosos en ambos insectos.
La luciérnaga está asociada a resonancias lúgubres. De niño oía decir con persistencia que esas luces fosforescentes que parpadean y se esconden eran “ojos de muertos”. Ningún muchacho se atrevía a retener en las manos una candelilla.
En cambio en las mismas regiones, al cocuyo se le tiene como augur de buena suerte, con mucho de nupcial y de epitalámico en el destello. Allí cuando algún coleóptero solitario estiraba su astral cordón hasta el jardín de la casa, frontera del río, cundía en la pandilla un júbilo de algarada. Si lograbamos poner mano sobre el augural rondador, solo le dábamos libertad después del pueril sortilegio.
Consistía este en trazar con la luz del cocuyo varios círculos en el aire. Una voz decía “ se casan, se casan” Y Lugo los nombres de los improvisados contrayentes. Después se colocaba el insecto con las patas al aire sobre la vieja mesa del comedor, bajo la pálida lámpara del kerosene. El trémulo brinco que daba el alado juguete para tornar a la posición de vuelo era aplaudido con fervor y así quedaba líricamente perfeccionado para la ilusión infantil del casamiento. Se trata , es verdad, de intrascendentes abuciones. Pero son elementos de tradición que el poeta jamás desestimó y que ojalá nunca se perdieran en el alma del pueblo. Esas vivencias que nos va matando el petróleo y que en otros países se defienden como patrimonio invalorable, insinúan una forma larvada de cultura. Son el primer transito poblano de la realidad hacia el ensueño". Alberto Arvelo Torrealba. Lazo Martí, Vigencia en Lejanía
Cocuyo (Oyrophorus noctilucos): Cuerpo alargado, tórax abultado a modo de vesícula, frente troncada o redondeada con un grueso reborde en su parte anterior. Ojos muy grandes. la luz que mana de las manchas circulares durante el reposo es verdosa, mientras en volando el insecto se le ve otra luz rojiza, proveniente de un punto cubierto por el mototórax y colocado en el lado ventral del primer segmento abdominal. La candelilla (Aspisoma ignitum), común en los llanos, aunque también se le llama cocuyo. De cocuyo y cocui. Voz taina en ambas formas y chaina en la de cocui. En cumanagoto, kukui significa véspero, estrella de la tarde.(Lisandro Alvarado. Glosario de voces indígenas de Venezuela)
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