Quisimos ofrecer a nuestros lectores, el testimonio de Fernando Calzadilla Valdéz, fechado
en 1936, donde hace un recuento de una idea que encontró cabida en la mente de algunos
técnicos e intelectuales de la época, que apostaron por el futuro próspero de los llanos venezolanos, mediante la construcción
de un sistema ferroviario en el Apure, para la distribución de los productos del estado.
No pasó de ser un sueño y es en este
siglo, 70 años después, cuando
se perfila y se pone en marcha el
proyecto equivalente.
Es demasiado tiempo perdido en un tema en el que no dar un paso adelante,
significaba dar un paso atrás. Es un tiempo en que mientras otros países latinos,
se enrumbaban hacia el futuro en los rieles del progreso, nosotros nos quedamos estancados en esa materia. Pero lo peor es
que la falta de decisiones oportunas, contribuyó a apagar el fuego del progreso del llano venezolano,
tierra con riquezas infinitas: ganado, maderas, aguas, pesca y cultivos, entre
otros. Podemos mencionar el ejemplo de San Fernando de Apure, centro importantísimo de comercio en aquellos
años, considerado el segundo puerto fluvial en importancia del país, después de Ciudad
Bolívar, hoy convertido en una ciudad gris. Imaginemos por un momento, la
potencia comercial que hubiera podido ser el llano venezolano, si se hubiera
complementado el comercio fluvial con el
transporte ferroviario.
Con frecuencia me pregunto qué
fue lo que nos pasó y creo que el descubrimiento del petróleo fue decisivo en el abandono de otras formas de comercio, pues
gobierno y población se concentraron en
dicha actividad dejando atrás otras formas de progreso.
El Ferrocarril Central de
Venezuela, fue un proyecto realizado en
el año 1858. Fue recomendado por el Poder Legislativo al Poder Ejecutivo de
entonces. Centrado en Puerto Cabello, el ferrocarril iría directo a El Palito, desde donde se
abrirían dos ramales: uno hacia San Felipe, y otro que llegaría a Valencia pasando
por El Cambur, Las Trincheras y La
Entrada. Este fue el primer proyecto de red ferroviaria en el país.
Conozcamos la desilusión y clamor de un llanero futurista:
“Que el ferrocarril de los llanos
es obra inaplazable no es de dudarse si queremos dar de una vez un gran empuje
de progreso a a Venezuela iniciando obras de trascendencia verdaderamente fuera
de lo minúsculo, para abarcar perspectivas de gran empuje como la inmigración y
la modernización de Caracas.
Abandonemos
la utopía y afrontemos la realidad a fin de llevar el movimiento y la vida al
interior del país con obras de eficiencia y esperanza poniéndonos en contacto
para el mutuo provecho de las distintas comarcas, alejadas por una distancia
calificada de inconcebible en los tiempos actuales.
Fíjese cualquiera en un
mapa de Venezuela y al buscar a su arbitrio el centro geográfico de ese mapa,
es seguro llegara a colocarlo mas o menos en Caicara del Orinoco; de allí
tienda la mirada buscando los puntos cardinales de la carta y encontrará que
todo el perímetro comprendiendo una imaginaria división limitada por los ríos Apure
y Orinoco hacia el sur, más de la mitad
de Venezuela es completamente despoblada y desconocida. Apenas si se han aventurado
los poquísimos exploradores a seguir el
curso navegable de los ríos sin hurgar
casi el interior por tierra. No vale la pena insistir en considerar a esa mayor
mitad como el reservorio de innúmeras riquezas en diamantes, oro y plata,
hierro y otros metales, caucho, maderas preciosas y extensísimos terrenos de
labranza y cría, la mayor parte inexplorados; a diario y en todos los tonos se
exaltan las maravillosas riquezas.
El resto de la carta hacia el
norte, en realidad casi otro desierto, pero la más conocida, es con contadas
excepciones según los frecuentes relatos de la prensa, el asiento de todas
nuestras miserias refundidas en analfabetismo, insalubridad, pobreza y desidia;
por supuesto estos calificativos se deben en gran parte a nuestro extremismo
exagerativo.
Así como constituiría una peligrosa aventura
internar un ferrocarril con el solo fin de un atrevido plan de colonización
hacia ese interior desconocido, requiriendo
de grandes dispendios, alejado y fuera de un control eficaz del gobierno
y falto de preliminar estudio, me parece los mas práctico por ahora aproximarse
a una región intermedia cono Bajo Apure por San Fernando, porque incuestionablemente
provocaría la penetración hacia el más interior aunque fuera por otros medios,
lo interesante es sacar lo que se produce y puede producir Apure adentro y todo
ese interior hacia los centros de consumo cobrando por lo consiguiente mas
actividad la navegación de los ríos y caños durante el invierno y de la sabana
en mucha parte navegable, mientras en el
verano esa misma sabana queda francamente abierta en ruta fácil al tráfico de vehículos en el rumbo
apetecible”
"El ferrocarril de los llanos
constituye hoy una necesidad perentoria
por ninguna manera aplazable sobre todo por el gobierno, sino emprendiendo la
obra directamente, apoyando y franqueando su acometimiento por grupos
capitalistas deseosos y dispuestos a la inversión
de sus dineros en empresas se seguro rendimiento" (...).
El Ministerio
de Obras Públicas y la Asociación Venezolana de Ingenieros, estuvieron otra vez
entusiasmados con la obra y pusieron en actividad sus recursos para exploraciones y estudios al respecto. Yo asistí a varias
reuniones en la Asociación Venezolana de Ingenieros, donde se discutieron proyectos
contemplando fotostáticos de la región y
se le dio calor a la idea en atención a las exploraciones de resultados tan satisfactorios y halagadores. En el numero tres de la Revista de la Asociación
Venezolana de Ingenieros de agosto de 1937, se publicó el presupuesto como resultado de los
estudios y exploraciones, del cual a la letra copio:
“Como se desprende del informe anterior,
el plan ferrocarrilero debe ser iniciado con la construcción del Ferrocarril
Cagua-San Fernando”. “Debemos hacer constar que en esta labor hemos encontrado
una ayuda eficaz por parte de los Directores del Gran Ferrocarril de Venezuela
y el de Valencia -Puerto Cabello, quienes desde el principio de los estudios
pusieron a la disposición de las comisiones tanto sus Archivos como su valiosa
experiencia”. “Bs. 75.323 por kilómetro por 331 kilómetros son Bs, 24.931.913”. Duración de esta obra
disponiendo de doce millones de bolívares anuales, será de dos años”.
Firmado Ing. Eduardo Tamayo G,
Ing. O. Ochoa P, Ing I Baldó
Esta publicación provocó un entusiasmo indescriptible ente apureños y guariqueños,
se fundaron asociaciones, se recolectaron fondos para las exploraciones, hasta
se iniciaron proyectos de especulaciones anticipadas para el porvenir. Y a tanto entusiasmo sucedió la
murria, esa especie de agotamiento como el cansancio después de rendir grandes
jornadas que nunca pasaron de entusiasmos y proyectos.”
“Es Apure la verdadera rica,
extensa zona ganadera de Venezuela, reclamando naturalmente la esmerada atención de quienes competa,
Gobierno y particulares, para favorecer su pronto y eficaz desarrollo si queremos aprovechar el tiempo y propender a
su propagación, reconocida como lo está
por la generalidad como la verdadera fuente principal y estable de la
riqueza pecuaria de Venezuela.
Un pequeño impulso le bastaría a un pueblo esencialmente
laborioso y emprendedor, aunque hoy metido en achaques politiqueros, incuestionablemente
eliminados y olvidados al vislumbre de entretenimiento más formal y
de más ventajoso producido. Estoy seguro".
Caracas febrero de 1939
La propuesta del Calzadilla Valdez para el ferrocarril de los llanos, era la siguiente:
Calzadilla Valdez relata con un
dejo de tristeza, el éxito de una iniciativa similar que dos venezolanos, Juan
Carrillo Guerra y Antonio Braschi
promovieron hasta consolidar el ferrocarril de La Ceiba a Sabana de Mendoza,
impulsados por las terribles dificultades topográficas, de salubridad y comercio que tenía
el sector. Este proyecto se inició en 1870, contra viento y marea y 17 años
después, en 1887, se oyó en Sabana de Mendoza el silbato de la primera
locomotora. Esta obra siguió ampliándose hasta llegar a Motatán. El autor argumenta en este sentido, que las
condiciones topográficas, de insalubridad, de despoblación entre otros de este tramo, eran mucho más complicadas que
las existentes en los llanos, para consolidar una construcción similar.
Tomado de POR LOS LLANOS DE APURE-CALZADILLA VALDÉZ
Sistema Ferroviario Nacional: Este maravilloso sistema se encuentra en construcción en varios de sus tramos y permitirá el transporte de ciudadanos y carga a lo largo y ancho del país atravesando puntos estratégicos. Nuestros llanos están comprendidos en el Sistema Ferroviario Centro Sur en sus dos tramos: San Juan de Los Morros, Calabozo, San Fernando y Chaguaramas, Cabruta, Caicara del Orinoco; Y en el Sistema Ferroviario Norte Llanero, en sus tramos: Anaco- Tinaco y Tinaco - San Cristóbal, que pasará por parte de Cojedes, Portuguesa y Barinas. Puede conocer mas de las rutas y estado de avance de las mismas en en siguiente enlace: SISTEMA FERROVIARIO
La obra de Calzadilla Valdes ha sido reproducida por iniciativa de Asdrúbal Hernández Urdaneta seguro de que con la misma podemos compartir un cúmulo invalorable de noticias y reflexiones de un hombre que vivió un llano venezolano el cual soñó podía ser mejor para sus ocupantes y la nación en la medida que fuera transformado con la incorporación de medios como el ferrocarril entre otros medios que apoyasen el bienestar del hombre y acrecentaran la producción pecuaria y fortalecieran lo agrícola, los asentamientos humanos y la inserción de nuestros llaneros en la era de progreso por la atraviesa nuestro mundo del cual este país no debe quedar excento. Buenas lecciones las de Calzadilla Valdes traidas a colación por el abuelo.
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