En realidad los utensilios que detallaremos a continuación, no son específicos del llano, sino de todo el pais. Corresponden a aquella Venezuela rural aún en las ciudades y constituyen patrimonio cultural de una época. Algunas familias coleccionistas o simplemente conscientes de la importancia de preservarlos, los han conservado y fueron registrados en sus diversas modalidades en el censo de Patrimonio Cultural del Instituto del mismo nombre.
Las imágenes que se muestran, tomadas igualmente de los cuadernos donde se recopiló la informacion obtenida en el censo, corresponden a utensilios encontrados en los distintos estados del llano venezolano.
La trilla es el nombre que se le da al aparato donde se procesaba el café. Generalmente las casas contaban con un anexo para este trabajo; allí se colocaba la enorme mole de piedra tallada y redonda, hecha por las manos de expertos que la trabajaban con sumo cuidado. A esta enorme roca se le hacía en el centro un hueco cuadrado. Todo esto era hecho con cincel y martillo a orilla de un río o quebrada donde se encontraba la piedra más apropiada; al estar lista se colocaba dentro del jergón o corral circular, sitio donde se vaciaba el café en grano para ser triturado por la mole con
ayuda de una bestia y un hombre que la arriaba todo el día.
Con el progreso de las industrias llega el momento de abandonar este antiguo método de triturar el café.
Estas piezas instrumentales de primera necesidad eran esenciales en cada hogar y por esta razón se buscaba poseer una de ellas ya que permitía trillar varios sacos al día .
En el desarrollo de la industria salen
al comercio maquinarias movidas por combustible que hicieron que las trillas fueron abandonadas.
La piedra de moler consta de una piedra plana y otra con forma de rodillo
que tritura el grano sobre la primera. Es un utensilio doméstico plano,
grande, de forma redonda, ovalada o triangular, cóncava en su parte
central, con un peso que oscila entre los 15 y los 25 kilogramos y
un diámetro aproximado de 80 centímetros. Funciona por medio de una
piedra más pequeña llamada manito o mano que posee forma redondeada para
facilitar su manipulación. La manera de utilizarla consiste en frotar
la piedra pequeña contra la piedra más grande. Para facilitar su manejo
hay quienes solían disponer la piedra sobre una estructura trípode
realizada con palos y bejuco.
En ellas se molía principalmente el maíz, aunque también cacao, yuca, aliños y en casos especiales el café y otros granos.
Estas
piedras utilizadas por los aborígenes y los criollos desaparecieron
cuando llegaron las maquinas. Las piedras de moler que mantienen en ciertos hogares son el recuerdo de abuelos o antepasados, las mismas
evocan en el tiempo el afanoso trabajo que hacían estas personas, por esta razón en cada hogar estas piedras cumplieron su buena labor y cada dueño o dueña, si las
conservan, las cuidan mucho; muy rara vez esta piedra era sustituida por otras. Se dice que al tener la piedra para moler, la mujer y la piedra se convierten en una sola, suficientepara moler a un hombre.
PIEDRA DE AMOLAR
PIEDRA DE AMOLAR
Piedra
de constitución arenisca, que según el tamaño puede pesar
aproximadamente entre cinco y diez kilos. Se localiza principalmente en
los ríos. Esta piedra se utiliza para amolar los machetes de las faenas
campesinas y demás piezas filosas de la cocina. Se coloca en el suelo en
una pequeña
concavidad para que se afirme al piso.
Cuando se va a amolar el machete, se debe mojar la piedra y pasar por
ella ambos lados hasta quedar bien afiladas. La piedra debe ubicarse en
un lugar bajo la sombra, ya que si recibe sol se pone dura y pierde sus
propiedades para amolar.
Este aparato llamado vieja o quijada fue muy utilizado para
moler la caña en los hogares de escasos recursos económicos, pues este era de fácil manejo a la hora de instalarlo, no requería de mantenimiento y ocupaba un mínimo espacio, por lo que usualmente se encontraba ubicado dentro de la cocina, comedor o patio.
Este objeto era realizado de una forma muy sencilla con un tronco de árbol que se cortaba en luna menguante. El tronco de unos 40 cm de ancho por 50 cm de largo
firmemente enterrado, tenía en su centro
una ramificación similar a una mandíbula humana. En su parte superior se le hacía un hueco que lo atraviesaba horizontalmente, por donde entraba una
vara de unos 10 cm de diámetro y 2 m de largo que sirve de palanca para
comprimir la caña de azúcar y obtener el jugo.
Este trapiche artesanal se emplea para producir jugo de caña a pequeña
escala.
Al estar lista la vieja y clavada en la tierra
se necesitaban las siguientes personas: una que colocaba la caña debajo de la viga y otra sentada sobre la vieja que trituraba, la última persona iba recibiendo la caña molida.
Esta pieza fue de uso predominante en el pueblo y en el campo, porque era la manera de extraer el jugo de caña con el que se endulzaba el café sin necesidad de usar agua.
Con la nueva tecnología para hacer el azúcar, las personas fueron abandonando los primitivos extractores del jugo de caña; su uso y su costumbre desaparecieron y sólo en algunos hogares del campo se encuentran tristes y abandonadas como parte de los viejos recuerdos que quedaron.
Se trata de un objeto cilíndrico cuyo tamaño varía según las preferencias del usuario, elaborado de un árbol de samán, vero o guayacán, de forma cónica y boca amplia para poder introducir la mano de moler que se hace del mismo material. Algunas veces este objeto se hace bien amplio y con dos manos para trabajar a cuatro manos, es decir por dos personas que muelen entre ambos los granos de maíz o de café.
TINAJERO
Piedra de Tinajero |
Los tinajeros son andamiajes de contextura firme y uniforme, generalmente de madera y de diferentes estilos y tamaños, usados por diferentes clases sociales antiguamente. Aún se ven en algunas partes con su estilo elegante adornando el espacio. Se compone de la estructura, la tinaja y una piedra por donde se filtra el agua. Son piezas de costumbre colonial, también tuvieron enorme trascendencia en la comunidad andina, la compra y el intercambio de estas piezas influyó mucho en lo social y comercial.
El agua del Tinajero siempre es fresca.
Para construir un horno de barro se requería mucho cuidado y paciencia en el trabajo. Se hace la circunferencia plana, en la base van colocadas las filas de adobes hasta ir cerrando la corona quedando todo como si fuera una cúpula escalonada. Después
se le hace el revestimiento con barro muy pisado o batido, porque si éste quedaba crudo, al calentarse el horno se dañaba el revestimiento.
Para ponerlo a funcionar, se calienta por espacio de una hora, después de este tiempo las brazas y cenizas son vaciadas a una cabina que está debajo del centro del horno, se mete el pan y a los dos minutos se sacan unas canastas para colocar los panes.
Estos hornos se encontraban en casi todas las casas del pueblo y el campo, en las pulperías o negocios mixtos se vendía el pan criollo, las acemitas, paledonias,
bizcochos y rosquitas. Como la mayoría de los habitantes tenía un horno, el pan que se vendía tenía una dura competencia debido a que se buscaba el que fuera mejor y más sabroso, lo cual dependía de su aliño, peso y tamaño.
Implemento empleado y fabricado por los indígenas, cuyo uso se mantiene vigente en la elaboración de la comida típica como el casabe, naiboa, cachapas de maíz y arepas. Para su elaboración se emplea tierra, gres o arcilla y agua. El procedimiento consiste en mezclar alguno de los tres elementos con agua, se moldea el budare y después se quema.
Se coloca al sol en un promedio de 4 a 6 horas, quemándolo nuevamente para que tenga mayor resistencia. Su forma es un plato grande, redondo, de textura lisa, liviano y de delgado grosor.
Estos utensilios moldeados a mano son de diferentes tamaños aunque suelen utilizarse los más grandes con mayor frecuencia, específicamente sobre el fogón y mientras más uso tiene, más resistentes son.
Es un implemento utilizado para extraer el jugo de la caña de azúcar. Está constituido por dos rodillos movidos por palancas que ubicadas al extremo de cada rodillo giran de forma inversa, es decir, son movidas simultáneamente por dos personas en sentidos opuestos, así se accionan los rodillos que giran también de forma inversa, de esta manera se puede extraer el jugo a la caña de azúcar.
El chaqui chaqui es un nombre onomatopéyico que se le da en el municipio de Santa María de Ipire al trapiche, por el sonido que produce al moverse. Este trapiche
está elaborado en madera dura que se labra convenientemente.Al trapiche se le hace una muesca u orificio y de allí surge un pequeño surco que es por donde fluye el jugo o guarapo de caña.
Molino ubicado encima de un tronco. Tiene una estructura central, conformada por dos cilindros
de metal, por donde se introduce la caña. En la parte superior tiene una viga de madera, la cual tiene en sus extremos dos vigas de menor tamaño. En ellas se colocaban los bueyes que daban vueltas para hacer girar estos cilindros y de esta manera comenzar el proceso de extracción del jugo de la caña.
UTENSILIOS DE TAPARA
Los utensilios que se elaboran con la tapara son diversos, se
emplean tanto para las tareas domésticas, como en la elaboración
de juguetes. El proceso consiste en trabajar el fruto
del árbol —las taparas— cuando estén amarillas y en dejarlas secar durante aproximadamente
una semana. Luego
con un cuchillo se abre un orificio
por el cual se le extraerá la
tripa; antes de secarse totalmente
se raspa bien. Posteriormente
se le hace un corte con
una segueta de acuerdo al uso
que se le vaya a dar y luego se
lija. La tapara es para el llanero
parte de sus elementos, ya
que de ella se sacan muchos
utensilios de uso doméstico como
el colador, cucharones, cucharillas,
onoteras, maracas,
incluso para guardar agua,
granos, entre otras cosas.
Para elaborar los coladores de totuma se corta
por la mitad y se les extrae el líquido y la pulpa. Se curan
y se pulen a mano. Estos coladores existen desde la época
de la Colonia, específicamente usadas por los aborígenes.
Son muy útiles en la cocina por ser higiénicas y livianas.
Tienen gran significación histórica y cultural por su
utilidad y por el proceso de elaboración.
Otro objeto de
particular valor y que representa parte de los utensilios tradicionales
que se conservan en muchos hogares campesinos
es la tapara encabullada, envases para llevar bebidas
como el carato, el aguardiente y otros guarapos. Lo encabullaban
con nylon para hacerle una especie de asa y lo
colocaban en la montura del caballo.
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