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10 de noviembre de 2012

Alejandro Arzola Parariá, luthier de Bandola Montañera


Imagen Manuel Abrizo en Guarico, cruce obligado de caminos

Arzola Parariá tiene su taller en el arbolado y fresco patio trasero de su casa en San José de Guaribe. Allí trabaja bajo un techo de zinc sostenido por troncos. En el centro está el meson de madera y sobre éste las herramientas, las hormas, una que otra tabla y las primeras piezas ensambladas de lo que será una guitarra. Su fábrica se llama La Nacional.

Cuenta que nació en Rio Grande de Cúpira, un poblado mirandino en 1925, aunque cree que su madre estaba equivocada pues recuerda que siendo un bebé, presenció un verano muy fuerte que ocurrió en 1922 o 1923, durante la dictadura de Gómez.

Desde muy joven mostró interés por los instrumentos musicales. Un día en Rio Chico, vio trabajando a un  luthier que se llamaba Esteban Matute y le gustó lo que hacía.

Fue completamente autodidacta en los secretos del arte de elaborar instruimentos, el primero que fabricó fue una bandola. Agarró un pedazo de apamate e hizo la tapa de abajo y la de arriba, usando como herramienta  un pedazo de vidrio que agarraba con un trapo para no cortarse, tenia 12 años.

Imagen Manuel Abrizo en Guarico, cruce obligado de caminos
“Llegó un dia a  las seis de la tarde a San José de Guaribe, hace 56 años. Desde entonces es el luhier.  del pueblo. De sus manos han salido arpas, bandolas, bandolines, mandolines de media lira, guitarras, cuatros, instrumentos que sigue trabajando porque don Arzola Parariá sigue activo a sus 82 años."

A pesar que mucha gente identifica la bandola de San José de Guaribe como Bandola cordillerana, "Don Arzola Parariá no está de acuerdo, ya que dice que “esa bandola como que no está en el mapa”. Para él hay dos tipos de bandola en Venezuela: La central de cuatro cuerdas, que toca Anselmo López como uno de sus máximos exponentes, y  la oriental de ocho cuerdas de acero que tuvo en Juan Esteban García un excelso ejecutante."

Tomando textualmente la referencia que sobre éste importante luthier, publica el blog Bandola Montañera:

De sus manos salieron las octocuerdas que Juan Esteban, su primo, el Geógolo de la Bandola por su propio decir, tocó en todos los bailes y conciertos que en vida ofreció para hacerse eterno entre todos nosotros, él era el autor material e intelectual de las creaciones instrumentales de Don Alejandro.

Desde que aprendió en Río Chico a blandir la bandola, que para entonces era y todavía es un centro de comercio de la zona, no ha dejado de enseñar, incluso hoy inhabilitado físicamente, los consejos a su hijo Marcos y discípulos, van acompañados de la sabiduría y sapiencia de antiguos aprendices, por eso es el Maestro Parariá, categoría que se ha ganado por años de enseñanza que con paciencia ha labrado desde que era un joven de la mano de Angel Matute y Pedro Pablo Arteaga.
 
No existen registros sonoros ni escritos de tales maestros, pero si escuchamos las grabaciones de la bandola de Pedro Pablo Arteaga, desde Río Chico podemos intuir ese sonido ancestral que el negro tomó para vibrarla al ritmo del tambor, seguramente así sonaban las primeras bandolas que oyó Parariá y que aprendió a tocar y luego a construir.
 
Su último gran aporte para la conservación del instrumento es la escuela que formó junto a Fernando Millán en Clarines estado Anzoátegui con apoyo de PDVSA y de donde han salido nuevas promesas de luthiers que darán continuidad a la obra del maestra Alejandro Arzola Parariá.

El Maestro Alejandro Arzola Parariá como los viejos cedros hoy da el mejor sonido a sus creaciones, sus memorias están por escribirse y todavía por componerse uno de esos pasajes que evoquen su paso por la vida acompañado de un viejo cuatro y una bandola guaribera de ocho cuerdas.
 

Don Arzola Parariá se ha destacado tambien como ejecutante de instrumentos de cuerda y cantor de fulías a la Cruz de Mayo en San José de Guaribe y los caseríos aledaños como Río Negro, Los Cantiles y la Cubanera.


Fuentes Consultadas:    Guárico, Cruce Obligado de Caminos, Min de Planificación y Desarrollo, 2007. Crónica  Manuel Abrizo; bandolamontañera.blogspot

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