Como nos gusta colocar para los domingos temas frescos y divertidos, les ofrecemos uno de los relatos que Don Antonio J Gonzalez Oria, presenta en su libro "Mis Avatares".
Cargado de picardía y humor, como casi todos los que narró en su libro, "Echarse los Largos", resultó uno de mis favoritos:
"Así como a las señoritas, al cumplir 15 años, era cuando se les permitía usar medias largas y tacones altos, siendo todo un acontecimiento socual; asi mismo para los varones al cumplir esa edad era cuando podían usar pantalones largos y ese importante paso en la vida se denominaba en la época "Echarse los largos"
"Ese paso era la frontera entre dos etapas: se dejaba de ser un muchacho y se empezaba a ser un hombre"
"Meses antes de cumplir los 15 años, mi papá y mi tío Pancho Oria, mer mandaron a buscar a la sastrería de don Enrique Acevedo un mostrario de telas de casimir inglés para escoger la tela para mandarme a hacer un flux que debía estar listo para el 29 de junio, día de mi cumpleaños.
Me entregó don Enrique una cantidad enorme de muestras de casimires, quizás 60 u 80 telas diferentes, y se las llevé a papá quien empezó a hojear las muestras detalladamente , una y otra vez, hasta que al fin escogió una me dijo:¡esta es!- Llévale ésto a tu tío Pancho para que él también escoja- Tío Pancho hizo lo mismo y despues d emucho revisar el mostrario, con esa cantidad de muestras, escogió la misma tela que habia seleccionado Papá..."
"Está listo el flux y llegó el 29 d ejunio de 1942, cumplo 15 años. Era tan importante ese día que Papá no fue al trabajo y tío Pancho ni siquiera fue a Mozanga, se quedaron para vestirme.
Llegó el momento del ritual, me preparo a estrenar el flux, camisa, interior, cinturón, corbata, medias, ligas de batata para mantener las medias bien prensadas, zapatos y dos pañuelos, uno en el bolsillo derecho de atrás del pantalón y el otro en el bolsillo izquierdo de arriba del paltó, el que llaman "seca lágrimas", porque se usa para secar las lágrimas cuando uno llora o las de la novia cuando por uno llora.
"Es Papá quien me ajusta el pantalón en su puesto exacto y me dice en voz dura y sonora: "En esto tienes que tener siempre mucho cuidado, el chaparro siempre va del lado izquierdo, nunca del lado derecho porque así lo usan los mariquitos y como lo tienen del otro lado, de ahí viene el dicho que tú debes haber oido bastante:¡ese como que es del otro lado!- bueno ya sabes el porqué y de dónde viene el dicho". Aprovecho la oportunidad para aconsejar a los papás para que enseñen a sus hijos, desde pequeñitos, de cual lado deben llevar el chaparrín, las consecuencias pueden ser muy graves."
"Terminé de vestirme, mi tío Pancho me acomodó el pañuelo "seca lágrimas" y me ponen tremenda perla en la corbata... Ya acicalado me hacen caminar por el corredor para ver como me veo, como si fuera una pasarela. "No camines tan pegao... No te escarranches tanto... Acuérdate que así como camines hoy vas a caminar toda tu vida". Ya estoy extenuado y sudoroso por el flux, la camisa de cuello duro, la corbata y sobre todo por los consejos sobre el lado del chaparro y el caminar . ¡Todo un trauma!
Para culminar el ritual de iniciación, me mandan a hacer solo dos visitas. Por fin salgo a la calle y ando nervioso porque pareciera que todo el mundo se fija en mí y más aún, pensando que el chaparro no se me moviera para el otro lado.Fui a casa de Walter Arp, compañero de primaria, quien también estaba estrenando los largos desde el 14 de junio. Después voy a casa de los Iñiguez, donde Leopoldo, mas veterano porque desde Enero ya tenía los largos."
"Me despido y me voy por la acera de la calle Soublette y me encuentro en una ventana, nada mas y nada menos que a Betty y Sadie Minguet Michelena. Estas niñas, cada vez que yo las veía me causaban taquicardia y ahora tenía que pararme frente a ellas, frente a frente. El corazón se me salía por la boca, las piernas me temblaban, las manos me sudaban y la corbata me ahorcaba. "Te felicitamos... ¡Que bien te queda tu flux!...¡Que tela tan bonita!" y yo que me sentía como un Judas que iba a ser quemado el Domingo de Resurrección. No hacía sino pensar cuándo y cómo de despido yo de aquí."
"Al fin logro despedirme y salgo serenito, sin ni siquiera voltear para atrás porque me imaginaba que iban a estar riéndose al verme caminar con mis largos... En ese momento, por la emoción, yo no sabia si estaba caminando muy pegao o muy escarranchao"
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