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9 de abril de 2013

Más del Verano Llanero

Van los vaqueros del viento
van sus candelas picando
ululan cantares de humo
sobre el tablón del quemado

Alberto Arvelo Torrealba

El Llano venezolano está pasando en estos dias por un recio verano. Como lo hemos escrito en entradas anteriores, el verano en el llano empieza a presentarse en salidas de aguas, aproximadamente en el mes de noviembre y se va desarrollando en los meses siguientes hasta llegar a su máximo nivel entre febrero y marzo. Ya entre abril y mayo, empiezan normalmente las primeras garúas que dan paso a una fugaz primavera, y luego al invierno, tan severo como el verano.

Este año el verano ha sido más intenso. Las llanuras están  sedientas: terronales, polvo, tolvaneras, incendios, ríos con cauce minimizado y pasto seco son elementos que se ven a lo largo y ancho de la llanura, con algunas excepciones en los bosques de galería y en bajíos o esteros.

Muy poco verde podemos apreciar en las sabanas y el existente, se presenta mustio, opaco muy distinto al verde esmeralda que las decora en entrada de aguas.
 
Resistir y florecer, dice Humberto Febres Rodríguez en su obra "EN NEGRA ORILLA DEL MUNDO" refiriéndose al ciclo que vive el llanero donde ve a plantas y animales agostarse en verano, a veces hasta la extinción o ahogarse en las aguas que trae el invierno. El llanero ve nacer, morir, sobrevivir, resucitar, sin perder la esperanza, tal como lo dice el poeta Arvelo: cruzando sedientos sobre la arena desnuda, vide la tierra estrellada con lirios de primer lluvia.

Antes de ofrecerles una serie de fotografías tomadas en el pasado mes de marzo entre Guárico y Apure que muestran la crudeza del verano, colocamos un poema del poeta Fleitas Beroes que la plasma:

-¡Traigo los labios resecos
negra la cara y la manta,
me alcanzó la tolvanera
pasando por el quemado!
¡Quieto!... caballo alazán
que está muy lejos el hato
y se rompieron los tientos
de la totuma y el cacho.

Quiero beber y no puedo,
este pozo hiede tanto
que no se si seguir viaje
o enfrentármele a lo macho.

Cuando me inclino de nuevo
me tumban el pelo e´guama
las alas de los zamuros,
las patas de los chicuacos,
pero extiendo mi pañuelo
suavemente sobre el fango
y empiezo a sentir divino
el líquido putrefacto
que se pone tibiecito
después que orina el caballo.

Otra vez cojo camino
con una copla en los labios,
agradecido de Dios
que siempre mete su mano

¡Que soledad,
que desierto,
que rica el agua en pañuelo.
La palma, el azul del cielo,
el pozo y el toro muerto.
Chigüires refugiados en los pocos restos de agua de las sabanas de Mantecal
Búfalos en las sabanas del Capanaparo

 El incendio, a veces espontáneo y a veces provocado, campea por las llanuras venezolanas.

Distintos focos de incendio en las llanuras de Mantecal

Ya pasó en incendio en los suelos arenosos del Capanaparo

La muerte como la vida, se evidencian en esta estapa de la naturaleza llanera.  Muchos animales mueren de sed, los peces tratan en vano de sobrevivir en los pocos restos de agua que quedan en las lagunas, las garzas emigran a lugares menos hostiles. Algunos sobreviven, algunos perecen pero en el ciclo perfecto de la naturaleza, se mantiene el equilibrio.

Al fondo,  un grupo de gabanes. Al lado de los restos de la res, un oripopo vigilante.


Sed, polvo, resolana, terronales  y tolvaneras se aprecian en el paisaje


Tolvaneras
 Y el estero, reducido a unas pocas lagunas, muestra su cara desnuda y sin fauna
Estero de Camaguán
 Los ríos han dejado las playas descubiertas, en la foto siguiente, desde el puente María Nieves se aprecia una gran playa invisible en invierno, cuando las aguas del gran río inundan las casas que se muestran.
Playa del Rio Apure en San Fernando
Caño La Pica, convertido en esta parte, en tan solo un arroyuelo

Playa del rio Capanaparo en La Macanilla.
 Y el llanero adaptado a su realidad, acondiciona su hogar para ambas estaciones
Puente improvisado para  tiempos de invierno
Sabanas donde el color predominante es el de la tierra desnuda y el pasto tostado
Sabana dorada por el sol
Y para finalizar, Verano Llanero interpretado por José Catire Carpio:


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