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11 de junio de 2013

La Soga de Enlazar y Otros Implementos de la Montura

Soga y cebo para engrasarla
"La soga o rejo de enlazar es realmente una obra de arte. Mide dieciséis o dieciocho brazas de largo. El llanero escoge la piel que le ha de servir para confeccionarla, ha de ser piel de res vieja, vaca o toro, pero de pelo cárdeno (amoratado) que según su experiencia, es la que ofrece mayor solidez y elasticidad.

Desollada la res, extiende la piel y la prensa por medio de unas estacas; luego, con una afilada cuchilla saca un círculo del tamaño de una moneda grande en todo el centro, de la piel, y de ahí en adelante va cortando de modo de sacar una correa de una pulgada de ancho.

Cuando el corte llega a las extremidades de la piel, ya tiene la longitud requerida. Esta larga correa es retorcida cuidadosamente, y tendida tensamente al sol hasta que se seque. Como después de esta operación la soga queda en extremo tiesa y áspera, el llanero la suaviza untándola de grasa.

Ata la punta a la cola del caballo y da a correr con ella, arrastrándola por los medanales durante dos o tres horas, y así la pone en las mejores condiciones de elasticidad. 

Los arneses del llanero son sumamente sencillos y muy sólidos: todos son de piel cruda como la soga.
A la grupa dos pequeños lazos de rejo, que llama tientos, para atar el chinchorro o hamaca, que lleva embolsada en una alforja de lienzo. En esos tientos van también asegurados el rollo de soga, un cuerno de toro que le sirve, de copa para tomar agua o aguardiente. Este cuerno va decorado con artificios y primores ejecutados por él en horas de siesta o de descanso, valiendo de cincel o buril la punta del cuchillo de cintura o la lanza. Estos primores consisten en arabescos imitando palmeras, flores o retratos de seres queridos. 

En los tientos va también la guitarra y una bolsa de piel de becerro con el bastimento. En la parte delantera de la silla van las cañoneras, o sea dos pequeñas y angostas alforjas donde guarda el llanero sus hilazas, cera, lezna, aguja y demás enseres de hacer guarnición; sobre estas alforjas va arrollada la cobija o poncho, con que se protege de las lluvias, o de las agresiones de los insectos cuando duerme a campo raso. 

En las cañoneras de .la silla pone la novia macizos de rosas sabaneras, u hojas de plantas perfumadas "para que él se acuerde de ella cuando ande por allá lejos". Y en esas alforjas se colocan muchas veces también mensajes de amor en garrapateada letra cuando los novios son de cierta clase, amos o' mayordomos, o circunstancias especiales han contribuido a que el tercio de la pampa y la amada hayan sido criados en casa de "gente grande” de la ciudad o del pueblo" 
El Llanero - Daniel Mendoza

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