Ilustracion de Francisco Maduro tomada de Venezuela Tuya. |
PICO E´PLATA Y GUARDAJUMO
PICO E´PLATA:
Llanero para en el suelo,
te he venido a preguntar:
por qué no cantas conmigo
si eres tan buen turupial;
si tienes garganta de oro
y sabes improvisar,
arrímate a los bordones
y empieza por contestar
GUARDAJUMO:
Contestacion vengo a darle
y aqui me tiene plantao,
ponga atención Pico e´Plata,
oiga bien este recao:
Si es que en su tierra le han dicho
que soy tizón apagao,
agárreme por lo verde,
agárreme con cuidao,
porque es mucho el mano larga
que conmigo se ha quemao..
PICO E´PLATA:
Si con usted se han quemado
será tal vez por descuido,
o porque se han tropezado
con su cigarro encendido,
a mí sé que no me quema
ni que me encuentra dormido,
ni que me prenda fogón
a media vara del nido.
GUARDAJUMO:
A media vara e´su nido
voy a posarme otra vez
quien quita que así me pague
las veinte cuentas "de al diez"
que le gané en la gallera
del paso de San Andrés;
como no me ha cancelado
hoy dudo de su honradez,
si quiere cantar conmigo
¡eche su cuento como es!
Germán Fleitas Beroes
Señores, les ofrecemos la ponencia presentada por el Profesor Hugo Arana Páez en el VII Encuentro de Cronistas e Historiadores de Venezuela, efectuado en Calabozo, estado Guárico entre el 14 y 15 de septiembre del presente año.
Guardajumo, que quedó en el hablar popular en forma de refrán, fue el tema seleccionado por el Profesor Arana, para vincular la leyenda del forajido con la rebelión social, resistencia indígena y caudillismo que se vivió en nuestro país con la conquista y posteriormente con las luchas de independencia y Federación
GUARDAJUMO ENTRE LA LEYENDA Y LA CRÓNICA
Elementos para una comprensión del caudillismo en Venezuela
Profesor Hugo Rafael Arana Páez
INTRODUCCIÓN
Juan Nicolás Ochoa (a) Guarjaumo, fue un aborigen calaboceño que vivió a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, fue un personaje que la historiografía tradicional se ha encargado de insertar en la leyenda. En ese sentido, la propuesta de este ensayo, es desmitificarlo y proponer realizar investigaciones en torno a lo que en su época, él representó; me refiero a lo que algunos historiadores han convenido en denominar Rebelión social en los llanos. Por otra parte, en cuanto a su gentilicio, he hallado que algunas fuentes señalan que es oriundo de Calabozo y otras que es de San Felipe, Estado Yaracuy. ¿Conocer su vida aportaría conocimientos a la comprensión del fenómeno del caudillismo en Venezuela?
A. GUARDAJUMO EN LA LEYENDA
La leyenda, es una historia que está basada en un hecho real, pero contiene elementos fantásticos. Las leyendas surgen como narraciones orales y se difunden entre el pueblo y pertenecen a él.
1. La leyenda del guariqueño Juan Nicolás Ochoa (a) Guardajumo.
Según el filólogo Ángel Rosenblat, escribe que nació en la Misión de Los Ángeles de esta población. Guardajumo fue un apodo dado a un bandolero guariqueño, descendiente de los indios guamos nombrado Juan Nicolás Ochoa, nacido en 1780 y ahorcado, según documentos, en 1802. La tradición cuenta que era tan temido este salteador de caminos, que en Calabozo no había verdugo que se atreviera a colgarlo; por lo que las autoridades tuvieron que traer uno de Caracas.
Según dicen las coplas fue uno de los fundadores del hato La Rubiera. Se dice que tenía poderes demoníacos, ya que para evadir a sus perseguidores se transformaba en tronco de árbol, en comején o en algún animal de la llanura. El apodo Guardajumo se origina en que para confundir, burlar y evadir a los rastreadores, encendía varias fogatas en el sitio donde acampaba. La tradición refiere que en una ocasión asaltó a José Tomás Boves, cuando el asturiano fungía como comerciante en esta población; de allí posiblemente deriva el refrán Fulano es más malo que Guardajumo, para significar que alguien anda en malos pasos.
En su peregrinar por el llano venezolano en el año 1800, el alemán, Alejandro de Humboldt lo registró en su diario, como uno de los bandoleros más sanguinarios de las estepas llaneras. Como toda leyenda, interesó al académico José Enrique Machado, quien en su discurso de incorporación a la Academia Nacional de la Historia, presentó un poema popular inspirado en éste fabuloso personaje.
…
“Yo, Nicolás Guardajumo
Cuyo apellido me han dado
Mis ruidosos procederes;
Descendiente de los Guamos,
En la Misión de los Ángeles
Casado y avecinado;
Viéndome como me veo
A la muerte muy cercano,
No por achaque ni mal
Que mi Dios me haya mandado,
Sino porque mis delitos
Me han reducido a este estado;
Y por muy justa sentencia
A muerte estoy condenado;
Y que a manos del verdugo
Públicamente sea ahorcado”... (1)
2. La leyenda del yaracuyano Juan Nicolás Ochoa (a) Guardahumo
:
Según el Diccionario de Historia de Venezuela editado por la Fundación Polar, expresa que este personaje nació en San Felipe (Edo. Yaracuy) c. 1767 _ Calabozo (Edo. Guárico) 26/5/1802. y que fue un bandolero indígena en la región de los llanos de Guárico conocido con el apodo de Guardajumo o Guardahumo, que pasó a ser en el lenguaje popular sinónimo de maldad. Su madre lo llevó muy pequeño al hato de Vicente Rodríguez donde se crió; luego se avecindó en la misión de Nuestra Señora de los Ángeles. A fines del siglo XVIII, se generaliza la presencia de bandoleros en los llanos que no sólo roban ganado, sino que asaltan casas y hatos, acometen y hieren a las personas, violan y roban a las mujeres. Juan Nicolás Ochoa (a) Guardajumo, actuó en los llanos de Guárico, desde 1786. Capitaneaba un grupo de indios que vivían de la caza, pesca y robo de ganado, movilizándose continuamente, lo que impedía su captura, además nadie se atrevía a denunciarlo por el temor que infundía y por creer que tenía pacto con el maligno. Su detención se produjo en Guariquito en octubre de 1798, donde fue sorprendido. Trasladado a la villa de Calabozo, se le inició proceso el 3 de noviembre, de ese año y culminó en 1802; cuatro años más tarde con una sentencia a muerte en la horca, acto que se llevó a cabo en la plaza mayor de la villa de Todos los Santos de Calabozo.
3. ¿Cuántos Guardajumo hubo en Venezuela?
La literatura venezolana está llena de míticos personajes; así tenemos en Gallegos, por el lado de los bandoleros a Juan Parao (Cantaclaro); pero también por los hateros, Gallegos nombra al Diablo del Cunaviche (Juan Crisóstomo Payara), quien tomando la justicia en sus manos ajustició a un hatero vecino suyo metido a abigeo, me refiero a Carlitos Jaramillo. Aunque Florentino en su romance La Mata del Ahorcado, cuenta que Payara, ajusticio a un indio por robarle un mamantón de su hierro. Probablemente la leyenda de la Mata del Ahorcado, se la contaría al maestro, el renco Antonio José Torrealba, en el año veintisiete allá en el corredor de la casa del Hato La Candelaria. Seguramente Torrealba conocería muchas historias de medidas punitivas que cometerían los hateros en el llano apureño contra cualquier individuo que se atreviera a alojarse en sus predios sin su consentimiento. Estas medidas desencadenarían en la guerra de independencia y en la federal, el odio de las clases sociales desposeídas. Señores, esto sería lo anecdótico de este personaje. ¿Acaso cuando Presentación Campos con la peonada alzada, irrumpe violentamente y toma la hacienda El Altar, cerca de La Victoria, violando a Doña Inés, hermana del amo, no sería otro Guardajumo el que actuaba así? Arengando Presentación a sus seguidores, les espeta.
…
“-Hasta hoy no más dura el trabajo. Hoy nos vamos todos para la guerra, ustedes son mis soldados. Recojan los machetes y síganme.
Los esclavos permanecieron un instante indecisos, sorprendidos por la brusquedad de la determinación.
-¡Vamos a recoger los machetes!
Ya algunos se preparaban a obedecerle cuando un negro vigoroso se adelantó hacia el mayordomo con aire resuelto:
-Usted es el mayordomo, si señor, pero no el amo. El amo no está aquí. Usted no tiene derecho a llevarnos de la hacienda de ese modo.
Los otros vieron el caballo encabritado y el brillo del machete. Después el esclavo, ensangrentado, tendido en tierra, con un hondo tajo en el cuello.
Nadie más vaciló. Apresuradamente iban a buscar las armas y regresaban. Cuando estuvieron reunidos de nuevo, Presentación Campos comenzó a observarlos. Eran cien hombres descalzos, apoyados sobre los machetes con cansancio; algunos fuertes, algunos flacos y enfermos.
Los fue escogiendo.
-Usted Pedro y usted Ramón y usted Natividad y usted Cirilo y usted Jesús, serán mis oficiales. Yo soy el jefe”… (2)
Miguel Izard en la obra ya citada, menciona a un bandolero llamado Vicentico Hurtado, que cometía sus fechorías entre Calabozo, El Sombrero, Ortiz y San Juan de Los Morros.
…
“El mayordomo, antes de la guerra , conducía cada verano tres rebaños desde los llanos hasta un hato de su patrón en El Sombrero y desde éste a Caracas; conocía a csi todos los bandoleros que merodeaban por el territorio, aunque a él nunca le atacaron, en parte, quizá, porque era compadre de uno de los más famosos, Vicentico Hurtado, quien durante muchos años y sin ser molestado capitaneó una cuadrilla que siempre se asentaba en un palmar cercano a Ortíz, proporcionándole alimentos los campesinos del lugar a cambio de protección; sin embargo, y curándose en salud , el narrador atravesaba Ortíz cuando iba con ganado, pasando una alegre noche con Hurtado y sus hombres, pero de regreso, con el dinero de la venta del ganado , procuraba evitarlo”… (3)
B. GUARDAJUMO EN LA CRÓNICA
Pero ahora vamos a tratar de desmitificar al personaje. Juan Nicolás Ochoa, fue un personaje real que nació el año 1780 y muere ahorcado en Calabozo el año 1802, es decir, a la edad de veintidós años.
1. La Rebelión Social en los Llanos
A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, los llanos de Venezuela estaban imbuidos en contradicciones, lo que Adelina Rodríguez Mirabal denomina Rebelión Social en los llanos.
…
“En los llanos venezolanos, el proceso de ocupación y uso del espacio pecuario y su transformación en un espacio estructurado síntesis del genero de vida pastoril, fundado sobre el usufructo de pastos comunes, originó -en la propia dinámica de su desarrollo- un proceso violento de contradicciones que por su particularidad hemos denominado rebelión social, resumiendo en ella toda la gama de contradicciones y pugnas entre los criadores, así como otras formas de resistencia de la población anónima, desarraigada de la tierra”… (4).
En ese sentido, esta investigadora hace un esquema de este fenómeno social: a) Las pugnas entre los mismos hateros; b) La oposición de los hateros a la fundación de pueblos y por último lo que ella denomina c) Las manifestaciones de la Rebelión Social, en la que destacan, por una parte la Resistencia indígena y por la otra, las Rochelas o Cabezuelas.
Pregunto ¿Acaso, Guardajumo, no era un indígena, que en cierta forma no acataba las normas coloniales? ¿Sería un personaje incomodo al que la clase dominante (el mantuanaje calaboceño y caraqueño) le convenía satanizar? ¿Por eso fue ejecutado públicamente en la Plaza Mayor, del mercado de armas, hoy Bolívar, para que sirviera de escarmiento a otros rebeldes?
En tiempos de Gómez, Gallegos en Cantaclaro, le dedica un capítulo a uno de sus personajes, otro inconforme al que nombra Juan El Veguero, aquél agricultor al que arruinó un jefe civil llamado Coronel Dionisio Buitrago y que harto de los abusos de este autócrata, un día se fue a hacerse justicia por sus propios medios tras los pasos de otro rebelde apodado El Profeta.
…
“Uno llamao Juan lo roció con kerosén de la misma pulpería de Evaristo y le pegó fuego. Uno que parecía que no podía con su alma y fue el amo del machete que más roznó. Uno a quien el coronel Buitrago y que le había quitao unas vacas, allá por los laos del Yagual ¿Qué te parece Florentino?
-¡Y esos piazos del Coronel ardiendo en el medio de la calle! Lo trincó un llamao Juan, que fue el amo del machete que más roznó.
Juan el veguero, con el mismo machete con que arrasó su conuco y descuartizó su perro. Aquel hombre paciente y pacifico, de hablar calmoso y mansa mirada bestial, que se embraveció de pronto y como una fiera muda y sombría se incorporó a la gente del profeta y luego se vino con la montonera de Juan Parao, a saciar su hambre y su sed de venganza, para morir en seguida, harto de ella. Aquella ruina humana a quien primero sostuvo una inmensa resignación y luego una cólera inmensa”… (5)
¿Acaso Juan El Veguero, no representa la insatisfacción del pueblo venezolano? ¿Acaso, Juan El Veguero, no significó en tiempos de Gómez lo que en su época, le tocaría representar a Juan Nicolás Ochoa?
Más adelante, Rodríguez Mirabal, acota que la ocupación del espacio de facto había generado una serie de pugnas por la tenencia y uso de la tierra, así como por la adjunción de mostrencos en la sabana, el propio ritmo de la dinámica de la sociedad venezolana permitió que estos conflictos se entrelazaran con la lucha de clases característica del régimen colonial. En ese sentido, la investigadora cita a Brito Figueroa, quien expresa.
… “Las pugnas de clases constituyen el fondo de las luchas sociales y políticas, que tienen por marco histórico el período colonial, elementos étnicos y jurídicos , relacionados éstos últimos con el estatus de las categorías sociales, influyen en el curso de aquellas luchas históricas y en muchos preponderan en la determinación de su forma” … (6)
1.1. La Resistencia indígena
Rodríguez Mirabal, menciona la destrucción de poblados, iglesias y la muerte de algunos misioneros a manos de indígenas alzados en los llanos. Los indígenas llaneros lucharon por la defensa de su espacio con todos sus recursos: arcos, flechas y hasta palos, se dice que hasta con venezolano. Es decir, no fueron grupos dóciles y dispuestos a la pacificación. Es elocuente la relación dirigida al Rey por parte del padre fray Ildefonso de Zaragoza, prefecto de las misiones de Calabozo.
… “Son muy rencorosos y guardan el odio de generación en generación, hasta que pueden vengarse ( ) pues sin tener estos indios protocolos, ni escrituras, pasa de padres a hijos la memoria de las crueldades que hicieron con sus antepasados los primeros españoles que vinieron a la conquista y de aquí nace el odio y rencor que nos tienen”… (7)
C. ¿QUIÉN ERA REALMENTE JUAN NICOLÁS OCHOA?
El conquistador español en su afán de conquista y dominación de la población aborigen, utilizó armas como el caballo, el perro (Mastín español, como el que despedazó a Tamanaco), cañones, ballestas, arcabuces, pistolas, lanzas, dagas y espadas; asimismo maquinas de tortura como, el cepo, la picota, la pena capital con la horca etc., pero de manera sutil, empleó también, la ideología, representada por la educación (las primeras escuelas) y la religión, que eran sinónimo de civilización. Por supuesto, detrás de esta realidad se ocultaba la apropiación de territorio y de la producción que brindaba la mano de obra esclavizada o encomendada. En su afán de civilizarlos, el misionero castellano (según Miguel Izard, como catalán, pero español al fin, afirma que la conquista fue tarea de los castellanos, yo le refutaría y le diría que todos los conquistadores fueron españoles). La ideología también servía para etiquetar al indígena venezolano, así los tildaban de flojos ¿Y quién no va a flojear, trabajando de sol a sol y sin paga alguna? Si acaso, el pago era ganarte algunos azotes o el castigo de la picota o el cepo.
1. La vestimenta, alimentación y diversiones del personaje
Seguramente Juan Nicolás Ochoa vestiría a la usanza de la época,
… “El atuendo del llanero era mínimo, iba descalzo, llevaba un pantalón hasta media pierna y, en el mejor de los casos, una camisa; el sombrero era imprescindible. Existía también el traje de gala, para los festejos: camisa blanca, rizada, de largas mangas acuchilladas y cuello y puños estrechos, con botonaduras de oro, garracì que es un pantalón largo, abierto en la pantorrilla y cortado de suerte que caigan dos piscos sobre el tobillo para formar lo que se llama uña de pavo; pañuelo de seda de vivos colores anudado a la nuca, sombrero pelo e’guama, atado con barboquejo ; pie calzado con cotizas (sandalias) de piel de res curtida; cinturón para la lanza; espuelas de plata o de oro, cinceladas con anchas rodajas”… (8)
Seguramente, Guardajumo se alimentaría de carne seca (tasajo), carne asada, venado, lapa, pisillo de chiguire, pescado (coporos, bagre, cachamas, dorado, valentón), topochos, cachapas, frijol, queso. En cuanto a las diversiones, seguramente sería un excelente coleador, bailador, cantador; también asistiría a las riñas de gallos. En cuanto al trabajo que le tocaría realizar antes de convertirse en salteador de caminos y cuatrero, posiblemente fue peón de hato (se dice que fue uno de los fundadores de La Rubiera), en ese oficio fungiría como amansador, castrador de toros, becerrero, ordeñador, quesero y cabestrero.
D. ASPECTOS IDEOLOGICOS DE LA CONQUISTA Y LA CONTRAIDEOLOGIA DEL ABORIGEN.
1. Aspectos culturales que anteponía el aborigen al avasallamiento del conquistador.
El aborigen y el llanero, se enfrentaron al conquistador español desde comienzos del proceso de dominación; el primero anteponía el arco, la flecha, palos y hasta piedras; el segundo la lanza, el machete y el caballo y alimentos: la carne seca (tasajo) la yuca y el casabe.
Tanto el llanero como el aborigen anteponían sus creencias. ¿Acaso Guardajumo no era temido porque se transformaba en comején, en árbol y hasta en algún animal de la llanura, razón por la que era temido? También, su viveza ¿Acaso no se les tenía como flojos, haraganes y bellacos para el trabajo?
Miguel Izard, citando a la Memoria del padre Olivares, revela la ideología del conquistador.
… “Cuando los reducen a población, es instruirles en el uso en el cultivo de la tierra, a fin de que recojan maíz y yuca para mantenerse; lo que apenas se puede conseguir de los que se sacan del monte, a causa de su flojera e indolencia, que no hay modo de vencer. Son tan flojos, perezosos, haraganes y dados a la ociosidad, que por verse libres de las exigencias de los Misioneros, que tratan de obligarles a trabajar y hacer sus siembras, huyen con mucha frecuencia en grupos numerosos a los montes, sin que tengan otro motivo para la fuga que éste de no querer trabajar”… (9)
2. ¿El Bandolerismo tenía apoyo popular?
El bandolerismo, sí tenía apoyo popular, según Miguel Izard en su obra ya citada, explica que los mencionados bandoleros gozaban del apoyo del resto de la población.
… “Pero además de los cuatreros, en los llanos existían los bandidos, acusados de otros delitos por una legislación que ellos tampoco reconocían. Había múltiples variantes, pero pienso que esencialmente podrían reducirse a tres: aislados, llaneros solitarios, que se defendían individualmente de una ley que los marginaba; fácilmente estos forajidos se agrupaban en pequeñas partidas , que para sobrevivir debían contar necesariamente con el apoyo, más o menos tácito , del resto de los habitantes del resto de la región, que por lo general les admiraban y les protegían; y más raramente , y en situaciones límite , formaban grandes bandas de forajidos que podían llegar a poner en peligro el orden establecido, dado que no solo se defendían y huían , sino que atacaban a las fuerzas represivas”… (10)
¿No sería este el caso de Guardajumo? ¿Estos llaneros alzados no serían los antecesores de los futuros hacedores de patria? ¿O de los caudillos de las centurias pasadas?
CONCLUSIÓN
Juan Nicolás Ochoa (a) Guardajumo, amén de ser una leyenda, fue un personaje histórico que vivió a finales del siglo XVIII y principios del XIX, por lo tanto, debe ser estudiado con el rigor científico de la ciencia histórica para hallar las causas del fenómeno del caudillismo en Venezuela. En ese sentido, se ha comprobado que muchos venezolanos de entonces, igual que él, padecieron la dureza que imponía el régimen colonial imperante. Hombres como él, a raíz de la ruptura del nexo colonial tomarían partido por el bando patriota, mientras que otros se unirían a las fuerzas realistas. En todo caso, la vida de estos bandoleros o salteadores de camino devenidos en caudillos, deben estudiarse para entender las relaciones sociales de producción de la época y las causas que animaron a los llaneros a seguir al Taita, después al Catire, a Zamora, al Cabito hasta a Arévalo Cedeño cuando en 1914 se alzó en Cazorla contra El Benemérito.
CITAS AL PIE DE PÁGINA
(1) Archivos Venezolanos de Folklore. Tomo 8. Págs. 152-175.
(2) USLAR PIETRI Arturo Las Lanzas Coloradas, Págs. 86-87
(3) IZARD, Miguel Ni cuatreros, ni montoneros. Llaneros. Pág. 2
(4) RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina Latifundio ganadero y conflictos sociales en los llanos de Apure 1700-1800. Pág. 139 (5)
(5) GALLEGOS, Rómulo Cantaclaro Pág. 214
(6) BRITO FIGUEROA, Federico Historia Económica y Social de Venezuela, tomo IV. Pág. 1250. (7) RODRIGUEZ MIRABAL, Adelina Ob. Cit. Pág. 178
(8) IZARD, Miguel Ob. Cit. Pág. 26
(9) IZARD, Miguel Ibídem. Pág.12
(10) IZARD, Miguel Ibídem. Pág. 21
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