Este pueblo fue fundado en 1786, con el nombre de San Esteban de
Quintero, sobre la margen derecha del río Apure, por el Justicia Mayor barinés
Juan José Paredes, según consta en la Primera Memoria del Congreso Venezolano
de Historia eclesiástica, realizado en 1969. Su santo Patrono es San
José.
Entrada a Quintero. Manuel Abrizo |
Sus aproximadamente 2500 habitantes (considerando
los de los alrededores) viven de
la pesca y ganadería de los fundos cercanos.
Rio Apure desde Quintero.Manuel Abrizo |
Sus calles
permanecen solitarias a excepción de los alrededores de la Plaza Bolívar
donde hay cierto movimiento.Se encuentra a 50 Km de San Vicente.
El rio Apure pasa por el costado del caserío y se
puede ver al otro extremos el paisaje barinés.
Para el momento de la publicación de Apure en
Cuerpo y Alma (2010), Quintero
carecía hasta de luz eléctrica en la plaza por haberse dañado el
alumbrado.
La gente del pueblo manifiesta que el mismo está
aislado y olvidado, el único movimiento
se da alrededor de la plaza Bolívar, con unos pocos comercios que allí se
encuentran. En invierno quedan aislados al inutilizarse la carretera y la única
forma de salir es por el río.
Francisco Oviedo recuerda:
“ Mi niñez , como la de todo niño llanero, fue arriba
de un burro y de un caballo. Hice mucho trabajo de llano en los hatos, Este
pueblo ha crecido gracias a la voluntad de su gente. Yo construí la manga de
coleo, el parque ferial y la plazoleta de Los Mangos. La Plaza Bolívar la
construyueron en 1978. El terraplén que viene desde San Vicente y continúa
hasta Palmarito, lo hicieron en 1978 para evitar que las fincas se inundaran.
Es como un dique. Aquí hay mucha sabana limpia en donde no se ve ni una matica;
son ripios de sabana. De diciembre hasta mayo, esto es una belleza”
Quintero Inolvidable, dice Genaro Prieto en su famosa canción Apure en un Viaje. La gente del pueblo dice que gracias a ese verso, se empezó a conocer Quintero. |
Recuerda
otra de las pioneras del pueblo, doña
Carmen Barrios: “Aquí esto
eran unos cubarrales, que es una palma espinosa delgada. La sacábamos a machete
y pala. Antes las cosas eran "aindiá": como no se conseguía fósforos,
dejábamos un tizón prendido tapado con ceniza, bebíamos café en totuma, tejíamos
alpargatas a mano, hacíamos cestas para meter la ropa, Para alumbrar hacíamos
una mecha de algodón, se le echaba manteca de ganado derretida y se metía en un
perol”. Para
el momento de este relato, Doña Carmen tenía 79 años y llegó al pueblo de 17,
todo lo cual habla del estado de precariedad en que vivió y seguramente
vive aún la gente de Quintero.
No hemos encotrado más informacion sobre este
pueblo o caserío apureño, lo cual ratifica la opinión de sus habitantes: es un
pueblo aislado y olvidado que seguramente requiere mucho apoyo del estado.
Fuentes Consultadas: Apure en Cuerpo y Alma;
Historia de Apure- Argenis Méndez Echenique.
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