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8 de marzo de 2011

Juan Solito - Germán Fleitas Beroes

Juan Solito, otro personaje resaltante de Don Rómulo Gallegos, pero esta vez en su obra Canaima.

Hombre silencioso, de poco hablar, cazador de tigres y con fama de brujo. Aquí un fragmento de Canaima:

“Juan Solito! – lo llamó, haciéndole detenerse, y cuando ya se le reunía- . Buscándote venía, casualmente
-Pues ya no necesita seguir- respondió el hombre sin alzar la vista del suelo donde la había fijado.
Mientras Ladera:
-Ahí tiene usted, Marcos Vargas, el cazador de tigres más famoso de todo el Yuruarí. Le dan el apelativo…
Pero el cazador le quitó la palabra:
-Porque es un Juan entre los muchos que caminan sobre la redondez de la tierra, porque siempre anda solo, que es la mejor compañía del hombre."

“Barbudo, greñudo, de aspecto selvático, edad incierta y sin apariencias de vigor físico que correspondiesen a su fama de cazador de tigres, Juan Solito era un personaje misterioso a quien se le atribuían facultades de brujo.
Decíase que había vivido mucho tiempo entre los indios del alto Orinoco, cuyos piaimas lo iniciaron en sus secretos, y así como se ignoraban su nombre, origen y procedencia, no se sabía tampoco donde habitaba, ni se le conocían relaciones permanentes con los moradores de la región”

Don Germán Fleitas Beroes escribe la letra de esta canción, narrando la muerte de Juan Solito. La Música es de Pedro Pablo Molina:

JUAN SOLITO
Interpreta: Reyna Lucero

Con sombrero de cogollo
Con pañuelo de madrá
Juan Solito lleva un rollo
Mientras va cantando alegre
Sobre su burra enjalmá
Los gallos de la sabana
Anuncian la madrugá.

Lejos relincha un caballo
Un toro empieza a pitá
Se acerca una cascabel
Se escucha castañeteá.

Juan Solito en la tiniebla
La comienza a maliciá
Enarbola el mandador
Y cuando le va a tirá
La culebra traicionera
Lo alcanza con la picá

Juan Solito cae al suelo
Herido de gravedá
Ya las estrellas del cielo
No las mira parpadeá
Los cocuyos en lo oscuro
Lo empiezan a salpicá,
Juan Solito va sintiendo
Que la vida se le va
Y muere de un golpe seco
En aquella soledá

Donde murió Juan Solito
Tienen una cruz clavá
Y dicen que su alma en pena
Sale bien de madrugá
Y lo escuchan cuando grita
Y ven la hamaca enlutá
Y oyen la trocha maldita
De aquella burra enjalmá


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