Los guamos fueron moradores de las márgenes
de los ríos apureños y sus islas, pero se extendieron por gran parte del país.
Las fuentes de investigación determinan que fueron pescadores que convivían con otros grupos indígenas agricultores. Compartían territorio con los caribes del
oriente y el Orinoco, caquetíos en occidente, otomacos en el Apure, guaraúnos
en el Delta. “Tambien se aliaron con los españoles, pues a mediados
del siglo XVII, los caribes aseguraban que los atacaban por considerarlos
enemigos, a causa de su alianza con los conquistadores”
Los cronistas de la época los describen como
hombres de gran estatura y color muy oscuro. “Según Humboldt, el color de la
piel de estos indígenas era “entre moreno, rojo y cobrizo”.
A decir de Argenis Méndez Echenique en su Historia de Apure, no se ha podido reconstruir la cultura total
de los guamos, lo cual puede deberse a su amplia transculturación dada su
presencia en varios estados del país, donde adoptaban costumbres de otras
etnias o culturas. Etnográficamente se dice que los guaiqueríes pertenecientes
a los estados llaneros, eran antecesores
de los Arawuacos.
A pesar de que mayoritariamente vivían de la
pesca, cazaban esporádicamente y tenían algunos cultivos. Al igual que los
otomacos, eran muy diestros en la caza del caimán y del manatí. El P. Vega
describe la maniobra que hacían los guamos del P. Bernador Rotella para
capturarlos:
“Cercaban con una gran estacada la boca de algún caño, para lo
cual era menester elevar grandes palos en el lecho del río. En esta maniobra
eran muy diestros y aguantaban “el resuello muchísimo rato debajo del agua” (Vega
en Documentos Jesuíticos). El compañero de Gumilla añade: “Es de advertir que
la carne del Manatí es muy saludable y no enferma….; y la tortuga es mejor que
el carnero, y una y otra vianda de mucho gusto y sustento, porque la del manatí
fresco no se diferencia del puerco muy gordo, y con otra propiedad, que por
mucho que se coma no haze daño ni fastidia”(Vega). La misma habilidad tenían
los guamos y otomacos para la caza del caimán. Los huevos del terrible reptil
eran un regalo para ellos. A veces encontraban
nidadas de unos 40 huevos “tremendos, gruesos y largos, con ambas extremidades
redondas, y aunque al tiempo de comer encuentran ya empollados los caimancitos,
no se afligen, porque todo lo comen brutalmente”, “por grandes que sean (los
caimanes),no les valen sus armas contra la industria y temeridad de los indios
otomacos y guamos, que usan de sus carnes como regalo, especialmente en
invierno y creciente del rio, cuando es poco útil otra pesca."
En la captura del caimán intervienen dos
hombres con una larga soga de cuero de manatí. Uno saltaba sobre el animal desprevenido y se hundía con él en el agua mientras
iba enlazando a sus mandíbulas y pescuezo. “El indio sale fuera tan fresco como
el mejor buzo de una armada real, y él y su compañero tiran para afuera el caimán
que, aunque hace con la cola sus
extremos, no puede evadir la muerte. Dánle un fiero garrotazo sobre los ojos,
del cual queda enteramente aturdido; y
antes de dar otro golpe, vivo como está, le cortan y sacan la tabla de conchas
del pecho, donde reside, como en su centro, el fiero almizcle que gastan estos
animales. De no hacerlo así, toda la carne quedaba apestada. Su carne es “tan
blanca como la nieve; es tierna y de buen gusto” La abundante grasa y manteca
del animal les servía para amasar sus panes de tierra arcillosa.
Los colmillos del caimán
Antiguamente los guamos arrojaban al río las
cabezas del los caimanes que enlazaban. “Pero de pocos años a esta parte,
escribe Gumilla, es su mayor ganancia, porque venden los colmillos a muy buen
precio y se buscan con ansia para enviarlos a personas de estimación, que los
reciben y agradecen como un apreciable y rico regalo, a causa de haberse
descubierto en la provincia de Caracas ser dichos colmillos un gran
contraveneno. Por lo cual y por lo que
han experimentado, ya el que no carga un colmillo de caimán engastado en oro o plata
y apretado a una cadenilla en uno de los brazos, se pone en los dedos una o dos
sortijas hechas de los mismos colmillos contra las hierbas venenosas, que los
esclavos negros suelen usan unos contra otros y no pocas veces contra sus amos”
Agricultura
A pesar de su poca afición por la agricultura,
la aprendieron de los otomacos. Al bajar el nivel de las lagunas después de las
grandes lluvias, quedaba en el contorno de las mismas una tierra abonada y
extremadamente fértil, en la que los guamos, otomacos, paos y saruros (
yaruros?) sembraban una “singular especie de maíz, que no se ha extendido y no
visto en otras naciones; llámenle
en su lenguaje maíz de dos meses”
Pueblos y casas
Al parecer, los guamos eran nómadas o
seminómadas, como los demás pueblos pescadores y solo se asentaban en un sitio
temporalmente dependiendo de la abundancia o escasez de la pesca, Sin embargo, algunas fuentes indican que
tenían pueblos o aldeas, aunque pobres.
Vestido y ornato
Aunque la desnudez era general en aquellas
regiones, casi todos se cubrían lo más indispensable con el guayuco. “Pero esta
gente guama no se cubre, ni bien, ni mal; toda su gala y ropa se reduce a un
ceñidor ancho, y de algodón tan sutilmente hilado, que los buscan y compran españoles
para corbatas muy finas. Es lástima ver cuan en vano hilan y tejen aquellas
mujeres, pues pudiendo cubrir con alguna decencia con tan bellas y ricas bandas
su total desnudez, y ningún recato, solo les sirve de apretarse neciamente en
la cintura” ( Gumilla). Gumilla se
sorprendió de la anatomía que hacían de sus orejas, “porque no solo desprenden
y separan la carnosidad inferior de la
ternilla…. Sino que prosiguen sutilmente cortando y separando la corta
carnosidad que hay en todo el circuito de las orejas, dejando prendida aquella
carne en la parte superior y de la inferior”. Lo curiosos es que utilizaban
aquel circulo de carne como si fuera una faltriquera o pequeña alforja en la que
guardaban trozos de tabaco de hoja y otras bagatelas.
Transporte
Como pueblo pescador, los guamos se movían con
destreza en sus pequeñas embarcaciones. “Los guamos hacen sus barcas de un modo
distinto que los otros, La parte excavada es de figura cuadrada, y el exterior,
aunque tosco y deforme, es bastante grande, y plano por debajo. Parece un ataúd
y son objeto de risa de otros indios. Son pesadas y difíciles de mover, pero
adecuadísimas para la pesca del manatí y del cocodrilo. Los guamos que usan
remos más largos y más grandes y son forzudos por encima de todas las naciones,
las mueven ligeramente y sin especial fatiga”. Las barcas del Orinoco se llaman
curiaras. “Siempre y a gran distancia, por el ruido de los remos, se oye venir
una curiara. Los guamos son los únicos que viajan a boga sorda. Meten un remo
en el agua y con esfuerzo increíble empujan sus barcas cuadradas. No puede gobernarse
esta boga sino de poquísimos. Pero cuando corre prisa huir, a todos les sale
bien”
Fuentes Consultadas: Argenis Méndez Echenique-
Historia de Apure; Fernando Arellano- Una Introducciín a la Venezuela Pre-Hispánica: Cultura de Naciones
La teoría de que los guamos eran los mismos guaiqueríes, según lo planteado por Fernando Arellano en su libro Una Introducción a la Venezuela Prehispánica: Culturas de Las Naciones, pierde peso por otros documentos antiguos donde se evidencia una diferenciación entre ambos grupos: “En un documento de 1725 se nombran los guamos guáricos del pueblo de Buria, los guamos guamonteyes de San Antonio de Turén, los guamos cherrechenes de San Francisco del rio Tirgua y los guaiqueríes. En dicha relación se dice; “otras naciones hemos sacado y poblado, pero se han huído , como taparitas , amaybas y un pueblo de guaiqueries de 600 almas.(Relación de fray Marcelino de San Vicente).
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