La Quemadura
Acento de Cabalgadura
Enrique Mujica
Inés Pérez era un hombre delgaito y jipato,
mas bien cobrizo. Ese andaba siempre enjoscao,
callaíto, porque era bien penoso. Cuando el llegaba a una casa se quedaba siempre en la puerta, ai se quedaba, agazapaíto, agarraíto e la
puerta, por eso era que le decían Murciélago.
Tocaba sinfonía. Ese hacía hablá una sinfonía.
El dueño el trapiche ande él trabajaba, el viejo
Antolín Tovar, a veces se quedaba escuchándolo, cuando él se arregeraba pa un rincón con
la sinfonía. "Me vas hace llorá, Inés", le decía, cuando Inés se ponía a tocá unas canciones
viejas.
Ese andaba solo por los caminos. En
veces, así de noche, la gente escuchaba una musiquita en lo lejo. Era Inés que venía.
El día que me quemé en el trapiche, yo estaba ayudando a Inés Pérez a recogé un melao caliente. Oscuro estaba yo allá, ayudándolo.
Casi siempre lo que hacía era ponéme a sacá
batío en una totuma con una paleta. El batío
se saca de la melcocha. En una totuma se coge
la melcocha que es más bien negruzca y se le
dá paleta hasta que empiece a ponése blanca.
Cuando ya va da punto, uno coge la melcocha
y busca parala con la paleta y con la mano. Así
uno la para, hasta que le queda como un Santo, como un santo esnú. Entonces le recoge el sobrante por los laos y eso se lo pone en la cabeza a ese santo. Ai queda como un muñeco.
Cuando el batío se pone duro viene uno y corta
tres fajas de bajero e topocho y lo viste. Después con una tira del mismo bajero le jace una
gasa.
Esos batíos yo los aliñaba con queso, con
concha e naranja y con anís. Le ponía esos aliños cuando la melcocha blanca toavía estaba
blandita. El día que me quemé fue porque me
puse ayudá a Inés a recogé el melao caliente de
arriba una mesa. Con un paletón lo empujábamos y el melao iba cayendo en una artesa. En una désa yo no tuve cuidao y empujé un poco
e melao pacia la orilla. Como esto, mas o menos, como un puñao fue lo que me cayó aquí
en el empeine, entre el tobillo y la Capellá e
la alpargata. Yo sentí apenita que me ardió. Ai
me quité el melao caliente con la mano. Al
principio creí que no era ná, pero cuando me
vi bien, me di cuenta que me había quitao el
melao con to y cuero. Los deos de la mano se
me ampollaron. Esa gota e melao era una pelota e candela. Una rueda blanca y lisa fue lo
que me vi en el empeine. De ai me fui pa bajo
un palo y me quede esperando. Al rato sentí
la llaga como una brasa, un ardorón que me
mordía. Ai me echaron tinta, me vaciaron un
frasco e tinta. Cogieron unos cundiamores y los
machacaron, sacaron una tintura roja y también
me la echaron. Amaneciendo me fui yo pa la
casa. Abajo una troja me senté llorando. Ai vino
mi tía Ángela y me vió, entonces me dijo:
"¿Muchacho, que tienes ai? Ande te sacates ese
tajo?". "Que me quemé con melao caliente",
le dije .llorando.
Ai empezó mi tía a llamá a
mi papá. Mi papá vino pacia la troja donde yo
estaba y me escuchó llorando. Se quedó viéndome la llaga que ya la tenía como una matadura
e burro y le dijo a mi tía Ángela: "Ángela, búscame la botella e lejía y un pan de jabón de
la tierra". Yo me quedé quieto pa que no se
pusiera bravo. Me estrujó la llaga con lejía y
me juntó jabón. Del ardorón yo lo que sentía
era un frio que me corría por las verijas. Yo
me quedé callao abajo e la troja. Mi papá agarró la botella y el jabón. Cuando ya se iba se
quedó viéndome, me peló aquellos ojos azulitos
y me dijo: "Mire la vaina. Eso le pasa porque
usté es una avispa. Lo que quiere es viví metío
en un trapiche".
Bajero: Hojas y vástagos secos de las plantas de cambur, plátano y topocho; Arregerao: arrinconado, colocado en sitio provisorio. También hemos visto esta palabra asociada a juntar cosas o personas : Ya es hora de que estés arregerao, dice el Cubiro en una canción; Matadura: Llaga que ocasiona la montura en el lomo de la bestia; Esnú: el autor se refiere a desnudo.
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