RÍO GUANARE:
LEYENDA, PAISAJE Y COPLA
Omar Carrero Araque
Baquiano
2006
La revisión palmo a palmo de las tierras llaneras de la cuenca
orinoquense, fue la ambiciosa tarea que Coco Guevara se impuso como penitencia
para alcanzar las palmas de su biogeográfico doctorado. Como dijera Orlando
Araujo, en estas cruzadas fui compañero de viaje, recogiendo experiencias no
sólo de Don Manuel Costa Talens, su Tutor y de Leonardo
Lugo, su vademécum edáfico, sino también del montón de personas llenas de pericia
y baquía, que nos asistían en cada pueblo y en cada campo. Esa experiencia nos
llevó a conocer al río Guanare en varios puntos de su recorrido, en cada uno de
los cuales pudimos apreciar la visión y la historia que sobre este camino de
agua tienen los ribereños.
El Guanare
es otro de los grandes ríos que bajan desde las crestas andinas buscando
abrirse paso por entre los bancos de la tierra llana. Sus aguas reúnen la de
numerosas quebradas que impetuosas buscan unirse a un torrente mayor para ganar
renombre. Este río, que en la tierra de los despeñaderos amparados en la figura
del Parque Nacional Dinira se llama Chabasquén, resulta de la alianza de las
aguas menores de La Ciénega, Chabasquencito, Saguas y Biscucuicito. El
Chabasquén una vez que gana horizontes se hace llamar Guanare para honrar a una
especie de gaviota que hace vida en esos lugares, dicha guanaguanare por los
indígenas. Ya Guanare, en el área de pie de monte al norte de Boconoíto,
alimenta con sus aguas el embalse Tucupido-Guanare. Este río, uno de los
emblemáticos del Llano, al atravesar pintorescos paisajes conformados por
montañas, sabanas, palmares, madreviejas y desparramaderos ha servido de
inspiración a poetas y copleros, tal como se reseña en 1928 en una composición
del legendario coplero Cupertino Ríos, que escribe y musicaliza la versión
primigenia de “Canoero del Guanare”, una pieza que han servido de matriz para
que, sobre su melodía, se monten otras letras como las interpretadas por Juan
Solito, Ángel Custodio Loyola, Luis Lozada y Reyna Lucero, entre otros.
Al abrirse a
la planada, el Guanare se gemela con el Portuguesa para iniciar una recorrida
en paralelo de unos 400 kilómetros, trayecto en el cual rivalizan por el
renombre, hasta que al fin acuerdan armonizar y unir sus aguas muy cerca de la
población de La Unión y así hermanados deciden llenar las hondonadas de
Camaguán antes de presentar sus saludos al Apure majestuoso. En su recorrido
por el llano baña tierras barinesas y portugueseñas dispensando a los
habitantes de Guanare, Guanarito o Arismendi, el bien de un camino de
agua.
En las áreas
del bajo llano el río presenta un curso meándrico acentuado, debido a la poca
pendiente del terreno. Esta condición hace que se difumine en algunos trechos
creando desparramaderos como el del Palmar de Morrones, meandros de renombre
como La Vuelta de Cambullón y madreviejas como las de Guanare viejo. A unos 60
Km hacia el sureste de Guanarito, en otro desparramadero, aparecen los Esteros
de Chiriguare declarados como Refugio de Fauna Silvestre, una figura protectora
de la fauna, “poligonizada” sobre 45.000 hectáreas en la que asiste alta
diversidad biológica.
En las
vecindades del poblado La Morita recibe las aguas del Boconó, aumentando tanto
su caudal que se ve forzado a romper uno de sus cerrados meandros cerca del
Caserío Flores, derivándose entonces hacia el este. A partir de aquí, el cauce
abandonado forma el Guanare viejo que se mantiene por largo trecho rumbeando al
sur hasta que, en llegando al llano más bajo, en la zona de derrames, se
convierte en el caño Guanaparo.
En la
parte media del curso sus márgenes se pueblan mayormente de Guamo de río (Inga
vera) y hacia la parte baja de Mangle de río (Croton cuneatus), formando los
muy mentados Guamales y Manglares. Sus aguas, por lo menos en el pasado, fueron
ricas en peces y sus pesqueros lograron notoriedad. Abunda o tal vez abundaba
la Cachama (Colossoma macropomum), el Bagre rayado (Pseudoplatystoma
fasciatum), la Palometa (Metynnis argenteus), el Caribe (Serraselmus
rhombeus), el Coporo (Prochilodus mariae), el Cajaro (Phractocephalus
hemiliopterus) y el Chorrosco (Pimelodus blochii).
En los pozos arremansados que se emplazan en la
cercanías de su unión con el Portuguesa, habitualmente se aprecian vistosas
Toninas (Inia geoffrensis) que en sus saltos oxigenantes parecieran hacerle
guiños a los navegantes. Los viejos llaneros como Don Pedro Manuel Petit,
Profesor Ilustre de la Universidad de Los Andes, que en su muchachez espantaba
el bochorno guanareño en los pozos del río y que sin duda, bogó de Guanare a
Guanarito en solaces de pesquería, bien comprenderán los angustiados versos de
un coplero, que no he logrado identificar, quien al ver la mengua de su río,
cantó entristecido:
Si vuelves a
Guanarito
Por caminos
sabaneros
Perplejo te
dejarán
Mortificantes
recuerdos
Verás cómo
están las playas
Casi
vestidas de negro
Muy tristes
porque las aguas
Del río
Guanare, se fueron.
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