El tema de los espantos siempre tiene buena acogida pues es la esencia de cada pueblo. El estado Portuguesa es rico en leyendas de este tipo.
Hemos publicado varias de estas leyendas por lo que colocaremos mas abajo el link de las mismas. En esta oportunidad les compartimos otras mas sencillas nacidas en Ospino, seguramente en las veladas chinchorreras después de la faena del día. Las copio tal cual aparecen en el Cuaderno de Patrimonio Cultural del estado Portuguesa
Leyenda del amo del monte
Máximo era un hombre que salía todas las noches a cazar. Dicen que no cazaba por hambre sino por entretenimiento y que aunque en su casa no le faltaba la carne y la comida, de todas formas insistía en salir a cazar. Una noche mientras intentaba alcanzar a un animal, divisó a lo lejos a un venado echado en el monte, el hombre disparó una vez y lo alcanzó. El animal trató de escapar avanzando un corto pedazo del camino, el cazador fue en su búsqueda y para cerciorarse de matarlo dio otro disparo. En
ese momento el venado se escondió entre los matorrales y Máximo decidió ir detrás.
¡Cuál sería la sorpresa de este hombre cuando al adentrarse en el monte vio la silueta de un hombre con larga barba y echando fuego por los ojos!
El cazador corrió despavorido a casa, no podía hablar del miedo y cayó en cama con una fiebre que duró mucho días. Después de esta experiencia, Máximo no salió a cazar nunca más.
Leyenda de los aparecidos de la carretera:
Los pobladores de Ospino hablan de algunas apariciones en
la carretera que conduce hasta la parroquia La Estación. En torno a esto se tejen varias historias como la del padre de Norma Colmenares, quien se dirigía desde La Estación a Ospino, cuando observó una mujer de cabello muy largo que flotaba casi al ras del piso,quiso acercarse para mirar su rostro y fue entonces cuando se dio cuenta que era una calavera. Esta historia coincide con la de otros pobladores que hablan de la misma mujer e incluso ella se monta en los carros que transitan por la carretera, haciendo que pierda velocidad y hasta que el espanto no desaparece, no pueden retomar la normal.
Leyenda del hachador
Según los testimonios de los ospineros, había un leñador que solía levantarse muy temprano a cortar palos secos para venderlos en la población y que su alma quedó penando por las calles de Ospino. En las noches se oye el sonido del hacha cortando los árboles. Muchas personas dicen que este hombre siempre subía a cortar la leña a la montaña para hacer su propia urna
Leyenda de la urna del paso de Cardoncito
En la vía de la carretera que va hacía La Estación, se escucha entre los pobladores la leyenda de la urna que pertenecía a un hombre llamado Pedro Elías Rodríguez. El día de su entierro decidieron cambiarlo a otra que habían comprado e hicieron el cambio justo en la carretera, continuaron su camino y dejaron la otra urna en ese lugar. Desde entonces la gente dice que cuando pasan los vehículos ven una cajón y al acercarse se dan cuenta que es una urna que luego aparece dentro del carro asustando a quien maneja.
Espantos del cementerio de Sabana Seca
Esta leyenda es de Guanarito y dice que el cementerio de Sabana Seca fue clausurado en la primera década del siglo XX -sus tumbas más recientes están fechadas en el año 1917-, y se dice que después de las seis de la tarde, ocurren apariciones de espectros y almas en pena. Los habitantes de la zona
cuentan que un vecino de la comunidad llamado Francisco Hernández, un albañil que vivió a principios del siglo XX, murió loco en las ruinas de la iglesia del pueblo, porque para construirla utilizó madera tallada que extrajo de las tumbas de este camposanto y que su locura fue un castigo por su profanación.
Existen tantas historias relacionadas con espantos, aparecidos y fantasmas que incluso actualmente las personas que viajan hacia El Mamón y que deben pasar por La Hoyada, donde está ubicado este antiguo cementerio, se abstienen de hacerlo después de las seis de la tarde. Cuentan que incluso, antes del amanecer, se escuchan ruidos de cadenas que son arrastradas por el piso y quejidos lúgubres
que estremecen al más valiente.
cuentan que un vecino de la comunidad llamado Francisco Hernández, un albañil que vivió a principios del siglo XX, murió loco en las ruinas de la iglesia del pueblo, porque para construirla utilizó madera tallada que extrajo de las tumbas de este camposanto y que su locura fue un castigo por su profanación.
Existen tantas historias relacionadas con espantos, aparecidos y fantasmas que incluso actualmente las personas que viajan hacia El Mamón y que deben pasar por La Hoyada, donde está ubicado este antiguo cementerio, se abstienen de hacerlo después de las seis de la tarde. Cuentan que incluso, antes del amanecer, se escuchan ruidos de cadenas que son arrastradas por el piso y quejidos lúgubres
que estremecen al más valiente.
El espanto de la media noche (Leyenda de San Genaro de Boconoíto)
Según cuenta la familia Manzanilla, que en las noches llegaba un ente desconocido a su casa, se montaba encima de los perros, los golpeaba con un chaparro hasta matarlos y luego se marchaba dejando un olor a azufre. En vista de esta situación el dueño de la casa se lo comentó al párroco que accedió a regar agua bendita para ver si lo espantaban, pero aún así seguía apareciendo. Los comentarios sobre el suceso se propagaron por el pueblo hasta que los ancianos de la localidad le recomendaron al hijo menor de la familia que cuando el espanto llegara en la noche le disparara con balas benditas por el párroco. Cuando llegó la noche y se apareció el espanto, el muchacho le disparó y al instante se escuchó un chillido parecido al de un cerdo y se percibió un olor a azufre que desapareció inmediatamente. Desde ese entonces nunca más volvieron a saber de aquél espanto.
Leyenda del ánima de Ño Quemao (Leyenda de Guanarito)
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, cerca del poblado de Guanarito, en el rancho conocido como Sabana Seca, vivía un hombre llamado Silvestre que era inválido a causa de un accidente. Un día la casa en la que vivía Silvestre se incendió y no pudo escapar del fuego. Mucha gente se lamentó
de su muerte y en el lugar donde falleció colocaron una cruz hecha de palos de camaruco.
Alguien echó agua en la base de la cruz y ésta retoñó. Aquella manifestación sobrenatural hizo que la
gente se congregara en torno a la cruz y le pidiera milagros al ánima de Silvestre, que como había muerto en un incendio pronto empezaron a llamarle el Ánima de Ño Quemao. La cruz se convirtió en un árbol que todos los años florece y desde entonces mucha gente se acerca a pedir favores y a pagar promesas. Por eso todos los años la comunidad se reúne para observar la cruz revestida de hojas de la que cuelgan cada vez más cruces como ofrenda por los favores recibidos.
de su muerte y en el lugar donde falleció colocaron una cruz hecha de palos de camaruco.
Alguien echó agua en la base de la cruz y ésta retoñó. Aquella manifestación sobrenatural hizo que la
gente se congregara en torno a la cruz y le pidiera milagros al ánima de Silvestre, que como había muerto en un incendio pronto empezaron a llamarle el Ánima de Ño Quemao. La cruz se convirtió en un árbol que todos los años florece y desde entonces mucha gente se acerca a pedir favores y a pagar promesas. Por eso todos los años la comunidad se reúne para observar la cruz revestida de hojas de la que cuelgan cada vez más cruces como ofrenda por los favores recibidos.
Leyenda de la Llorona de la plaza Bolívar de Paso Real (Leyenda de Papelón)
En la calle 2 de Paso Real, al lado del templo Nuestra Señora del Rosario, se encuentra la plaza Bolívar. Se dice que en ella durante las noches de Semana Santa, muy de madrugada, se ve el espectro de un ánima en pena. Cuentan que es una mujer vestida de blanco a quien no se le puede ver el rostro. Hay quienes dicen que han escuchado en medio de la noche y la oscuridad su grito escalofriante. Existen muchas versiones sobre el espíritu de la llorona, una de las más difundidas es la de una aparición con forma de mujer que lleva un niño a cuestas y vaga llorando por los caminos. Según esta versión, la Llorona pide a las personas ayuda para cargar al niño y si alguien accede el espíritu se libra del castigo y la persona que lo ha recibido se convierte en laLlorona. Se dice que un pedazo de tabaco tipo rollo en el bolsillo evita la aparición de este espectro.
Otras entradas relacionadas con los espantos del estado Portuguesa:
JUAN DEL MORRO; LA COCHINA PARIDA Y EL ENCADENADO DE PIRITU;
EL HACHADOR Y LA BOLA DE FUEGO; EL CARRETÓN Y EL AMO DEL AGUA; LA VACA ESOCADA Y EL DUENDE DE LA CARAMA,
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