Que expresión tan cierta! No importa lo que ocurra o las restricciones que puedan imponerse a una persona: sus vivencias siempre se quedan con él. Este refrán se utiliza como una respuesta un tanto altanera a situaciones en las que un tercero quiere imponernos algo sobre asuntos, conductas o hechos que ya conocemos y que no nos queda mas remedio que obedecer.
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