La veneración a la Cruz de Mayo, importante tradición religiosa en todo el país, se asocia al hecho mismo de la crucifixión de Jesús, y también a un símbolo que puede proporcionar abundancia, prosperidad, buenas cosechas y en algunos sitios también salud.
El Blog Letras de Cojedes, nos ofrece unos interesantes artículos sobre la celebración de los Velorios de Cruz de Mayo en dicho estado. Queremos compartir algunos tips de dichos artículos, pero recomendamos ampliamente acceder a ellos para su lectura completa, en los siguientes enlaces: Preparación de un velorio de Mayo, Velorios de Cruz de Mayo (poemas y fotografias), Décimas a lo Divino y Profano
Dice en el referido Blog, que en algunos pueblos llaneros del estado Cojedes, el altar se prepara con tres cruces: La principal que representa la de Jesús, y dos más pequeñas que evocan los dos ladrones que fueron crucificados junto con el Señor. La tradición establece que se pueden hacer peticiones a la Cruz, a cambio de una promesa que debe ser cumplida por el solicitante apenas sea concedida su petición.
Otra asociación que se hace con la Santa Cruz, es la de la lluvia. Las tradiciones Cojedeñas dicen que las lágrimas de la Virgen por la muerte de su hijo conmovieron al cielo, el cual se oscureció, para luego iluminarse con 4 relámpagos, que se representan en el altar por 4 velas blancas. Este hecho desencadenó un fuerte aguacero que dió abundancia y fertilidad a la tierra. De allí que la cruz se adorne con flores y se le ofrenden frutos, como remembranza de ese hecho. Por otra parte, “El agua mezclada con la tierra ardiente, pasa a ser una bebida típica e infaltable en los velorios de la Cruz de Mayo y se le apoda “guarapa” o “guarapita” y es una “fuente” que no se puede “secar”, es decir, siempre habrá para “tomar “ de ella,”
La creencia dice que el blanco de las gotas de lluvia se convirtió en un manto que cubrió el cielo y que después fue iluminado por los reflejos del sol, que regresó sobre el verde de la tierra mojada por el aguacero. Estos colores, especialmente el verde y el blanco, tienen un significado simbólico en la celebración.
Se cuenta que como la Virgen se quedó al lado de la Cruz rezando por su hijo, acompañada de varias personas que cantaban alabanzas, los llaneros de Cojedes, hombres, mujeres y niños, se reúnen en torno a la Cruz para hacer rezos, declamaciones y cantos, y presentan ofrendas, velas y bebidas, con gran devoción, esperando que la Cruz lleve bendiciones a sus vidas, siendo éste el origen de la celebración. El Velorio de Cruz conlleva, tiene pues, una connotación religiosa, pero también pagana. Sin embargo, siempre prevalece el respeto amoroso mientras se entonan los cantos a la Cruz
Al igual que en otras regiones del país, los Cojedeños celebran el velorio de Cruz el 3 de Mayo, pero siguen realizando eventos durante todo el mes, hasta el ultimo fin de semana en el que celebran el “Bailorio de Cruz”, también llamado “Cierre de Velorio” o “Rabo de velorio”.
Muy grande es el repertorio de décimas y cantos que en honor a la Cruz de Mayo, han pasado de generación en generación siendo su temática bastante diversa: remembranzas de la Pasión de Cristo, peticiones, agradecimientos, entre otros.
“Flores para el altar”
Registrado en la autoría de Enmo Suárez:
La Virgen ayer bajó
estando yo en oración
y se me puso en canción
lo tanto que siento yo
aquello que me ordenó
era un mandato sagrado:
que dejara engalanado
un lindo y humilde altar
para la cruz consagrar.
y así hallarme salvado
La preparación del altar y ambiente donde se celebrará el Velorio de Cruz, constituye igualmente una ceremonia cuidadosa que se hace con amor y devoción. Sea en casa de familia o un sitio público, la cruz se “viste” con esmero, bien sea con palmas, hojas de maíz o mango, flores, papel de seda u otros materiales, amarrados cuidadosamente. El trabajo se hace en grupo y dicen que trae felicidad y bendiciones a quienes participan. Una vez preparado el altar con la cruz, se colocan las ofrendas, que van desde comidas o dulces criollos, hasta flores y frutos.
En el transcurso del Velorio, el organizador o dueño de casa, ofrece alimentos y bebidas a los cantantes y visitantes. El sonido del cuatro, maracas, bandola y arpa, acompañados del infaltable “traguito de aguardiente”, poco a poco van tornando profanos los versos y décimas, hasta que la anfitriona cubre la cruz y empieza el bailorio. Los poetas improvisan versos, convirtiendo el velorio en una animada reunión comunitaria, donde el canto cubre distintos temas, religiosos y jocosos , llegando incluso a presentarse en ocasiones un contrapunteo entre los cantadores
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