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4 de junio de 2011

Los Hijos de Apure: Reinaldo Espinoza Hernández (1/3)

Utilizaremos una nueva forma de hacer las reseñas biográficas, basándonos en escritos publicados en periódicos o libros. Reinaldo Espinoza Hernández fue sin duda un hombre que trabajó en pro de la música y la poesía criolla. Hijo de Don Bruno Espinoza, supo llevar siempre su condición de llanero apureño.



SE FUE A LOS CIELOS
“Reinaldo Espinoza Hernández, el poeta, el musicólogo, el colega periodista, el ciudadano, el caballero, la pasada semana sin mucha música y poesía, fue llamado por nuestro Creador, para que en el cielo continuara por todos los siglos produciendo su Programa ‘Fantasías Dominicales’. ‘Fantasías Dominicales’, fue el programa que por 66 años ininterrumpidos, hizo posible acercar a los venezolanos a la música clásica. Su voz, su talento creativo, su finos versos, don de ser humano, lograron no sólo imponer un maravilloso y educativo programa musical radial, sino que sin duda fue el semillero de lo que nuestra generación disfruta, de los grandes valores artísticos que hoy poseemos. Reinaldo, en sus últimos años de  vida, se acobijó bajo la quietud de la bella Isla de Margarita, para proseguir en silencio con su obra, la de crear cultura y amor por las letras y por la música. La llanura, que lo vio nacer y el mar que vio partir, hoy extrañan su partida física, pero guardan en sus adentros terrenales, los recuerdos de sus versos y la honorabilidad de su ser”.
2001.com

“La Música, (así con mayúsculas), está de duelo por la triste desaparición de Reinaldo Espinoza Hernández, quién se fue en sus 85 años a acompañar a Beethoven en el éter.
Desde el éter de las ondas hertzianas, Reinaldo nos deleitó, desde 1943, con "Fantasías Dominicales" , el primer programa de música clásica que se creó en Venezuela, que él supo llevar contra viento y marea por el espacio de ¡66 años!. (Un récord que figura en el libro de Guinnes).
Hace más de medio siglo, en 1945, quién esto escribe llegó a Caracas procedente de El Tocuyo a estudiar pintura. Con apenas 18 años conocía por primera vez la capital. Por casualidad un día encontró en el dial del radio un extraño programa que no se parecía a los que él estaba acostumbrado y que comenzaba con los primeros acordes del Concierto Emperador de Beethoven.
Aquello fue la iniciación a un mundo maravilloso, que en mi lejana provincia era desconocido y que me marcó para siempre.
Aquel no era un programa que se limitaba a poner discos de música clásica sino una cátedra admirablemente conducida por Reinaldo, la cual nos abría nuevos horizontes a los amantes del arte. Desde entonces fui su discípulo y amigo. Estoy seguro de no haber sido el único. Somos muchos los que nos nutríamos los domingos matinales con ese programa excepcional, y los que seguiremos venerando su nombre con agradecimiento y devoción, lo cual trato de hacer al escribir estas líneas . Pero Reinaldo no fue sólo un exitoso productor radial, se involucró valientemente en la resistencia clandestina a la dictadura militar, lo cual le valió la prisión. También fue publicista y empresario, trayendo por primera vez al país la opera de Wagner, Tristán e Isolda, la cual a su vez dio el nombre a su hija. Ojala Isolda pudiera proseguir el programa de su padre para continuar la tradición y evitar la ruptura del record en el libro Guinnes. También Reinaldo fue el pionero del Miss Venezuela, y el descubridor de su coterráneo El Indio Figueredo; también fue poeta y coplero llanero: “Las Mil y una Coplas” y “Yo le pregunté al camino porque no se devolvía, porque no quiero ser noche después de haber sido día”, son sus poemarios más conocidos.
Su intenso trabajo de promotor musical fue reconocido al serle otorgada la Orden “Andrés Bello”, la “Francisco de Miranda” y la “Rómulo Gallegos”. Recientemente en Margarita, donde se residenció en sus últimos años, continuando su programa hasta el día de su muerte, recibió la condecoración Francisco Esteban Gómez. Estos estímulos recuerdan sus versos: “Una cosa si es segura de toda seguridad, la muerte no es noche oscura si se ha vivido en verdad”.
Reinaldo Espinoza Hernández fue sobre todo el hombre apasionado y conocedor de la buena música, clásica o popular.”
El Sol de Margarita 21/08/2009
Ángel Hurtado

Nacido en Mantecal, Estado Apure el 23 de enero de 1924, fue musicólogo, periodista y poeta.
Su infancia transcurrió en el hato de su familia en Mantecal, haciendo las faenas propias de un muchacho llanero: becerrero, ordeñador, amansador, palanquero, pescador entre otros.
Buscando mejores rumbos, un día llega a Caracas donde trabaja en una tienda y más tarde ingresa a la Escuela “República del Paraguay” donde asume la dirección del periódico escolar
En 1941 publica una columna diaria en “Ultimas Noticias”, alternando esta actividad con la de Secretario del escritor Ramón Díaz Sanchez. En 1942 es publicista en la revista “Santo y Seña” de don Mariano Picón Salas, al tiempo que colabora con el radio-periódico “Hoy” por Radio Caracas
En 1943 se inscribe en el partido Acción Democrática. El 1946 es Secretario General de la Junta de Gobierno y en 1984 se desempeña como Senador del Congreso por el Estado Apure.
Entre sus publicaciones está “Coplas y Sonetos”, “Sobre el Clarín altísimo de un Gallo” y “La piedra del Rayo”, todos dedicados a la tierra llanera.
Algunos escritores Apureños

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