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25 de septiembre de 2012

Los Hijos de Portuguesa: Aldelis Soto Valera

Imagen tomada de Piritu on line, blogspot
Nacido en La Aparición, municipio Ospino del estado Portuguesa, el 30 de Enero del año 1938, fue hijo de Francisco Soto Palacios “Don Pancho Soto” y Lucrecia Valera de Soto. 

A los tres años, sus padres se trasladaron a Píritu donde se desarrolló la vena artística de Adelis. Estudió su primaria en la Escuela Rural Píritu, donde dio sus primeros pininos en materia de versos, al escribir pequeños poemas a sus compañeros y profesores. 

En sus años mozos fue llanero de a caballo, soga y lazo, en lugares como, La Aduana, La Esperanza y Papelón. Fue practicante, aunque por poco tiempo del Coleo, pero en muchas de sus canciones demostró su interés por el “deporte nacional”. 

Fue un poeta muy querido y reconocido, no solamente en el país, sino fuera de sus fronteras pues sus canciones se hicieron famosas en las voces de destacados artistas criollos. 

Compuso un gran número de canciones y poemas, las cuales han sido interpretadas por artistas de la talla de Simón Díaz, José “Catire” Carpio, Juan de los Santos Contreras, Ángel Custodio Loyola, Cheo Hernández Prisco, y Armando Martínez, entre otros. 

Entre los premios que recibió en vida, están Florentino De Oro, Garza De Oro, Silbón De Oro y más de 200 placas de reconocimiento. Le cantó y escribió a los temas que producen emoción en los llaneros: la mujer, el coleo, la sabana, el amor, el quehacer cotidiano, entre otros. 

Algunas de sus canciones más sonadas son: Una Parranda en el Cielo, Un Campeonato en el Cielo, Llanto De Amor, El Caballo Amarillo, La Novia Del Coleador, Compadre Gerardo Brito y El Corrío de Camilo Pérez. 

 En Píritu se le catalogó como Patrimonio Nacional viviente y fue un apasionado folclorista, dejando siempre su mensaje de amor hacia la cultura llanera. A pesar de no ser nativo de Píritu, se sentía Piriteño y lo plasmó en su poema “Píritu de mis tiempos”: 

Hoy el chispazo del tiempo
 deja mi pelo blanquito 
pero de recuerdos gratos
 tengo el corazón llenito 
no quiero dejar ninguno
porque los quiero a toditos
 para el día que yo muera
 me los llevo completicos 
así le prometí a Dios
y cumpliré ese capricho. 

Los poetas transitamos ese instante pasajero que es la vida. Pero la poesía queda esparcida por esos caminos, por esas sabanas, por esos pueblos, para regocijo y abono del espíritu humano y como un alimento del alma”, dijo en un discurso como orador de orden en un evento de celebración del día de Píritu.

“El Poeta de mi Pueblo”, como era conocido, falleció el 31 de octubre de 2011 y tal como fue su deseo, recibió de parte de sus amigos artistas una fiesta de arpa, cuatro y maracas tanto en sus exequias como en su inhumación.

Fuentes Consultadas: Píritu Portuguesa, Blogspot; Orinoco Padre Río, Blogspot
LA NOVIA DEL COLEADOR

 La novia del coleador
Es una mujer muy pura
 Sufre mirando a su amor
 En brazos de la aventura
 (bis)

Sabe que en cualquier momento
Una infeliz travesura
 Que apague trágicamente
 Ese rostro de dulzura
 Y se muera con la tarde
 Sufra de honda ternura
 Y la sonrisa del pecho
 se le caiga de amargura

El coleador siempre queda
 Guindado de la montura
 Y la muerte lo persigue
 Con acechada bravura
(bis)

Es por eso que su novia
 No lo cela con locura
 Le da permiso que salga
 De la situación oscura
 Porque solamente así
 Ella se siente segura
 Quitándoselo a la muerte
 Que esa si es la novia pura

 UNA PARRANDA EN EL CIELO

Me sorprendió la noticia
que murió Julio Miranda
 Hombre de tantas hazañas
 Por los caminos de llano
Se ha marchado un gran baquiano
Del verso y la poesía
O tal vez Dios lo quería
 Para formar un parrando

 Allá lo estaba esperando
 El maestro Romero Bello,
 El florentino apureño
 y Ángel Custodio Loyola
Y al golpe de una chipola
Y un seis por numeración
 Le dieron la bienvenida
Al cantautor del amor

Se oyó tronar una voz
Por un pasillo muy duro
 El gordo Eleazar Agudo
Cantando su Conticinio
A la parranda mi amigo
Aunque no estoy invitao
 Pero un cantor ha llegao
 Y lo recibo con cariño
 Llegó don Ramón Castillo
 Cantó Barrancas de Arauca
 Se estremecieron las pampas
 Del cielo y sus aposentos
 Se presentó Sexagésimo
 En aquel atardecer
 Cantó Déjame Nacer
 Como en sus mejores tiempos





Le toca a Antonio Barcey
gritó Pedro Emilio Sánchez
Yo voy a cantar más tarde
Después que me eche un palito
Se quedaron calladitos
Oyendo la melodía
Como siempre Manuel Bandres
Llegó cantando Agonía
Se formó la algarabía
Al golpe de un carnaval
Doña Antonia Volcán
Repicando un zapateo
Con cualquiera me careo
Contrapunteando a lo macho
Y en la pata e´ un quiebrajacho
Por Dios Santo, lo maneo

Andrés Vera con Sadel
 Por lo bajo comentaban
Que Nery Torrealba llegó
Cuando nadie lo esperaba
Mientras que Sergio Linares
Su cuatro viejo punteaba

El mismo Dios dio un recreo
En las faenas del cielo
San Pascual el parrandero
Gritaba con emoción
Dos días le doy mi señor
Oigan hombres y mujeres
Le toca el turno señores
Canta José Manuel Pérez
 Pero no se desesperen
Dijo un negrito de pronto
Voy a cantar un joropo
Con olor a paradero
Mándeme a matá un ternero
Me trae un palo de caña
Que ha llegado a la parranda
don Dámaso Figueredo

 El poeta Alberto Arvelo
Le comentó a Alí Primera
Tocará Pablo Canela
El Gavilán Tocuyano
Mientras que Pio Alvarado
Le dijo a Eduardo Alcalá
Es que no vas a tocá
Que te estamos esperando
De pronto salió cantando
El propio Ricardo Aguirre
Todo se hizo mas sublime
 al oír la Grey Zuliana
Lo sorprendió la mañana
entre versos y copleros
Sánchez Olivo venía
Con Luis Eduardo Camejo

Llegó Emirito Toledo
Junto a Benito Quiroz
Cantaron un galerón
Y un pasaje sabanero
Con un joropo cerrero
Reventó Alfredo Tenepe
Así el cantor del oriente
Llegó muy feliz al cielo.

 

Los Hermanos Chirinos

No hemos podido encontrar, por mucho que hemos buscado, datos de este conjunto y sus integrantes, salvo su música limpia, criolla y sin excesivos adornos,  que resulta muy agradable escuchar. Algunas de sus piezas fueron aderezadas por coplas en la voz de Victor Morillo y algunos sonidos del campo, haciendo un conjunto muy autóctono.

Les ofrecemos hoy  Playlist preparado con  uno de sus discos, llamado Festival Llanero, así como unas fotos antiguas y unos versos tomados de la Biografía de Víctor Morillo recogida en su libro Víctor Morillo, El Tricolor del Venezuela, 50 años de entrega espiritual a su pueblo:

Angel Ramón Chirinos
Egberto Chirinos



CUATRO DE EGBERTO CHIRINOS
Victor Morillo

Cuatro de Egberto Chirinos
quien escucha tu afinar,
refiere en tono guasón
que esas cuerdas sólo dicen:
"La, Re, Fa Si"
cambur pintón, cambur pintón

Cuatro de Egberto Chirinos
eres alma de mi gente
espíritu primitivo
con la savia de Rodríguez
El idioma de tus cuerdas
es el susurro aborigen,
Yaraví de Guaicaipuro
Es mensaje de Andrés Bello
Y el gran Lisandro Alvarado,
Es cultura de Mirand​A
Que al mundo ha maravillado

                                                                    Cuatro cuerdas tiene el cuatro
son tus puntos cardinales,
cuarteta en voz de mi pueblo
misterio del mestizaje.
Copla errante en la sabana
tolvanera de pasiones,
cuatro de Egberto Chirinos
criollito y universal,
es trinar de paraulata
gonzalito y turupial

Cuatro de tantos caminos
gota de los tinajeros
donde bebe agua el sediento
cuatro de Gual y España
cuatro de Cecilio Acosta
domador del pensamiento
cuatro rural, cuatro urbano
cuatro de mi pueblo hermano,
cuatro de Jacinto Pérez
venezolano y moreno,
fue quien te hizo solista
orgulloso y parrandero,
él cosechó en tus notas
merengues, valses y guasas
y el repicar joropero
le cuidó como una vera,
dulce como la guayaba
para que no desmayara,
el alma venezolana.

Y luego fue Fredy Reyna
quien te tomó por el cuello
y te llevó por el mundo
para que todos los pueblos
se unieran con tu cantar,
y supieras cuatro mío
de tu eterno palpitar,
cuatro de Egberto Chirinos
eres de Simón Bolívar
cuatro de libertad

































Dedicado a mi hijo y hermano Egberto Chirinos, quien ha demostrado que es posible alcanzar la grandeza y la perfección artística, arrancando desde cero, cuando se tiene fe y pasión creadora. VM

 

23 de septiembre de 2012

La Voz del Pueblo Barinés: Refranes oidos en los Llanos de Barinas ( 6)


REFRANES SOBRE LA OSADÍA, LA DETERMINACIÓN A LA ACCIÓN Y A LA VIVEZA
  • Anda buscando que lo manden  a medí
  • Quién le metio medio a esa rocola?
  • ¿Quien le tiró hueso a ese perro?
  • El que no llora no mama ni aunque esté entre las parías
  • No vuela porque no sabe donde va a caé
  • Llegó tumbando y capando
  • Me gusta cuando ventea porque la plaga se va
  • No masco, ni me retrato en grupo, ni me peino con glostora
  • Anda buscando llaga sin tené cardenillo
  • En esta casa, el que no ataja, enlaza
  • Se está haciendo el muerto pa´cogé zamuro vivo

20 de septiembre de 2012

Los Hijos de Barinas: Jesús Quintero- El Tigre de Matanegra

Del Suripá viene un canto 
que trae olor a mastranto 
a soga, ordeño y laurel 
y es la voz de MATANEGRA 
con su sentimiento fiel, 
 que hasta el Canaguá 
y el Caipe quisieran cantar con él"

Con Sentimiento en Barinas
Jorge Guerrero
 
 Nacido en Santa Bárbara, estado Barinas, el 03 de enero de 1943, ha sido un artista de renombre  en la canta llanera a nivel nacional, que ha gozado del afecto y aprecio muy especial de sus paisanos barineses, regalándole  a su pueblo importantes premios y bellas canciones. 

Sus inicios como cantante y compositor se dieron en los programas "Fiesta Criolla" (transmitido en el estado Barinas) y "Así Canta Venezuela" en radio Acarigua. Se consagró como uno de los mejores cantantes venezolanos del pasaje criollo, y ha sido muy  reconocido también en el hermano país.
En sus múltiples grabaciones, fue acompañado por grandes del arpa, como Eudes Alvarez, Alexis Corona, Omar Moreno, Luis León, Eladio Romero y Luis Rojas. 

Entre su discografía, mencionaremos dos discos que fueron muy exitosos:
• Soy hijo de Santa Bárbara, 1970, sello Zamora Record, con Eladio Romero y su conjunto.
• El Tigre de Matanegra, 1973, sello Divensa, con Eudes Alvarez y Alexis Corona, incluyendo dos de sus temas mas populares: el Tigre que Ronca y la Vaca Lebruna.

EL LLANERO NATO 

Con sabor a pasto tierno
a pasto tierno
también a mastranto y lluvia 
voy a cantá este joropo
 de bastante envergadura 
yo soy el chubasco fiero 
soy el trueno que retumba

Y soy el toro que pita, 
compadre mío 
En medio de la llanura 
Y el caballo que relincha 
En la costa de Orichuna 
Y el carrao que se lamenta 
A orillas de la laguna

Y el alcaraván que trina 
Sus penas una por una 
Yo soy el llanero nato 
 Nacido de pura cuna 
El que le canta a la vaca 
Con el rejo y la totuma 

De mañana en el corral 
Ponte la vieja Lebruna 
Yo soy el recio cantor 
El cantar no me repugna 
Mi garganta es sabrosita 
Como miel de abeja pura 

 Yo canto con melodía 
Con sentimiento y dulzura 
Yo juego con el pasaje 
La quirpa y zumba que zumba
El seis y el pajarillo 
Lo canto con más bravura

Y me gusta arrebiata
En la bestia que es ____
 Y enlazar a costa e monte
 Cuando la soga es bien dura
 Yo no cambio a nuestra música
 Delante de ella, ninguna

 Porque eso sería cambiar
 Mi madre por una burra
 Esa música moderna 
Pa´ mi no tiene cultura
 Esa es para los pavitos
 De cabeza melenuda

Un llanero de mi clase 
De cuchillo en la cintura 
De llegar a ser moderno
 Mejor que me lleve _____ 
Yo no cambio a mi folclore
 Por canciones vagabundas 

Yo soy el llanero nato 
Vuelvo y repito 
El de la pata desnuda 
Aquel que masca chimó
Y come la carne pura
 Que no lo agarran dormido 
Porque to´ los días madruga

 Que sabroso que es comer 
Ay compadrito 
En marzo huevo e´ tortuga 
Una carne bien asada 
Con yuca que no sea dura 
Y un pisillo de chigüire 
Queso y tajada madura

Y un guiso de morrocoy 
Hecho con exquisitura 
Gabán sofrito en manteca 
Y hallaca e´ caripatúa 
Y una cachapa blandita 
Con guasacaca y chinchurria

Yo soy como el lirio blanco
 Ay compadrito 
Que a la sabana perfuma 
Le doy aroma al que pasa 
Y gracia al que me saluda 
Y a las mujeres bonitas 
Le doy cariño y ternura

Les pido que cuando muera 
Paisano mío 
Fabriquen mi sepultura
 Debajo un samán copiao ________ 
                            Mi tumba 
Que no se vista de negro
 Mi mujer al quedar viuda 

  
EL TIGRE QUE RONCA

Señores yo soy el tigre
Me llaman guachamarón
 Cantador y buen coplero
 Desde que estaba pichón

Y no le niego mi hermano
Que allá en Barinas yo soy
 Reconocido en un arpa
Y como buen compositor

Y no digo que no habrán
Otros que lo hagan mejor
Pero es difícil mi hermano
Tener mi preparación

Eso de cantá en un arpa
Hay que tener condición
Cantar con buen sentimiento
Con buen talento y pulmón

Una garganta sonora
Dulce como el papelón
Yo no soy de los copleros
 Que se llenan de emoción
Que porque graban un disco
Se dan una pretensión
Donde quiera andan diciendo
Dándose un propagandón
No quieren hablarle a nadie
Porque pierden el control
En cambio yo soy el mismo
 A donde quiera que voy
 Popular con todo el mundo
 Porque tengo educación

 Llanero si soy, llanero
 Pero bien de corazón
Y me atrevo de jurarles
Por mi palabra y honor

Alante de un Santo Cristo
 Al pie de un altar mayor
Que de la música llanera
Soy su propio defensor

Música de Venezuela
 Patria del Libertador
Y empuñando entre mis manos
La bandera tricolor

Para yo seguir luchando
 En bien por nuestro folclore
Pero antes de despedirme
Quiero decirles quien soy
Yo soy el Jesús Quintero
Coplero improvisador
De Barinas, Guasdualito,
El Arauca y su Cajón
Tengo mi fama regada
Soy el toro pitador
Pico como el gallo bueno
Pego como el temblador
A dónde marco mi huella
Potro no pone el talón
Soy el tigre Matanegra
 Peligroso y roncador
LA VACA LEBRUNA

 Voy a contarles señores
la necesidad de_______
la que pasa el hombre
Por allá en nuestra llanura

Hay veces que se oscurece
Si cena no desayuna
Por culpa de la pobreza
Y de la mala fortuna

Resulta que yo tenía
 mi familia en Orichuna
 Tenía mi señora enferma
En dieta de una criatura

 Pasando calamidades
Cantidades de amarguras
Y un día por la tardecita
La cosa estaba muy dura
Amarré mi caballito
Y le curé de una matadura
Lo aperé de la cabeza
Le monté la montura
Y amarré mi buey barroso
Y le tiré una jamuga

Le puse la vista al monte
Sin esperanza ninguna
Cuando escuché ahí un tropel
Corría con la noche oscura
Era una punta e´ ganado
Que corría por la espesura
Le corté de travesía
Por la costa a una laguna
Y llegando a costa e´ monte
 Frente a una vaca lebruna

Desaté ahí el buey barroso
Y me regresé a mi cuna
Esa noche la maté
Con los claros de la luna
Esa noche fue tan feliz
Que hasta comimos de gula
_____________________
Pero la tentacion le perturba
 Uno de los muchachitos
Comio demasiada chinchurria

Le pegó una cogestión
Se murió de la llenura
Y pa´ colmo e la desgracia
 Yo no tenía ni una puya
Ni con que comprále velas
Y mucho menos la urna

Pero en fin que lo enterramos
Con mil y tantas ayudas
Y al otro día me llegó
A mi casa una patrulla
 Dándome la voz de alerta:
Venimos en busca tuya

Y yo les contestaba
No debo pena ninguna
Un señor me respondió
Con su cara de bravura
No tenemos que explicarle
El delito lo asegura
Esa carne en esa vara
Es de mi vaca lebruna
Y a mi señora le daba
_________________
Porque no quería decir
Aquella sinvergüenzura
Pues que le iba a contar
Mi señora era muda
Y me llevaron Maniao
con una cabuya
To´ los dias me daban palo
Me sometían a tortura
Pa que siguiera contando
Porque les quedaba duda


  




Juan Caparo

 Escultura que personifica al indio Juan Caparo, la cual representa para la comunidad la rebeldía de los indígenas y la independencia. Fue construida en 1993 por Gregorio González. Tiene una altura aproximada de 2 m, mientras que su base mide 1,75 cm. La pieza está realizada en cemento, en posición pedestre, con las piernas separadas. Con ambas manos sostiene una lanza y en el reverso de la cabeza se observa una pluma. El indio está ataviado con unos pantalones doblados hasta la rodilla, no lleva camisa y está descalzo. En el anverso del pedestal se observa una placa de granito que reza lo siguiente:
"Bicentenario de la fundación de Apurito 1793-1993.
Como símbolo y testimonio a la rebeldía de nuestra raza autóctona, los hijos de Apurito, rendimos homenaje al indio Juan Caparo, quien al frente de 200 jinetes, se alzó contra el poderío español en 1812. 
Apurito 13-11-1993."

Esta obra fue restaurada bajo el gobierno del Capitán Jesús Aguilarte Gámez en enero de 2007. 

La leyenda cuenta sobre el suceso ocurrido en presencia del prócer de la independencia José Antonio Páez en el momento en que se encontraba en el hato Banco Largo. En este lugar observó un levantamiento presidido por el indígena Juan Caparo contra el encargado del hato, Miguel Orozco, a quien le concedió la muerte a través de su lanza. Ante este hecho se ofrecía una recompensa a quien encontrase al indio, sin dar finalmente con su paradero. En 1812 en la población de Apurito, Juan Caparo comandó un levantamiento de 300 hombres para luchar contra españoles, desapareciendo después del suceso sin dejar referencia alguna. La población de Apurito levantó un monumento en memoria de este héroe quien permanece en la memoria de los apureños

Tomado textualmente del Cuaderno de Achaguas, del Instituto de Patrimonio Cultural. 

18 de septiembre de 2012

El Joropo: Historia y Evolución (7): Vicente Flores y sus Llaneros

Seguimos entre los años 1935 y 1940. Paralelamente al éxito de Lorenzo Herrera, se despunta el conjunto de Vicente Flores y Sus Llaneros, que acompañaron a importantes figuras de la canta nacional como doña Magdalena Sánchez e Isabelita Aparicio. No hemos podido encontrar información alguna sobre Vicente Flores, por lo que no podemos ofrecerles una reseña de su vida, sin embargo, en la red está disponible un disco con 12 canciones, de las cuales hemos seleccionado dos relacionadas con el llano. 

 Es de mencionar que cuando Angel Custodio Loyola vino a Caracas de la mano del Poeta Germán Fleitas Beroes, Pedro Azopardo, Rafael y Mariano Hurtado Rondón, la música llanera que se escuchaba en Caracas, era precisamente la de Lorenzo Herrera y Vicente Flores. Obviamente era un tipo de joropo muy distinto al que el que se había desarrollado en el llano.



 AMOR LLANERO

 Como quieren que te olvide 
Eso es mucho pretender 
Mi caballo, mi cobija, 
Mi chicote y mi mujer 

 Mi chicote y mi mujer 

 Quisiera tejer mi soga 
Con los rizos de tu pelo 
Echarle un lazo a la luna
 Y por él subir al cielo 

 Y por él subir al cielo

 Y en el rebaño de estrellas
 Y con mi soga de oro
 Amarrar para tus sienes
 La constelación del toro

 La constelación del toro

 Como quieren que te olvide
 Si es tan grande mi pasion
 Si tu recuerdo es el hierro
 Que tiene mi corazon 

Que tiene mi corazon

 Donde quiera esta tu imagen
 Tus mejillas en la aurora
 En las garzas tu blancura
 Tu boca en la corocoras

 Tu boca en la corocoras 

Tu encantadora sonrisa 
En la luz de la mañana 
Y me recuerdan tus ojos 
 El verdor de las sabanas 

El verdor de las sabanas 

 Como quieren que te olvide
 Yo no te puedo olvidar
 Nuestras almas están juntas
 Cual la palma y el palmar 

Cual la palma y el palmar 

Te veo en mi propia sombra 
Tu cuerpo juntico al mío 
Y ese andar tuyo tan tuyo
 En el oleaje del río

 En el oleaje del río 

 Despues de un siglo de muerto
 Verán con admiración
 Un corazón vuelto polvo
 Con tu nombre en mi cajón

 Con tu nombre en mi cajón




  JOROPO

El joropo compañero
Es baile venezolano
Es enérgico y ligero
y despierta el entusiasmo

 El arpista cachazudo 
Arpegiando los bordones 
Sincopando los agudos 
____________________
Mientras tanto el cantador 
Sacudiendo las maracas 
Alegre conversador 
Se arrima cerca del arpa 

 A todo el que ven llegando
 Le canta una seguidilla
 Sus virtudes alabando 
Y le pega la banderilla

Terminada la jornada 
Que siempre dura una hora 
El arpa esta arrinconada
___________________
 Las parejas estan completas
 El baile va a continuar
 Las muchachas muy alerta
 A los hombre han de sacar

 La mujer es la que invita 
Y al escoger su pareja 
Sale bailando solita 
Volcando el que la corteja 

Se desata su pañuelo 
Que lleva amarrado al cuello 
Se lo lanza con denuedo 
Y huye golpeando el suelo

 El se levanta y acepta 
Y bailando la persigue 
Ella graciosa y coqueta
 Lo esquiva lo mas posible 
Y sin perderlo de vista 
Lo deja acercarse a ella 
Y agarrandose de manos 
Comienza el baile de veras

Son diecisiete figuras 
Que el joropo desarrolla 
Zapateando con finura 
Y escobillando a la criolla

Baile redondo y cruzado 
Baile de lado marcando 
Baile abierto escobillando 
Y termina zapateando 

Pareja suelta y huyendo 
Con balance al encontrarse 
Manos cogidas siguiendo 
El compás sin atrasarse 

 Se quiebra hacia la derecha 
La pareja con primor 
Se le requiebra a la izquierda 
 Con destreza y sin temor

Y ahora viene el zapateado 
Que en joropo es esencial 
Que unido al escobillado 
No hay más nada que desear 
 
 Este es el leco señores 
Porque viene la revuelta 
Agarre bien su pareja
 Y déle las ocho vueltas 

Nota: Se dejan dos líneas en blanco en la canción El Joropo, pues no hemos comprendido los versos. 





Los Hijos de Guárico: Francisco Lazo Martí

A Francisco Lazo Martí, le tocó vivir una Venezuela donde el caos, anarquía, merma del patrimonio público, represión, corrupción, abuso, desolación, y guerra, entre otras situaciones ajenas a la paz, reinaban sin control en el país. 

Lazo Martí tomó el partido de la lucha mediante las letras y el enfrentamiento personal. Haremos una reseña sobre su vida y obra, a la cual le intercalaremos fragmentos escritos por Don Alberto Arvelo Torrealba en su libro Lazo Martí, Vigencia en Lejanía

Nació en Calabozo, “sobre el paralelo 9 del mapa, en todo el centro de la llanura guariqueña, el 14 de marzo de1869” “Estudiante de ejemplar tesón, que ganaba ya su pan de adolescente en faenas magisteriales, Lazo Martí cursó la educación secundaria, así como los estudios superiores de Medicina, en su propia ciudad nativa. Se graduó de médico en Caracas a los 21 años, el 21 de agosto de 1890” 

Hombre de campo, sensible al mismo y sus habitantes, amante de la vida pueblerina, compartía con la gente sencilla sus tradiciones, alegrías y tristezas. Este contacto con el pueblo y su sensibilidad personal, lo convirtieron en un luchador social a través de la política y de su pluma:

Tras su regreso a Calabozo el joven médico viaja a San Fernando de Apure donde - sin mengua del entusiasmo generoso con que dióse desde temprano al ejercicio profesional -muchas veces gratuito- y prevenido ya su espíritu rebelde ante la burla de la ley y la corrupción administrativa, dirige en 1892 el periódico “El Legalista”. Desde las columnas de tal vocero, conjuntamente con el doctor Filiberto Rodríguez, quien será mas tarde su cuñado, Lazo combate el continuismo que aspira a perpetrar Andueza Palacio. Son días de fogosa acometividad juvenil, de vivencias patrióticas candentes, de ilusa fe en la reivindicación a todo costo de la dignidad institucional” 

Para ese momento escribía poemas inspirados en la situación del país y del pueblo: 

Es el humilde obrero, es el anciano 
que toca con placer de puerta en puerta, 
buscando para el hijo algún hermano 
Que lo enseñe a luchar como el más fuerte, 
Que lo enseñe a matar si es necesario 
Y que sin ser un loco, un temerario, 
También lo enseñe a despreciar la muerte

"A los 22 años el poeta estaba ya-contrapolo de todo fausto estéril y de toda ambición utilitaria- sembrado, dúctil y rebelde como la palma, en la arena de su llanura y aún en la greda espiritual de sus coterráneos,

 "A principios de 1893, como atraído por la desolación y el desamparo que campean en los términos del Apure legendario y de las selvas de Occidente, Lazo se aleja aún mas de su solar nativo y se avecinda primero en Puerto Nutrias, a la margen izquierda de la cuenca apureña, estado Barinas, y luego en Dolores, humilde pueblecito también barinés, enclaustrado en los bosques del rio Masparro”.

Es este aislamiento, permanece 4 años ejerciendo su profesión:

 “Fueron cuatro años de huella honda, de impresión indeleble, con otros contornos, otras perspectivas y otro aliento: los de la llanura sin sabana, bosquejada en las márgenes agrestes de la selva y del río. Acaso nunca la vida y el paisaje habían calado tan hondo en sus ser, como en aquellos días-gozado asedio de bosques y aguazales- cumplidos en las dos aldeas barinesas. Allí entendió en plenitud, como hombre, como médico y como artista, la tragedia de otra llanería que él sintió hermanada con la suya, mientras su imaginación socalaba en las lejuras predilectas los pajales del dulce manadero nostálgico: “La línea, el ancho lote, siempre al raso de la tierra natal”. Y es que -dinámico soñador- se movía por calles y campiñas, por rodeos y coleadas, por festivos altozanos y querellosos velorios de cruz, con las alas bravas y marchitas de su pueblo". 

"Se le veía a golpe de alba, cuando el Apure posaba en las calles del puerto, visitar a sus enfermos en canoa llevando él mismo el canalete o palanca. En los hatos, madrugaba a montarse sobre los tranqueros de las majadas, para oír y gozar -copla y mugido- la faena musical del ordeño. Los atardeceres de verano, trémulos de polvaredas y chicharras, su figura presidía en las barriadas las alegres y bulliciosas cabalgatas pueblerinas. Sin rubor y sin poses, solidario de las preferencias poblanas y labriegas, hacía lo que todos: gritaba en las galleras, tenía su cuerda de gallos con gallero propio, bailaba, jugaba dominó, en las fiestas rústicas lo seducían las saetas alternativas de los juglares criollos, frecuentaba en el pueblo una humilde querencia y en los festejos no rehusaba una copa de fresca espuma nacional Con todo, en discreto balanceo de su popularidad y su cultura, nunca degradó hasta lo vulgar sus medios expresivos. Con el don del canto fue suyo el de la parlería sabrosa y atrayente. Se hacía entender de todos, pero en su universo de discurso campeaban siempre la pureza y la gracia."

 En 1897 regresa a Calabozo donde contrae matrimonio con Panchita Rodriguez, su novia de la infancia con quien tuvo 4 hijos. Al año siguiente, vuelve a San Fernando desde donde dirige un nuevo vocero de carácter político llamado "El Voto Directo”.

 A fines de 1901 se alista en la tropa de la Revolución Libertadora en contra de Cipriano Castro. Su esposa muere en 1903 víctima de la tuberculosis y ese hecho lo afecta profundamente y lo sume en una honda tristeza que se vio reflejada en sus poemas.

 En 1905, pasada la tormenta de la revolución se casa con Veturia Velazco. Desde Puerto Nutrias, Lazo Martí fue llevado a Calabozo (1907), enfermo de hemiplejia. Dos años después fue trasladado a Caracas en busca de alivio para su mal. De Caracas pasó a Maiquetía, y se enfrentó al gran espectáculo del mar. 

El 8 de agosto de 1909, falleció a consecuencias de una apoplejía cerebral, a los 40 años de edad. Su obra cumbre, Silva Criolla es un reflejo de su pensamiento y estados de ánimos, pero igualmente es un caudal de llanería. Nunca se preocupó por recoger sus poemas en ningún volumen, por lo que mucho de su obra se encontrará quizás en custodia de antiguas familias amigas del poeta.  Además de “La Silva Criolla” escribió “Crepusculares”; “Veguera” “Flor de Pascua” y “Consuelo”.

Hemos seleccionado tres cortos poemas, donde puede apreciarse la pasión del poeta  por el paisaje y costumbres de su llano. Sobre la Silva Criolla, hemos hecho varios comentarios  en este Blog, y transcrito alguna de sus estancias. Sin embargo, es un poema de tal importancia literaria y llanera, que lo transcribiremos en su totalidad en proximas entradas.


 EL COLEADOR 

Sobre el zaino trotón derecho estriba 
Y destella en sus ojos la esperanza 
Al ver que el encierro se abalanza 
Y pugna, y sale al fin, la res altiva 

Finge un trueno el tropel: y la flecha viva 
En pos del toro el coleador se lanza: 
Por instantes lo sigue, al fin lo alcanza 
Y la cauda le apresa, y lo derriba 

Mientras las res del polvo se endereza 
Como en tiempos de antiguos lidiadores 
La muchedumbre al triunfar aclama 

Y por premo obtendrá, de su proeza 
Vulgar corona de marchita flores, 
¡Oh Fabio!, en vez de inmarcesible rama. 

EL CANTADOR

Puesta el alma en su mísera bandola,
Este cantor, que habita entre palmares,
Va siguiendo con ritmo de pesares
El aire musical de una chipola

Hace vibrar su plectro esa manola
De labios cual la flor de los bucares
Rival de la tigana en los andares
Hermana, por la piel, de la amapola

Trovador y poeta, ni siquiera
Obtendrá como aquel ¡Oh noble Fabio! Corona de follaje y flor cualquiera

Bailarina deidad, en vaso pleno,
Para encender la fiebre de su labio
Le brindará sutil, verde veneno

CUAL ORORES MADUROS

He querido ser pájaro: he soñado
Volar sobre tus labios tentadores
Pues lucen el carmín de los orores
Que los besos del sol han sazonado

Mas tus ojos, señora, han humillado
Ese vuelo de amor: que así traidores,
Son tus ojos cual arcos flechadores
Que matan sin herir al que ha mirado

 Ensueño pudo ser de noche insana
Pero en esta de abril pura mañana
Algo que en mí suspira y aletea

Celos tiene del pájaro salvaje
Que hundida la cabeza en el follaje
Carmínea piel de orores picotea








Orore: Arbol espinoso de 2- 12m de altura, presenta alta dispersión en suelos de sábana. (Del cumanagota orori). m. Venez. Árbol maderable. (Pithecolobium hymenaeíolium). Esta especie es muy rara; la más común es la P. ligustrinum. LA., HP. En Colomb. se cita con este nombre un árbol no clasificado.
Tomado de  cvc.cervantes.es






Tigana: (Eurypyga helias) :La tigana, también llamada tepozcalcarau, pavito de agua, ave sol o garza del sol, habita en las regiones tropicales de América. Es un ave esbelta con un andar pausado. Mide de 43 a 48 cm, y tiene un peso de 250 gramos aproximadamente. Pico anaranjado con la base de color negro y el iris rojizo. El color de las alas es el detalle más llamativo, son de color castaño, amarillo, negro, blanco, oliva y gris con dos franjas castaño y negro; y las despliega en el cortejo. En vuelo, puede verse un ocelo grande y oscuro en cada ala. Los colores luminosos también se usan para sobresaltar a los predadores potenciales. Frecuenta los arroyos de zonas forestales, en zonas no por encima de los 900m Forrajean solas o en parejas a lo largo de la orilla en busca de cangrejos de río, larvas de insectos, arañas, ranas pequeñas, cangrejos y pequeños peces. Cazan en silencio con los cuerpos inclinados, prestas a capturar la presa con un rápido golpe de pico. Cuando se las molesta se elevan volando a los árboles. Sus vuelos son cortos. El nido abovedado se construye en un árbol. Anida entre marzo y junio del hemisferio norte. Ponen dos huevos grandes de color rosado con manchas oscuras. 

ENTRADAS RELACIONADAS
 SILVA CRIOLLA, ESTANCIA VIII (1) (2); SILVA CRIOLLA , ESTANCIA V (FRAGMENTO)SILVA CRIOLLA A UN BARDO AMIGO

16 de septiembre de 2012

Tres Carnes, Tres Tradiciones

Hoy les ofrecemos tres platos típicos llaneros:

CARNE MERMADA: Se trata de uno de los platos más representativos de Barinas y uno de los de mayor tradición entre sus habitantes. Para realizarlo se requiere carne de res, cortada en dados, que se colocan a hervir en agua y al ablandar se le agregan tomates, cebolla, ajo, papas, cebollín, cilantro y pimientos; a estos ingredientes se les suma algo de comino y sal. Se coloca agua y se deja que merme hasta quedar como un caldo espeso.
Durante la cocción se añade poco a poco pequeños chorros de aceite onotado hasta que agarre color. Es tradicional ofrecerlo a los invitados en las ocasiones festivas. 




 SANCOCHO DE CACHICAMO:
Se mata al animal, se pone a hervir y se va dando vuelta hasta que ablande la cáscara. Estando la concha blanda se saca y se corta con una segueta, se extrae la carne y se lava bien, luego se corta en trozos grandes y se pone a hervor con los ingredientes comunes del hervido o sancocho. 

Nota: la imagen es la que indica el IPC en  sus cuadernos del Patrimonio Nacional.



GUISO DE GALÁPAGO: 
El galápago, proveniente de la familia de los quelonios, se prepara en el municipio Achaguas y en otras regiones del estado. Su modo de preparación consiste en despresar el galápago, extraerle la capa de cuero que lleva sobre la piel y ponerlo a sancochar hasta que tenga una consistencia blanda. Su sabor está en agregarle aliños como el cebollín, ají, ajo, entre otras especies, para elaborar el guiso; y ponerlos al fuego lento por diez minutos aproximadamente. Es uno de los platos más ricos de la región y se consume comúnmente en la época de Semana Santa. Suele acompañarse con arroz, ensalada y tajadas de plátano maduro. El guiso de galápago es un plato tradicional en casi todo el estado
                                                                                    Apure. 

 Tomado textualmente de los Cuadernos del IPC, de Barinas y Achaguas

Los Húsares de la Muerte:

Hemos escogido para el día de hoy, uno de los relatos históricos contenidos en el libro Lecturas del Apure Legendario de Francisco Castillo Serrano, denominado Los Húsares de la Muerte. Nos ha llamado especialmente la atención, por dos razones: porque habla del Catire Páez, prócer que como hemos dicho en ocasiones anteriores, siempre tiene espacio en esta página, y porque hace una descripción muy detallada de su indumentaria, quizás en una visión poco conocida, recreándonos además con el recuerdo de aquel 02 de abril de 1819, día glorioso de Las Queseras del Medio.

 El relato proviene del testimonio de un soldado realista:
"Páez detuvo su gente como a media milla del borde de la selva y se adelantó a caballo, seguido de tres o cuatro de sus guerreros, jinetes de briosos animales de los que se cogen indómitos en la sabana. Cada uno de estos oficiales llevaba una lanza con una banderola negra en la que se apreciaba, toscamente bordado en hilo blanco, una calavera y dos huesos en aspa. 

El jefe montaba un corcel rucio, con crines y cola flotantes, porque estos hombres no acostumbran desfigurar los caballos cortándoles las cerdas; su traje era similar al de sus compañeros y consistía simplemente en una camisa a rayas rojas transversales, abierta de cuello y pechera, mangas muy anchas y hecha de pañuelo inglés, calzones sueltos de algodón que le llegaban un poco mas debajo de la rodilla. Tenía las pantorrillas al aire y los pies descalzos, pero llevaba espuelas de plata maciza con agudas puntas como de dos pulgadas. Cubría su cabeza un sombrero de copa baja, tejido con hojas de palmera y provisto de una ancha cinta azul, atada bajo la barba. Su lanza se veía liviana y manejable, y el fuste hecho de una caña negra, dura y elástica que crece en la llanura, conducíasela un muchacho como de doce años, montado sobre un caballo corpulento y brioso, el chico servía siempre al jefe en calidad de asistente, era, además, muy respetado, gracias a la suma impasibilidad que mostraba ante el peligro, y a su destreza al jinetear y nadar, ambas prácticas indispensables para los habitantes de las sabanas. 

¡Páez, el temido jefe llanero, no revelaba huellas de la ferocidad que le atribuían en su franca expresión…! 

 El pelo corto y crespo le caía sobre la frente, usaba pequeños bigotes, pero no patillas; sus ojos negros, apenas descubrían indicios de los arrebatos que con tanta frecuencia lo precipitaban a ejecutar actos de excesivo rigor. Sus carrillos, algo pálidos por lo regular, se notaban ahora encendidos por causa del esfuerzo y la exaltación producida ante un inminente combate con los enemigos de su país. 

Cabalgó paso a paso reconociendo con calma las filas realistas, sentado a la mujeriega, usual posición suya en tales circunstancias, con una pierna cruzada sobre el arzón de la silla. Aunque Páez se hallaba con su Estado Mayor a unas cien yardas del bosque, una intensa curiosidad y acaso un sentimiento de respeto por su actitud tranquila y resuelta, fijaba la atención del enemigo en los movimientos de aquel hombre extraordinario. Habiendo pasado al fin frente a toda la línea enemiga, muy a semejanza de quien pasa revista a sus propias tropas, cogió su lanza a manos del chico que la conducía, y sentándose recto en la silla regresó a medio galope, agitando en alto el muy conocido y terrible símbolo de guerra a muerte, como un reto, para que la caballería española saliera del bosque que la refugiaba y se enfrentara en la sabana, mientras su guardia, que lo observaba atentamente, prorrumpía en gritos entusiastas: 

¡Viva Páez…! ¡Muera Morillo…! 

14 de septiembre de 2012

Los Cuentos Fantasmales Apureños

A continuación les ofrecemos otro  de los temas tratados por el Profesor Hugo Arana Páez, en su escrito APURE: TIERRA DE LEYENDAS, CREENCIAS, FANTASMAS, ENTIERROS,  APARATOS Y CUENTOS. 

EL CUENTO:
 El cuento es un texto narrativo que se caracteriza por ser breve. Su trama es sencilla, los personajes no son descritos detalladamente, sino en forma esquemática. Está estructurado en tres partes: 
  • Inicio: en el que se presentan los personajes y se plantea un problema, 
  • Desarrollo o Nudo: donde la acción llega a su máxima intensidad y 
  • Desenlace: parte en que se resuelve el problema.
 En el cuento fantasmal llanero destacan cuatro venezolanos (un caraqueño, un barinés, un oriental y un apureño): Rómulo Gallegos, Alberto Arvelo Torrealba, Miguel Otero Silva y Antonio José Torrealba. 

RÓMULO GALLEGOS
Florentino, Don Manuel Mirabal y el muerto del rancho a orillas del Cunaviche:
El baquiano le pregunta a Florentino…“¿Conoce a Don Manuel Mirabal?
 -De referencias
 -Entonces ya habrá oído decir que ese viejo no es amigo de conversar zoquetadas, ni de los que se les enfría el guarapo así como asina. Sin embargo, yo le he escuchado este pasaje. Venia él de Cunaviche arriba, en bongo, con la señora y dos de sus hijas y en llegando a una vuelta del río donde se veían unas fundaciones, que eran las de Hato Viejo Payareño, ya abandonao pa´ entonces y que le dijo al patrón que atracara pa´ pernoctar allí. El patrón y que le respondió, que mejor era seguir más alantíco, pero él y que se empeñó en quedarse allí.

Bueno. Desembarcaron, hicieron su comida y cuando oscureció del todo, se acomodaron donde ya habían colgao, que era una casa desocupá y medio en ruinas. Apenas y que estaban pellizcando el sueño cuando y que pegan un leco las muchachas. Corre pa allá don Manuel y ellas le explican que un hombre, alto él, blanco, de barba negra muy cerrá, bien vestido y calzao y con espuelas de plata, les había sacudido el chichorro por las cabuyeras. Don Manuel y que las regañó y les dijo que eso lo habrían soñao porque estando a oscuras no habían podido verlo como lo pintaban y después de haber registrado el cuarto por si acaso, se volvió pa el suyo y se acostó. No había pasado media hora cuando y que fue la señora la que pegó el leco. Vuelta a levantarse don Manuel, vuelta la misma explicación que habían ya dao las muchachas y vuelta a acostarse. Bueno ya estaba cogiendo el sueño cuando y que le tocan a la puerta:

Tun, tun. ¿Quién es?
-Yo, don Manuel, El patrón
-¿Qué se le ofrece? 
 -Decirle que ya estamos listos. 
 -¿Cómo listos? Si le dije que saldríamos de madrugada y no es medianoche siquiera. 
 -¡Guá, Don Manuel ¡ ¿No fue usted mismo a despertarnos para que saliéramos en seguida? 
-¿yo?
 -Usté, don Manuel. Me jamaquió el bongo y me dijo “! Aleee arriba, arriba, patrón, que nos vamos ya! 
Don Manuel Mirabal al oír esto ya no le quedaron ganas de esperar a que amaneciera, sino que allí mismo dispertó a la familia y siguió su viaje, Cunaviche abajo. 
-No era para menos- observó Florentino, aunque sin haberle hallado mayor interés a la conseja y el baquiano concluye:
-Y como ese, muchos otros pasajes de un blanco que y que se aparece por allí cuando llegan forasteros y los hace seguir su marcha sin dejarlos descansá. Y todos dan las mismas señas: un blanco, alto él, de buen plantaje, barba negra cerrá, pero no larga, bien vestío y calzao, con polainas de patente y espuelas de plata”… Cantaclaro, Págs. 16-28 6.2. 

ALBERTO ARVELO TORREALBA
 El Recién Nacido que Comía Carne :
Escribe su hijo, Alberto Arvelo Ramos, quien transcribió el cuento hasta ahora inédito: “Le gustaban la forma, la contundencia oscura, el deleite del miedo. Jamás los contaba de día. Jamás sin la correcta escenografía: un corredor de una casa o casucha -preferiblemente si estaba en ruinas- con coro de hombres y mujeres, puesto las sillas contra la pared, “para proteger las espaldas”. …"Esa vigorosa manifestación del arte popular, que yo sepa, nadie ha intentado recopilarla. Le propuse que hiciésemos una antología de cuentos de muertos. En fin de cuentas, con la enorme memoria de mi padre, ya la investigación estaba hecha. Tenía grabado en su disco duro, como un centenar de cuentos de este género. Negó rotundamente considerar esa “chata antología”. No fue por falta de tiempo. Su gusto era decirlos en voz baja, silbar y ulular, en los momentos justos del escalofrio. Me arrepiento de no haberlos grabado. Este cuento lo garrapateé en una bolsa de papel en la casa de Plinio Musso en Barinas. 

En los tiempos de mi abuelo, al sur del Paguey, había un gran hato, que tenia de longitud como siete leguas. En los tiempos de los trabajos, se iban algunos llaneros con un caporal, a un ranchito deshabitado, casi en ruinas, que queda como a siete horas de distancia de la casa mayor del hato. Allí permanecían algunos días. Una noche, tras un día de mucho trabajo, mala comida y ninguna mujer, les despertó: un ñeee, ñeee, el llanto de un niño recién nacido. Tuvieron escalofríos de miedo. No vivía nadie en muchas leguas a la redonda. ¿Quién podría haber llegado, sigiloso, a traer el niño, sin alborotar los perros? .  A la luz tenue de las lámparas de querosén, encontraron a un niño recién nacido, envuelto en sabanas blancas. De inmediato los llaneros lo metieron al en la choza, lo acostaron en un chinchorro. Y, en grupo, en torno suyo, se pusieron a buscarle parecido. A imaginarse a la madre o al padre. El llanto seguía ininterrumpido, desesperado.
 -Se está muriendo de hambre.
 -Hagamos los preparativos para que esta misma noche alguien se lo lleve hasta donde haya mujeres. -La casa más cercana con mujeres está a seis horas de camino. 
-Se puede morir en el camino........ Hay que ordeñarle alguna vaca, darle algo de leche antes de que se vaya. 
El niño los miro uno a uno. Los ojos suyos comprendían todo. Abrió la boca de par en par, mostró dos filas de colmillos agudos y dijo, en voz baja y nasal: -¿Leche con estos dientes?”…  ARVELO RAMOS, Alberto Entrevista a Alberto Arvelo Torrealba, El Nacional. Papel literario, 16-9- 2006. 6.3. 

ANTONIO JOSÉ TORREALBA
 El Ánima que salvó a Ño Magdaleno 
Este cuento del cunavichero Antonio José Torrealba, está referido a un personaje mítico, que el autor nombró Ño Magdaleno, a quien le suceden cosas extrañas como le ocurre a todo personaje fabuloso. 

A este personaje, siempre lo salva la providencia de los innumerables peligros, al que la bravía llanura constantemente pone a prueba su valor y su malicia. …. “Aquí terminó Ño Magdaleno uno de sus famosos cuentos. Que todos sabemos que son verdad como es cierto también que todas estas aventuras venían contra su vida y en la única vez que estuvo más lejos de la muerte fue en esta vez.

La primera vaina que llevó Ñó Magdaleno, la llevó en el Banco de Jobito el mismo día que Don Bonifacio mató a Juan Montezuma. La batalla empezó en Palmarito y en Jobito se engrosó tanto que Ño Magdaleno recibió un tiro de trabuco en la cara y otro en la espalda y cayó boca abajo en un lado del camino. La batalla cesó; los godos perdieron y cuando salieron a recorrer el campo, los federales que iban pasando por el camino, por donde estaban los cadáveres, le pegaban un lanzazo, cuando llegaron donde estaba Ño Magdaleno cada uno lo fue hiriendo para ver si estaba muerto, sí estaba en ese momento porque no se movía nada, todo el que pasaba lo hería con la lanza y así hasta que pasó el último. Cerró la noche volvió a la vida, pero tenía la cara hinchada y los ojos completamente hinchados por el Sol y el tiro. 

Él refiere lo siguiente: Cuando volví en mí me habló una voz femenina y me dijo, toma la punta de esta varita, quiero llevarte a lugar de salvamento, ponerte en lugar seguro, tu eres muy bueno con nosotras y quiero serte útil por esta vez. No le quiso decir su nombre, dice que a pesar de haber botado tanta sangre por las cincuenta y tres heridas de lanza, sin contar los dos trabucazos recibidos en la cara y en la espalda, se sentía fuerte y con ánimo para caminar, aquella noche, así no estaba tan herido, recorrió una distancia de tres leguas, en el camino dice que le dio agua porque la sed lo mataba, no supo por donde fue que lo trajo porque el camino real no tiene laguna en su trayecto; él dice que ni en lo que le dio agua le pudo tocar ningún dedo, le dio de beber en unas ollitas de mono, después sintió que desviaron el camino un poco, siguieron al lado derecho, no anduvieron muy lejos sin encontrar una cerca de alambre; la mujer le dijo hasta aquí te traigo Magdaleno, no te sueltes de esta empalizada porque puedes perderte, no tardarán en venirte a buscar. Yo le aclaré que me acabara de hacer el servicio de llevarme al poblado pero no lo conseguí, me dijo que la era prohibido pasar por el pueblo , era un ser inexistente y no podía pasar más adelante, aquella empalizada era la del cementerio y allí estaba su casa que ella había hecho aquello porque él era devoto de las ánimas y de la cruz, que no tuviera miedo porque nada le pasaria; terminó diciéndole que ella era el ánima de un cadáver que él había recogido en estado de putrefacción de una mujer ahogada. Y que había hecho todos los gastos hasta darle cristiana sepultura, por eso y tantas cosas se le había dado permiso para venirlo a ayudar en aquel trance que tanto lo necesitaba. La mujer se despidió para siempre, al cabo de una hora vino al cementerio un entierro acompañado de mucha gente y todos eran amigos de él. Magdaleno fue recogido, lo llevaron a su casa donde fue curado, en las heridas de la cara tenía gusanos pero todavía muy pequeños. Las heridas las tenía de las corvas para arriba; si vamos a decir verdad, debemos decir que las heridas de la espalada, las más profundas eran las de las nalgas, así fue que en menor tiempo del que él necesitaba para curarse lo puso bueno Don Dámaso Estanca. Torrealba Antonio José Diario de un llanero, Cuaderno 11, Tomo 1, Pág. 187. 

Utensilios del Llanero : Sobre el Caballo

No se hace fácil conseguir fotos o imágenes sobre algunos de los utensilios que queremos reseñar aquí, especialmente los mas antiguos. Pero queremos dejar por lo menos la reseña:
"Los arneses del llanero son sumamente sencillos y muy sólidos: todos son de piel cruda como la soga. A la grupa dos pequeños lazos de rejo, que llama tientos, para atar el chinchorro o hamaca, que lleva embolsada en una alforja de lienzo. En esos tientos van también asegurados el rollo de soga, un cuerno de toro que le sirve, de copa para tomar agua o aguardiente" (...)"En los tientos va también la guitarra y una bolsa de piel de becerro con el bastimento." "En la parte delantera de la silla van las cañoneras, o sea dos pequeñas y angostas alforjas donde guarda el llanero sus hilazas, cera, lezna, aguja y demás enseres de hacer guarnición; sobre estas alforjas va arrollada la cobija o poncho, con que se protege de las lluvias, o de las agresiones de los insectos cuando duerme a campo raso. En las cañoneras de la silla pone la novia macizos de rosas sabaneras, u hojas de plantas perfumadas "para que él se acuerde de ella cuando ande por allá lejos".. El Llanero, Daniel Mendoza

GARROCHA: Vara con punta aguda o mandador largo con el cual se obligaba a trabajar o andar el ganado. La garrocha  desempeñanba en esto de rechazar el ataque, un papel fundamental. Este instrumento, segundo en importancia después del lazo cuando está en manos de un jinete, se fabrica de la liviana y resistente madera de la palma alvarico (aeneocarpus cubarro), aguzando simplemente el extremo, o fijándole una punta de hierro rodeada por aros sueltos del mismo metal, que cuando se sacuden cerca de las orejas de los animales, los espanta con el ruido que producen. El asta de la garrocha tiene unos 10 pies de largo y aunque no es mas gruesa que un bastón normal, es capaz de resistir sin quebrarse, una gran presión. Este instrumento, sirvió de improvisada lanza a los valiuentes patriotas en la lucha por la independencia.


SILLA DE MONTAR: 

Es este un objeto de uso cotidiano para los llaneros que trabajan con bestias constantemente. Las sillas de montar se construyen con cuero típico de galápago con cañonera, bordado por los lados, con estribillo de adornos en chapas, correas, con pico plateado.



 

PORSIACASO:
El porsiacaso es un pequeño saco de tela con bolsas en los extremos, utilizado por el llanero para llevar en el caballo  la comida para el camino: casabe, papelón, café, queso, arepa, carne seca y por supuesto la mascada de tabaco.

ENJALMA DE BAJERO:
Fue un instrumento empleado por los llaneros desde el siglo XVIII. La enjalma de bajero medía aproximadamente 50 cm de ancho por 70 cm de largo, con un espesor de 3 cm. Era tejida con el bajero del topocho y bejuco sabanero, o con la concha de marinita. Se usaba para ponerlo en el lomo de los bueyes, caballos, mulas y burras para una mayor comodidad en el transporte diario. Debido a la inserción de la silla, los llaneros dejaron de emplearla 

JAMUGA:
Es un instrumento de mucha utilidad para facilitar las labores del campo. La jamuga se coloca encima del lomo del burro para ensillarlo, y así poder trasladar las cosechas o las cargas con mayor comodidad. Tiene forma de silla, hecha de palos. También se emplea para su elaboración tiras secas de bajero que son despegadas del tallo de la planta de topocho. Éstas se remojan en agua durante uno o dos días para que se suavicen y permitan ser manejadas con mayor facilidad al momento de tejerlas y amarrarlas. La jamuga se compone de una cincha que va amarrada al burro, para que no se caiga hacia los lados, además de un rejo, denominado también gurrupera, que va sostenida en la cola del burro con la intención de darle estabilidad a la silla.

TIENTOS:
Correas externas de la silla de montar, donde se amarra la soga y el cacho.
 
EL CACHO:
  
Cuerno de res preparado para tomar agua o aguardiente. "Este cuerno va decorado con artificios y primores ejecutados por él en horas de siesta o de descanso, valiendo de cincel o buril la punta del cuchillo de cintura o la lanza. Estos primores consisten en arabesco imitando palmeras, flores o retratos de seres queridos" El Llanero



CAÑONERAS:
Pequeñas bolsas a ambos lados del pico de la silla.

 



MANDADOR:
Es un instrumento muy antiguo y de mucha utilidad entre los llaneros y pobladores de la zona. Se emplea para distintas actividades del campo, fundos y casas de familia. Su función es ayudar al llanero en el momento de arrear el ganado, o para espantar a las gallinas. Es elaborado con un palo de jabillo, congrio, roble o mora, con una gasa de cuero de ganado de doble guía. 











Y para finalizar con la nota musical, El Mandador, de Joel Hernández.


        EL MANDADOR 
Interpreta: Cholo Valderrama
 
       Hijo álceme el mandador
       álcelo hijo,  que es su tatarabuelo 
           Vaya y lo pone      
           En la copa de un horcón
   Pídale la bendición 
Y viene para que hablemos 

No vuelva a pisar mi honor 
Porque ese honor, 
 es herencia de mi ancestro 
Y fue con él 
que lo hice a usté un señor
 Fue la tiza y pizarrón
 Que ayudaron su maestro

 Es solo un pedazo 
 De flor amarillo y rejo 
Por lo que no sea pendejo 
Un día amansé el buey lebruno
 El es mi orgullo
 y otro símbolo llanero
 Lo mismo que mi sombrero
 Merecen respeto suyo
 (bis) 

Me sirvió como patrón
Y fue el primer
 juguete cuando pequeño
 Pero también
 fue mi amigo amansador 
Para que fuera el mejor
 Coleador que había en mi pueblo

 Este viejo mandador, 
Cuando los años 
Pongan blanco mi cabello 
Será el soporte 
de este viejo regañón 
Que trabajó de sol a sol 
Para cuidar lo que es nuestro 

Yo lo amarraba
 en la cabeza e´ la silla 
Cuando apartaba novillas
 Toros, vacas y becerros 
Cuántos caballos
 arrié con el mandador! 
Y al muchacho rezongón
 lo enseñé a sé un hombre serio