Imagen Manuel Abrizo |
Adilia Castillo, nacida el El Yagual, es hija de una princesa yarura nacida en Cunaviche llamada Isabel Castillo.
Su madre templó el carácter de Adilia, para hacerla fuerte y recia.
Adilia, en entrevista que le realizara el periodista Manuel Abrizo, le comentó sobre algunas de las enseñanzas maternas, como por ejemplo hacerla beber un vaso de sangre caliente de alguna res que se hubiera sacrificado en su fundo, ponerla a correr por la sabana, mandaba a trasladar de un lado a otro la piedra de amolar, la chícura o la pala, enseñarla a enlazar practicando con un botalón, y llevarla a
cortar grandes cantidades de leña,
La madre de Adilia, como puede inferirse, era una mujer recia y de fuerte personalidad que tenía ciertos bienes, tales como bodega, botiquín, gallos de pelea y de cuatro bongos de seis bogas. Además producía pan, jabón, curtía cueros, hacía queso de mano y de cincho y comerciaba con reses y productos apoyándose en los bongos.
Isabel hizo el papel de padre y madre para Adilia y su carácter recio inspiró la inspiró en la interpretación de Doña Bárbara. Su madre también incentivó en ella el amor por la música. En el pueblo, Doña Isabel hacía grandes fiestas en honor a San Pedro y
San Pablo y cuenta doña Adilia:
“ Venían artistas de Periquera (hoy Guasdualito), de San Rafael de Atamaica, de Achaguas. Llegaban contrapunteadores de todas partes. Terminaba
arpista y empezaba otro. Los bailes duraban hasta quince dias. Había abundante carne asada.”
Las vueltas de la vida, las hicieron mudarse a Barquisimeto, donde se inició como cantante en un programa de radio infantil. Al tiempo, contaba con su propio espacio en la emisora Radio Barquisimeto, donde fue conociendo muchos de los artistas de aquel tiempo. Eso ocurría entre 1947 y 1948.
Posteriormente se mudaron a Caracas, donde prácticamente tuvo que empezar de nuevo pues no era conocida en la capital. Un dia asistiendo a una corrida de toros, decidió que quería ser torera, lo cual la apartó temporalmente de la música. Actuó como novillera en Caracas, Maracay, La Victoria y otros pueblos.
Quizo el destino que practicando en el Nuevo Circo, contactó casualmente al maestro Guamán que estaba organizando la inauguración de un Nigth Club, quien al oirla cantar algo con acento español, la contrató de inmediato. De allí se incorporó al conjunto de José Romero Bello quien la bautizó como La Novia del Llano.
No solamente de desarrolló en el aspecto musical, también en el histriónico, pues filmó nueve películas en Mexico, cuatro en Cuba y una en Nueva York.
“Cada dia es un debut en mi vida; es como si estuviera empezando. Yo seguiré usando en mis presentaciones mi traje tipo Doña Bárbara, con liquiliqui, traje ancho, así me digan burriquita. Yo digo que admiré mucho a Pérez Jiménez por esa Semana de la Patria en que todo el mundo se ponía un liquiliqui con orgullo y una falda llanera, y la música tomó auge cuando aparecieron grandes artistas como Angel Custodio Loyola, Juan Vicente Torrealba, Mario Suárez, Rafael Montaño, Pilar Torrealba, Héctor Cabrera, Magdalena Sánchez, las hermanas Chacín, Lila Morillo. Luego cayó el gobierno y la música venezolana se vino al suelo.
Yo me siento sembrada en el corazón de la gente que me saluda con cariño, y le dice a sus hijos y nietos, mira, esa es Adilia Castillo. Para mí es algo muy grande que el pueblo me haya nombrado Gloria Nacional de Venezuela”
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