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1 de abril de 2014

Las Faenas Llaneras en La Rubiera (3/3)

Culmina Horacio Cabrera Sifontes su narración sobre la faena llanera en La Rubiera, con la descripcion de la misma  durante el invierno llanero:


En el invierno, en el Llano rubiero todo cambia. Todo parece diferente. El sistema de vida es otro. Los ganados se refugian en las partes altas, en los médanos. El caballo se cambia por la canoa. Los cuatreros roban en canoas. Matan la res en los médanos, a la que atrapan fácilmente cuando está en el agua, le traman el. cacho contra el borde de la canoa, y allí mismo la descabellan con la puntilla en la nuca. Como en el agua no pesa la res, la arriman al médano para descuartizarla, y en sacos van metiendo la carne en la canoa. 

El Llano se inunda, pero la paja de agua sobresale del nivel del agua como para tapar la canoa. Se puede mirar a distancia, por encima de la sabana inundada, y no se ven las canoas de los cuatreros. Solamente el gavilán primito los delata. Fijándose en la actitud del gavilán se descubre a lo lejos el pendolear de la palanca con que impulsan la canoa. Un palanquero hábil recorre la canoa agachado, empujando la palanca a fin de que la paja que sobresale del agua lo esconda. Hay que fijarse bien para ver la palanca. Solamente el gavilancito los acusa, como si dijera: allá está. Los sigue constantemente y cuando uno se va aparece otro. La misión del pajaro detrás de la canoa es solo la de buscar su alimento. Sabe que la canoa en su trayecto va a levantar paticos, tiganitas y gallitos de agua. Cuando éstos se levantan en vuelo, el gavilán primito, estratégicamente ubicado detrás de la canoa, les vuela desde atrás y se les mete por debajo, a la vez que él mismo se pone boca arriba para agarrar su presa por el pecho, seguidamente invierte la posición y es el patico el que queda boca arriba, en la imposibilidad de hacerle resistencia, é1 toma su vuelo normal y se dirige al médano donde hará su comida.  Asi mismo la garcita llanera se para junto a la cabeza de la res que está comiendo, porque sabe que espantará la tara que le va a servir de alimento. Técnicas y mafias de un mismo medio. 

En el invierno rubiero se puede apreciar la gran riqueza de la fauna acuática. El Orinoco y el Apure se desbordan. El Guariquito sirve como canal de entrada de millones de peces grandes de todas clases. Los muchachos en Garcitas saben por la mañana cuántos manaties subieron en la noche, porque les contaron los soplidos. Los peces de los grandes rios toman una vacación y se riegan por la sabana inundada comiendo a su gusto desde taras, ranas y lombrices hasta retoños y frutas silvestres. Por cardúmenes sube del Orinoco el morocoto grande renegrido, que en el Llano se llama “cachama”. Es muy fácil su arponeada, porque se anuncian desde lejos con el aguaje. 

Los ganados se recuestan a los médanos y muchas veces hay que hacer grandes “cayapas” para sacarlos del aislamiento. En La Rubiera las aguas de inundación llegan hasta El Alcornocal y el ganado tiene hacia el norte muchas partes altas donde defenderse. A Mata de Pelo y a la costa del Guariquito suben miles de venados desde los llanos inundados. La época de invierno es la de mayor carne robada en La Rubiera. Los dueños de ganado se hacen amigos del gavilán primito. No lo son del gavilán colorao, porque éste les avisa a los cimarrones la presencia de los llaneros, haciéndoles perder el día. La naturaleza genera su propia defensa."
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