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9 de diciembre de 2010

El Cristo de La Mata o de la Sabana. 1/4

Tenemos una nueva colaboradora en este Blog y es de lujo, como todos nuestros colaboradores. Se trata de la Profesora Carmen Beatriz Estrada, nieta del poeta José Natalio Estrada Torres. En nuestra constante búsqueda de información, nos topamos con sus valiosos conocimientos sobre el estado Apure y sobre la historia del Hato La Trinidad de Arauca, pero especialmente con la tradición oral familiar de la vida de Don José Natalio Estrada y su obra.

He aquí la historia real del Cristo de la Sabana:

En el Hato La Trinidad de Arauca, perteneciente a la familia Estrada por cinco generaciones y ubicado en el Cajón de Arauca, existe un médano. En él jugaban los niños de la Fundación con mucha frecuencia, hasta que empezaron a contar a sus mayores, que en el médano veían una señora muy bella pero con barba y que a través de su ropa podían verle el corazón. La historia llegó a oídos de Don José Natalio Estrada Torres, quien encargó a Italia, un Cristo de mármol de Carrara, aparentemente sin dar mayores especificaciones.

Imaginemos por un momento cuanto tiempo tardó en llegar dicho encargo, cuando las vías de comunicación eran prácticamente inexistentes. La cadena de ríos era entonces la vía más expedita para el comercio y por allí debía salir el encargo y regresar materializado. No se sabe exactamente cuánto tiempo tardó en llegar el Cristo a La Trinidad. ¿Seis meses? ¿un año? Ya no importa, pero un día llegó al Hato, en una carreta, una enorme caja. Don José Natalio, quizás no esperaba una figura de tales dimensiones, y acomodó la caja en algún sitio del hato y no se decidió a abrirla por un tiempo. Finalmente, cuando lo hizo, todos quedaron sorprendidos, pues en lugar del Cristo encargado, le habían enviado un ¡Corazón de Jesús!, tal como lo habían visto los niños.

El Corazón de Jesús mide cerca de dos metros y pesa unos 900 Kg, elaborado en un precioso mármol blanco y fue colocado sobre un pedestal en el centro del médano, mirando hacia el río Arauca. Le colocaron una leyenda que dice “SEÑOR BENDICE A NUESTRO LLANO”. Desde entonces fue llamado el Cristo de la Mata (así se llamaba el sector donde fue ubicado) o Cristo de la Sabana.

Con los años, Don José Natalio hizo un nuevo encargo a Italia: cuatro ángeles, en los que quería representar los niños de las distintas razas que habitaban el llano. Se cuenta que se inspiró en el hermoso poema de Andrés Eloy Blanco, “Píntame Angelitos Negros”. De allí encargó entonces, uno blanco, uno negro, uno mestizo y uno indio.

Estos hermosos ángeles, de dimensiones menores que el Cristo, con las facciones y colores característicos de la raza que representaban, fueron colocados en semicírculo, mirando al Cristo.

Estas figuras se encuentran actualmente en el mismo lugar, quizás deterioradas por el tiempo y la intemperie. Al Cristo de la Sabana se le atribuyen propiedades milagrosas, la gente de los alrededores acude a hacer sus peticiones y en la base superior del pedestal, siempre pueden verse los pequeños obsequios de agradecimiento por los favores concedidos.

La fotografía que colocamos, la obtuvimos del libro “María del Llano”, escrito por el poeta Estrada Torres, en su tercera edición publicada en 1967. Quizás por las disponibilidades de entonces o quizás para mostrar mejor los ángeles que acompañan la figura, la fotografía es en realidad un montaje, que  los muestra  mirando en el mismo sentido que el Cristo. Sin embargo las figuras son las reales y simplemente debemos visualizarlas de espaldas, mirando al Cristo.

Varias canciones y poemas mencionan el Cristo de la Mata o de la Sabana y nos ha costado decidir cuál colocar. Finalmente nos hemos decidido por fragmentos de algunos poemas y en posteriores entradas,  les ofreceremos el poema completo del autor, dirigido a Francisco Salazar Martínez, así como el bellísimo poema “Llano, poeta y milagros” del insigne poeta Julio César Sánchez Olivoo

“Con tu –Cristo de la Mata-
Que me sirve de baquiano,
Bondadoso Soberano
Que hace la vida mas grata
Y mi pluma cual cantata.
Y para tu altar yo voy
Mas mi corazón te doy
Cuajado de luceritos,
Te adoran los angelitos
De mundo de Andrés Eloy. 
El Cristo de la Sabana/Rómulo Eudoro González Blanco


Cuando llegue ese momento
Que a todos nos llega hermano,
Aquellos amigos tuyos
Que somos como el Carrao
Por ser fieles a la raza
Del auténtico araucano,
Si no hemos emprendido
Antes que tú el viaje largo,
Al pié del arpa tu nombre
Pronunciaremos cantando
Y hablaremos de los santos
En Rincón Hondo olvidados,
El gran Cristo de “La Mata”
De ojos, cuerpo y manto blancos…… 
Carta a José Natalio Estrada/Julio César Sánchez Olivo

Fundación: Sitio donde se encuentran las viviendas de los peones de un hato. Carrao: Sin duda se refiere el poeta Sánchez Olivo, a la leyenda de Mayalito y Carrao, ya publicada en este Blog y que refleja la fuerza de la amistad para el llanero
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