Así titula Manuel Abrizzo, su artículo publicado en Apure Adentro, al referirse a uno de los hijos ilustres de San Rafael de Atamaica: Manuel Luna, nacido en la jurisdicción de Cunaviche en 1925 y compositor entre otras 198 piezas musicales, de Sentimiento Apureño, ícono de los pasajes llaneros.
Lo describe como un hombre sencillo y fuerte. Para el momento de la entrevista, contaba con 80 años y vivía en un rancho de cinc a la entrada del pueblo
“Mi padre se llamaba Francisco Trejo y mi mamá, Juana Rita Luna, Eran gente humilde, llaneros criadores de cochinos y ganado. Vivían ahí en las Guiquitas, terreno de La Candelaria. Yo nací en Guaiquitas. Me crió una abuelita llamada Estanislá García, y mi abuelito, Miguel Luna.
Me levanté ahí becerreando, andando a caballo, ayudando al trabajo desde pequeño, aquí la cosa es meneá. Nos despertábamos a las tres de la mañana. Yo era puertero, encargado de sacar el becerro para ordeñar la vaca. Después que crecí nos fuimos para el centro. De allá regresé, tenía 14 años, y comencé a trabajar de nuevo en La Candelaria, en el Paso Arauca, donde está el puente."
Don Manuel Luna asegura que "La Candelaria, con miles y miles de reses y bestias, se acabó cuando mataron al araguato del troncón, un mono encantado que vivía en un matapalo, en un troncón (la gente decía que era el propio diablo). Un dia, un hombre llamado Urpiano Brando, de esos que inyectaban ganado, cogió una bala, la mordió en cruz, le metió un balazo en la frente y lo mató.
De ahí pa´lante se terminó el Hato La Candelaria. El ganado no duró, se fue la bestia. Eso eran cantidades de bestias, demasiadas bestias.Usted iba con el ganado en una travesía hacia Cunaviche, y eso se iba abriendo adelante, y atrás se iba cerrando, así había ganado y bestias”
Cuenta que su padrino le regaló un arpa y a los 15 dias, solo de ver tocar a los músicos, estaba tocando el primer baile.
Su primera composicion fue “Los Maizales”y grabó 180 canciones y 30 quedaron inéditas.
Sentimiento Apureño, su pieza mas conocida, se llamó originalmente “Los maizalitos” y la tocaba en tono menor. Francisco Montoya la llevó a Caracas, donde Valentín Carucí y Pedro Emilio Sánchez le pusieron letra.
Omar Moreno grabó casi todas sus composiciones y Otilio Galíndez grabó "Puerto Miranda", otra de sus famosas canciones.
Manuel Luna fue el arpista durante 7 años de Angel Custodio Loyola, hasta que su esposa Emma le puso un ultimatum pues pasaba demasiado tiempo en Caracas. “O Loyola o yo”, fueron al parecer sus palabras.
“Yo trabajo de todo. Durante el dia atiendo a los animales, jalo machete, siembro maíz, atiendo los cochinos. Lo que no hago ahora es montar a caballo. Yo he cogido tantas caidas que me da miedo hasta montar en burro. De la vida no me puedo quejar, he pasado trabajo, pero el que no pasa trabajo no sabe nada de la vida.”, dice.
PUERTO MIRANDA
Interpreta: Eneas Perdomo
Llegando a Puerto Miranda
encontré el consuelo mío
muchachas tierras y arpa
con la majestad del rio
Vi volar la garza blanca
junto con garzon pionío
salio la garza morena
con el pescuezo tendío
Volando hacia Matiyure
con despacio y sin desvío
arriba la garza blanca
volando en el medio él río
Quien te ve Puerto Miranda
te admira por tu belleza
por tus lindas corocoras
y esas garzas paletas
que se paran en tus playas
tan bonitas y extensas
del brazo de Apure
también de la Portuguesa los que le caen a tu rio en esa anchura inmensa
en donde llegan los barcos sonando las chapaletas
Fuentes Consultadas: Apure Adentro, Min Planificacion y Desarrollo
“Usted se para en época de invierno frente a la iglesia, al lado de la Plaza Bolívar; y desde allí puede ver que las aguas del río Atamaica son mas altas que el pueblo. ¿Por qué no se anega? No sé. Por eso digo que es misterioso” Manuel Luna
Cuentan que en el Hato Cañafístola, cerca del pueblo,se entrevistaron por primera vez Simón Bolívar y José Antonio Páez, el 30 de enero de 1818. En ese encuentro Páez reconoció´el liderazgo de Simón Bolívar y se le subordinó.
El nombre del pueblo, según la tradición popular, se debe a una doncella indígena y a que en ese sitio se encontró una imagen tallada de San Rafael:
“La imagen, una talla de San Rafael, fue rescatada por un joven español que estaba enamorado de Atamaica, la hija del cacique otomaco”. Al ser expulsado el español por el cacique, Atamaica rompió a llorar y sus lágrimas formaron la laguna. El padre finalmente mandó a buscar al español quien se casó con la princesa.
En la iglesia del pueblo está la talla de San Rafael , la virgen del Carmen y la Divina Pastora. Ésta última traída por familias larenses que se residenciaron en el pueblo en el siglo XIX.
San Rafael de Atamaica está situado a un poco más de una hora de la capital apureña, por la vía de San Juan de Payara.
No hay un criterio unificado sobre la fundación del pueblo. Dicen que fue fundado en 1768 por Fray Domingo de Campillos, pero también dicen que fue en 1764 por Fray Francisco de Montalbán.
Según la memoria presentada por José Cornelio Muñoz en 1831 ante la Secretaría del Interior y Justicia: “S. Rafael de Atamaica, tiene 300 indígenas que residen en el mismo pueblo, subordinados a su corregidor ciudadano Victorio Pérez: tiene regulares conucos en la costa del río Atamayca: poseen un poco el castellano y carecen de toda civilización e instrucción. Su trage (sic) es antiguo: su carácter en un todo igual a los indígenas de S. Juan de Payara con quienes tienen sus relaciones de amistad; carecen de misionero "
Entre los artistas nacidos en este suelo están César Bermúdez, Manuel Luna, Nelson Morales, Ángel Bolívar y Ramón Castillo.
A San Rafael o "Rafal" es tambien se le conoce como el santo de los pescadores y contamos con un recio golpe llanero con su nombre:
San Rafael Arcángel: Pública talla en madera policromada, de cuerpo entero, que representa a San Rafael Arcángel, santo patrono de San Rafael de Atamaica, de mediano formato, confeccionado ensamblando varios bloques de madera y se sujeta por engranajes macho y hembra, se puede observar en las manos y las alas. El rostro está de frente, ojos de vidrio, cabello oscuro y largo, suelto hasta los hombros, lleva corona dorada. Viste traje de color verde y rojo, alas de color celeste, en su mano derecha lleva un pez y un anzuelo ambos de metal y en la izquierda un báculo de madera. Ubicada en el lado derecho de la nave central. De fabricación española, fue traída a San Fernando desde Colombia en calidad de préstamo y aún continúa en el pueblo, para satisfacción de los feligreses. La comunidad asegura que esta imagen milagrosa data de la época colonial, siendo la más antigua de la región
ATAMAICA (Plumeria alba)
Esta planta perteneciente a la familia Apocynaceae es cultivada como ornamental y en el bajo llano se le conoce también como Atapaimo.
Les ofrecemos dos contrapunteos, con letras muy interesantes. En ellos, no hay un reto marcado sino amistoso, donde ambos copleros, demuestran su "facultad" respondiendo a su contrincante con versos cargados de conocimiento de la vida llanera. Ambos con rimas asonantadas en los versos pares, pero con diferente terminación: la "o" para el primero y la "a "para el segundo.
Llama también la atención que en el primero no se repiten versos para acompasarlos con la música y en el segundo, se repite el primero y luego el segundo verso en cada estrofa.
ANDO BUSCANDO UN COPLERO
Amigo lo ando buscando
Me han dicho que es buen coplero
Quiero ver la facultad
Que usted tiene para serlo
Si es que es hijo del Apure
Tierra de hombres caballeros
Que nacen en pleno llano
Domando potros cerreros.
Si me busca me encontró
Mi estimado compañero
Yo le voy a demostrar
Lo que abarca mi cerebro
Lo que el llano me enseñó
Cuando yo fui becerrero
Le juro que soy mas puro
Que tapara de ajicero
Pura es la soledad
Que no tiene compañero
La extensidad del Arauca
La sabana y los garceros
Las coplas que largó un día
El catire parrandero
Cuando el Dios de las tinieblas
Quizo ganarle terreno
Siga largando su copla
Llegamos a donde quiero
Al pie del contrapunteo
Recio como el aguacero
Que se convierte en tormenta
Con relámpagos y truenos
En la inmensa oscuridad
De una noche sin luceros
Ya veo que tiene recursos
Cantor de pecho ligero
Pero lástima que vas
A vagar por los infiernos
Yo no me transo con nadie
En esto soy muy sincero
Y aquel que cante conmigo
Se queda mascando el freno
A mí no me asustan gritos
Ni voces de pendenciero
Cuando un coplero me apura
Es que estoy más sereno
Y le demuestro que yo
Soy el que todo lo puedo
Curtido de sol y llano
Se cobija con lo ajeno
No estoy pidiendo opinión
Ni dándolas mucho menos
Si se trata de llanura
Muy adentro yo la llevo
La defiendo a cada instante
Que en un verso la recuerdo
Porque fue quien me enseñó
A cantar como yo quiero
Yo soy como los espantos
Hago erizar hasta el cuero
Soy como la noche oscura
Que no ha conocido el miedo
Cuando yo pego un tañío
Se arrinconan los copleros
Por eso soy conocido
En todo el cajón llanero
El que se alaba a si mismo
Siempre está como embustero
Hay algo que yo le digo
Que es muy cierto y verdadero
Por ahí siempre se consiguen
Cientos de malos copleros
Que lo que hacen es matar
Una cosa que no es de ellos
Yo sostengo lo que digo
y firmemente se lo pruebo
no me copio de ninguno
ni le pido al compañero
porque de niño yo soy
dueño del canto altanero
caminante solitario
sin rumbo y sin caminero
CUANDO UN COPLERO RESPONDE
Vengo echando travesía Con aire de la mañana
veré si encuentro un coplero
Que en un verso me explicara
Si es que permite que yo
Varias preguntas le haga
Que me conteste enseguida
Sin embuste y faramalla
Par aeso aquí estoy yo Gallo que muere en la raya
Tratándose de pregunta
Y un coplero que las haga
Yo le contesto al momento
Sin tener ninguna falla
Que yo de buenos versos
Tengo llena mi atarraya
Si eres recio en el cantar Contestame sin pensarla
Dónde nace el río Apure
Y adónde lleva sus aguas
Cuales son las travesías
Que hace antes de dejarlas
Para luego descansar
Como el marino en la playa
Yo soy bueno en geografía Desde que estudié primaria
En la Unión del Uribante
Y del Sarare en tierra hermana
Es que nace el río Apure
Recorre tierras extrañas
Para ir al Orinoco
donde descansan sus aguas
Otra cosa compañero Que de usté quiero escucharla
Si su cerebro lo ayuda
Me la va a decir con calma
Cuales son los verdaderos
Estados de tierra llana
Donde viven los llaneros
Con sogas arrebiatadas
En el Guárico hay esteros En Barinas hay sabana
Pero Apure y sus llanuras
Es la madre soberana
Sus tierras no han visto cerro
Por todas partes son llanas
Y en el lugar mas lejano
El joropo es el que manda
Si se encuentra en condiciones De que sigamos la charla
Amigo digame usté
Por que se forman las playas
Remansos y remolinos
Que a lo que agarran ........
Avíseme usted contiempo
Si la memoria le falla
La arena que siempre arrastra En el invierno las aguas
Al quedarse en otro sitio
Se van formando las playas
Y al caerse lo barrancos
Las aguas arremansadas
Hacen nacer remolinos
De grandes cuencas ondeadas
Todavia no estoy conforme Vuelvame a dar la palabra
Para ver si la respuesta
De esta pregunta prepara
Diga usté que ser viviente
Muere cantando su fama
Para dejarle un mensaje
A la tierra que tanto ama
Sinceramente paisano A mí me sobran agallas
Pa contestar la primera
Hasta la última que haga
De cantar siempre revientan
Y se mueren las chicharras
Dejando hacia los caminos
Sus cuerpos sobre las ramas
Tu facultá reconozco Y quiero tu mano estrecharla
Para que quede en el llano
una cosa bien cimbrada
Coplero no es todo el mundo
Porque cante en la parranda
Tiene que tener primero
Recursos para que lo haga
En eso tiene razón Y vamos a dejar estampada
En nombre de dos amigos
Y recios cantores de fama
Este gran contrapunteo
Dedicado a tierra llana
Nos despedimos cantando
Las coplas de la sabana
El musiú José Faoro, de origen italiano, hombre trabajador y bondadoso, se estableció en el viejo San Fernando hasta su muerte ocurrida en 1972.
La caimana que crió desde pequeña y que fue la atracción local por más de 60 años, constituye parte del anecdotario sanfernardino del siglo XX
La caimana fue “adoptada” por José Faoro con tan solo 3 días de nacida.
Según la investigación efectuada por Manuel Abrizzo, y publicada en el libro APURE ADENTRO, a la caimana le pusieron como nombre “El Negro”, pensando que era macho, pero después, al comprobar que era hembra, se llamó “La Negra”.
La caimana dormía en el pecho de su dueño y andaba a su antojo por la casa.
En el patio de la casa, le construyeron un estanque con rampas para su disfrute y solaz.
Cuenta don Manuel Abrizzo:
“Don José Faoro, había nacido en Brescia, Italia en 1897. Se vino a Venezuela a la edad de 15 años y se radicó en Los Teques, donde conoció a un paisano apellidado Danello, quien lo lleva a San Fernando. Aquí montaron una joyería. Luego Faoro compró una casa en la calle 24 de Julio y allí instala su famosa joyería”.
Se casó con la apureña Ángela Filomena Estévez con quien, a pesar de no tener hijos propios, criaron doce. Al parecer, Don Faoro se dedicaba además a elaboración de medicinas naturales para tratar el cáncer, hongos, asma entre otros y se hizo famoso con un preparado llamado “Felisbesta”, recetado para el ganado. Igualmente realizaba actividades de comercio con plumas de garza y pieles de caimán.
Faoro era amante de la fauna.
Nos cuenta a su vez don Francisco Serrano Castillo en “El Último Violín”:
Imagen Manuel Abrizzo
“Entre aquellas curiosidades se contaban una grulla, que Faoro peinaba en su regazo al amanecer, para luego volar libre y elegante por el cielo de San Fernando; un casar de puerco espines, compañeros inseparables de sus diarias caminatas por la plazoleta Sucre; dos cunaguaros y un enorme tigre, fieras amaestradas a tal extremo que sus necesidades las cumplían en el sitio destinado a los humanos y, como creado por la fantasía, la no menos sorprendente domesticación de una caimana de unos cinco metros la cual llamaba El Negro. El animal comía en sus manos y muchos curiosos posaron tendidos sobre ella; por las noches abandonaba su estanque, dirigíase a la habitación de la pareja y descansaba su descomunal cabeza en el lecho donde yacían.
Recorría la estancia con mansedumbre, apostándose en el negocio para asombro del vecindario, exhibía algunos colmillos de oro que el orfebre implantó en sus fauces.”
El animal se convirtió en una atracción y era visitado por gente proveniente de otros destinos. Se comía diariamente tres kilos de pechuga o muslo de pollo, que podía sustituirse eventualmente por carne o pescado de mar, nunca de río. Cuentan que jamás la alimentaron con animales vivos.
Don Faoro murió en julio de 1972. Contó doña Ángela que cuando trajeron el ataúd con el cuerpo de Faoro y lo colocaron en el salón, Hernán Falcón, uno de los muchachos criados por la pareja, se fijó que la caimana se dirigía hacia ellos; por lo que colocaron el cajón en el piso. El animal dio entonces un salto y se montó sobre la urna, lo cual fue interpretado como una manifestación de dolor.
Muerto Faoro, la caimana pasó cuatro meses sin comer. El animal durante cuatro años no volvió a entrar en la habitación de la pareja.
La Negra, de 67 años, murió en 1992 y su cuerpo fue embalsamado con las fauces abiertas, colocado en un cajón de vidrio y ubicado a la entrada de la casa de la familia.
Para darle el toque pintoresco propio del llanero, colocamos a continuación unos versos informales del poeta Fleitas Beroes, dedicados a su sobrino.
Pablo, como estas en Guayabal
Y el tiempo se está pasando
Me buscas en San Fernando
Un joropo instrumental.
Compra el toro de El Moral
Y para botar mi pava
Si no encuentras una baba
Metida entre una macolla,
Me le robas a Montoya
El Caimán de Boca Brava.
DUDA.
Ese caimán bolas de oro
No debe ser tan jembrero,
Ya hubiera puesto un ñemero
la caimana de Faoro.
Y hablando de Francisco Montoya y de caimanes, aquí está "El Caimán de Boca Brava"
Fuentes Consultadas: Apure Adentro, Ministerio de Planificación y Desarrollo, con textos de Manuel Abrizzo y El ültimo violín de Francisco Serrano Castillo.
Los almidoncitos son un tipo de alimento que se hace como
complemento alimenticio para los niños.
Este producto se extrae
de distintas semillas como el almendrón y la chiga, o de
frutos como el merecure, o incluso a partir de tubérculos como
el changuango y la yuca. Pero el método de obtención de
este producto varía de acuerdo a la semilla o tubérculo que
se emplee, por ejemplo, de la semilla de chiga, que es un tipo
de fruto que crece en una vaina larga en los árboles del
mismo nombre, se pila la semilla, ello produce un jugo y la
pulpa, el jugo se cuela con agua hasta que pierda el sabor
amargo característico y lo que se obtiene es el almidón que
se deja reposar evaporándose el exceso de agua y solidificándose.
Luego se procede a pulverizarlo y se espolvorea en
agua caliente hasta lograr una textura gelatinosa que se complementa
con leche, azúcar y especias al gusto.
El almidón de la yuca es uno de los productos que
se obtiene del procesamiento de este tubérculo para la obtención
del casabe, por ejemplo. La yuca amarga empleada
para la elaboración del casabe se muele, luego se le saca el
yare y el almidón que se puede mezclar con azúcar o papelón
o batata hervida y en puré como complemento alimenticio
para niños. El almidón disuelto en agua sirve además para
compactar la harina de yuca cuando se hace la naiboa.
En el caso del merecure, producto cuyo origen está
asociado a las culturas indígenas, y tradicional en poblaciones
como Los Caños y en Cunaviche del municipio Pedro
Camejo, se obtiene el almidón de pelar el fruto hasta
obtener la pulpa, que se muele y cuela. Posteriormente se
coloca la masa con un poco de agua en un trapo de tela y
se guinda durante un día para dejarlo escurrir. Una vez seco
se forma una masa harinosa que se mezcla preferentemente
con leche y con lo que se obtiene un atol nutritivo,
generalmente empleado para la alimentación infantil. Para
estas comunidades la obtención y preparación del almidón
de la llamada pepa de merecure es una actividad diaria.
Con el fruto del changuango, que es una planta de
tallo largo y delgado, cuyo fruto es parecido a la papa común,
también se hace almidón para consumo infantil. La
fruta se pela hasta obtener la pulpa, la cual se muele hasta
que quede en forma de masa. Esta masa se cuela con agua
unas tres veces, para luego dejarla reposar hasta que se
compacte. La masa se deja en un cincho durante un día,
hasta que queda lista la harina para preparar el atol con leche.
El almidón de changuango es ideal en los desayunos
debido a la cantidad de calorías que aporta a la dieta.
El almidón sirve además para la preparación de
postres como los conocidos almidoncitos que se hacen con
clavos de olor, agua de azahar, dos cucharadas de canela
en polvo, ½ kg de almidón molido, ¼ kg de margarina, dos
huevos, 100 a 200 gr de azúcar y pulpa de mango. Primero
se amasan todos los ingredientes hasta formar una pasta
suave que debe estirarse con un rodillo sin dejarla muy delgada.
A continuación se corta en triángulos a los cuales se
les realiza pequeños cortes decorativos con un cuchillo, luego
se envuelve con ellos la pulpa del mango y se hornean
en platones engrasados a 300 ºC hasta que estén dorados.
Gofio:
Los gofios son dulces elaborados
a base de maíz seco que se preparan
tomando 2 kg de maíz seco,
tostados en un caldero hasta
tomar una coloración dorada,
se deja enfriar y luego se muele.
Una vez convertido en harina se
coloca una panela de papelón a
derretir en un poco de agua a
fuego moderado. Una vez disuelto
el papelón se le agrega
lentamente la harina de maíz, removiendo constantemente
hasta que la mezcla sea consistente. Posteriormente la masa
se extiende en una tabla o batea de madera enharinada y por
último se corta en cuadrados similares a las tabletas. El gofio
de maíz es valorado en la comunidad por ser una golosina
muy nutritiva, de la que se dice, proporciona fuerza y vitalidad
a quien lo consume.
Con estas breves líneas culminamos la transcripción de los manuscritos dejados al poeta Germán Fleitas Beroes, por Julio García, Ño Aguedo del semanario Fantoches.
Para Vivencias Llaneras del Abuelo, ha sido un real privilegio ofrecerles este material totalmente inédito, de mucho valor para quienes amamos hurgar en las cosas y hechos antiguos, pues perfilan una forma de vivir que ya no vemos. Hemos hablado a través de la pluma de don Julio, de Florentino Lovera, del guitarrero de Quirpa, de Páez y la música llanera, del origen del arpa, de Cupertino Rios, de costumbres antiguas de Camaguán, de términos y refranes antiguos, de la vestimenta de entonces, entre otros temas. Si no has leido las entradas anteriores, accesa la Etiqueta llamada Memorias de un llanero de Camaguán.
"El Llanero como el margariteño, se expresan de acuerdo con las faenas del llano y del mar.
Yo tuve un amigo margariteño que en días de la guerra civil, lo hicieron prisionero tres veces en el espacio de 24 horas, amarrándolo con mecates.
Cuando nos encontramos le pregunté cómo lo pasaba, y me contestó:
“Caray chico, estoy llevando mas mecate que una lancha, estoy pensando soltá las velas y dir a recalar a Pampatar.”
Cierta vez me encontraba preocupado por no poder resolver un gran problema comercial y familiar y una vieja llanera me aconsejó que tuviese paciencia y agregó: “deje que la burra coja el nado, que el pollino se ajila”
Germán; tengo un defecto como escritor, y es que escribo conforme hablo. Es el mismo defecto de Papillón; pero el público le agrada este estilo de narración que cala muy hondo en el sentir del pueblo"
LA CATIRA
Autor: José Vicente Rojas
Intérprete: Nelson Morales
Catirita marmoleña De labios color peonía
Que si los tuviera cerca Quien sabe que les haría
Aunque a ti no te gustara
Un beso les robaría
Así después la justicia Me lleve a la policía
Yo si quiero a las catiras
Me gusta su compañía
Tienen el pelo amarillo
Y la mirada encendía
La boca como una herida
Que tumba la vida mía
Los ojos color de mar
De espejismo y lejanía
Dime pronto que me quieres
Catira Dulce María
Pa´ darte mi corazón
Sin ninguna hipocresía
Catirita, catirita Vamos a una correría
En lanca de mi caballo
En la noche oscurecía
Yo te invito que crucemos
A la sabana tendía
Escuchando mi promesa De no olvidarte ni un día
Y escucharle al arrendajo
Su cantar que es alegría
Al tautaco y al carrao
Su triste melancolía
Yo se que tu eres muy leal
Catira Dulce María
La de los ojos azules
Y la mirada encendía
Por eso te doy mi nombre
Cuando quieras vida mía
Catirita marmoleña
De labios color pionía
QUIRPA ALTANERA
Autor: Julio César Sánchez Olivo
Intérprete: Nelson Morales
Quirpa joropo altanero Como potro cimarrón
Para cantarlo en el arpa
Se requiere del vigor
Voz y garganta sonora
Buen empuje de pulmón
Oído y veteranía
de apureño cantador
La quirpa es para cantarla El llanero trovador
Que lleva dentro del pecho
Sabana, horizonte y sol
Con los bríos alborotados
Como potro retozón
Poniendo el alma y la copla
De la raza con calor
Cuando yo canto la quirpa Me sobra la inspiración
Porque me trae a la mente
Al llano de donde soy
Con sus rumbos y su cielo
Con su bravura y su amor
Con sus mujeres que tienen
La gracia dada por Dios
Tierra del hombre que crece De acuerdo con la ocasión
Que ante el peligro gigante
Se le empina el corazón
Y en la amistad y su causa
Jamás ha sido traidor
Nunca un buen hijo del llano
Comete una mala acción
Para finalizar la serie de entradas relacionadas con San José de Guaribe, pueblo que acunó al abuelo en sus años infantiles, queremos ofrecerles información general sobre el Joropo Yabajero, típica manifestación cultural de ese lugar.
Nos apoyaremos en información publicada en la web Bandola Montañera de Guaribe:
"El golpe Yabajero, también es mencionado como "Llabajero" (por que alude a la música de 'allá abajo') según le comentara el Bandolista de Carúpano Luis Miranda al musicólogo Rafael Salazar. Para el intérprete de la bandola de Guaribe nacido en Guaribito en 1953, Gaspar Solórzano, Golpe Yabajero o llabajero, es la designación para un tema musical de varias partes (Joropo, Guabina Encierro, Llamada de Guabina, Encierro de Guabina, Yaguaso, Remate o Tramao) que se toca de forma recia y que se entiende y percibe como autóctono de la zona, como auténtica expresión cultural de esa región.
Nos lo dijo mas directamente: Yabajero (llabajero) es "vergagiao" aludiendo a la acción de golpear con una verga de toro seca.
José Alejandro Arzola intérprete del instrumento nos dice que la gente de la montaña decía "vamos pa' llá 'bajo" cuando iban del caserío de La Cubanera hacia Los Cantiles o de éste último para Guaribe, y que hablaban de la música de bandola que se tocaba en los caseríos de la falda baja de la montaña como 'golpes llabajeros" por que eran de allá abajo, de la montaña baja.
El Requisito o Transporte
Con el nombre de Requisito, se denomina a una secuencia de melodías improvisadas divididas en varias partes con estructura armónico-rítmica prefijada de origen folklórico. El Requisito puede estar conformado por La Guabina con sus partes: "Llamada de Guabina" y "Encierro de Guabina", "El Yaguaso" y "Tramao o remate".
La guabina se asemeja al género de danza de los llanos centrales y occidentales conocido como "guacharaca". Posee una estructura armónica fija en la cual se alterna la bandola con la voz. Cuando "La Guabina" es cantada, en una especie de propuesta-respuesta le sigue la "Llamada de Guabina", que puede dar paso a una segunda guabina o al Yaguaso. La "llamada de Guabina" puede tener "Encierro de Guabina" ("la curda de las lapas " según el fallecido cantador Guaribero Luis Carpavire) en el cual el bandolista mantiene una melodía de una sola nota, generalmente la dominante de la escala de la tonalidad central.
El Yaguaso parte mas rítmica y fuerte del requisito, tiene una estructura armónica cíclica y en ella el bandolista improvisa líneas melódicas de "repercusión" en las cuales se repite una frase melódico-rítmica de corta duración. Juan Esteban García describe el yaguaso como : "la figura donde se oye el golpe del tambol (…;;) se le escucha el tambol de la bandola" .
El Tramao o Remate, viene después de varias vueltas de Yaguaso , con estructura armónica cíclica, con un número de vueltas variables generalmente múltiplos de 4.
Entre los Bandolistas mas famosos de San José de Guaribe y sus alrededores están Juan Esteban García,
Ignacio Henández, Gaspar Solórzano, Régulo Hernández, José Alejandro Arzola, Gregorio Mota, Eliomar Bautista, Manuel Cedeño,
Julián Camacho, entre otros.
Fuentes Consultadas: web .sanjosedeguaribe.es; bandola Montañera de Guaribe
Queremos ofrecerles esta entrevista realizada por el periodista Manuel Abrizzo, al poeta Guillermo Jiménez Leal, con lo cual complementamos su reseña biográfica. La entrevista publicada en la Artillería del Pensamiento del Correo del Orinoco, fue titulada:
LA HISTORIA DE VENEZUELA NO SE EXPLICA SIN EL LLANO
Foto: Miguel Abrizo
Guillermo Jiménez Leal es el autor de "La culpa la tiene el llano", un poema que según él tiene un "refrancito pegajoso", que gustó mucho y se hizo popular cuando lo compuso (siendo un joven estudiante universitario en Caracas en la década de los 60 del siglo pasado).
En Barinas (donde reside) y entre los círculos intelectuales venezolanos, a Guillermo Jiménez Leal -además de poeta, compositor, vocalista y cuatrista- se le tiene como un estudioso y un profundo conocedor de la música, tanto en su vertiente clásica como folclórica. Sus amigos le dicen "Goabina", apodo que carga desde muchacho; después echa el cuento del origen del mote.
En París, donde se especializó en musicología en la Universidad de La Sorbona, vivió 15 años, lapso en que se dedicó a estudiar, componer y fusionar la música "culta" con la música popular venezolana; en locales nocturnos y salones se ganaba el sustento con grupos que interpretaban música latinoamericana, de moda en aquella época. En el anfiteatro de La Sorbona ofreció un concierto con una orquesta que fundó, Folclor de Cámara, con la que grabó un disco y posteriormente hizo una exitosa gira de presentaciones por Venezuela.
Jiménez Leal es un hombre delgado y de mediana estatura, que estalla en una sonora carcajada al celebrar una ocurrencia o pronuncia un "ayayay" ante un lance comprometido, una sorpresa o una pregunta de doble piquete. Entre su obra poética figuran Viaje para dos en uno; La culpa la tiene el llano y Romance del Caipe moribundo.
Nació en Libertad, un pueblo del sur del estado Barinas, ubicado después de Sabaneta y antes de Ciudad de Nutrias. Sus padres, Carlos Jiménez y doña Rosalía Leal de Jiménez (ella de origen guariqueño), eran maestros que continuamente rotaban de un caserío a otro. De Libertad se trasladaron para Obispos, un pueblo cercano a Barinas con una iglesia colonial preciosa.
Embrujo
En Obispos Jiménez Leal pasó su infancia. Recuerda que su casa estaba ubicada en una esquina diagonal a un bar con una rocola, en la cual las pueblerinas y los pueblerinos colocaban insistentemente una canción pegajosa, que escuchaba hasta medio dormido, cuya letra decía "la goabina me mordió en la palma de la mano…".
Una de las pocas bibliotecas del pueblo estaba en la casa de sus padres, quienes recolectaban libros de sus traslados como maestros de un lugar a otro. Así que, relata Jiménez Leal, cuando abrió los ojos, lo primero que se encontró fue una biblioteca.
Desde muy temprana edad se aficionó a la escritura y la música. A los 7 u 8 años comenzó, por su cuenta, a tocar cuatro y guitarra, y se hizo músico aficionado.
-¿ Para un poeta y músico como usted es un privilegio haber nacido en el llano?
-Esa es una pregunta difícil de responder, porque uno está tentado a decir que sí, pero uno no sabe si habiendo nacido en otra parte hubiese sido músico y poeta, sin que necesariamente la temática central fuese el llano, como es mi caso. Yo creo que el llano tiene como una brujería, un embrujo, algo especial que cautiva. Yo viví cerca de 15 años en Europa y mientras más tiempo pasaba allá, más llanero me hacía, más me apegaba a mis propias tradiciones. Eso es como una sangre; algo que forma parte de tu espíritu, de tu sangre, de tu aliento. Ahora, yo doy gracias por haber nacido en el llano, porque me siento plenamente realizado.
-¿Usted montó a caballo?
-Nunca fui llanero de faena, pero crecí en el ambiente, mirando. Alguna vez de niño estuve en un corral amarrando becerros, porque en el segundo matrimonio de mi madre con un llanero íbamos con él a ver las faenas llaneras y en algunas ocasiones me tocó meterme en un corral atareado con la amarrada de los becerros. No es que no los haya montado, pero nunca fui un hombre de a caballo; fui un pueblero.
Junto a la música, refiere, cultivaba el gusto por la literatura. Sus primeros poemas datan del año 1960, 1961. Cuando estudiaba 6° grado fundó, junto con otros compañeros y algunos profesores, un periódico llamado El Caipe (nombre del río que pasa al lado del pueblo de Obispos); lo multiplicaba con un multígrafo llevado por el Ministerio de Educación.
Como muchos barineses de su época en edad de bachillerato, Jiménez Leal se bañó en el río Santo Domingo y estudio en el liceo O'Leary.
En una síntesis de sus años juveniles, Jiménez Leal relata que entró en la Universidad de Los Andes a estudiar arquitectura. Allí permaneció apenas un año. Su estadía coincidió con una experiencia religiosa por la vía del apostolado seglar y la Juventud Católica, cuyos miembros no estaban motivados por actividades de piedad religiosa, sino que era un movimiento de opinión y de análisis crítico de las doctrinas sociales, el capitalismo, el liberalismo y el comunismo.
Leal pertenecía al ala izquierdosa de ese movimiento juvenil católico. En un primer momento tuvo vocación sacerdotal, vinculado con la congregación de la Compañía de Jesús. Los jesuitas consideraron que debía estudiar una carrera más cercana a lo literario que a la arquitectura. Los directores espirituales jesuitas acordaron que se inscribiera en sociología en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Al estar en Caracas estalló el Mayo Francés, acontecimiento revolucionario que marcó a la juventud de su época. "El Mayo Francés tuvo coletazos en todo el mundo. En Caracas fue fuerte. Se leía mucho toda la literatura que produjo la revolución de mayo en París. Por supuesto que en la UCAB ese movimiento no tuvo mucha repercusión, porque es una universidad privada (de estructura religiosa) en la que ese tipo de movimiento no tenía mucha cabida. La mayoría de los estudiantes inquietos de esa universidad nos fuimos mudando temperamentalmente para la UCV. Íbamos a escuchar las clases que en esos tiempos se daban en los pasillos, en el campus. Yo me fui retirando poquito a poco de la UCAB con ánimo de meterme en la UCV, pero en eso se me llamaron de Barinas para fundar la Casa de la Cultura, de la cual fui su primer director. Estamos hablando del año 1969, en el gobierno de Copei", relata.
Desde la casa de la cultura barinesa tejió una serie de relaciones con las y los principales artistas venezolanos. Por Barinas, gracias a un acuerdo con el Inciba, institución rectora de la política cultural de la época, pasaron escultores, pintores, narradores, poetas, músicos y ejecutantes de instrumentos. Todos hablaban de París. Así que Guillermo Jiménez Leal, al cabo de un año, decidió irse a París.
Joropo clásico
En Francia continuó estudios de sociología y de musicología en La Sorbona; además formaba parte del coro.
"Hubo una circunstancia que me inclinó definitivamente por la música -no como arte, a la que uno es afecto por razones temperamentales, sino como ciencia y profesión- y fue el hecho de que mi familia ya no podía ayudarme económicamente. Mis hermanas se casaron. Me dijeron 'vas a tener que regresarte', pero como yo me había llevado el cuatro, estaba metido en la boite, los lugares de París donde tocaba la música suramericana y ya era capaz de ganarme la vida por mi cuenta con el cuatro y la guitarra. Tenía un repertorio amplio con el cuatro, con la guitarra y eso me daba muchas oportunidades de trabajo. Les agradecí a mis hermanas por el apoyo que me habían dado, pero dije 'yo me quedo porque vivo tranquilo, trabajando de noche y continuando los estudios de día".
En París adquirió una sólida formación teórica musical. Paralelamente componía y se presentaba en locales nocturnos.
"Comencé a componer, a refinar mis propias formas como intérprete, tanto de los instrumentos como de la voz, y por el estudio y por el trabajo diario adquirí un nivel profesional en la música. Fundé mi propia orquesta, que se llamaba Folclor de Cámara. Fue muy conocida en Venezuela", dice.
La idea de fundar un grupo de cámara que interpretara música venezolana nació cuando un profesor le preguntó si era posible escribir la armonía del arpa, cuatro y maracas para orquesta de cámara que contuviera ese brío de la música criolla, desconocido para las europeas y los europeos.
"Yo me puse a pensar", refiere, "y a trabajar con otro grupo de amigos en la escritura de la música venezolana, y se me ocurrió la idea de fusionar arpa, cuatro, maracas y contrabajo con la orquesta de cámara. Esa idea fue muy bien recibida por los músicos latinos que estaban allá, pero para realizarla como proyecto profesional se necesitaba un apoyo financiero. Yo conseguí el apoyo con la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho. El primer concierto con músicos académicos -argentinos, franceses y venezolanos- se hizo en al anfiteatro de La Sorbona que es uno de los principales lugares de París para eventos de ese tipo", detalló.
"Ese primer concierto se grabó con éxito increíble, era la primera vez que se veía en Europa una fusión de ese tipo, que juntaba la música culta con la música popular. Se hizo un repertorio con algunas canciones viejas venezolanas y canciones mías. A oídos venezolanos llegó ese evento, y se me apoyó para grabar el primer disco y hacer una gira por Venezuela", puntualizó.
-¿Compuso mucho en París?
-Compuse música en general, pero lo central fue música venezolana. Compuse canciones que hoy son muy conocidas, como Caña dulce, Ojos color de los pozos, Vals del dulce beso. Esas primeras canciones las grabó María Teresa Chacín, y luego interpretes como Freddy López que grabó Caña dulce; Rummy Olivo que grabó Ojos color de los pozos; Simón Díaz que grabó La Culpa la tiene el llano.
-¿De dónde viene La Culpa la tiene el llano?
-Es un poema que compuse siendo estudiante universitario en Caracas. Ese poema, desde que salió, pegó mucho porque tiene un refrancito pegajoso. Lo estrenó Víctor Morillo en Brindis a Venezuela. Desde que salió fue publicado en revista; siempre tuvo mucho éxito el poema como tal. Ese poema lo recita el presidente Chávez. Luego yo lo arreglé musicalmente en tiempo de carnaval y lo grabe en los años 80 del siglo XX.
Ah, caramba, compañero
-¿Cómo concibe usted la música llanera?.
-El joropo es el centro de la música llanera, pero se fraguó como ritmo en varias partes de Venezuela. Se tiene un joropo oriental; el joropo central o tuyero y el joropo caraqueño, que tienen cosas comunes y diferentes del joropo llanero. La particularidad del joropo llanero está en el arpa vená, porque tenía cuerdas de tripa de venado; el cuatro, que acompaña al arpa y a las maracas y, a partir de los años 50 del siglo pasado, se sumó el contrabajo, que es nuevo en la música popular del llano. Hay ciertos golpes o ritmos conocidos que se repiten, como el carnaval, la chipola, el pajarillo y el seis por derecho, que son específicos de la música llanera. Hay un aire o estilo de la música llanera que es el pasaje, que es lento, que no es para baile sino para el canto, sobre todo amoroso, el canto lírico. Los golpes más apurados son propios de los cantos de faena; cuando uno habla del llano, del ganado, de los caballos, pues los ritmos de tempos más acelerados se prestan más para esa literatura más épica; en cambio el pasaje es más lírico.
-¿Y la temática?
-La temática de la música llanera tiene mucho que ver con su ecología y sus tradiciones que forzosamente son distintas a las de la costa. En la costa se habla de barcos, de peces, de velas; aquí se habla de caballos, de los gabanes, de la sabana, de la garza, del estero, de la laguna, del llano, como una querencia fundamental de la literatura y de la música llanera.
-¿El llano sin esta música estaría incompleto?
-Yo diría que crecieron juntos. Los investigadores llaneros se han ocupado de resaltar que la cultura y la historia del llano han ido juntas desde hace tiempo. La evolución del ser humano en un ambiente determinado suelta su propia literatura. No hay cultura sin literatura y sin arte.
-Dentro de la cultura venezolana, ¿cómo ubica a la llanera?
-Tiene un sitio muy especial dentro de la cultura venezolana; siempre ha tenido en el llano una especie de corazón aparte, algo de su nacionalidad, algo que la identifica con la nacionalidad venezolana, hasta el punto de que el himno nacional popular se llama Alma Llanera. Sin quitarle valor artístico ni literario a otras formas de arte, digamos que la música llanera ha representado icónicamente al alma venezolana. Y no se debe olvidar que algunos de los caudillos de la historia, en la gesta de Independencia en el siglo XIX, fueron llaneros. Otra cosa que resaltan los investigadores es que la gesta independentista, desde el punto de vista militar, no se explica sin el llano, porque ¿quién daba los caballos, que eran uno de los elementos más importante de la lucha? El llano. Los alimentos de la tropa, el refugio lo daba el llano. Entonces, el llano, un poco por esa tradición guerrera, ha sido parte del alma venezolana.
-¿Se podría decir que en este asunto de la libertad la culpa la tiene el llano?
-Aayayay. Jajajaja.
-¿Por qué le dicen Goabina? ¿Le molesta que le digan así?
-Para nada. Eso viene de mi infancia y de mi afición a la música, porque uno de las primeras canciones que se grabó en disco de 45 rpm y que llegó a las rocolas fue una recopilación que hizo Valentín Carucí, presidente de Sacven, de alguna parte de la Bella del Tamunangue que dice: "La goabina me mordió/en la planta de la mano / y si no lo quieren creer miren la sangre chorreando". Yo la escuchaba mucho desde mi casa, que estaba diagonal a un bar donde la ponían. En esa época uno aprendía a tocar el cuatro, o cualquier instrumento, por las canciones más sencillas. La Bella del Tamunangue es como un merengue con una armonía muy fácil de tocar. A mí, que tocaba aguinaldos, se me hacía muy fácil cantar algo que se pareciera a los aguinaldos. La primera canción que me aprendí fuera de los aguinaldos fue esa. Donde llegaba pedían "que cante el muchachito La goabina me mordió. Que cante el muchachito, la goabina me mordió". Cuando llegué al liceo ya me conocían como Goabina.
-¿Tiene algún verso o estrofa que "le alborote el llanero"?
-Eso depende de las circunstancias y el momento; lo que dicen el alma y la hora te suelta o te hace evocar una parte de un corrío, un pasaje, una parte de un poema, que es imposible de calcular. Para cada ocasión hay una copla distinta, o uno la inventa. Yo no solo me aficiono a la poesía llanera sino a toda la poesía
-¿Y de Alberto Arvelo Torrealba?
-Compañero no se aflija/beba agua que yo lo espero/pero dígame primero/ con el acento marchito/ cuánta sed tiene este grito/ ¡ah, caramba compañero!
-¿Y de Guillermo Jiménez Leal?
-La brisa pasa silbando/ junto a la palma reseca/y el horizonte se ahueca/ cuando el día viene aclarando/si el caño se está secando/ no tiene culpa el verano/ si el pajonal del pantano/ se vistió de un verde tierno/ no tiene culpa el invierno/ la culpa la tiene el llano.
El arpa adelante, el credo atrás
-¿En Barinas se baila joropo con bandola o con arpa?
-Con los dos.
-¿Desde siempre?
-Desde siempre. El arpa es de presencia tardía en relación con la bandola en el estado Barinas. Eso puede tener su explicación, entre otras cosas, por el transporte. Es más fácil cargar una bandola que un arpa. La bandola viene de la antigua guitarra española de cuatro cuerdas, que se utilizaba como instrumento puntero. En todos los folclores latinoamericanos encuentras esa particularidad: un instrumento que puntea y otro que rasguea. Eso viene de la Edad Media. Entonces, en Barinas, la bandola fue primero con respecto al arpa. Masivamente hablando la bandola es de vía fluvial, se difundió por toda la cuenca del Orinoco.
-¿Y el arpa?
-El arpa menos. El arpa la trajeron casi a propósito las misiones religiosas, sobre todo los jesuitas. Hubo un jesuita muy famoso que decía: "denme una orquesta y voy a civilizar a toditos los indígenas". Si los testimonios jesuíticos revelan algo, es el gusto y la destreza de los indígenas americanos por la música. En poquísimo tiempo lograban interpretar cualquier instrumento que pusieran a su disposición. Lograron formar verdaderas orquestas; en Venezuela muy poco, pero en Colombia hubo un pueblo muy famoso llamado Tópaga donde todavía se conserva un arpa del siglo XVII, donde venían de otras partes a escuchar la orquesta de ese lugar.
Guillermo Jiménez Leal sostiene que el arpa fue introducida más bien por vía terrestre, en carros de mula, de buey. La bandola venía junto con el cuatro, porque es raro que una bandola ande sola.
"Se conoce de bandolistas que florecieron en las orillas de los ríos Santo Domingo, Pagüey, Masparro. Anselmo López, que es el icono más importante de la bandola llanera, es de Nutrias (a orillas del río Apure). Por ahí también entró la bandola llanera", subrayó.
La dinastía de los Arvelo
-¿Los tres Arvelo forman una dinastía poética en Barinas?
-Son primos hermanos. Enriqueta Arvelo Larriva y Alfredo Arvelo Larriva son hermanos y primos hermanos de Alberto Arvelo Torrealba. Los Arvelo Larriva, tanto Alfredo como Enriqueta, son parte de la poseía venezolana más honda y de mejor factura desde el punto de vista formal pues, aunque autodidactas, son muy cultos. Alfredo Arvelo Larriva es una de las figuras máximas del modernismo venezolano. Para dar un ejemplo: Una vez la Embajada argentina y algunos intelectuales venezolanos promovieron un concurso de sonetos que se llamó el Gaucho y el Llanero. Participaron los principales poetas clásicos venezolanos. El concurso fue ganado por Alfredo Arvelo Larriva. Imagínese si era importante. Solo que él estuvo 17 años preso y no fue muy difundido. Y Enriqueta Arvelo Larriva ha tenido una importancia muy grande; su poesía es muy oscura todavía, muy honda, de una factura extraordinaria, pero todavía no se ha comprendido, no se le conoce.
-¿Y Alberto Arvelo Torrealba?
-Es el más conocido, porque es el llanero de los tres. Cultivó la poesía llanera popular, aun cuando de magnífica factura y autor de un romance, un corrido, tan arraigado en el alma de las venezolanas y los venezolanos como Florentino y El Diablo. Esa circunstancia han hecho de que de esos tres Arvelo, Alberto Arvelo Torrealba sea el más conocido, el más difundido. También escribió prosa. Escribió Caminos que Andan, ganó el Premio Nacional de Literatura con un ensayo sobre Francisco Lazo Martí, un poeta guariqueño que vivió en Barinas y cuya principal obra, la Silva Criolla, la escribió en Barinas.
Este ponche está registrado en el Cuaderno IPC de Obispos, estado Barinas. Se prepara en ocasiones especiales como la paradura
del Niño o la celebración del patrono. Es una actividad
que realiza la comunidad. El ponche se prepara y se
consume todavía caliente, al momento. Para su elaboración
se utiliza un caldero de metal que se pone sobre un periódico
con cenizas; éstas, segun la tradición, evitan que suba
la mezcla. Luego se echan los huevos uno por uno y se baten
con un largo palo de madera rematado en cruz. Se le
agregan ron, azúcar y un atol de fororo, preparado previamente
a base de maíz tostado molido.
Huevos de baba:
Los huevos de baba poseen un alto valor nutritivo y rico sabor
que los hacen muy populares y buscados durante las bajadas
de agua en el llano, momento en el cual comienzan a poner
sus huevos las babas. En tiempo de poner, las babas colocan
sus huevos en la arena de la orilla de los ríos, y los tapan con
ramas y hojas para esconderlos de los depredadores. Robarle
los huevos a una baba es una gran audacia debido a la peligrosidad
de la acción, ya que al ser descubiertos más de una
persona ha sido embestida o mordida por este animal.
Tortilla de huevos de baba
Plato elaborado a base de huevos
de gallina y de baba. Para
la preparación de una tortilla
de cuatro personas se utilizan
cinco huevos de gallina completos
y dos yemas de huevos
de baba, cilantro, ají, cebolla,
cebollín, tomate, sal, onoto y
un toque de pimienta. Se deben
batir todos los huevos y
agregar la sal, el onoto y la pimienta, y luego mezclar esto
con los aliños bien picaditos. Posteriormente se vierte este
contenido en un sartén caliente engrasado en aceite. Cuando
uno de los lados de la tortilla esté bien dorado se le da
vuelta hasta cocinarla completamente. Este plato usualmente
se sirve acompañado con arepas durante el desayuno.
Algunas personas preparan esta tortilla agregando harina
de trigo a la mezcla.
El poeta Fleitas Beroes ( ensombrerado) y su hijo menor
"Vivió muchos años en Camaguán un sacerdote nacido en Guijón, España, quien por la frustración del amor de su vida, abrazó la carrera de sacerdocio y menospreció sus prerrogativas de su noble linaje y las comodidades de Europa para venir a sepultarse en las inciviles comarcas de América. Escogió a Camaguán, allí se envejeció. Se hizo uno más del pueblo y asimiló a su diario vivir las virtudes, defectos y vicios de los criollos.
Se hizo eco de las desgracias de los moradores del pueblo. Del bolsillo de su sotana fluía del dinero para remediar toda clase de necesidades y cuando una madre o un padre carecía del “fuerte” para abonar el rito del bautismo, él servía de padrino y pagaba el estipendio establecido por la Iglesia. De ahí que la mitad de los niños en el Camaguán de aquella época, de 1880 a 1900, eran ahijados del “padre” Juan Antonio Menéndez Infierta.
Era muy humilde en su vivir. Su domicilio era la sacristía de la iglesia. Como se hizo uno del pueblo, adquirió el vicio de la noble y sabrosa caña aragüeña que llegaba a Camaguán, primero en arreo de burros y más tarde en las carretas de Don Félix Romero y Antonio Valladares. Este vicio no fue obstáculo para que aquel párroco hiciese una obra cristiana que todavía perdura en el corazón de los sobrevivientes de aquella generación.
Calle de por medio estaba situado un techo de palmas y paredes de bahareque, que fungía de Casa Parroquial, allí vivía la india Juana Laya.
Hoy en el mismo sitio está la casa parroquial pero edificada en mejores condiciones y reconstruida hermosamente, gracias a la piedad fervorosa de doña Aurora Fleitas Beroes de Hurtado, hermana de Germán Fleitas Beroes.
Juana Laya era una india alta y elegante, era la repostera del pueblo; sus dulces los consumían todas las clases sociales y además las camisas blancas de cuello y puños postizos, las arreglaba que era un primor y cuando se celebraban las grandes festividades religiosas o nacionales, era un orgullo lucir una camisa “arreglada” por Juana. Era la ama de llaves del Padre Infierta, le atendía en la comida y el aseo de la ropa.
Juana tuvo varios hijos: Juanita, blanca, fina y bella. Benicio, de color indio como su madre a quien salvé de ahogarse en el Caño “Toquito” de La Unión de Barinas; frisábamos en los 13 años, cuando lo vi ahogándose, me lancé y llegué a él con cuidado, que no me agarrase; le di cabezazos por el costado hasta que lo llevé al manglar donde nos agarramos y salimos a la orilla. No lo vi más. Manuel, hijo de don Félix Fernández, fuimos y somos grandes amigos, su padre se lo llevó para Apure. El día que se fue, a pesar de nuestra corta edad, nos abrazamos y lloramos juntos. Nos volvimos a ver 60 años después aquí en San Juan de los Morros. Eladio Bastidas me presentó a él diciendo: “aquí está un paisano suyo que desea verlo, don Manuel Laya, rico ganadero de Camaguán”. Un abrazo largo y un largo silencio, alzamos la vista, nuestros ojos estaban rojos pero secos. El peso de tres cuartos de siglo, el escabroso camino que hemos transitado, las sinrazones humanas, y el dolor de las heridas recibidas en el cuerpo y el alma, secaron las lágrimas. Después de la muerte de su padre, ya envejecido, recogió su ganado y con su familia se vino a su lar nativo, para vivir sus últimos días en paz y sepultar sus huesos en el rojo arenal de Camaguán, su patria chica.
La última hija de Juana Laya se llamó María; era el antípoda de su madre. De sin par blancura, cabellos rubios como el oro, nariz aguileña, estatura regular, boca grande, ojos claros, como Victoria Eugenia, última reina de España que cantó Andrés Eloy Blanco así: “Desde Isabel que forma la escuadrilla, hasta Victoria de los ojos claros”. Así eran los ojos de María Laya y voz hombruna. Como era inquieta y muy inteligente se iba con sus hermanas al “Refugio”, posesión pecuaria del “padre” y allí “enrejaba” becerros, ordeñaba, montaba a caballo, pastoreaba, hacía el queso, y ayudaba a los peones en el diario trajín de la quesera.
Mi madre quería y apreciaba en gran manera a esta rubia muchachita que la ayudaba en el planchar y quehaceres de la casa. María estaba preparada para triunfar en el llano. “las malas lenguas" decían que era hija del “Padre”. Cuando éste murió y poco después Juana, María se fue para el Alto Apure.
Nosotros fuimos a vivir al pueblo de La Unión de Barinas. Anualmente mi padre me enviaba a las fiestas patronales de Camaguán, bajo el cuidado de don Hermenegildo Ríos, padre de Cupertino Ríos; un año con ocasión de estas fiestas me encontré con María en una baile que daba Cupertino. Estaba hermosa y muy desarrollada, vestía un traje azul celeste que le “asentaba” muy bien con su belleza rubia; me abrazó cariñosamente y le envió muchos recuerdos y cariños a los míos, me dijo que había traído sus vacas y se radicaría en “Charco Azul” en terrenos de Banco Largo; bailamos varios pasajes de la cosecha de mi “compay” Cupertino, cenamos y nos separamos para no verla más.
Vivía en La Unión un primo de Cupertino que tocaba el arpa primorosamente, su nombre se me escapa de la memoria, solo recuerdo que una madrugada en la “Cueva del Sapo”, al terminar de tocar un baile, por motivos pasionales, Jesús Rodríguez le asestó una puñalada en pleno corazón y lo mató. El arpa la heredó Manuelito Pérez Acosta, su hermano menor, quien llegó a ser un gran arpista enseñado por Cupertino. Manuelito amenizaba las fiestas que se celebraban en “Montaño”, “Rivero”, “Charco Azul” y otros vecindarios cercanos al Hato Banco Largo, propiedad de don Ramón Torrealba Wilches, abuelo de Juan Vicente Torrealba, el célebre arpista “que no se le oye el bordoneo”.
En una de esas fiestas, Manuelito conoció a María Laya, se “amañaron” y de aquella “maña” o unión nació un hijo que creo que vive en La Unión de Barinas.
Cuando usted le pregunta a mujer en Barinas si es casada y ella vive en concubinato, le contesta, “no, amañá”.
Cuando Manuelito locamente enamorado de María, le habló de ella a Cupertino, éste le dijo, “vamos a dedicarle un pasaje” y entre los dos crearon un pasaje que tituló “María Laya”. La letra la escribió Manuel Hurtado Rondón, que nació y vivió a dos cuadras al norte donde nació la señora madre de Juan Vicente Torrealba, doña Esperanza Pérez Maica de Torrealba, para aquella época, a una cuadra al oeste está la Casa parroquial. A dos cuadras hacia el oeste, donde nació Mariano Hurtado Rondón, vivió su infancia Julio García y de allí una cuadra hacia el norte, nació y discurrió su infancia Germán Fleitas Beroes.
María Laya vivió muchos años en La Unión de Barinas, Manuelito Pérez Acosta, creo que vive todavía muy anciano y ciego. María debe estar sepultada en el cementerio de La Unión, o bajo la hermosa corpulencia de aquellos samanes milenarios, digna tumba de una mujer que llevó en sus venas la sangre bravía de tres razas, la africana, la india y la ibérica. Salí de mis llanuras en 1930: Caracas, Barquisimeto, Maracaibo y otros lugares absorbieron mi vida, me fui a Estados Unidos y regresé a mi patria, pero no volví a mi patria chica, sino después de una ausencia de 20 años. ¿Cual fue la suerte de esos amigos de juventud?¿Están vivos o murieron? No lo sé. Sólo sé que su recuerdo refresca mi alma como refresca el cuerpo la suave brisa de los atardeceres de mis llanos…
Germán, estas líneas son escritas al estilo de una carta, su valor: ingenuidad y sinceridad
Julio"
Tomado textualmente de los manuscritos dejados a Germán Fleitas Beroes, por Julio García.
Con esta entrada culminamos la publicación del trabajo denominado Plantas Utiles Bajo Llano Apureño (Etnobotánica en la obra de Antonio José Torrealba), producto de la investigación efectuada por el Profesor Freddy Páez que constituye un trabajo de gran relevancia en el conocimiento de los usos que antiguamente y aún hoy se da a las plantas típicas de la región.
Es de resaltar que este tipo de investigación, presenta un importante grado de dificultad, pues las plantas son mencionadas en El Diario de un Llanero con su nombre coloquial, por lo que el equipo de trabajo tiene que ubicarlas, identificarlas, nombrarlas científicamente, clasificarlas por familia y finalmente verificar el uso de las mismas registrado en los "Cuadernos de Torrealba". Tambien se usó como material de apoyo y verificación la Literatura Etnobotánica Nacional disponible, incluyendo obras escritas durante la conquista y la colonia, para encontrar los antecedentes de las plantas. Adicionalmente, el trabajo de investigación tomó en cuenta la siembra de ejemplares en el Jardín Botánico de la UNELLEZ
Vivencias Llaneras del Abuelo agradece al profesor Freddy Páez por haberle suministrado este material que dicho sea de paso, presenta la mas alta estadística de visitas en el Blog, y se honra de ser vehículo de difusión de estos conocimientos que se van perdiendo, con la intervención de la farmacología y tecnología, quedando solo en uso de comunidades muy aisladas.
Esta última entrada relaciona las plantas que no pudieron ser identificadas
BISCOCHUELO
Uso: Domestico
"...Lo embojoté en hojas de biscochuelo..." (1-46).
BARBA DE TIGRE
Maleza
"...espera que me saque esta espina de barba de tigre..."
CARRIZO ESPAÑOL:UsoDomestico
"... Una flauta improvisada con carrizo Español..." (6-166)
CATIRITA Uso: Comestible
"...ha aprendido a comer sus raíces del monte, que muchas de ellas son tan
buenas como las cultivadas, entre las mejores están.....la catirita..." (1-08). La
información recogida en la región nos indica que es una planta que crece en los
médanos durante la época de lluvias, es una "raíz parecida a la papa" y con sabor
similar.
FILIBESTA: Uso Medicinal
Veterinario
"...Hojas de laurel y raíces de filibesta para combatir las fiebres..." (3-267).
"... producto veterinario elaborado por José Faoro, San Fernando de Apure...".(6-
97). El Editor (3-518) señala que este producto era usado para combatir las
enfermedades de equinos y bovinos conocidas como espundia, desrrengadera y
peste boba. De la lectura se desprende que este producto competía con el
NAGANOL (patentado), por lo que el medicamento señalado combatiría las
enfermedades causadas por tripanosomas en bestias y bovinos. También
Torrealba le atribuye propiedades antiescorpionicas. (6-186)
En relación a esto no se obtuvo información ni sobre la planta ni sobre el producto
patentado por Faoro, en la bibliografía se encontró una planta cuyo nombre es
Philibertia cumanensis, de la familia Asclepidiaceas, cuyo nombre común es
"bejuco de leche" (Pitier 131). Alvarado (I-208) señala a Philibertia glauca como
la especie conocida comunmente como "Ipecacuana" de uso en la medicina
popular. Podría pensarse que hay una confusión en el uso del nombre científico
por parte de Torrealba.
JARIZO Uso Domestico
"...se encontraron una mata de jarizo ....a orillas de un caño..."(5-217).
51
"...les rociamos con polvo de erizo de jarizal..." (6-137), este polvo produce alergia
caracterizada por estornudos y escozor (6- 137).
"...cargando haces de leña de mangle Jarizo..." (6-354)
JUIPEJUIPE Uso Medicinal
"...baño de esta planta cocido y frío, después tomar un vaso de la misma agua..."
ademas de otros ingredientes para combatir la impotencia (6-210).
Al respecto no encontramos información, Alvarado (I-217) cita una planta
medicinal de la Guayana venezolana, con el nombre de Jupijupi.
MATAPALITO UsoDomestico
"...Matapalito para las cabullas de amarrar...". (2-73)
"...Los fue amarrando con cabullas de matapalito..." (3-239)
PALO DE MONO Uso Medicinal
"...es un bejuco usado con mucho éxito contra mordeduras de culebras y
picaduras de rayas y escorpiones, se puede usar en alcohol o seco, este ultimo
hay que hervirlo o mascarlo y tragar la saliva, también parece existir un árbol...."(4-
148), esta es una planta que se encuentra en la Guayana a decir del autor.
PARACHATÖ Uso Medicinal
"...y nueve baños de paracható..." en curación de lepra (2-128)
"... el paracható para duplicar las células cerebrales, en conjunto con la rosa de
montaña roja y la blanca , forman un hemostático, usado en brazaletes y
collares..." (4-144), esta planta la ubica el autor en el estado Bolívar.
PARAGÜITO, PARALETO, PAPAITO, GARABAMA UsoMedicinal
"...Esta planta es familia del paracható...parecido al paraletó y el papaitó y al
garabamá, todas del genero de las guachamaquinas, plantas venenosas que
matan al minuto por vía estomacal y curan rápido la neumonía y la
pleuroneumonia en uso externo, abunda en las costas de río Claro, Sinaruco y río
Clarote...”.(6-217).
Con un preparado donde entra esta planta,dice Torrealba extraen dientes y
eliminan la infección en forma instantánea sin sangramiento ni dolor (p cit).
VERDIGALLO Uso Ceremonial
"...se coge tres frutas de verdigallo, una raíz pequeña de un bejuquito que nace en
la sabana, que hecha una batatilla, cada raíz tiene una lista verde..."(2-87), esta
junto a otros ingredientes constituyen un preparado para matar personas por
agotamiento (consumidas).
52
HONGO
FLOR DE TIERRA UsoMedicinal.
La flor de tierra es un hongo el cual tuvimos la oportunidad de ver y palpar en la
casa de un ahijado de Torrealba, quien se dedica a la alfarería en las afueras de
Cunaviche. Torrealba (2-58) describe su apariencia y su uso de la siguiente
manera "...La flor de tierra fue el remedio infalible, esta es un hongo raro que nace
por lo general en los bachaqueros, nace como un enorme huevo blanco y
demasiado blandito....puede producir ceguera y es el remedio infalible que usan
nuestros campesinos para las cortaduras...".
Con este propósito habían recogido el que tuvimos en nuestras manos y cuyas
características son exactamente las descritas por el autor; según nos comunicaron
es altamente efectivo como hemostático " rompiéndolo y poniendo el polvo de
adentro sobre la herida ", por razones obvias no pudimos traerlo para su
identificación.