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29 de diciembre de 2010

Carta de Alberto Arvelo Torrealba a Antonio Estévez

Antonio Estévez
La carta es larga, pero de un valor incuestionable. Escrita luego de presenciar y conmoverse con la gran obra de Estévez, fue publicada en el diario El Universal de Caracas el 13/12/61. La ofrecemos en su totalidad para quien quiera y sepa apreciar su contenido, pues es, a mi juicio, un documento literario histórico. En ella el poeta revela sus emociones, humildad, sencillez, fresco humor al referirse a sus personajes y sobre todo agradecimiento. Hay mucho del poeta en esa carta…



Acarigua, 6 de diciembre de 1961
Señor
Profesor Antonio Estévez
Caracas.

Querido y admirado amigo:

Conocía su estupenda Cantata Criolla sólo por grabaciones. Hoy, después de haberla escuchado en el

estadio de Maracay, con intervención de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, de los solistas Antonio Lauro y Teo Capriles y de varios selectos grupos de Caracas; y tras el cordial entusiasmo con que usted, su gentil esposa y todos los artistas del proscenio nos agasajaron después del acto a mí y a mi mujer, al reconocernos entre la multitud, quiero reiterar y ampliar por escrito lo que en esta oportunidad esbocé en breves palabras imprevistas.

Convalecía entonces de fuertes quebrantos de salud, y la emoción, es cierto, halló campo favorable para conmoverme en forma inusitada al comienzo del acto, casi hasta inhibirme de gozarlo en plenitud. Esa sacudida afectiva se revivió en los episodios del aljibe de arena. Pero contrariamente a lo que podría presumirse, cuando resonaron los cascos del caballo, heraldos del vaquero sombrío; cuando el solo de Lauro, trágico y desafiante, hondo de llanería diablesca, encarnó la presencia del espanto, y los coros la tremoliaron hasta desvanecerla, y sobre todo; cuando la voz de Capriles, inmensa y solitaria estiró aquel ”sabana, sabana, tierra que hace sudar y querer”, como enrumbada hacia las señeras soledades “sin jorobas”, entonces aspiré una saludable sensación del patio familiar tranquilo. Entré en mi mundo. Me di cuenta de que aquella era la misma gente mía, mis propios hijos mayores, a quienes puse una vez a pelear por prepotencias ideales, y que ahora tornan a mí, vestidos de gala, ricos y enaltecidos, pero con el mismo amor y el mismo dolor de la patria con que de mí se fueron.

Mucho debe mi poesía a los preclaros músicos y compositores que la han interpretado. Majadero inquisidor de mis propios versos, aún de aquellos ya incorporados a mis libros, creo, sin embargo, que la mínima retribución al regalo de un aire musical selecto para una poesía, es mantener ésta intocada, inmune a la propia inconformidad, como reverencia espiritual a la música que la enaltece. Tal regla, con todo, he dejado de cumplirla con respecto a “Florentino el que cantó con el Diablo”. Hecho por el cual debo a usted y al público una explicación.

A principios de 1950, decidí reestructurar la versión originaria de ese poema, para darla a la edición extraordinaria del “El Nacional” de ese año. Como quedaban pocos meses para el arreglo, y dado el carácter antagónico de los personajes, procedí, en fiel introversión de sus fueros, a darles plazo fijo para presentar su pliego de puntas, réplicas y contraréplicas en la ampliación de la porfía. Vencido ese lapso, con el juicio contradictorio de los coplistas aún en fogueo, dí por clausurada la nueva versión y la mandé puntualmente al periódico. Pero los pensamientos rivales quedaron trabajando, en los términos toldados del subconsciente. Ardides del decir, retruques, saetas, refranes alusivos, retruécanos, alardeos epigramáticos, se multiplicaban, esgrimidos por los contrincantes, en clave recíproca. En virtud de esta íntima querella, a raíz de publicada la nueva versión, ya se gestaba otra de mayor amplitud, aún sin yo quererlo.

Para ese momento – agosto de 1950 –según me lo explicaba en Roma el insigne profesor Plaza, ya usted tenía casi lista la CANTATA CRIOLLA. Acaecieron, a partir de entonces, varios hechos artísticos extraordinarios.
En primer lugar, usted se impuso la tarea titánica, perdiendo quizás varios años de trabajo, de rehacer la partitura, precisamente en la parte de la misma que debía llevarle más tiempo: todo El Reto, más el comienzo de La Porfía. De este modo, la CANTATA CRIOLLA, interpretaba en su mitad inicial, la versión de 1950, mientras que el resto de la obra, quedaba sin cambios de fondo, concordado a la versión originaria de 1941.

Por otra parte, al estrenar usted su obra, la música rebalsó la poesía. Por el cauce estrecho de mi Apure coplero, usted puso a correr el Orinoco de su fantástica imaginación musical. A los versos del contrapunteo se asociaron, despertando sugestiones insospechadas, los austeros contornos de las melodías. A cada lado de las estrofas interpretadas, y por ende a la vera de todo el poema, quedaron, por magia de la música, cual en la vecindad de los ríos después de las crecidas, inmensos charcos luminosos, grávidos de imágenes inéditas. Por eso en los últimos toques que di a mi obra al forjar en 1957 la versión definitiva, tuvo que haber algo, acaso mucho de la interpretación a esos ecos de su interpretación.

Finalmente esa música, como una clarinada, como un alerta de gallos madrugueros, reactivó el espíritu combativo de mis personajes. Y sucedió lo que tenía que suceder. En la nueva planificación de la obra los copleros rivales en contumacia casi anárquica, se prevalieron de mi entusiasmo, para desbordarse en el desahogo ilimitado de sus argumentos reprimidos.

Así nació, con posterioridad a la CANTATA CRIOLLA, la versión última de mi poema. La última digo, porque me propongo no ceder ni un palmo ante el influjo de los personajes. Están ahora otra vez en tranca de viva reyerta, pidiéndome que siga la porfía. Categóricamente enfatizo que no lo lograrán.

Sé que el jinete del trote sombrío anda diciendo por los hatos de Barinas que pedirá la nulidad del poema porque en su último canto hubo milagro, patentizado en adelanto fraudulento de la aurora. Son alharacas y artificios muy propios de él. Jurista de altura, bien sabe que las leyes naturales no admiten prueba en contrario. Bien sabe también que si algo aparece como axiomático en mi poema, es el haber cruzado yo impávido, entre las dos figuras querellosas, sin diferencias ni desigualdades.

Más todavía. En alardeo de ésta imparcialidad, bien puedo confesar ahora cuando ya solo soy un tercero en la litis, que si alguna tentación de preferencia tuve en el poema, fue hacia el Diablo. Florentino es más fresco de lirismo, más ágil de epigrama, más sabio de imagen pechera, mas brujo de rasgueo en las cuerdas, más rico de atropello en el cantar. Pero el grave Autócrata de la Tiniebla es más hondo, mas poeta, más músico, más humano en las resonancias de la tragedia y la amargura. Rebelión y sufrimiento son el signo cardinal satánico. Cuando en el último drama de Byron, Caín pregunta: “¿Qué hacer para alcanzar destello de la eternidad?” – “Sufrir! ya estás en ella” fue la respuesta del díscolo y taciturno Arcángel Desterrado.

Para mí fue el propio Diablo, por confiado en su prepotencia retórica, pero acaso menos zahorí que su adversario, el que invirtió el lógico desenlace de la tremenda supremacía controvertida. Porque él no ha debido aceptar nunca la asonancia aguda de la primera vocal que le planteó su contrincante para el último episodio de la instancia. Y si la aceptó, ufano de su baquía poética, pregonando que los graves y los agudos le dan lo mismo, ha debido cambiar tal rima, después de la segunda réplica. Olvidó, y eso le costó un triunfo que él mismo ya había pregonado, que esa asonancia es asaz propicia para exultar pompa y arrobamiento religiosos, y sobre todo para la evocación mariana en cadenas, ráfaga final de desespero, con que Florentino logró enmudecerlo.

Esa es la realidad. Lo del milagro, con los “lebrunos del día” surgentes en la alta madrugada, es una despechada fabulación del Tenebroso, quien ya otra vez fue sorprendido por el alba, según pintoresco pasaje de Milton. Acaso se propone coaccionarme moralmente para que yo siga la porfía. Mas “sepa el cantador sombrío” que me inhibo definitivamente de la misma, la cual él y su adversario bien pueden continuar por su sola cuenta; y que si insiste en la sediciente acción de nulidad, la cual por lo demás ya está prescrita, remitiré todos los recaudos poéticos y musicales relativos al caso al señor Obispo de mi jurisdicción eclesiástica, para que éste decida la controversia, ya que los milagros, como figura jurídica, pertenecen al Derecho Canónico.

Siento mucho mi distinguido amigo, que no me sea dable finalizar esta carta con un juicio técnicamente apreciativo de su gran obra, por ser yo un perfecto profano en la especialidad artística donde usted campea. Mi vieja llanería sí puede, en cambio, intuir la siguiente apreciación objetiva:
Armonizando antítesis, como en dialéctica de embrujo, su Cantata se nos revela sosegadora e inquietante, llana y profunda, universal y criolla, popular y erudita, real y fantasmagórica. Su fondo permanente es rebeldía. Su fuerza humana, la virtualidad de conmover muchedumbres y de pasmar maestros. Su proeza artística, hacernos oír, bajo el cielo de América, con virgen voz americana, el ronco son de los remos con que aún golpean a los siglos los trágicos barqueros de la Estigia y el Aqueronte. Dentro de lo musical, la concurrencia de esos rasgos tipifica el signo demoníaco. Lo cual da a usted, sitio de honor entre los grandes músicos de inspiración diabólica que patrullea Paganini.

Por todo eso empiezo a sospechar, dilecto amigo, que entre los dos copleros, fraternos en el arte, antagónicos en el rumbo y en la meta de la esperanza, usted ha tenido también su poquito de preferencia por el Diablo.

De usted, cordialmente,

Alberto Arvelo Torrealba


De Libertad - Guillermo Jimenez Leal

Esta es otra lindísima canción de Guillermo Jimenez Leal, donde con mucha ternura le canta a Libertad de Barinas:

Allá donde muere El Caipe, sobre el Masparro
cruza el caño Masparrito
que parejito se tiende por la sabana,
lo ve pasar la mañana, punteando su soledad
(bis)

Luce el Samán, su verdor y su inmensidad
para jugar con el sol sobre el caminito
te contarán la paraulata y el gallito
como pasa la tarde en Libertad
De Libertad es el cantar del Arrendajo
de allá también es el día con su claridad
de Libertad es este amor y hasta mi grito es del color
del Masparrito de paso por Libertad

Versos que tiene un poeta, de tu sabana
para cantarte en el mundo
eterniza tu recuerdo el amor profundo
que siente el alma por su tierra y su verdad
(bis)

Luce el Samán, su verdor y su inmensidad.....



26 de diciembre de 2010

La Cantata Criolla - Antonio Estevez

El maestro Antonio Estévez, guariqueño, amigo personal de Alberto Arvelo Torrealba, no pudo escapar de la fascinación que ejerce el romance de Florentino y el Diablo,  y compuso La Cantata Criolla, “Florentino el que cantó con el Diablo”, logrando que la cultura llanera llegara a todas partes del mundo, transmitiendo las emociones propias de su esencia, tal como posteriormente se lo expresa el poeta Arvelo en una carta:

“…su Cantata se nos revela sosegadora e inquietante, llana y profunda, universal y criolla, popular y erudita, real y fantasmagórica”


La estructura formal de la cantata, que incorpora voces y música instrumental, fue la forma perfecta para componer esta obra. “la descripción musical de la tierra plana está realizada con notas largas en un marco de pocas y recias notas cortas y como fondo; un persistente ritmo de cabalgadura y a veces, tonadas de ordeño. Los sonidos del agua y del viento, producidos por instrumentos, completan la descripción.
De seguidas, un ritmo acelerado de joropo acompaña el contrapunteo de lo dos solistas: un tenor (Florentino) y un bajo (el diablo), quienes cantan los versos del romance de AAT. Para los grandes momentos el compositor utilizó fragmentos de música religiosa; en la invitación a cantar hecha por el diablo a Florentino, se oye el “dies irae” ( día de ira: canto del oficio de difuntos; en la huida del Diablo al sentirse derrotado, el “Ave Maris Stella" (salve estrella los mares).
El 25 de julio de 1954, una multitud colmó la capacidad del Teatro Municipal de Caracas para presenciar el estreno de la Cantata Criolla, dirigida por el propio Antonio Estévez. Se desbordó la emoción en gritos y muy prolongados aplausos. Había nacido una de las obras musicales que proyectaría el ser nacional en el mundo. Ella figura entre las más representativas en América Latina.” Carmen Mannarino.

La Cantata Criolla se ha venido presentando por años en los más exigentes escenarios internacionales,  interpretada por las más importantes orquestas mundiales, se ha versionado en distintas formas, no solamente desde el punto de vista de interpretación musical, sino en expresión corporal mediante compañías de danza. La Cantata Criolla, es un motivo más para sentirse orgulloso de ser venezolano.

En la web youtube, hay varias versiones de esta obra y se encuentra completa, dividida en 6 videos, la interpretación de la Orquesta Sinfónica de Venezuela. Cada video es bastante pesado de cargar, motivo por el cual no lo haremos para esta entrada, sin embargo, se recomienda acceder a los mismos, directamente por la web antes mencionada.

Pancha Vasquez y Doña Bárbara. Entrada 1/2

Doña Bárbara en Elorza. ( Manuel Abrizo)
La leyenda de Pancha Vásquez, la mujer que inspiró a Don Rómulo Gallegos para su personaje Doña Bárbara, sigue estando viva. Al punto que en el estado Apure se menciona una u otra como si fueran la misma persona.

Cuenta la tradición oral, que Pancha Vasquez era amiga de José Natalio Estrada, del Hato La Trinidad de Arauca, y se trataban como compadres. Era dueña de los hatos Menoreño y Mata de Totumo, ubicado éste a unos 25 kilómetros de Elorza.

En Mata de Totumo vivió entre finales del siglo XIX y parte del XX, y fue donde se tejió la historia. Luis Alberto Crespo, en su libro "Llano de Hombres" narra un encuentro con José Natalio Estrada: Al fondo, al final de una vereda sombreada por la flor de montaña y los cedros, una cruz decía: “Doña Bárbara, R.I.P”. Era la tumba de Doña Francisca “Parece que VasquezRómulo Gallegos se inspiró en ella para inventar al famoso personaje e su novela”, nos dice JoseNatalio Estrada bajo el dividive que veía la muerte de la mujerona, antes de traer su historia a nosotros
 -Yo estaba muchacho, pero me acuerdo de ella y de su vida. Era una mujer cuatriboliá. Mi padre la conoció. Ella le decía “primo”, aunque no existía parentesco alguno entre ellos. Tenia mucho dinero, mucha tierra y mucho coraje. Suyos eran tres hatos.Una inmensidad. En uno de ellos llamado “La Ceiba”, que ahora es mío, su padre enterró varias bolsas de morocotas de oro; por eso sería que antes de morir le dijo a Doña Bárbara: “No vaya a vender “La Ceiba”, pero ella no supo por qué. De todas maneras Doña Bárbara habría de morirse tiempo después. Una tarde bajó del bongo, ahí mismo, frente a la casa, y le pidió a mi papá que le diera alojamiento; que ella venía muy enferma. A los días murió y mi padre la enterró en este sitio. Doña Barbara era una mujer trigueña, de baja estatura y poseía poderes misteriosos. Cargaba siempre un medallón en el pecho con dos palmeras cruzadas. Cierta vez le vendió un ganado a un señor, un tal Altuve, pero éste no le pagó; se fue con el ganado rumbo a la selva de San Camilo, por donde llaman El Frío. Doña Bárbara lo supo y le dijo a uno de sus amigos, mientras rozaba con el filo de sus dientes el borde del medallón: "ese señor no va a disfrutar del ganado, ya verá". A esa hora el hombre conducía sus reses pro uno de los tupidos desfiladeros de la selva. Como ya su yegua no avanzaba le dió un manotazo en el anca. La bestia lo pateó y el hombre cayó muerto al fondo de una zanja profunda. El ganado no pudo ser recuperado...”


Andrés Eloy Blanco fué su apoderado y le habló a Gallegos de ella. También dejó escrita la siguiente descripcion:

A pesar de sus carnes, doña Pancha era un jinete extraordinario; y la pistola en sus manos era prolongación de un ojo. Sin detener el gran caballo piñalero al galope, tendió el brazo, disparó y arrancó en vilo, del tope de una palmera seca, un gavilán ‘cari-cari’.
Pero, con todo eso, no era más que eso que vivía allí: una mujer que tenía que defenderse, sola en aquel medio y que para defenderse tenía que agregar a su valor personal una serie de leyendas acerca de sus poderes ocultos y sus cordiales relaciones con lo sobrenatural. Por lo demás, una infeliz mujer, oscura y fea, a quien los rábulas robaban y los Presidentes de Estado explotaban a gusto”.

En un trabajo realizado por John Englekirk (1947), denominado "DOÑA BÁRBARA LEYENDA DEL LLANO", se dice: " En las primeras décadas de este siglo en vastas extensiones de tierra al margen del Arauca, entre el Oeste y Sur Oeste de San Fernando, vivía una mujer de nombre Francisca Vasquez, que se hizo famosa como la hombruna o marimacho del Hato Mata de Totumo. Debió ser experta en las artes de llano y capaz de competir con cualquier hombre. Al momento en que Gallegos visitó el llano, en 1927, Doña Pancha había llegado a ser una leyenda, todavía estaba viva. Las informaciones ubican su muerte al final de los años veinte. Gallegos no llegó a conocerla, ni visitó su hato. Antonio Torrealba ( el informante de Gallegos sobre la vida del llano a través de sus cuadernos, denominados posteriormente "El diario de un llanero"), sin embargo, la había visto muchas veces"..."Todos tienden a aceptar, que doña Pancha , nunca se casó. Antonio señala sin embargo, que tuvo dos hijos. Una hija que todavía vive en sus tierras, que hace tiempo pasaron a ser propiedad de los Hernández Vasquez, y un hijo que fue muerto por un toro bravo" Tomado de la revista Onda Apureña, Dic 1993

 


23 de diciembre de 2010

Homenaje al Indio Figueredo - Entrada 1/2

Sin mucha introducción, colocamos este poema profundo en honor al Indio Figueredo y denominado "Se fue el Indio Figueredo" de Guillermo Jiménez Leal. Solo quisiera comentar el acompañamiento musical de cada fragmento, ya que hace la interpretación muy especial. El poema comienza y termina con el tema de Maria Laya y después en cada  parte que finaliza con la expresión "Se fue el Indio Figueredo",  escuchamos un golpe distinto en el siguiente orden: Gabán, Zumba que Zumba, La Catira y el Arpista de Mi  Tierra (en el último fragmento), tema de José Romero Bello dedicado también al Indio Figueredo, que igualmente colocaremos en otra entrada.

Se siente en el Bajo Apure, el dolor de una tonada
retumba  el cañabraval espigando sus veradas
y vuela el alcaraván con un lamento en la playa
de repente se perdió el rumor de la cañada
y se queda casi muda, como pensando, la palma
ya no atolondra la tarde el canto de las chicharras
y hoy, paisano, amaneció mas bramador el Arauca.
Hay un dejo de amargura en los ayes de la canta
y las cuerdas parranderas tañen como una campana
Se fue el Indio Figueredo, échenle la colcha al arpa!

Hay un relincho de sol, un frío en la madrugada
las puntas de la elegía vienen registrando el alma
miren como va el pasaje persiguiendo a María Laya
Revienta un priva resuello tironeando las maracas
repica un seis por derecho, pura cuerda y pura guafa
el lamento de un carrao tiene un eco en la majada
y  la voz de la llanura le responde enamorada
Se fue el Indio Figueredo, que siga sonando el arpa!.

De Bruzual al Cunaviche, de San Fernando a Guachara
del Meta hasta el Cinaruco, del Guaritico al Vichada
el llano es un mismo aliento y una sola llamarada
la garza sigue solita contemplándose en el agua
pero el bordón y las primas tienen la tristeza larga
porque falta el cabrestero que conducía la vacada
y no queda un bailador que encuentre las alpargatas
Se fue el Indio Figueredo, échenle la colcha al arpa!

El horizonte apureño es un adiós sin distancias
el muñequeo del cuatrista se  acelera y se arrebata
se le pierde al canoero el pulso de la palanca
y no sabe el pescador si la suerte lo acompaña
cuando espera en el anzuelo, cuando tira la atarraya
¡Ah mundo! José Romero, si mi verso te contara
El arpista de mi tierra quedó en la copla amaranta
porque no hay un corazón en todita la sabana
que no cante los amores de Ignacio y de María Laya
Se fue el Indio Figueredo, que siga sonando el arpa!!!



Llanerías - Intérprete: Salvador González

No había escuchado antes esta canción y me quedé fascinada cuando la escuché, pues letra, música y acompañamiento musical son a mi parecer,  magistrales. La música nos recuerda al comienzo de cada parte, la influencia original española en el canto llanero, y después se complementa con la música auténtica venezolana. Aunado a ésto, la voz recia de Salvador González de da el complemento y toque final, que me hacen considerarla como Poesia en la música criolla. 

LLANERIAS
Alza su voz el llanero
para cantar su corrío
lanza su grito bravío
para decir con orgullo
que no hay canto como el suyo
ni amor como su amorío

Cuando va por el estero
en su errática montura
desafiando la bravura
del toro en el paradero
no hay jinete mas certero
bordando una filigrana
cuando su lazo se afana
por asir del cuello al toro....
Bajo el mágico decoro
de cielo, palma y sabana

No hay quien le gane a un llanero
cuando de amores se trata
bajo una luna de plata
o bajo un sol mañanero
no hay quien le gane a un llanero 
cuando de amores se trata...

Para cantar el orgullo 
de un suelo que es justo y mio
en sus pasiones se inspira
exaltando lo que es suyo
y su voz es tierno arrullo
por lo que ama y se desvela
por los poros se nos cuela
y en el corazón se aferra
porque así quieren su tierra 
los hijos de Venezuela

Nota: No estamos seguros que las palabras colocadas en la frase en negrilla, sean las que realmente se dicen en la canción, de modo que si algún lector las conoce, agradecemos nos informe para hacer las correcciones pertintentes.





21 de diciembre de 2010

Galerón con una Negra - Aquiles Nazoa

Galerón con una Negra
Aquiles Nazoa

Desde Guachara al Cajón
de Cazorla a Palo Santo
no hay negra que baile tanto
como la negra Asunción
Cuando empieza el galerón
y entra mi negra en pelea,
todo el mundo la rodea
como hormiguero a huesito.
¡Por que hay que ver lo bonito
que esa negra joropea!


Que esa negra joropea
bien lo sabe el que la saca,
que la compara a su hamaca
cuando hay calor y ventea.
-¡Así es que se escobillea!
-le dice algún mocetón.
Y en su honor hace Asunción
una figura tan buena
que como flor de cayena
se le esponja el camisón.

Se le esponja el camisón
y el mozo que la ha floreado
salta: -¡Permiso cuñado,
que es conmigo la cuestión!
Luego se ajusta el calzón,
la engarza por la cintura
y con tanta donosura
se le mueve y la maneja
que la negra lo festeja
con una nueva figura.


Con una nueva figura
en que ella se le encabrita
como gallina chiquita
cuando el gallo la procura.
-¡Venga a verla, don Ventura!
-grita alguno hacia el corral,
y desde allí el caporal
dice con cara risueña:
-Baila bien esa trigueña;
yo la he visto en Guayabal.


Yo la he visto en Guayabal
y también en San Fernando
Yo vengo el llano cruzando
de paso para El Yagual,
y aunque decirlo esté mal
por parecer pretensión
desde Guachara al Cajón
de Cazorla a Palo Santo,
¡No hay negra que baile tanto
como mi negra Asunción!


Galerón de la Negra Juana María - Ernesto Luis Rodríguez

Este poema, nos gusta mucho y viene justamente a propósito de la entrada sobre los refranes dedicados a la gente de color. Consideramos una obra de arte este poema, por la riqueza y lo descriptivo de las múltiples metáforas utilizadas. De nuestro gran poeta Ernesto Luis Rodriguez, a continuación Galerón de la Negra Juana María

Galerón de la Negra Juana María
La negra Juana María,
pimpollo de tentación,
señera como la palma,
caliente como el fogón,
camino de los cantares
se va por mi corazón.
Tallada la piel reluce,
oliendo a puro melón,
a soga sin estrenarse,
a mango medio pintón,
a palo recién floriao,
a lluvia sobre terrón,
a hierba que se remoza
y a vino de garrafón.


El ritmo viene con ella,
con ella va la cancion,
los ojos relampagueando
ceniza, llama y carbón;
los mismos de caña dulce.
el cutis de papelón;
la lengua conversadora,
sonrisa como algodón,
y lunas del mismo rio
los senos en eclosión,
alegres como perdices,
maracas del llano son,
saltando porque no llevan
sostenes con almidón....
Cintura de cuatro nuevo
sonando de son a son,
al pié del arpa sacude
la canta y el camisón;
anima el contrapunteo,
apura el trago de ron,
y todo el patio llanero
le suena bajo el talón,
igual a como se escucha
la pólvora en el cañón,
el látigo sobre el cuero,
el cedro en el ventarrón
y el dale-que-dale a pulso
la mano sobre el pilón.


La negra Juana María,
remanso y ensoñación,
dulcita como el guarapo,
tan agria como el limón,
va de joropo en joropo,
va de peón en peón;
chaparro cuando ventea,
pisar de caballo andón,
desprecia los amoríos,
no pide ni da razón;
y cuando pasa bailando,
ceñida en el galerón,
su risa y el zapateo
me dan en el corazón.


































18 de diciembre de 2010

La Oscuridad y sus Refranes

La oscuridad siempre se relaciona con peligro, por la dificultad para ver situaciones de riesgo. Hemos recordado estas expresiones relacionadas con la oscuridad: 

Zumbarse en lo oscuro: No te zumbes en lo oscuro! Es sin duda una advertencia. Literalmente se refiere a lanzarse al agua en la noche, donde se puede ser víctima de cualquier peligro animal o de algun obstáculo que comprometa la integridad de la persona. Como expresión, implica manejar con prudencia situaciones que no conocemos y que encierran un riesgo.

Mas peligroso que puñal en lo oscuro: Similar a la anterior, aunque aquí la advertencia de riesgo es mas concreta. Se aplica a hechos, situaciones o personas que encierran una condición traicionera o de mucho riesgo, cuyo resultado puede afectar negativamente en alto porcentaje a quien esta siendo advertido.

Los Hijos de Cojedes. Pedro Emilio Sánchez

Nacido en noviembre de 1.931 en Tinaquillo, estado Cojedes, desde muy temprana edad, se traslada con sus padres al caserío de Pegones, donde tienen una posada y una tienda. Allí se comienza a desarrollar “el negro”, como le llamaban cariñosamente, en un ambiente cargado de influencia llanera.
Para ese entonces, la vida infantil en el campo, tal como lo cuenta el abuelo, se reducía al entorno natural, al paisaje y la naturaleza en esplendor, aderezado, en el caso de Pedro Emilio Sánchez, con algunas reuniones en su casa, donde asistían trovadores a cantar.

Apenas con 5 años, ya improvisaba coplas, tocaba el cuatro y participaba en las reuniones de los huéspedes de la posada, tocando y cantando para amenizar los juegos de baraja o los cachos.

En 1.940, por insistencia de la madre para que los hijos recibieran una educación más formal, compran una casa en el Campo de Carabobo, donde ingresa a su primera escuela rural denominada también Campo de Carabobo.

En dicha escuela, gracias a un excelente equipo de docentes dirigido por Pedro Vicente Guzman Gago, se inicia en 1941 una verdadera revolución de conocimiento y actividades en pro de la cultura y de la enseñanza de oficios tales como carpintería, manualidades, deportes, nociones de agricultura, y semanalmente se realizaba un acto cultural donde los alumnos se esforzaban en ser los mejores.

En estas actividades Pedro Emilio se destaca por su facilidad para improvisar, convirtiéndose en el orador que recibía y presentaba a todos los visitantes importantes de la escuela.

Siempre sintió pasión por el llano y muy joven entre los 14 o 15 años, habiendo cursado hasta el 4to grado en la escuela, empieza a comprar para la venta o funge como caporal trasladando ganado desde el llano hasta Valencia, actividades éstas que contribuyeron a su canto e inspiración.

En la década de los 50, incursiona como profesional del canto en Puerto cabello, vial radial, interpretando música popular variada. Después viene a Caracas donde con su cuatro ameniza en bares y fiestas particulares

En una de esas reuniones, conoce a Valentín Carucí , quien lo incorpora en su conjunto Palmarito, que se presentaba diariamente en la Emisora radio Cultura. En 1978, Carucci lo ayuda a grabar su primer 78 con canciones como "El Seis por Derecho", "Las Ramas del Guayabo", "Brisas de Apure" ,  "Mi Arpa Llora en sus Notas", temas que se constituyeron en grandes éxitos.

Pedro Emilio Sánchez, fue un representante del cantar romántico y criollo, así como de la composición poética. Entre sus temas más sonados, además de los ya mencionados, tenemos “Las Rosas del Sentimiento”, “De mi te Fuiste”, “Querer Traidor”, “Llano y Encanto”, “Como Será”, “Romance en la Lejanía”, “Irma Querida”, “Piensa”, “Los Juancheros”, “ La Ley de la Vida”, “Tierra Guariqueña”, “Recordando un Amor”, “Fuiste para mi”, “Cuando la Tarde Regresa” y en combinación con Valentín Carucí, compuso la letra de “Sentimiento Apureño”

Justamente, cuando cumplía 50 años, una penosa enfermedad nos arrebata este gran valor. En la ciudad de New Orleáns donde había ido en procura de salud, dejó de existir el día 30 de noviembre del año 1.981.
Fuente Consultada: Venezuela, Coplas y leyendas. Art. Reyes Galindez

Sus canciones se convirtieron en íconos de la música llanera  de Venezuela. Al lector interesado en conocer algo mas sobre la obra de este cantante y poeta, les invito a visitar su perfil facebook: Pedro Emilio Sanchez

LAS ROSAS DEL SENTIMIENTO
Autor: Pedro Emilio Sánchez
Interprete: Juan del Campo

Las rosas del sentimiento
se marcharon a otros lares
y el clarín de mis lamentos
se ha quedado en los palmares (bis)

Ahora solo me encuentro
con mi guitarra encantada
sus arpegios me preguntan
donde se habran anidado 
las golondrinas que un día
en mi pecho se posaron (bis)


LAS RAMAS DEL GUAYABO
Yo bien sé que no me quieres, que no me quieres
lo comprendo demasiado (bis)
tal vez por otro cariño, negrita linda 
no quiere estar a mi lado (bis)

Me dices que te vas lejos, que te vas lejos
no te olvides del pasado (bis)
que un amor que se ha querido, negrita linda
siempre le queda el guayabo (bis)

Si tienes nueva ilusión, nueva ilusión
por mi parte no te pares (bis)
lo unico que te pido, negrita linda
que seas franca en tus palabras (bis)

Yo buscaré otro refugio, otro refugio
donde Dios me lo depare (bis)
y gozaré igual a tí, muchachita encantadora
el dia que un amor me ampare.



16 de diciembre de 2010

El Cristo de la Sabana. Entrada 3/4

No podemos dejar de ofrecer a nuestros lectores este hermoso poema, de la pluma de  Don Julio César Sánchez Olivo, donde el autor, en la poesía de las metáforas utilizadas y con un profundo sentimiento nacionalista, plasma la inmensidad del llano y le pide al Cristo de la Sabana que interceda por el pueblo llanero. Es un poema realmente conmovedor y de una riqueza propia de la obra de Don Julio César Sánchez Olivo.

Llano, Poeta y Milagros

Por obra de un apureño
Realizador de milagros
Pues son muchos los que ha hecho
Y sigue haciendo en su hato,
Un Corazón de Jesús
En el corazón del llano
Entre horizontes levanta
Su blanco cuerpo de mármol
Junto con los angelitos
Hijos de Andrés Eloy Blanco,
El negro, el catire, el indio
Y el angelito mulato.








Sabanas de Corozo Pando
Por arriba cielo inmenso
Y sabana por debajo
Como diciéndole al cielo
-A donde vayas te alcanzo…
No había ocupado Jesús
Capilla de ese tamaño,
Sus pilas de agua bendita
Son ríos, lagunas y caños
Y en vez de aroma de incienso
Tiene el olor del mastranto
Casa propia para Él,
Pues la hizo Dios con sus manos.
 El Corazón de Jesús
En el corazón del llano!!!


Rio Apure
Milagro que hace un poeta
Para que haya mas milagros.
Poeta voluntarioso
Que ya tiene un poemario
Sobre la pampa compuesto
De poemas bien sembrados.
El día que se le ocurra
Hacer de nube un caballo
Y del Arauca una soga
Para echarle al sol un lazo,
Veremos al “catirote”
Cacho y muela en el espacio
(el lazo de un cacho entrépito
Y el otro vagabundeando)


Estero de Camaguán
Sólo el poeta realiza
Lo que no hace el hombre práctico
Porque sabe poner toda
El alma en la acción del brazo.
Milagros hace el poeta
Y se los hace a los santos,
Como éste que al buen Jesús
Le hace de llevarlo al Llano
Lejos de los que él echó
Del templo a punta de latigo
Y a los que acertadamente
Llamó sepulcros blanqueados.
Cuántos siglos estaría
Con este lugar soñando,
Hasta que llegó el poeta
                                                                                       Y de Italia se los trajo.

El llanero y su caballo
                                                
Ahora le toca a Jesús
Trabajar en los milagros
Que espera la tierra nuestra
Desde hace ya tantos años:
Tiene la garganta seca
De los muchos ¡HASTA CUANDO!
Y si a tu obra la interrumpe
Alguien con alma de Diablo,
Recuerda que es buen remedio
Cinco cuartas de chaparro,
Apartas tu condición
De tolerante, de manso
Y las aplicas con brios
Al del espíritu malo,
Que cada látigo se oiga
Como un trueno en San Fernando.
Al cumplir esa misión
Te trajo José Natalio:
Que seas protección del bueno
Y terror del que hace daño.

Julio César Sánchez Olivo/Dic 1954/Poemario. Por el Rumbo del Recuerdo



 Más sobre este tema:

Morocotos, Cachamas y Cachamotos


El Morocoto (Piaractus Brachypomus) y La Cachama (Colossoma macropomum), pertenecen al género Piaractus, y pueden distinguirse a simple vista por el colorido de su cuerpo: el morocoto adulto presenta un color grisáceo a pardo o violáceo sobre el dorso y los costados, con el abdomen blanquecino salpicado de manchitas anaranjadas. Los juveniles presentan coloración mas clara sobre el dorso y los costados y rojo vivo en la cabeza y parte anterior del abdomen.
Las cachamas pueden presentar dos patrones de coloración: amarillo  y negro con toda la gama de variantes. También se les llama cherna, tambaquí o pacú negro.
Ambas especies tienen una alimentacion frugívora y en menor escala omnívora y herbívora. Tienen elevada fecundidad, la cual se incrementa en el caso que los progenitores no cuiden de los huevos y alevines.  Se piensa que el desove ocurre en las lagunas de rebalse y áreas de inundación. Habitan (dependiendo si son ejemplares juveniles o adultos), en la corriente principal del río o lagunas de rebalse.
Morocoto


El morocoto es muy cotizado y abundante en el delta del Orinoco y la cachama en el río Apure. En general, ambas especies podemos conseguirlas además de en los ríos ya mencionados, en el Portuguesa, Guanare, Caparo, Meta y  Sarare. 
 




Una característica resaltante de las  cachamas, es su dentición, la cual se asemeja a la del humano, tal como puede observarse en la fotografía. También posee dos incisivos adicionales en la mandíbula inferior.




La acuicultura de la cachama se ha desarrollado notablemente mediante la reproducción artificial o inducida, multiplicándose así su comercialización. Se ha producido una especie híbrida de la cachama y el morocoto, a la cual se le denomina tambacu o cachamoto. En un viaje reciente realizado al estado Guárico, muy cerca de  la población "La Negra" famosa por su casabe, pudimos ver el área destinada al cultivo de este cruce de especies (cachamoto), en la cual el atractivo consiste en  verlos devorar ávidamente los trozos de pan que les lanzan al agua  los visitantes. El Cachamoto, reune características de ambas especies, resultando que crece y engorda rápidamente y presentando un tamaño intermedio.

En el libro, Los Peces de los Llanos, Vol III, se narra una practica de pesca de cachama (1983), donde el procedimiento es el siguiente y el resultado, el que se aprecia en la fotografía:
Ubicado en el río Apure el sitio donde los llaneros conocedores sabían que había gran cantidad de estos peces,  que en la tranquilidad de las aguas, se preparaban para el desove; se distribuyen las tareas de las curiaras. La primera, la curiara de apaleo (con motor), tiene la misión de circular rápidamente, creando una estela profunda que ahuyenta los peces. Otras dos curiaras, cruzan juntas el rio perpendicularmente hasta  llegar al sitio escogido, donde sin detenerse, se abren  a los lados unos 60 mts, cada una sosteniendo en sus proas, los calones de la red, para sorprender las Cachamas. Siguen despues las curiaras avanzando en sentido de la corriente, formandose un gran bolsón con la red, la cual no toca fondo, pero abarca la profundidad de desplazamiento de las cachamas. Mientras tanto, los de la curiara de apaleo, entran en el área de la red, circulando en varios sentidos y golpeando el agua con palos. Los peces asustados huyen en todos sentidos quedando atrapados en la tensa red. Llegado el momento oportuno, las curiaras que sostienen la red, se juntan nuevamente cerrando el cerco. Los peces se recogen en el mismo rio.

Fuente consultada:Los peces de Los Llanos de Venezuela-Benigno Román (Fundación Científica Fluvial de los Llanos)


15 de diciembre de 2010

Y para la gente de color.......

Como siempre, ancestralmente la gente de color, ha sido objeto de discriminaciones, inmerecidas e injustas por demás. Sin embargo, hay varias expresiones de nuestro hablar coloquial cuyo sentido  depende del contexto en el cual se digan. Colocaremos en esta oportunidad  dos  de estas expresiones:

Negro tenía que ser: Aplicable cuando una persona de color no cumple las expectativas de otro. Es definitivamente despectivo, pues entre líneas deja ver que no se puede esperar nada de una persona de color y que el resultado negativo obtenido, era lo único que en realidad podía esperarse. Sin embargo, nosotros los venezolanos también la aplicamos a situaciones positivas, en las cuales la gente de color siempre destaca, como por ejemplo en el baile.

Negro no llega a los postres: La expresión más bien es de discriminación. Deja ver que lo bueno no es para ellos y que la igualdad llega sólo hasta cierto punto. 

Negra aunque se vista de seda, negra se queda: Creo que no amerita explicación alguna esta expresión.

También hay términos que usualmente se relacionan con la gente de color, por ejemplo "negro faramallero", "negro pretencioso", "negro refistolero"etc. Y es que el espíritu del negro siempre se traduce en  alegría, en picardía. Allí vemos los grandes personajes de algunas novelas, como por ejemplo Juan Parao o Pajarote, hombres fuertes y valientes, con inteligencia natural y aquella picardía característica, así como la dignidad en su forma de conducirse.
Y si vamos a hablar de las mujeres de color, siempre han sido la inspiración de los poetas, por su sabor, por sus encantos, por su manera de bailar. Allí vemos a Casimira, la negra del maraquero, o a Juana María, la del Galerón de Ernesto Luis Rodríguez, o la negra Asunción, del galerón de Aquiles Nazoa, o la negra Maria Luisa de Urpía ...Dolores de Víctor Vera Morales.
La negra y el negro son también imagen de Venezuela.

14 de diciembre de 2010

Por Los Llanos de Apure - Fernando Calzadilla Valdés


La última edición de esta importante obra, es un verdadero lujo. Los editores de la misma, Armando Michelangeli Ayala, Asdrúbal Hernández Urdaneta y Alcira Hernández de Espinosa, se dieron a la tarea de reconstruir el llano tal como lo narró en 1948 el autor Fernando Calzadilla Valdés. Dicen los editores en la Presentación del libro, que ese llano de ayer, solo se puede ver todavía en el Cajón de Arauca y en el Alto Apure.
Se trata de un viaje por el llano, describiendo la vida sencilla y dura del llanero, el paisaje, el clima, el invierno y verano, el trabajo de arreo de ganado, herraje, doma, la pesca.
La obra como tal, es un tesoro en sus ediciones anteriores, pero en ésta, ese tesoro se convierte en arte, en virtud de la gran cantidad de fotografías de altísima calidad, en las cuales los editores, lograron plasmar ese llano que describía el autor en el texto.

Fernando Calzadilla Valdés, nace en San Fernando de Apure en 1860, descendiente de las primeras familias cordobesas que establecieron ganadería en los llanos venezolanos. Médico de profesión, su pasión era viajar. Incursionó muy joven en el comercio de ganado, arreando las reses a caballo desde Apure a través de la selva de San Camilo, para ser entregado de Cúcuta o San Cristóbal.

Fue escribiendo su libro por capítulos separados, indistintamente de encontrarse en el territorio llanero o no, escribía de memoria los hechos, costumbres y particularidades de los llaneros, basado en sus vivencias y observaciones.

El libro es un testimonio muy valioso, no solo de los aspectos que ya hemos comentado, sino de su apreciación o visión de la llegada del “progreso" a las tierras llaneras. Incluye también anécdotas e historias, así como conductas de los animales, agricultura  y muchos otros aspectos relacionados. De lectura fluida y cómoda, este libro permite entender a los llaneros y su amor por el llano.





El trabajo fotográfico es también fascinante, pleno de color, de sol, de agua, de esteros y llanuras, de caballos, y ganado , de flora y fauna, de ……llaneros. 
Colocamos a modo de ilustración, algunas de las fotos  existentes en el libro.

Refranes con Toros

Coger el toro por los cachos: Actuar inmediatamente para afrontar una situación desagradable sin esquivarla y con determinación. En las narraciones que hemos hecho a lo largo del Blog  se refleja cómo en algunas oportunidades el llanero trata de controlar al toro, tomándolo en efecto de los cuernos y pegándose al costado del toro. Es un acto de determinación, valor y decisión.

Yo conozco mi ganao: Con esta expresión se quiere decir que sabemos a que atenernos con respecto a un tercero. Implica cierta sospecha o desconfianza. Generalmente justifica una acción preventiva, para obtener un resultado que de otra forma, sería dudoso.

Raza del toro mocho: Cuenta el abuelo que por su pueblo calificaban a las personas como pertenecientes a la Raza del Toro Mocho, cuando eran alocados, tenían cambios de conducta repentinos o eran “atronaos”, como decimos a las personas apresuradas que no miden las consecuencias de sus actos o palabras. A veces la expresión va más allá, al utilizarla en personas con alguna tara.
Cuenta el abuelo que en ocasiones, producto de una pelea con otro toro o algún accidente, se les puede partir o caer uno de los cachos. Al quedar expuesta el área, con frecuencia les cae gusano, produciendo reacciones de descontrol y descoordinación motora en estos animales, manifestada con movimientos bruscos e inesperados.

El Río Guanare

Imagen Eduardo Parra. Rio Guanare desde Arismendi
El Guanare es uno de los ríos emblemáticos del llano y sus pintorescos paisajes conformados por sabanas, palmares, madreviejas y desparramaderos, han servido de inspiración a poetas y copleros. Se tiene registro que en 1928, ya José Cupertino Ríos había compuesto Canoero del Guanare. 

Las nacientes de este río se encuentran en las montañas de Lara, en el Parque Nacional Dinira, asiento de muchas quebradas como La Ciénega, Chabasquensito, Saguas y Biscucuicito que dan vida al río Chabasquén. Este río baja de la montaña al pie de monte y de ahí a las tierras llanas donde toma el nombre de río Guanare. 
Guana-guanare (Phaetusa simplex)

Don Lisandro Alvarado en el Glosario de Voces Indígenas, explica que el nombre del río proviene de “Guana-guanare” , una especie de gaviota del Orinoco y que es un vocablo formado por el sustantivo “guanaguana” y el sufijo “ere” y que su significado es “lugar donde hay gaviotas”. 

Desde su salida de la serranía corre paralelo al Portuguesa en unos 400 Km hasta unirse a este último río en las cercanías de La Unión de Barinas. En su recorrido baña tierras portugueseñas y barinesas siendo navegable en su cuencas media y baja.

En las áreas del bajo llano, el río presenta un curso meándrico acentuado debido a la poca pendiente del terreno. Esta condición hace que el río se difumine en algunos trechos creando desparramaderos como el del Palmar de Morrones; meandros de renombre como La Vuelta de Cambullón y madreviejas como las de Guanare viejo. Cerca del poblado La Morita recibe las aguas del Boconó aumentando grandemente su caudal y forzándolo a romper uno de sus meandros cerca del Caserío Flores, un hecho que lo desvía hacia el este. A partir de aquí, el cauce abandonado forma el Guanare viejo que mantiene el rumbo sur. En la parte media sus márgenes están pobladas de Guamo de río (Inga vera) y hacia la parte baja por Mangle de río (Croton cuneatus), formando los mentados Guamales y Manglares. Sus aguas son ricas en peces y sus pesqueros fueron famosos. Abunda la Cachama (Colossoma macropomum), el Bagre rayado (Pseudoplatystoma fasciatum), la Palometa (Metynnis argenteus), el Caribe (Serraselmus rhombeus), el Coporo (Prochilodus mariae) y el Chorrosco (Pimelodus blochii). 

En su parte baja, en la confluencia con el Portuguesa, habitualmente se halla una población de Toninas (Inia geoffrensis) muy admirada por los turistas. Sus aguas alimentan el embalse Tucupido-Guanare construido en el área de pie de monte al norte de Boconoíto. A unos 60 Km hacia el sureste de Guanarito, en otro desparramadero del río, aparecen los Esteros de Chiriguare declarados como Refugio de Fauna Silvestre. Son 45.000 hectáreas que protegen una alta diversidad estimada en doscientas especies animales entre mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios.

En las márgenes del Guanare se ubican las poblaciones de Guanare y Guanarito en Portuguesa y Arismendi en Barinas. Como se señaló anteriormente esta corriente fluvial ha sido muy versificada y cantada y sobre la versión-matriz de Cupertino Ríos se han montado otras letras de canciones interpretadas por Ángel Custodio Loyola, Luis Lozada (El Cubiro), Reyna Lucero y Argenis Chávez.
Omar Carrero A.

CANOERO DEL GUANARE 
(Versión de Argenis Chávez )
Conjunto de Eudes Álvarez
Canoero del Guanare
Tus tiempos adonde fueron
Las noches de luna llena
También desaparecieron
Cuando ibas en tu canoa
Alborotando garceros
Qué pasó con Arismendi
Pueblo querido
Gloria de tiempos aquellos
Ya no se ven los guamales
En claras noches de enero
Como antes se le miraba
De lado a lado un pesquero
Tampoco las rancherías
Refugio de los bongueros
Ni las muchachas bonitas
De allá de Guanare viejo

Si de mi cantar le llega
A su memoria un reflejo
Si hay don en tu señorío
Contéstame canoero
Dónde está Nicolás Reyes
Con su arpa vieja de cedro
El hombre del pajarillo
Cuando venía amaneciendo
Si vuelves a Guanarito
Por caminos sabaneros
Perplejo te dejarán
Mortificantes recuerdos
Verás como están las playas
Casi vestidas de negro
Muy tristes porque las aguas
Del río Guanare se fueron.




12 de diciembre de 2010

El Cristo de la Sabana - José Natalio Estrada - 2/4


En el Libro María del Llano, se incluye este poema, escrito por Don José Natalio Estrada y dedicado a Francisco Salazar Martínez. Hemos actualizado la entrada original con fotografías del Cristo de la Mata , tomadas por Manuel Abrizo y publicadas en el libro Apure en Cuerpo y Alma:

El Cristo de la Sabana

Fotografía Manuel Abrizo


Blancura de Cristo bien
El se trajo de Carrara,
Magia de cincel asceta
Con inspiracion pagana;
Ritmo la figura toda
Euritmia las manos blancas,
Y un cantar el corazón
De solo verle la cara

Pero el sol curtió sus manos
Y luego la brisa franca
Le esta poniendo en el rostro
Pátina de la sabana;
Y sueño que vino al llano
En montura caribaya
Trayendo la nueva fe
A horcajadas sobre el anca.





Fotografía Manuel Abrizo
Serenidad en la frente
Que en el perfil se le amarga;
¿Por qué descubres , Señor,
Ante la fiereza humana
Como una rosa encendida
En penumbrosa ventana
Tu corazon que en las horas
De recordación aún sangra?

¿Y si viniera en el viento
A destrozarlo otra lanza,
Si alguien acuña en silencio
Treinta monedas de plata,
Si alguno forja en la sombra
De oro y acero una daga,
Si alguien afila su enojo
En la piedra de su saña?

Cristo de las cosas vivas
Lo que sufre y lo que canta,
Señor del fruto en sazón
Madurando la abundancia,
Cristo que va de baquía
Rumbeando por la esperanza,
Y es siete rosas de luz
Quebrándose en una lágrima

Cristo de la mano abierta
Y de la sonrisa huraña,
Que por no ser de abolengo
Lleva desnudas las plantas,
Cristo del hombre en la ruta
Y de la vela en la rada,
Del ¡Ay, que me estoy muriendo!
En la soledad tan larga

Con el alerta en la oreja
La cabalgadura blanca,
Alba la ropa talar
Bajo una luna de nácar;
Siento que marcha en el sueño
A mi lado en la sabana,
Perdida en la lejanía
Como ausente la mirada.

Cuando lo admira la gente
Oye humilde la alabanza,
Pero que no escuche el canto
Del ordeño en la mañana,
O el tono del cabrestero
Cuando la punta va en marcha,
O el viento en los pajonales
O la lluvia en la cañada.
Bullicioso está el caney
Donde los peones acampan,
Porque alguien cuenta la historia
De lo que fue la jornada;
Se ilumina el corazón
Pero la brisa se apaga;
Como escuchando en silencio
Allí esta la Forma Blanca

Adentro hay música y canto
Está alegre la enramada,
Un aire de Nochebuena
Juega con lunas de plata;
Como de presentimiento
Enmudecen las maracas,
Y El observa distraido
Con ojos de piedra blanca.

Aquí no hay hiel con vinagre,
Tampoco hay tarde enlutada,
Y no hay venganza fallida
Ni torcedor en el alma,
De quien derramó la sangre
Y no acalló la Palabra,
Aquí no hay erial de olivos
Ni cuervos en lontananza.

Viajero que hirió la noche
Con su enlunación sagrada
Si oyes por esos caminos
Un leve batir de alas,
Son los ángeles que siguen
El signo de tus pisadas,
Cuando se va por las lunas
El Cristo de la Sabana