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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

3 de mayo de 2016

Dámaso Delgado escribe sobre El Silbón

Hoy 3 de mayo, según la leyenda, Juan Hilario se encontró con el Silbón, por lo que compartimos nuevamente  la percepción de Don Dámaso Delgado sobre la famosa grabación de esta leyenda.

Tomado del Blog de Dámaso Delgado
Publicada originalmente el 15/11/11
Este es el llano... Abierto..., inmenso...! Horizonte extendido por caminos polvorientos... Tierra generosa, donde la leyenda es copla y donde la copla es sabana!
 Portuguesa, Barinas, Cojedes, Guárico, Apure forman nuestro inmenso llano con sus sabanas inmensas y pajonales abiertos, con sus arrieros de versos, con baquianos de la conversa...

..."Salud, amigo ¿pa' onde va poray...?

Siempre llano...! Con su pregunta escueta a veces tímida, a veces bravía, retadora, andariega... Y sobre ese llano, el llanero, con la voluntad por delante y la copla pasitrotera espigándole en el alma para adornar el camino, la jornada: "Allí mismo...", "más allá..."

Y el corrío se hace presente en los bailes... Y la leyenda va polvoreando caminos... Camino largo..., trocha honda..., terronal reseco... Siempre llano...! Y por ahí anda, de boca en boca, con su característica escalofríante:
- "Epa, compañero, pero eso fue cierto...?
- "Sí, compa, ciertico!; dicen que nació en Guanarito, o en Bijae...; lo cierto es que en Portuguesa y Barinas se ha criao..., y Cojedes lo ha visto pasá..."
Llano inmenso..., de pecho abierto y corazón sencillo, que nunca termina de decir lo que lleva por dentro...
Por eso he querido recoger en este álbum a una de las más ricas y genuinas leyendas de los llanos portugueseños y barineses, como lo es ésta de El Silbón.
Me he dado a esta tarea, seguro que es mismo pueblo llanero - que es también mi pueblo - sabrá sentirse plenamente identificado con el contenido de esta obra, que no es otra cosa que un pedazo de él mismo, impregnado de su propio sentir, costumbres y creencias.
El Silbón es un espanto de sabana, que persigue y "asombra" a las mujeres solas y a las que están en estado de gravidez - cuentan que hasta las asesina, para descansar en el alma inocente de sus criaturas - pero, mas perticularmente, el Silbón persigue y selecciona a aquellos hombres parranderos que tienen por costumbre abandonar a sus mujeres para marcharse a bailes y parrandas, regresando a sus hogares a altas horas de la noche, o al día siguiente... Esto podría parecer una contradicción: pero es así como lo pinta la creencia popular.
No se sabe exactamente el origen de El Silbón; unos dicen que nació en Guanarito, otros que en Bijao, otros, que más allá... Con respecto a lo genuino de su leyenda, el pueblo comenta que es el ánima en pena de un hijo que mató a su padre para comerle la azadura y que, maldecido por la madre, fue condenado a vagar eternamente sin descanso por parajes y caminos solitarios.
El notable periodista y doctor en derecho Rafael R. Gavidia, hombre constantemente preocupado por el estudio de nuestro Folklore y taltento, inquieto por remover y rescatar estos valores escondidos en los cimientos de nuestro pueblo (a él debo importantes datos que me fueron sumamente útiles para la elaboración de esta obra), con relación al Silbón, ha logrado recopilar, ente otras cosas, lo siguiente: "No atraviesa el río Apure, porque el agua le da por la cintura y se le moja la mochila de huesos"..., lo que revela claramente que según el dicho popular éste es un espanto exclusivo de las llanuras de Portuguesa, Barinas y Cojedes...
Cuentan que, en las noches oscuras, cuando el relámpago ilumina la extensidad de la sabana y los aguaceros arrecian inclementes, por todo lo ancho del llano, se siente llegar hasta el alero de los ranchos y deja caer la mochila de huesos sobre el suelo, para acampar allí los aguaceros.. Y cuando cesa la lluvia, lo oyen que levanta el saco de huesos - su eterno cargamento - y, dejando escuchar su escalofriante silbido, se aleja..., camina largo..., noche oscura, trocha sin rumbo.
Así es el llano..., surco abierto poblado de leyenda, donde aquel "más allí..." o "más allá..." va siempre acompañando del enigma: "tenga cuidado...., allá alante..., al pasar aquella mata..."
Tierra hermosa, donde el "cuatro", la soga, la novia y la copla forman parte del alma misma - supersticiosa o no- del hombre que allí se forma y por allá muere, "como todas las cosas de la sabana".

Escrito por: Don Dámaso Delgado


Para finalizar, les comparto el corrío del Silbón.

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