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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

29 de septiembre de 2014

Pueblos de Guárico: Camaguán


Sobre un potrillo alazán, cuantas veces en mi infancia, me topé con tu fragancia, Estero de Camaguán
Germán Fleitas Beroes




HIMNO DE CAMAGUAN.
Música :Antonio Lauro.
Letra:Germán Fleitas.Beroes.

CORO.
Camaguán con su Estero grandioso
que parece un pedazo de mar
es un pueblo que vive orgulloso
de su gente sencilla y cordial.

(BIS)

Las estrofas de un Himno sentido
inspirado en el nombre de Dios
te cantamos ¡Oh pueblo querido!
con patriótico acento en la voz.

Tus lagunas, tus garzas, tu río,
tus palmares, tu "Caño Falcón"
son un símbolo eterno y bravío
que es orgullo de nuestra nación.

CORO.

La Humildad y Paciencia es tu guía,
tus jinetes, del llano la flor,
descendientes de aquellos que un día
escoltaron al Libertador.

Que los ecos remonten el vuelo
y en un tierno mensaje de amor
al llegar a las puertas del cielo
le den gracias a tu fundador.


Caño Falcón

Caño Falcón

 Camaguán, hermoso nombre que asociamos con cosas hermosas, entre las cuales destaca su famoso Estero. Decir Camaguán es decir, pues,  palma, sol,  agua, luz, llanura, vida, color, bora, garza, matraca, caño Falcón, Humildad y Paciencia, médano, pasaje, inspiración, Cástor Vasquez, Mariano Hurtado Rondón, Cupertino Ríos, Juan Vicente Torrealba, Juan Briceño Zapata y Germán Fleitas Beroes, entre otras muchas asociaciones con la naturaleza y con hombres célebres.

Camaguán está ubicado al sur del estado Guárico y muestra al visitante como antesala, su maravilloso estero que últimamente muestra menos agua y pasa mas tiempo seco que hace apenas unos pocos años, lo cual hace pensar que esa maravillosa reserva de fauna silvestre y biodiversidad, tiene los dias contados.

Ver el estero de Camaguán es llenar el alma de energía que entra por todos los sentidos y un atardecer  en su contemplación, no tiene precio. Dicen que son los atardeceres mas hermosos del Llano.

La población de Camaguán tiene una larga historia, pues se fundó en cuatro oportunidades entre el año 1690 y el xxxx. Las dos primeras fundaciones fueron destruidas por inviernos copiosos, la tercera, no constituyó una real fundación y fue finalmente la última la que sentó las bases de lo que hoy es Camaguán.

La primera fundación fue en 1690 y le dio el nombre de San Buenaventura de Camaguán. Dice Oldman Botello en su libro Orígenes de Camaguán:
"En el sitio que los indígenas llamaban Camaguán, un médano alto a salvo de las crecientes del río La Portuguesa (….) iba a fundarse por primera vez este pueblo de misión. Se cumplía así una real Cédula del año 1689, fechada en Madrid el 22 de septiembre; ordenaba el Prefecto de las misiones en Caracas que solicite “…la reducción de los indios, así gentiles como apóstatas, por medio únicamente de los religiosos de las misiones, con la blandura y suavidad que conviene, para que sea la palabra evangélica la que los sujete y recobre….” En esos lugares, según una relación de 1745 -incluyendo la banda de Apure- moraban indígenas de las etnias siguientes: Guamos, Atarures, Cucuaros, Guajibos, Chiricoas, Guaranaos, Otomacos, Amaibos, Yaruros, Chiripas, Atamaipas, Dazaros, Cherrechenes, Taparitas, Guaiguas, Güites, Gayones, Achaguas, Guaiquires ( o Guaiqueríes), Mapoyes, Tamanacos y Araucaimas. Una variedad, muchos de los cuales son de origen Caribe, con lenguas idénticas y otros de distinta naturaleza"

"En primer intento, en el año 1690, fray Ildefonzo de Zaragoza, acompañado de pocos indígenas que le servían de intérpretes, recorrió desde el actual estado Cojedes hasta “llegar al brazo de Apure que se junta con el Guárico (¿el Apurito?)", tratando de convencer a los indígenas que encontraba, para que formaran un centro poblado. No tuvo éxito. En el mismo año, fray Buenaventura de Vistabello, viajando por los ríos y acompañado igualmente por indígenas intérpretes, llegó al sitio de Camaguán, donde los naturales sí consintieron en reducirse a centro poblado. Se llamó esta población San Buenaventura de Camaguán. "

Plaza de los Artistas
Sin embargo, al poco tiempo de estar conformada, la creciente de invierno, mayor que la usual, puso en peligro a la población reducida a la zona mas alta. Esto ocasionó el disgusto de los indígenas quienes querían vengarse matando al sacerdote, quien tuvo que huir por las aguas desbordadas.

En el camino se encontró con el padre Arcángel de Albaida, quien se dirigía a la población con provisiones, y ambos sacerdotes regresaron al poblado. La respuesta de los indígenas fue la misma y los sacerdotes, sintiéndose continuamente amenazados, decidieron abandonar el pueblo después de un mes con tal premura, que solo llevaron lo que tenían puesto. Lograron finalmente salvarse, aún cuando los indígenas los siguieron con su hostilidad.

Después de este suceso, se perdió definitivamente la fundación realizada. Los indígenas se dispersaron por montes y ríos y recuperaron su forma de vida natural.

“En Junio de 1749, el fraile Antonio de la Higuera, a instancias de un grupo de indígenas que se habían salido de otras misiones, emprendió la refundación de Camaguán, en el mismo sitio de su emplazamiento 59 años atrás. (….) Allí permanecieron en el caney que tenían por iglesia y unas cuantas casas alrededor, hasta que nuevamente la temporada lluviosa en 1750, los hizo salir. El agua se metió por todas partes y debieron marcharse hacia el este, al sitio nombrado Guatarama y se aposentaron, pero el dueño de las tierras, don Alejandro Pio Blanco reclamó lo suyo y conminó a desalojar el lugar”. En Guatarama habían construido la Iglesia y se encontraban reunidos 225 indígenas, que ante la presión e influencia de don Alejandro, nuevamente se dispersaron. Fracasaba así el segundo intento de fundación de Camaguán.

En la segunda mitad del siglo XVIII, en los alrededores de Camaguán existían varios hatos de renombre, pertenecientes a terratenientes caraqueños; hacia 1758 el hato El Alcornocal era propiedad de Pedro Vicente Blanco de Uribe. Este hato tuvo mucha importancia en el poblamiento de la zona, ya que contaba, para esa fecha, con 29 esclavos y 30 libertos. Al año siguiente, el hato que pasó a manos del padre Antonio Alejandro Blanco Blanco de Uribe, tenía ya 69 esclavos. Entre los hatos más pequeños pero igualmente importantes de la zona, estaba el hato Las Animas, perteneciente a José Antonio de Beroes (también Veroes), que se encontraba al sureste y era llamado en los documentos Las Animas de Beroes.

Tantos hatos y su producción de ganado y queso aumentaron la población, aún cuando las inundaciones periódicas, la plaga, las fieras y demás inconvenientes dificultaban un poco la permanencia en esos lugares.

Se hacía necesario, pues la fundación de un centro poblado, para establecer a las comunidades indígenas que deambulaban por los ríos cercanos.

Entre los que deambulaban esos territorios, estaba un negro liberto: Fabián de Uribe, a quien se le ocurrió fundar un pueblo en el sitio de Camaguán. Reunió un grupo de negros libertos, zambos, mulatos y algunos indígenas y se fue a Caracas a hacer gestiones ante la Gobernación y la Iglesia. El negro Fabián exigió que en lugar de un misionero, se nombrase un cura secular para la nueva población y se designó al presbítero Juan Antonio de Urbina el 23 de enero de 1768, con el título de “…cura de la nueva fundación de Camaguán con el título de Nuestra Señora de la Merced

El sacerdote designado se dirigió pues a Camaguán, donde fue recibido con respeto y dio su primera misa. Había para ese momento en Nuestra Señora de las Mercedes de Camaguán, 50 indígenas de diferentes etnias entre las que estaban Güires, Mapoyos, Guamos y Atapaimos. Había también varios negros y zambos. El capitán de los indígenas se llamaba Juan Ventura.

Sucedió que al día siguiente de haber llegado el padre; Juan Ventura, Fabián de Uribe y unos pocos indios y negros, se embarcaron en dos canoas y se largaron supuestamente a la búsqueda de un Capitán llamado Tomás que había pedido que lo buscaran. Tardaron varios días sin volver, dejando al padre preocupado pues en el pueblo habían quedado algunas personas de las que desconfiaba. Finalmente volvió Fabián, pero volvió a marcharse con otra excusa.

Al final, el nerviosismo del padre que recelaba de todo, su incomodidad con el calor y la plaga, y la conducta oscura de Fabián que al parecer estaba permanentemente ausente cometiendo delitos, hizo que renunciara a su misión y se marchó a Caracas a poner su denuncia.

El Negro Fabián fue apresado y el pueblo se disolvió nuevamente al faltar el guía espiritual. Pero vista la importancia de fundar un centro poblado en Camaguán, el 24 de septiembre de 1768, el Prefecto de las misiones, designó un nuevo misionero.

Iglesia de la Humildad y Paciencia
El fraile andaluz Tomás Bernardo de Castro, fue el designado para acometer la fundación de Camaguán por cuarta vez. Hombre también nervioso y calificado de violento, “tomó un grupo de indígenas guamos con los cuales emprendió la fundación que puso bajo la advocación de la Humildad y Paciencia de Camaguán, definitivamente, tal vez pensando en lo humilde y en la paciencia de que debía revestirse para soportar la situación pues ya había antecedentes negativos”

Se construyó la iglesia de bahareque y techo de palma, las casas de los indígenas y del cura. Bajo su égida quedaron los 22 hatos de la jurisdicción.Ya en 1770 se empieza a observar la importancia de la fundación y en 1792 en un informe del Prefecto padre Lucena a sus superiores en España ratifica: “Esta misión ha sido y es muy útil para las entradas al terreno de entre los ríos Apure y Meta y para las nuevas fundaciones que en otros terrenos se van estableciendo…” No fue fácil, sin embargo, consolidar la fundación. Hubo deserciones de indígenas motivadas a su naturaleza errante, rechazo a la doctrina y a la autoridad que al parecer era muy estricta.

En resumidas cuentas- dice Oldman Botello –“la Humildad y Paciencia de Camaguán, la isla de
Juan Vicente Torrealba
Camaguán como la citan algunos documentos, tuvo cuatro fundaciones: la de 1690, 1749, la de febrero de 1768 y la de septiembre-definitiva-de 1768 por el padre fray Tomás Bernardo de Castro, quien se mantuvo por largos años allí, sosteniendo su obra, a pulso, valor, disciplina, organización y estoicismo.

Camaguán es un pueblo bonito, con sus casas pintadas de colores y sus calles limpias que tiene en sus entrada, la estatua de Juan Vicente Torrealba. Más allá, una pequeña placita donde se colocaron bustos de  hombres insignes de esa tierra, aunque  el vandalismo hizo su parte y ya no queda ninguno. Como todo pueblo,  tiene sus leyendas, entre las cuales destacan:

Puerto de Camaguán, río Portuguesa
Río Portuguesa, leyenda: La leyenda se inicia a principios del siglo XX, cuando Camaguán empieza a crecer como pueblo. Describe que había una señora que tenía dos niños, que se quedaban solos en el rancho cercano al río La Portuguesa mientras su madre asistía a su trabajo. El hijo mayor le contaba a su madre, que su hermano se pasaba mucho tiempo en la orilla del río hablando y riendo con alguien que sólo él veía, pero ella no le prestaba atención a los comentarios de su hijo. Un día una mujer salió del agua, tomó al niño de la mano y se lo llevó con ella.
Desde esta experiencia se comenzó a creer en la leyenda de que en el río La Portuguesa vivía un encanto que llamaba la atención de los niños, sobre todo de los varones, para apoderarse de ellos.
Comentan que dicho encanto formó su propio hábitat en un charco de Camaguán y se manifiesta de diferentesformas o figuras, generalmente, del sexo femenino.
Hay quienes aseguran haber visto en invierno una canoaconducida por una mujer llevando a bordo a varios niños, o una gallina con muchos pollitos y hasta un a garza con varios pichones.

Laguna de las mujeres, leyenda: Esta laguna se encuentra ubicada en la parte este de Camaguán,en el barrio Toquito, vía carretera Los Mangos. Antiguamente, su agua se empleaba para el riego y las actividades domésticas. Era hábitat de una variada fauna como los chigüires, venados y peces.
Esta laguna posee una leyenda que relata la muerte de una de las mujeres que frecuentaba el lugar para bañarse y lavar la ropa. Cuenta que la mujer se ahogó tratando de salvar a un niño. Desde entonces el agua cambió de color, la laguna comenzó a secarse, los animales no bajaron a tomar agua, los peces murieron y los cazadores comenzaron a sentir y a mirar extrañas situaciones.
Esta laguna ha servido de inspiración a poetas, compositores y cuentistas. Es una leyenda que forma parte de la historia de Camaguán.

El Carretón: Es una leyenda que trata de una inmensa carreta tirada por dos caballos, sin ningún conductor ni viajeros. Ha sido vista y escuchada a altas horas de la noche por la calle Bolívar.
Parece que la presencia de la misma se deja sentir por el retumbar de los cascos de los caballos sobre el asfalto, el arrastrar de las ruedas y el tintinear de las riendas que se unen para formar un ruido ensordecedor que asusta a los trasnochados y bebidos que deambulan por las calles.

Costumbres y Tradiciones:
Mercado del Queso

La feria del queso: Se desarrolla durante todo el año, los días lunes de cada semana, en el puerto de Carrizalero de Camaguán. Es organizada por los ganaderos, caveros y vendedores ambulantes.
Esta manifestación favorece la economía del pueblo, de los ganaderos y de los comerciantes ambulantes. El queso de los ganaderos es proveniente de Barinas y del centro del país. Los vendedores ambulantes y los consumidores camaguanenses obtienen el queso a precios accesibles.






Fiestas patronales de Camaguán:
Se celebran del 12 al 14 de septiembre. Constituyen uno de los eventos culturales de mayor realce de la comunidad de Camaguán. Se realizan en honor al Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia de los Médanos de Camaguán. Se llevan a cabo una variedad de actividades tradicionales, tales como: toros coleados, riñas de gallos, ternera a la llanera, piñatas a la chiquillería, intercambios deportivos, bailes populares, concursos y festivales. A estas fiestas acuden
muchas personas de la zona, luciendo de gala para la noche de la serenata, donde interpretan los mejores de la canción criolla de la comunidad. El día 14 de septiembre se conoce como El retorno, debido a que la mayoría de los nativos de Camaguán retornan a su pueblo para celebrar con fuegos artificiales y caravanas el encuentro de los santos patronos.






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