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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

18 de junio de 2011

Cantos de Trabajo del Pueblo Venezolano

Imagen Ricardo Razetti.
Cantos de Trabajo del Pueblo Venezolano, es el nombre que Luis Felipe Ramón y Rivera, puso a un estudio publicado por la Fundación Eugenio Mendoza en 1955, realizado a los distintos cantos que entona el trabajador de campo de nuestro país, mientras desarrolla su faena.

Inicialmente pensé incluir solamente información sobre los Cantos de Arreo, de Trapiche y de Ordeño, como los mas representativos del llano venezolano, pero posteriormente, consideré que siendo todos hermosos y siendo todos producto del folclore venezolano, podríamos incluir a modo de información general los otros cantos de trabajo que incluye el autor en su obra, tales como Cantos de Pilón, de Lavanderas y de Cafetería, algunos de ellos  solo quedan en el recuerdo de nuestros mayores.

Hay definitivamente poesía en los cantos de trabajo, pues en esas coplas octosílabas, manifestación natural del canto del Venezolano, se vuelca el sentimiento del hombre humilde, bien sea hacia la mujer, el paisaje, la tierra o los animales. Estos cantos generalmente no tienen un orden establecido, las estrofas van aflorando a la voz de trabajador en la medida que van llegando a su memoria, por lo tanto, el canto puede ser tan largo como  el llanero quiera o necesite.

 Estos cantos reflejan la influencia de las distintas culturas que se mezclaron para constituir ése ser único que es el venezolano. Por ello en los cantos de trabajos, podemos sentir algo de España y Andalucía, de Africa y de nuestros propios indígenas.

Sin duda, el llano venezolano es fuente de muchos cantos de trabajo, interesantes por demás, pues como dijo Don Rómulo Gallegos en Doña Bárbara, "el llanero nunca trabaja en silencio. Si no grita,   canta," o silba, añadiría yo, como decía el poeta Arvelo "Con el silbo y la tonada", significando que el llanero no calla, expresa con su voz su autenticidad, su origen, su orgullo y altivez.

Allí, el peón que ordeña, que conduce el ganado o el simple veguero, “son protagonistas de una vida difícil que tiene en el canto y en el amor, los únicos escapes de posible espiritualidad. Por eso van siempre juntos la copla amorosa con la melodía que lo mismo puede ser para amansar los animales, como para armar bullicio en la ocasión de un joropo”. Luis Felipe Ramón y Rivera

Entre los principales cantos de trabajo del llanero, están el Canto de Arreo, el Canto de Ordeño, y en el llano antiguo, el canto de trapiche. Los dos primeros se manifiestan a través de la "Tonada".

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