Llanura inundada ( veáse la cerca sumergida) |
Publicado originalmente el 17/11/2011
Dice la Guia Ecoturística Miró Popic:
Dice la Guia Ecoturística Miró Popic:
A noviembre se le conoce como el mes del bajante. Aún cuando se inicia la estación seca en todo el país, en algunas zonas continúan los patrones aislados. En la costa occidental de Venezuela llueve, en los Andes durante la mañana la atmósfera será más limpia y en los Llanos casi toda la sabana luce inundada, pero sin tantas precipitaciones.
En el Llano comienza a escurrir el agua y a secarse gradualmente los humedales, siendo este un proceso que finaliza en abril. Sin embargo, esta tierra continúa recibiendo importante caudal de aquellos ríos que vierten sus aguas por el flanco oriental de la Cordillera Andina.
En cuanto a la fauna mas resaltante del mes:
- El galápago nidifica entre noviembre y febrero al igual que el caiman del orinoco.
- Comienza el desplazamiento de la Corocora roja hacia los llanos bajos.
- Eclosionan los huevos de la Anaconda o Culebra de agua (Eunectes murinus)
- Comienzan a "bajar las aguas" lo que obliga a muchas especies de humedales a desplazarse en
Corocora. Foto We Sapiens.org - El Martín Pescador pigmeo se desplaza desde Bosque de Galería al exterior en dirección a las boca de algún caño donde la cacería de peces pequeños es más efectiva.
- Es el final de la época de reproducción del Yaguaso Cariblanco.
- Termina la época de reproducción de la Perdiz, y juveniles y adultos están empezando a congregarse en bandadas.
- Comienza la migración de las Corocoras hacia la costa. Su llegada crepuscular y salida matutina del dormidero constituyen todo un espectáculo.
- En esta época los Osos Palmeros u Hormigueros están en período de lactancia y ocasionalmente se puede observar una hembra cruzando la sabana con su cría montada en la espalda.
- Los huevos de la Baba eclosionan hasta diciembre y comienzan a concentrarse en cuerpos de aguas permanentes donde aguantarán el período seco.
Oso Palmero y su cría. Foto rio verde.com |
"Comentando Ramo y Ayarzagüena que entre noviembre y diciembre los chigüires tienen el momento de partos más elevado del año, los gallitos azules desaparecen del llano y los rojos se juntan en bandos sin mostrar la territorialidad de los meses anteriores. Ya no hay cotúas, garzas, chicuacos ni ibises en los garceros y quedan sólo los gabanes huesitos; zamuros y oripopos en plena nidificación, aprovechando los troncos en el suelo al pie de los grandes árboles para efectuar sus puestas, mientras galápagos salen del agua y ponen en los secos bajíos, hasta fines de febrero, abriendo un hueco en la tierra, que humedecen, escarbando con las patas traseras, para depositar 10 o 12 huevos alargados, que cubren con apretado tapón de barro fuertemente apisonado. Luego retornan al humedal, mientras el calor del sol incuba.
Época que novela así Cabrera Malo:
“un inmenso mar de palmeras que el sol de los llanos tiñe de colores suntuosos y cambiantes; a lo lejos lagunas letárgicas, inertes, amortajadas de junto en torno de los cuales los gabanes y los garzones montan su guardia funeral, ríos que se arrastran a pedazos por lechos equívocos o que desaparecen de pronto, tragados de un solo sorbo codicioso por la sabana sitibunda”.
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