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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

6 de febrero de 2011

La Otra Pluma de Germán Fleitas Beroes . Entrada 2/2

 PRIMERA ENTRADA
Continuamos transcribiendo parte del discurso del  Dr. Germán Fleitas Nuñez, basado en la obra de su padre, Germán Fleitas Beroes:

"Están entre sus escritos unos apuntes sobre la historia de la Villa de San Jaime, datos biográficos de Antonio Martínez, aquel soldado realista que en Carabobo salvó la vida del general Páez, al sacarlo del campo de batalla y llevarlo hasta donde estaban los suyos. Hay un trabajo sobre los soldados guariqueños en la batalla de Boyacá, otro sobre la Creación de Apure como entidad Territorial, sobre el “Hato de la Cruz Rubiera” y sobre “Las Ánimas” de Beroes; el cuento echado de cómo el maestro Antonio Lauro y él, compusieron el “Himno de Camaguán”, escritos sobre los Velorios de Cruz, “Hágase la luz”, libretos para programas culturales de Cadafe, un folleto titulado “Leyendas del llano viejo”, y relato sobre su amistad con Camilo José Cela, con quien se veía y se carteaba a raíz de un afortunado poema.

Hay sendos trabajos sobre los Toros coleados y las peleas de gallos en el llano, rematados con los poemas alusivos a dichos temas.

Fue amigo y admirador del poeta Alberto Arvelo Torrealba, a quien calificaba como el más grande poeta barinés, así como Francisco Lazo Martí lo era del Guárico; y a ambos, los dos poetas mayores de la llanura.

Hay escritos suyos en carátulas de discos y declaraciones de prensa que merecen ser conservadas porque contienen los decires de un llanero que no logró ni con la ausencia física, salirse de sus linderos camaguaneros.”

…“Conocí a un poeta camaguanero que no pudo salir jamás de su Camaguán querido, y todo lo que escribió fue sobre la llanura y los llaneros, porque se había llevado al pueblo en el corazón y lo que necesitó en la vida para ser feliz, lo tenía atesorado dentro de sus linderos; claro, entendiendo que por los cuatro vientos, el lindero de Camaguán fue siempre el horizonte.

En una tarde melancólica y nostálgica, a muchos kilómetros de distancia, en El Baúl, escribe un hermoso poema y en el deja escapar esta décima:
Como estarán los esteros
de mi Camaguán querido.
“La Portuguesa” dormido
con su carga de luceros.
Como estarán los llaneros
que me contaban consejas,
que cantaban coplas viejas
para que yo las glosara,
de modo que no faltara
mi nombre en las corralejas.

En su conversación diaria aparecen sus paisanos, especialmente los poetas y músicos. José Cupertino Ríos Viña, Manuel Pérez Acosta, Ruperto Sánchez, Rafael Hurtado, Pedro Pablo Molina, el negro Acevedo Gil, Juan Briceño Zapata, Castor Vásquez de quien decía que por participar en la manifestación del 14 de febrero de 1936, le habían dado un tiro en la mano derecha y él, pintor de vocación se vio en la necesidad de aprender a pintar con la izquierda y sin ser zurdo, pintó más de tres mil cuadros.

Calificaba de héroes a quienes formaron la avanzada que a mediados del siglo XX popularizó a la música llanera; Juan Vicente Torrealba, Ignacio Figueredo, Reynaldo Espinoza Hernández, Fredy Reyna, Ernesto Luis Rodríguez, Mariano Hurtado Rondón, Juanito Navarro, José Romero Bello, Angel Custodio Loyola, Josefina Rodríguez, Pedro Emilio Sánchez, Adilia Castillo, Magdalena Sánchez y el conjunto Camaguán.

Con Juan Vicente Torrealba compone: “San Fernando”, “Mujer Guayanesa”, “Madrugada Llanera”, “Primaveral”, “Secretos de amor”, “Volverás”, “Caprichos de Carmen”, “Muchachita Sabanera”, “Mujer llanera”, “Muchacha de ojazos negros”, “El cigarrón”, “Tu y el mar”, “Noche de luna”, “Tempestad en el palmar”, o “Aquella Noche”.

Con músicas del folklore nacional o de otros grandes arpistas: “Guayabo Negro”, poema escrito sobre la música de un antiguo joropo barinés llamado “El Pasaporte”; “Ni las estrellas que alumbran el mes de abril”, con música de Chucho Moreno Moreán, “Estrofas de amor”, “Juan Solito” con música de Pedro Pablo Molina, “Sueño Llanero”, “La Catira”, “La Llanura”, “Los Garceros”, “Aragüita” “Pata e’ Jaro”, “El Cabrestero”, dedicado a su amigo José María Nieves” “Cuerdas de Oro”, Tristeza Llanera”, “Un Pájaro”, “El Tordito”, “Mis cantares”, y “Mi Pasaje”, cuya primera copla se puede copiar en vallas en la carretera antes de la entrada al estero:

“Sobre el potrillo alazán
Cuantas veces en mi infancia
Me topé con tu fragancia
Estero de Camaguán”.

Pero su gran amigo, su hermano de alma, seis años mayor que él, fue el gran “cuatrista” Juan Briceño Zapata, el hombre que según el “Seis por derecho” de Pedro Emilio, “Briceño tocaba el cuatro con una muñeca rara”. Juan y él, arpa y libreta en mano, compusieron obras que son hoy monumentos de nuestra música llanera: “Canoero del Guanare”, “Resentimiento”, “Una casita bella para ti”, y el célebre “Caminito Verde”.

Une su pluma a la lira del gran maestro Antonio Lauro, y juntos componen el Himno de Camaguán que debe ser cantado en actos como este.

Creo que la obra de Fleitas Beroes debe ser recogida en un solo volumen que incluya sus poemas, las letras que compuso para ser cantadas en joropos y pasajes, y su prosa, esa serie de escritos salidos de su mano, pero escritos con “la otra pluma”.
Germán Fleitas Nuñez

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