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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

2 de diciembre de 2010

Los Guahibos - Viviendas y Costumbres Generales - 3ra Entrada

El libro que hemos venido analizando, "Una Introducción a la Venezuela Prehispánica. Cultura de Naciones de Fernando Arellano, plantea:
Pueblos y casas: Siendo tribus nómadas, los guahibos y chiricoas, dice Rivero, “no tienen mas pueblo ni lugar , ni vivienda ni casa, que donde les coge la noche, allí cuelgan sus chinchorros en los árboles y debajo hacen sus agapillos o candelas, para que el calor del fuego les sirva de ropa y cubierta y así andan siempre de color prieto y ahumados. Todas las sabanas, los montes y las orillas de los ríos son sus pueblos, su ciudad, su despensa y sus bienes patrimoniales; andan de palmar en palmar, en tropas en busca de las frutas de las palmeras; no tienen mas bestias de carga para llevar sus menesteres, que sus hombros y espaldas, y así andan continuamente cargados con sus ajuares, de una parte a otra, para servirse de ellos en sus paradas y estaciones, en especial las mujeres, que son las que cargan lo mas pesado, y cuando salen de un sitio para otro, van fatigadas con la carga como si fueran mulas; ellas cargan los niños y niñas; apenas saben caminar cuando, como si fueran perdigones o codornices recién salidos del cascarón, siguen sin cansarse a sus padres y parientes…. Sufriendo los rigores del sol y las inclemencias del tiempo, como los mas robustos”. En la estación invernal formaban “unos pequeños tugurios, de las mismas hojas de palma, para resguardarse de la lluvia."

A pesar de su estilo errático, Gumilla comenta:  mientras unos pescan y otros andan en busca de venados, otros se aplican a derribar palmas y a formar en sus troncos concavidades. Pasan a otro río y hacen la misma diligencia, y así van andando de arroyo en arroyo hasta que dan ya por fermentado el caldo que ha dimanado de las primeras palmas; vuelven, visitando por su turno las palmas preparadas, hallan aquellas concavidades llenas de licor claro, agridulce y tan fuerte que con poca cantidad pierden el juicio; bailan, cantan y hacen mil travesuras”

Escribe Rivero que “andan desnudos todos y motilados los cabellos, de manera que no precian de criar cabelleras como las otras naciones de estos sitios; son muy raras las mujeres que andan con alguna decencia, especialmente las chiricoas, andan con esterillas, las cuales tejen ellas mismas de los hilos que sacan del cogollo de las palmas que llaman quitebe y son a manera de pita. El untarse el cuerpo con algún colorante, que servia de ornato y de protección contra los ardores del sol, era práctica usada por todas las tribus de los llanos y del Orinoco.”(GILIJ)

A pesar que no se establecen en ninguna parte, “tiene sin embargo países en que andar vagando; saben por antigua costumbre los límites y no hay peligro alguno de que los traspasen". El Padre Gumilla dice que caminaban en fila primero marchan los mocetones fuertes, armados de arco, flechas y lanza; la paja que brotan aquellos llanos, de ordinario excede la estatura de un hombre y si el delantero tiene la fatiga de ir abriendo y apartando la paja a uno y otro lado y pisar al pié de ella para abrir el sendero.” Esta operación los hiere por lo que se van turnando. Después marchan los casados con sus armas y algunos chiquillos tiernos al hombro. Síguense los ancianos que pueden andar con sus pies y las mujeres débiles y ancianos; luego siguen las casadas cargadas con canastos muy grandes y en platos, ollas y otros menesteres de cocina; de ordinario, sobre el canasto va un chiquillo sentado y otro va prendido del pecho de la madre. En la retaguardia van los indios de mas fuerza., cargando cada uno un recio canasto y en él, un inválido, sea hombre , mujer, viejo o mozo; allí va un hospital portátil en aquellos canastos; ciérrase la fila con gente de guerra y con los que se van retirando por cansancio".

Nacimiento y Muerte
Ni los partos, ni las defunciones eran capaces de frenar la marcha de las bandas. Si alguna mujer le daban los dolores de parto, se “aparta un paso del camino, pare, envuelve de nievo a la criatura y corre aprisa para proseguir marchado con todos; llega al primer río que se ofrece, allí lava la criatura, se lava a sí misma y ya está libre del parto y convalecida también. (Gumilla)

A diferencia de los ritos funerarios mas o menos complicados de otras tribus, los guahibos y chiricoas enterraban sin la menor formalidad a los que sucumbían en el camino.(Gumilla)

Piaches
Usaban el polvo de Yopa para embriagarse; sus piaches se servían de él para sus adivinanzas y supersticiones.

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