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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

10 de junio de 2012

Grupos Indígenas Apureños: Los Guamos

Los estudiosos del tema, especialmente  Kirchoff, mencionado por Acosta Saignes en sus Estudios de Etnología Antigua de Venezuela”, sugieren que ésta etnia puede identificarse con los Guaiqueríes orientales, que también habitaron algunas regiones llaneras.

Los guamos fueron moradores de las márgenes de los ríos apureños y sus islas, pero se extendieron por gran parte del país.

Las fuentes de investigación determinan que  fueron pescadores  que convivían con otros grupos indígenas  agricultores. Compartían territorio con los caribes del oriente y el Orinoco,  caquetíos  en occidente, otomacos en el Apure, guaraúnos en el Delta. “Tambien  se aliaron con los españoles, pues a mediados del siglo XVII, los caribes aseguraban que los atacaban por considerarlos enemigos, a causa de su alianza con los conquistadores”

Los cronistas de la época los describen como hombres de gran estatura y color muy oscuro. “Según Humboldt, el color de la piel de estos indígenas era “entre moreno, rojo y cobrizo”.

A decir de Argenis  Méndez Echenique en su Historia de Apure, no se ha podido reconstruir la cultura total de los guamos, lo cual puede deberse a su amplia transculturación dada su presencia en varios estados del país, donde adoptaban costumbres de otras etnias o culturas. Etnográficamente se dice que los guaiqueríes pertenecientes a los estados llaneros,  eran antecesores de los Arawuacos.              

A pesar de que mayoritariamente vivían de la pesca, cazaban esporádicamente y tenían algunos cultivos. Al igual que los otomacos, eran muy diestros en la caza del caimán y del manatí. El P. Vega describe la maniobra que hacían los guamos del P. Bernador Rotella para capturarlos: 

“Cercaban con una gran estacada la boca de algún caño, para lo cual era menester elevar grandes palos en el lecho del río. En esta maniobra eran muy diestros y aguantaban “el resuello muchísimo rato debajo del agua” (Vega en Documentos Jesuíticos). El compañero de Gumilla añade: “Es de advertir que la carne del Manatí es muy saludable y no enferma….; y la tortuga es mejor que el carnero, y una y otra vianda de mucho gusto y sustento, porque la del manatí fresco no se diferencia del puerco muy gordo, y con otra propiedad, que por mucho que se coma no haze daño ni fastidia”(Vega). La misma habilidad tenían los guamos y otomacos para la caza del caimán. Los huevos del terrible reptil eran un regalo para ellos. A veces  encontraban nidadas de unos 40 huevos “tremendos, gruesos y largos, con ambas extremidades redondas, y aunque al tiempo de comer encuentran ya empollados los caimancitos, no se afligen, porque todo lo comen brutalmente”, “por grandes que sean (los caimanes),no les valen sus armas contra la industria y temeridad de los indios otomacos y guamos, que usan de sus carnes como regalo, especialmente en invierno y creciente del rio, cuando es poco útil otra pesca."

En la captura del caimán intervienen dos hombres con una larga soga de cuero de manatí. Uno saltaba sobre el animal  desprevenido y se hundía con él en el agua mientras iba enlazando a sus mandíbulas y pescuezo. “El indio sale fuera tan fresco como el mejor buzo de una armada real, y él y su compañero tiran para afuera el caimán que,  aunque hace con la cola sus extremos, no puede evadir la muerte. Dánle un fiero garrotazo sobre los ojos, del cual  queda enteramente aturdido; y antes de dar otro golpe, vivo como está, le cortan y sacan la tabla de conchas del pecho, donde reside, como en su centro, el fiero almizcle que gastan estos animales. De no hacerlo así, toda la carne quedaba apestada. Su carne es “tan blanca como la nieve; es tierna y de buen gusto” La abundante grasa y manteca del animal les servía para amasar sus panes de tierra arcillosa.

Los colmillos del caimán
Antiguamente los guamos arrojaban al río las cabezas del los caimanes que enlazaban. “Pero de pocos años a esta parte, escribe Gumilla, es su mayor ganancia, porque venden los colmillos a muy buen precio y se buscan con ansia para enviarlos a personas de estimación, que los reciben y agradecen como un apreciable y rico regalo, a causa de haberse descubierto en la provincia de Caracas ser dichos colmillos un gran contraveneno. Por  lo cual y por lo que han experimentado, ya el que no carga un colmillo de caimán engastado en oro o plata y apretado a una cadenilla en uno de los brazos, se pone en los dedos una o dos sortijas hechas de los mismos colmillos contra las hierbas venenosas, que los esclavos negros suelen usan unos contra otros y no pocas veces contra sus amos

Agricultura
A pesar de su poca afición por la agricultura, la aprendieron de los otomacos. Al bajar el nivel de las lagunas después de las grandes lluvias, quedaba en el contorno de las mismas una tierra abonada y extremadamente fértil, en la que los guamos, otomacos, paos y saruros ( yaruros?) sembraban una “singular especie de maíz, que no se ha extendido y  no  visto en otras naciones; llámenle  en su lenguaje maíz de dos meses

Pueblos y casas
Al parecer, los guamos eran nómadas o seminómadas, como los demás pueblos pescadores y solo se asentaban en un sitio temporalmente dependiendo de la abundancia o escasez de la pesca,  Sin embargo, algunas fuentes indican que tenían pueblos  o aldeas, aunque pobres.

Vestido y ornato
Aunque la desnudez era general en aquellas regiones, casi todos se cubrían lo más indispensable con el guayuco. “Pero esta gente guama no se cubre, ni bien, ni mal; toda su gala y ropa se reduce a un ceñidor ancho, y de algodón tan sutilmente hilado, que los buscan y compran españoles para corbatas muy finas. Es lástima ver cuan en vano hilan y tejen aquellas mujeres, pues pudiendo cubrir con alguna decencia con tan bellas y ricas bandas su total desnudez, y ningún recato, solo les sirve de apretarse neciamente en la cintura” ( Gumilla).  Gumilla se sorprendió de la anatomía que hacían de sus orejas, “porque no solo desprenden y separan la carnosidad  inferior de la ternilla…. Sino que prosiguen sutilmente cortando y separando la corta carnosidad que hay en todo el circuito de las orejas, dejando prendida aquella carne en la parte superior y de la inferior”. Lo curiosos es que utilizaban aquel circulo de carne como si fuera una faltriquera o pequeña alforja  en la que  guardaban trozos de tabaco de hoja y otras bagatelas.

Transporte
Como  pueblo pescador, los guamos se movían con destreza en sus pequeñas embarcaciones. “Los guamos hacen sus barcas de un modo distinto que los otros, La parte excavada es de figura cuadrada, y el exterior, aunque tosco y deforme, es bastante grande, y plano por debajo. Parece un ataúd y son objeto de risa de otros indios. Son  pesadas y difíciles de mover, pero adecuadísimas para la pesca del manatí y del cocodrilo. Los guamos que usan remos más largos y más grandes y son forzudos por encima de todas las naciones, las mueven ligeramente y sin especial fatiga”. Las barcas del Orinoco se llaman curiaras. “Siempre y a gran distancia, por el ruido de los remos, se oye venir una curiara. Los guamos son los únicos que viajan a boga sorda. Meten un remo en el agua y con esfuerzo increíble empujan sus barcas cuadradas. No puede gobernarse esta boga sino de poquísimos. Pero cuando corre prisa huir, a todos les sale bien

Fuentes Consultadas:  Argenis  Méndez Echenique- Historia de Apure; Fernando Arellano- Una Introducciín a la Venezuela Pre-Hispánica: Cultura de Naciones 

La teoría de que los guamos eran los mismos guaiqueríes, según lo planteado  por Fernando Arellano en su libro Una Introducción a la Venezuela Prehispánica: Culturas de Las Naciones, pierde peso por otros documentos antiguos donde se evidencia una diferenciación entre ambos grupos:  “En un documento de 1725 se nombran los guamos guáricos del pueblo de Buria, los guamos guamonteyes de San Antonio de Turén, los guamos cherrechenes de San Francisco  del rio Tirgua y los guaiqueríes. En dicha relación se dice; “otras naciones hemos sacado y poblado, pero se han huído , como taparitas , amaybas y un pueblo de guaiqueries de 600 almas.(Relación de fray Marcelino de San Vicente).


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