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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

19 de septiembre de 2013

La Batalla de Calabozo

Hace unos dÍas publicamos una reseña sobre Calabozo y consideramos necesario complementar esa información con la Batalla de Calabozo.

Nos basaremos en una Ponencia presentada por Reinaldo Peña Chacin en el Encuentro de Historiadores, Cronistas e Investigadores del Municipio Sebastián Francisco de Miranda Calabozo, 1 y 2 de octubre del 2011 y publicada en el Blog San Juan de Los Morros:

CALABOZO: SÍMBOLO DE LA INDEPENDENCIA

" La Batalla de Calabozo enmarcada en la Campaña del Centro, desarrollada en 1818 por el general en jefe Simón Bolívar, con el objeto de apoderarse de la Provincia de Caracas como paso previo para la liberación de Venezuela. Es la expresión clara de lo que se llama sorpresa estratégica. (Bencomo B. Héctor pág. 226). 

A las seis de la mañana del 12 de febrero, el Ejército Libertador marchó hacia Calabozo en el dispositivo siguiente: la vanguardia, constituida por la Guardia de Honor del General Páez y algunos cuerpos de Húsares, también de la división de Apure; en el centro la infantería en dos columnas; en la derecha, el grueso de la caballería de Páez; en la izquierda, la caballería del general de división Manuel Sedeño, y en la retaguardia, la del general de brigada José Tadeo Monagas. Todas las columnas, a una misma altura y con intervalos apropiados, siguieron hasta dar frente a Calabozo, a las ocho de la mañana.

La 1era división realista se hallaba repartida en varias localidades y sólo a la vista del ejército patriota salió a desplegarse en orden de batalla. El regimiento de caballería Húsares de Fernando VII y una compañía de cazadores del batallón de Navarra ocupaban la Misión de Abajo, distante media legua (2.100mts) de Calabozo; el batallón de Castilla estaba en la Misión de Arriba, también a dos mil cien metros de Calabozo; y el batallón de la Unión y el resto de Navarra se hallaba en Calabozo. Después de reconocidas las posiciones realistas, Bolívar ordenó que toda la infantería se desplegara en batalla en un terreno llano, el más elevado de la sabana. La caballería de Páez, con su derecha apoyada en un tupido chaparral, daba seguridad a la infantería por ese flanco, en tanto, que las dos brigadas de caballería de la división Sedeño protegían en ala izquierda. 

La caballería del general Monagas formaba la reserva. Una vez que el ejército hubo tomado este dispositivo, los realistas lanzaron contra el mismo las fuerzas de la Misión de Abajo, es decir, los Húsares de Fernando VII y la compañía de cazadores del Navarra, con los cuales intentó un desbordamiento del ala izquierda patriota, operación que fue neutralizada por el ataque de la caballería del coronel Jacinto Lara, el cual terminó envolviendo toda la derecha enemiga, al tiempo que uno de los batallones Barcelona, (probablemente el 1ero) atacaba el centro de la línea contraria y la rompía, y desordenaba. 

Esta feliz actuación facilitó la penetración que llevaron a cabo las caballerías de Sedeño y Monagas, seguida de la explotación, con la cual causaron gran destrozo dentro de las filas contrarias. Una parte de la infantería trató de hacerse fuerte cuando se desplegó en las inmediaciones de un chaparral; pero el intento resultó inútil porque el batallón Barcelona y una unidas de caballería de Páez, completaron la destrucción de dicha fuerza. 

Morillo empleó entonces tres compañías del Navarra en auxilio de sus maltrechos combatientes; pero estas unidades fueron cargadas y desorganizadas por la caballería de Páez, con lo cual se decidió la victoria por los republicanos. 

Los restos del ejército realista se refugiaron en Calabozo, ciudad que contaba con ciertas obras de fortificación que permitían una relativa protección. Bolívar puso sitio a esta plaza, vista la dificultad para tomarla por asalto y completar así la destrucción de las fuerzas de Morillo. Al frente de la misma quedó una unidad de caballería, mandada por el teniente coronel Guillermo Iribarren. El resto del ejército fue trasladado a la localidad del Rastro, a doce kilómetros de Calabozo, (Bencomo B. Héctor pág. 226 y 228) 

El ataque de los patriotas presenta características sobresalientes: vigor y decisión en su ejecución, idea de maniobra clara y sencilla, empleo eficaz de la caballería, y de la infantería, empleo de la acción de masa, y explotación apropiada, aun cuando limitada por la entrada de los realistas en Calabozo. . (Bencomo B. Héctor pág. 228 y 229). 

Todo lo anterior nos permite afirmar que Calabozo constituye una comodidad de valores geográficos, económicos, históricos y morales, donde nuestros hijos deben verla y amarla con el grato legado de nuestros padres Libertadores, y que va allá de lo que se nos ha proporcionado en el tiempo. He allí el reto de conocer nuestra historia local. 

Referencia Bibliográfica Lecciones de Cátedra Bolivariana. Bencomo Barrios, Héctor Grijalbo. Caracas. 1994.

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