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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

22 de octubre de 2013

Más sobre Adelis Soto Valera- Alirio R Acosta

ADELIS SOTO VALERA

Alirio Ramón Acosta
Cronista del Municipio Esteller, Portuguesa

Imagen: pirituonline.blogspot
En la finca Mata de Caña ubicada en los llanos de la Aparición de Ospino vino al mundo Adelis Soto Valera el 30 de enero de 1938, hijo de Francisco Soto Palacios y Lucrecia Valera, dueños de la finca. Llega a Píritu antes de cumplir dos años para no apartarse jamás de la capital de la alegría. 

Desde muy temprana edad sintió vocación por la copla y los versos, se hacía notar escribiendo versos humorísticos a sus compañeros escolares. La mejor afición la encontró en la glosa y la décima las cuales convirtió en pasajes y corridos. Nunca se imaginó que muchas de esas composiciones se convertirían mas tarde en canciones interpretadas por famosos cantantes de trayectoria nacional, entre ellos Ángel Custodio Loyola, Luis Lozada "El Cubiro", José "Catire" Carpio, Cheo Hernández Prisco, Rogelio Ortiz, El Carrao de Palmarito, Simón Díaz entre otros. 

En su trayectoria compuso más de trescientas canciones, en su mayoría grabadas, y numerosas de ellas han traspasado las fronteras de nuestro país. Recibió innumerables reconocimientos entre placas, trofeos y diplomas por su labor cultural trazada a través de sus versos; de igual forma le otorgaron los más significativos galardones del folklor nacional destacando El Florentino de Oro, El Silbón, María Lionza, La Garza de Oro. Condecorado por la gobernación del estado Portuguesa y los municipios Esteller y Sucre. En 1976 apadrinó a los bachilleres del liceo Dr. Pablo Herrera Campíns y en diversas oportunidades a alumnos de pre-escolar y egresados de educación básica. Entre sus canciones más famosas encontramos a Llanto de Amor, El Caballo Amarillo, El Potro Bayo, Me lo contó Pedro, Un coleador apretao, Se murió Pedro Viso,  entre tantas. 

 Según contó Adelis, sus composiciones expresaban las particularidades vividas en el llano venezolano, entrelazando muchas veces su rica glosa con la belleza de la mujer. En la región se conoció por "poeta" y en su querido Píritu "El poeta de mi pueblo". Generalmente se conseguía caminando por las principales calles de la ciudad o compartiendo con amigos y diferentes personalidades debajo de los más frondosos arboles de la plaza Bolívar. En ocasiones saludaba a sus amigos con un relancino verso, típico de sus dotes de poeta. Hablar con él era aprender del municipio, su mente recopiló cantidades de anécdotas que aún sirven para complementar el origen de los principales barrios de la ciudad y conocer sobre la existencia de tantos personajes que hicieron vida en Píritu.

El "poeta Adelis Soto" ganó el cariño y el aprecio de un pueblo que lo tuvo como hijo ilustre y muy merecido es que lo declararon Patrimonio Cultural de Portuguesa. Por problemas respiratorios que venía padeciendo en sus últimos días de vida, fallece la madrugada del día 31 de octubre de 2011. 

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 Cuenta el Cronista  Acosta en otra entrada publicada en su blog Píritu, Portuguesa, Crónicas:

 Entre tantas recopilaciones encontramos un relato referido al poeta, publicados en la revista “Estampas Venezolanas”, para esa edición (1993) dedicada al estado Portuguesa, donde el director José Moreno Sánchez lo narró de la siguiente forma: “…No ha existido un llanero que se llevara a su última morada un agravio dirigido a su tierra, sin que lo exteriorizara mediante un poema. Don Adelis Soto Valera, es un compositor y declamador llanero, nacido y criado en esta tierra de morichales el primer portugueseño en grabar un disco y el primero en recibir los embates del negocio disquero; y el poema “Así es Portuguesa” lo escribe en Caracas, la noche de un angustioso día, donde para grabar le querían imponer un cantante de otro lugar, porque los de Portuguesa no se conocían”.

“Las manifestaciones poéticas de don Adelis no se habían hecho esperar y siendo un mozalbete se constituyó en un trovador que con la gracia y fluidez de su verbo era el abanderado de los actos culturales de la escuela; la metáfora saltaba instintivamente de su boca cuando veía a una joven y los domingos durante la retreta en la cercada plaza Bolívar piriteña, lo encerraban en un círculo humano para que relatara poética y humorísticamente los acontecimientos más jocosos que se hubiesen suscitado en el pueblo. Su primer acróstico se lo dedicó a la joven María Miguelina, quien desde hace muchos años es su amada esposa”.

“Don Adelis como buen llanero vivía del producto de su cultivo, pero el deseo de superación y de llegar a ser un digno representante de su pueblo, se mantuvieron todo el tiempo latente en su mente. Por esa razón se formó el conjunto “Cantaclaro”, donde él era el compositor; Rigoberto  Ramírez le ponía música y tocaba el arpa; y Cheo Hernández Prisco, era quien interpretaba las melodías. El cuatrista y maraquero eran buscados cuando lo requerían. Un buen día decidieron irse a Caracas para grabar un “disco 45” que fue el que dio origen de su decepción y lo inspiró al poema “Así es Portuguesa”. El trio llanero con el cuatrista y maraquero que habían conseguido en la disquera, lograron imprimir en el acetato lo que sería el inicio de su carrera artística; allí quedaba impresa la música y letra de un pasaje titulado “Llanto de amor” y en la otra cara el joropo que había compuesto la noche anterior”.

“En esa oportunidad se reprodujeron 5.000 ejemplares y ellos mismos se encargaron de su comercialización. En Barinas y Portuguesa había sido un éxito, las emisoras lo promocionaban y no existía una “rockola” que no lo tuviera. Salieron en búsqueda de nuevos mercados musicales y Guárico correspondió, continuando hacia San Fernando de Apure, donde no vendieron sino que los dejaron a consignación. A los días regresaron y el ánimo se les fue al suelo, cuando en la disco-tienda se los devolvieron porque no habían vendido ni “UNO”.  ¡Hay que domar a San Fernando!, dijo don Adelis y de inmediato una idea embargó su pensamiento comercial. Recorrieron bares, centros recreativos, centros nocturnos; en fin, todo lugar abierto al público, donde se escuchara música y regalaban el disco. Regresaron a su centro de operaciones en Píritu, y en el transcurso de esa semana le hacían un buen pedido de la disco-tienda. Habían logrado penetrar a un fuerte mercado dominado por compositores y cantantes de Apure y Guárico”.

“Sus éxitos continuaban y en una oportunidad conoció en Caracas a Jesús Gravo a quien apodaban “Juan Gallino”, era de Guasdalito (Edo. Apure); compositor, cantante y llegó a ser “careador” de los contrapunteadores. Se hicieron amigos y don Adelis le manifestó que si conseguía un trabajo se quedaba en Caracas. Como “Juan Gallino” formaba parte del equipo de don Simón Díaz y sabía que necesitaban un chofer se llevó a don Adelis y de inmediato se constituyó en el chofer de don Simón Díaz. Demostró sus cualidades y a los pocos días dejaba el volante para formar parte del elenco de tan renombrado, famoso, querido y respetado artista de talla nacional e internacional. Su actuación empezó en Radio Rumbos en el programa “Rumbos, Coplas y Canciones”, fue él quien grabó las primeras coplas y preparaba los galerones inspirados en las muchas correspondencias de necesidades y quejas que recibían; el primer galerón se lo dedicó a Calabozo. Posteriormente ingresó a la Televisora Nacional, con el mismo don Simón en el programa “Mi llanero favorito”. Fueron cinco años que don Adelis se mantuvo en diferentes escenarios de otros estados, hasta que un buen día se regresó a su llano que lo esperaba para continuar haciendo la vida de lo que es: “Un llanero de pura cepa”…

 Es difícil cuantificar el número de poesías que escribió el poeta Adelis Soto Valera. Desde que inicia su recorrido por las composiciones poéticas, por supuesto siendo muy joven, peregrinó al paso del tiempo dejando en cada travesía la estela que lo encumbraría hasta la fama que nunca imaginó alcanzar.
    
 Cuando sus poesías se oían en forma de canciones, vocalizadas por afamados intérpretes del canto venezolano, es donde se da cuenta que lo abrazaba indefinidamente la memoria de los mortales, ya que cada pieza musical de su contenido poético incrementaba su prestigio, ahí es donde concibe su verdadero sentimiento de compositor dándole crédito a la poesía en general.
     
Tal sentimiento lo refleja el 19 de diciembre de 2006, siendo orador de orden en la sesión especial del Concejo Municipal en el día de Piritu. Adelis, emulando a uno de los más grandes poetas venezolanos: Andrés Eloy Blanco, recoge de la famosa “La poesía es el pan del alma” el siguiente párrafo: “Los poetas transitamos ese instante pasajero que es la vida. Pero la poesía queda esparcida por esos caminos, por esas sabanas, por esos pueblos, para regocijo y abono del espíritu humano y como un alimento del alma”. Así sentía modestamente su amor por este arte y es por eso que sus memorias quedan esparcidas en incontables poesías que, hoy día, pueden considerarse joyas del ingenio poético venezolano.


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