La Estancia IX, con apenas tres estrofas, sigue describiendo el paisaje llanero de invierno, pero presenta un alto contenido de contemplación y sentimientos de tristeza.
¡A meditar no acude cual solía
dulce melancolía
en la tumba del sol! Es la tristeza
la que doliente se arrodilla y reza
cuando, para dormir, desmaya el día.
Ya las noches no son como eran ellas
propicias al amor. El cielo oscuro
a las almas no atrae. ¡Grietado muro,
por él se asoman pávidas estrellas!
Ya no brilla inclinada hacia el Oriente
la hermosa Cruz del Sur. Barre las hojas
la ráfaga bravía,
y siguiendo la negra lejanía,
serpean ligeras llamaradas rojas.
Sigue el paisaje de invierno…. La tristeza desgarradora sigue presente en el corazón del poeta que realiza comparaciones; ya no encuentra en el paisaje del ocaso la inspiración que otrora le infundiera la noche y la hermosa Cruz del Sur, ya para el momento desaparecida del firmamento llanero. Un paisaje oscuro, triste, frio y desolado es el que campea en su alma.
Es de resaltar, en la gran capacidad observadora del llano del poeta, la mención de la Cruz del Sur:
Dice Carlos César Rodriguez en el Prólogo de la Silva Criolla de Francisco Lazo Martí:
" el mensaje nocturno lo anticipaba la Cruz del Sur. Oculta durante seis meses, la Cruz se asoma horizontal en los últimos días de febrero y está vertical para los primeros de mayo"..." poco a poco va inclinándose hacia el Oeste hasta que se oculta. ¿Volverá? Sí, porque ella es como promesa celeste al hogar virtuoso, recuerda Arístides Rojas. Noches jubilosas de Velorios de Cruz de Mayo" . En el Llano, al iniciarse el invierno, aparece nítidamente la Cruz en el cielo. Esta constelación, delimitada por cuatro estrellas brillantes, forma una cruz perfecta, cuya aparición coincide con el inicio del Mes de Mayo."
Nos cuenta a su vez el poeta Arvelo Torrealba:
"En miles y miles de estrellas solo veinte ostentan la máxima categoría del fulgor. Entre los grupos estelares del privilegio, el Can Mayor se conforma con Sirio, el Navío con Canopo, El Toro con Aldebarán, La Virgen con La Espiga, con Antares el Escorpión. Y así las otras. Doble decoro en diamantes de primario destello tan sólo es patrimonio de Orión, del Centauro y de la Cruz del Sur. Pero esta última parece superarlas a todas en belleza, no sólo por su alfa y su beta preclaras, no sólo por la fiel semejanza con el signo que le da nombre, sino por ser, entre todas, la de órbita más vecina al Polo Sur Celeste. Por tal razón, aún en los días de abril y mayo, que es cuando aparece menos distante del cenit, vemos a la Cruz del Sur cerca del horizonte, lo cual aumenta por refracción el centelleo y el diámetro aparente de sus estrellas. De junio en adelante la inclinación de éstas vira hacia el Ocaso, con decreciente paralelaje de altura, y para el mes de agosto ya los cielos de Venezuela no cuentan con su luz."
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