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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

26 de abril de 2010

Las Vaquerías (2)

Imagen tomada de Por Los Llanos de Apure-Calzadilla Valdés
El Lazo:
Santos abrió el lazo, buscando el claro de la punta de mata que indicara Pajarote.
Inmediatamente comenzó a desembocar por allí el tropel de la hacienda. A los gritos de los vaqueros, rumbeó hacia arriba, buscando el vado de un caño que cortaba la sabana: pero del tumulto de las reses se desprendió, ofreciendo pelea, un toro grande y bien armado.”
…….”El animal se detuvo un instante, correteó luego, de aquí para allá, con el cuello engrillado y la mirada zigzagueante sobre los hombres que lo acosaban por distintos puntos, y al cabo se disparó a lo largo de la orilla del monte que venía costeando Luzardo.
-Ábrale el lazo ligero, que ya lo tiene encima - gritó Pajarote
A tiempo que Carmelito y Antonio, viéndole en peligro entre la mata y el toro, le aconsejaban mientras corrían en su auxilio:
-Despéguese de la costa del monte, que el bicho lo va acosando.
-Sáquele el caballo de una vez”.
…….”Con una rápida maniobra de jinete experimentado hurtó el encontronazo, cortándole el terreno al toro, y lanzó la soga por encima del anca del caballo. El orejano se la llevó en los cuernos y Pajarote exclamó entusiasmado:
-¡Y de media cabeza, por si hay exigentes por aquí!
Enseguida, Santos paró en seco el caballo para que templara; pero se trataba de un toro de gran poder, que necesitaba más de una soga para ser derribado, y cuando ésta se tensó, vibrante, al formidable envión del orejano, la bestia, brutalmente tirada por la cola, se sentó sobre los corvejones, lanzando un gemido estrangulador, y ya el toro se volvía contra ella, cuando Antonio, Carmelito y Pajarote lanzaron sus lazos, a un mismo tiempo, y un triple grito al verlos caer sobre los cuernos.
-¡Lo vestimos!
Templaron los caballos, vibraron las sogas y el orejano se aspeó sobre la tierra, levantando una polvareda.” Doña Bárbara – El Rodeo

Cuando el llanero lanza la soga, el otro extremo de la misma está atado a la cola del caballo, única forma de detener al toro. Por supuesto, al tensarse la cuerda, el caballo debe sentir un gran dolor. Cuenta el abuelo que a veces, se les desprende la cola y otras, el toro lo cornea. Tambien nos cuenta que es muy favorable enlazar al toro entre "cacho y quijada", lo cual permite detenerlo mas fácil.  El tema Viejo soguero, refleja esta faena llanera.

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