Foto: Aves exóticas |
Como la mayoría de las leyendas indígenas, la leyenda del Aruco es muy hermosa y a continuación se transcribe tal y como está reseñada en la web audubonvenezuela.org.
" Posiblemente de origen indígena llanero, para los cuales “Añuma (voz de la cual se deriva Anhima, componente genérico del nombre científico del Aruco) «era el hijo del dios de los Yerales. El único que tenía permiso para recorrer todas las selvas y los ríos, por ser el guardián de las aguas y amo y señor de las especies» . Un día llegaron los europeos buscando oro y haciendo desmanes como locos para conseguirlo, siendo Añuma quien se les enfrentó. Cuenta la leyenda —y un ave tan espectacular como el Aruco no podía dejar de tenerla— que «Añuma tomó en cada mano un cuerno, se colocó otro en la frente, abrió sus brazos y lanzó un grito que estremeció a los extraños y luchó hasta quedar casi muerto. Sangrando y tendido en la tierra, logró arrastrarse hasta el estero y amparado por las ramas de un semeruco se sumergió en el agua»
Algún tiempo después los indios, que huyendo de los vandálicos intrusos se habían escondido en una selva inhóspita donde desfallecían sin poder encontrar cómo salir de allí, «escucharon un fuerte canto que les llenó el alma de esperanza y les devolvió la fuerza a sus cuerpos». Siguiendo el sonido llegaron de pronto a un claro que bordeaba el estero, viendo en su orilla una enorme ave de más de un metro de longitud, con un plumaje negro verdoso iridiscente en las partes superiores y blanco en las inferiores, de patas robustas y dedos largos… En su frente un cuerno y dos grandes espolones que les vieron en sus alas cuando las batió y cantó en señal de victoria por haberlos rescatado del espíritu del bosque»
Los indígenas consideraron que su benefactor necesitaba una pareja y le pidieron escoger una doncella, decidiéndose Anhima por una princesa guahiba de nombre Arauca, ante quien «bailó y entonó el más bello canto en señal de cortejo. Extendió sus enormes alas y la invitó a seguirlo hasta el estero. Una vez allí, Arauca tomó la punta del ala de Añuma y se sumergieron en el espejo de agua para luego emerger en un destello de luz en dos grandes aves que se perdieron cantando en el horizonte llanero. Al gran río lo llamaron Arauca en homenaje a la princesa guahiba. A Añuma, lo llamaron Aruco, que en todas las lenguas quiere decir Guardián de las Aguas y defensor de los hombres. Desde ese día, todos los esteros del llano tienen una pareja de Arucos que los protege del maligno invasor»
En razón de este leyenda, en algunos lugares no se considera ésta ave como agorera, sino como benefactora".
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