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....Y vió que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pié y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevas" Don Rómulo Gallegos

1 de noviembre de 2011

Trina Omaira, La Domadora del Apure

Trina Omaira, La Domadora del Apure, es el nombre de uno de los artículos contenidos en el libro Apure en Cuerpo y Alma, del cual hemos tomado algunos fragmentos:

Han pasado 76 años desde que Trina Omaira Salerno, siendo una niña de apenas 10 años, cruzó a nado el Apure. Aquella hazaña quedó marcada como uno de los grandes acontecimientos del siglo XX de San Fernando de Apure.

Ella cuenta:
Todo comenzó por una apuesta que hizo José Salerno Melo (Pipo), padre de Trina Omaira:
“Por aquellos días de septiembre de 1932 un colombiano llamado Durán había cruzado el río Apure, el hombre se le acercó a Don Pipo, quien estaba jugando dominó con unos amigos, lo agarró del brazo y le dijo: 
-Señor ¿Cuánto me da usted?, acabo de cruzar el rio y me falta un brazo.
-¿Cuánto te voy a dar? Yo tengo una niñita de 10 años y lo atraviesa también, -le respondió don Pipo Salerno
Eso está por verse, replicó el colombiano.
-Bueno, el domingo lo vas a ver

Don José Salerno se dirigió a su casa y le preguntó a su hija si era capaz de cruzar el río. Ella asintió, y quedaron que se haría el siguiente domingo. Aunque el padre le pidió que guardara el secreto, la niña lo divulgó en el colegio, y sus amigas, profesores, padres de la comunidada e incluso el gobernador del Estado fueron a presenciar expectantes  atrevida experiencia. El punto de partida se ubicó varios metros mas arriba del punto donde debía salir, ya que era invierno y el río estaba corrientoso.

El 24 de septiembre de 1932, en horas de la mañana, Trina Amara estaba lista para acudir a la cita:

Remontamos y me tiré. Mi papá iba viéndome en la punta de la canoa. Cuando nadaba, yo no pensaba en nada, sino en que ya iba llegar. Salí cerca, mas allá del aeropuerto, por donde estaba el acueducto. Cuando llegué a la otra orilla mi papá me preguntó si estaba cansada: 
-¿Quieres regresar para que lo atravieses dos veces?
- Bueno, si tu quieres,
Pero todos gritaron que no. Me sacaron en hombros y me llevaron por San Fernando entre vítores y aplausos"

Don julio César Sáchez Olivo, publicó en 1978 un librito titulado Trina Omaira, la Domadora del Apure, en que relata al hazaña y la relevancia que tuvo en la prensa nacional.

Sánchez Olivo comenta que  la travesía era peligrosísima hasta para veteranos nadadores:
El rio Apure medía frente a la ciudad, en línea recta perpendicular, más o menos un kilómetro y ésta distancia se doblaba porque la fuerza de la corriente sesgaba mucho la trayectoria del nadador, y aún cuando ya había comenzado la caza de caimanes, muchísimos millares de ellos y enormes quedaban todavía. Ahora se trataba de una tierna niñita y si bien su padre venía en una canoa a su lado, no podía salvarla de la ferocidad de uno de estos animales que la atacara por debajo del agua.

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