Tiempos que se van no vuelven
y si vuelven no los quiero
porque los tiempos de ahora
no son como los primeros
Todo el pueblo estaba muy pendiente de las misas de aguinaldo, que se efectuaban desde mediados de diciembre hasta el dia de navidad. A partir de las 4:00 am, la campana de la Iglesia de San Jerónimo de Guayabal, repicaba cada media hora, para que la gente se congregara. eran misas muy bonitas y muy bien cantadas. Las muchachas estaban pendientes de tener un bonito vestido para cada misa.
Al terminarse la misa, la gente de dirigía a las haciendas cercanas a pasear y comer melcocha, batido y "orejitas".
Dias antes de las misas, las muchachas de "sociedad" se vestian de pastorcitas, con un vestido largo, delantal blanco y una gorrita. Completaban el atuendo con una cesta en el brazo, se dirigian a las galleras donde estaban los hombres adinerados, a pedirles contribución para las misas de aguinaldo. Siempre colaboraban con generosidad, quizas por la euforia de los gallos o quizas por la belleza de aquellas jovencitas a quienes era dificil negarles el apoyo.
Eran dias de emoción para el pueblo y especialmente para las muchachas que esperaban la llegada de los chicos que estudiaban fuera del pueblo y venían a pasar las fiestas con sus familias. El propio día de navidad se iba también a misa y las famiias cenaban reunidas sus hallacas, ensalada, carato de maíz y dulce de lechoza. Después de las 12:00, "la sociedad" constituida por las familias pudientes se iban al baile que tradicionalmente daba la prefectura. La señora Margot, recuerda que la gente del pueblo, llenaba las ventanas para ver el baile al que no tenían acceso.
Las "orejitas" eran arepitas dulces amasadas con queso que al freirse se inflaban y con un tenedor se les hacía un rasgado en forma de coma que formaba la orejita. La Melcocha, es un dulce criollo a base de papelón, que tiene la característica de ser muy elástico.
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