El día 10 de febrero de 1981 amaneció el agua del río Arauca de un color verde, lo cual quiere decir que ese día empezó su agonía, porque esa es una de las características de las aguas estancadas; e indica que no está lejano el día en que dejará de correr, en que se trozará en charcos como dicen por aquí. Eso es un mal irreversible. No hay duda que el nivel del agua subirá y bajará muchas veces hasta julio y agosto que ya estaremos en pleno invierno y ya no bajará mas hasta las salidas de aguas en noviembre.
Llovió desde el 19 de febrero de un modo intermitente hasta el 4 de marzo y el río acusó el influjo del agua de las lluvias. El nivel del agua, sucia, cenagosa y de color oscuro, subió hasta casi desbordarse sobre las orillas, llenando igualmente los caños laterales que de él salen y en él desaguan luego. Como su cauce se ha perdido por la sedimentación, inunda las sabanas adyacentes y este año en que el invierno fue muy largo, hubo inundación, y en este hato perecieron alrededor de 600 equinos, atacados por encefalitis y la tripasonomiasis, no obstante haber sido vacunados. Los equinos son muy sensibles a la inundación, no así el ganado vacuno que si duerme en terreno seco, puede pastar sin ningún peligro en terreno inundado todo el día.
La inundación sirve de vehículo a las semillas de la borrachita, una planta rastrera, venenosa que ocasiona la muerte de reses en las sabanas inundables. En la cuadra cercana al río de la avenida Ruiz Pineda, en San Fernando de Apure, hemos visto matas de borrachita.
Siempre habrá inundaciones.
En las sabanas en las que el agua deja de correr, ésta se pone negra por falta de oxígeno y los peces mueren asfixiados.
Quien haya remontado nuestros ríos mayores en pleno invierno en que las sabanas están inundadas, habrá visto peces de todo tipo bajar muertos arrastrados hasta el río desde las sabanas de aguas estancadas.
Varios factores han coadyuvado para que esto suceda. Los principales son la apertura del Caño Bayonero en la margen colombiana del rio Arauca, que se lleva buena parte del agua de este río a los ríos Hele y Lipa, y de allí al río Meta, todos en territorio colombiano.
Pensar en dragar el río, es una ilusión. Seria mas práctico construir un canal en territorio venezolano, que tome parte del agua que fue anteriormente toda nuestra, más acá de las cabeceras del río y las vierta nuevamente en él, aguas debajo de la Boca del Bayonero, sin mayor perjuicio para éste. Así se le devolvería al Rio Arauca parte de su anterior viva corriente y se detendría un poco, quizás, el proceso de sedimentación de las arenas.
El otro factor que ha ayudado en forma decisiva a acabar con el río Arauca ha sido la destrucción de los millares de caimanes que en él vivían y se reproducían, así como de toda manifestación de fauna acuática. En el río ya no queda nada. Hasta las toninas las han diezmado. Alguien lanzó la especie de que la manteca de tonina cura el asma y los asmáticos en su desesperación, pagan sesenta bolívares por una botella de aceite de tonina y este hermoso cetáceo está en vías de desaparecer.
Los caimanes son dragadores naturales que vivían continuamente removiendo el lecho del río con el fin de hacerse un sitio cómodo para guarecerse de la corriente y librarse de sus enemigos naturales; como también para gozar de un ambiente de agua fresca. Los sedimentos arenosos removidos por ellos, fueron finalmente a parar a las Bocas de Orinoco y las obstruyeron. Como todos sabemos fue necesario dragarlas. Es probable que ya no haya que hacerlo otra vez porque ya no hay caimanes que remuevan el fondo del río y hagan que la arena viaje con el agua hasta las bocas del Orinoco.
El agua del río antes era clara y buena para consumirla. Como su corriente era muy rápida, se aireaba continuamente y arrastraba todos los detritus. Hoy está contaminada. Los pescadores dejan las cabezas y los restos de los peces que benefician sobre las playas. Luego vienen zamuros a comer y defecan entre los despojos dejados allí, y cuando el río crece de nuevo, cosa que sucede a menudo, todas estas inmundicias son arrastradas al agua. La gente pobre que vive a orillas del río y consume esa agua contaminada necesariamente sufre las consecuencias.
Y nadie piensa en evitar eso ni en aplicar ninguna forma de veda. Es cosa sabida que los peces, en una época determinada del año, remontan la corriente de los ríos para ir a desovar en las cabeceras. Para proteger ese proceso de reproducción fue creada la veda.
“Cuando el río era todo nuestro, su corriente era muy fuerte y formaba a menudo lo que la gente llamaba “chorros”. Los producía una curva pronunciada del río, algún árbol caido en la orilla o algún saliente del barranco mismo.
En frente de esta hato La Trinidad de Arauca existe una isla y como la parte correspondiente al hato era en principio una zanja que luego se fue profundizando y ampliando, los barcos de chapaleta o sea con una rueda propulsora trasera, con varios planos para impulsar el barco, remontaban por la parte mas ancha del río, y la corriente a menudo los devolvía un buen trecho y tenian que probar de nuevo para vencerla. Así llegaban hasta El Viento, hoy Elorza”
“Hoy el río puede ser vadeado a pié y a caballo por muchos lugares, y la gabarra que sirve al tráfico de pasajeros y vehículos hacia y desde Elorza, se ha estado varando ultimamente en pleno mes de febrero.
El río Arauca es hoy, practícamente una cloaca.
En nuestros potreros de engorde a orillas del río nos quedaban grupos dispersos de chigüires, restos de la magnífica riqueza de esos animanles que tuvo el hatro recientemente. Ya de ellos no queda ninguno y de paso nos han incendiado los potreros de engorde.
En 1962, año en que filmamos la película Séptimo Paralelo, según opinión autorizada lo mejor en ese ramo quese ha hecho en Venezuela, recogimos a caballo en una sola laguna del hato mas de trescientos de estos animales y los pasamos delante de las cámaras de filmación con un efecto inolvidable.
Entonces pastaban en este hato no menos de diez mil chigüires, muchos de ellos reproducidos por nosotros en granjas.
Toda esa riqueza ha sido robada por cazadores furtivos
En los pueblos ribereños arrojan al agua a millares de latas de cerveza vacías y toda suerte de desechos. Cuando crece el río arrastra todas esas cosas que luego se van al fondo y crean pequeños promontorios de arena que a su vez se convierten en playas que van anulando su cauce.
Igual proceso ocurre en el río Apure que ya ha perdido mucho de su cauce y ocasiona inundaciones todos los años.
La suerte de la ganadería del estado Apure y de toda Venezuela está ligada a este proceso de destrucción de nuestros ríos.
“El río Arauca fue como pocos de nuestro rios de una belleza incomparable. Lo inmortalizó la bella melodía “Alma Llanera” nuestro segundo himno nacional. Hoy es un rio sucio y feo y los factores que lo destruyen son una fuerza difícil de combatir"
Tomado de Maria del Llano, José Natalio Estrada
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