Y para acompañar la entrada de Viento de Huracán, este poema donde el poeta Sánchez Olivo rechaza la influencia de lo ajeno:
Soy hijo del llano adentro,
ignoro hasta deletreá
como llanero ordinario
es que yo sé conversá.
Perdóneme que me atreva
en versos a relatá
este asunto, que no es cuento
sino la pura verdá:
pero es que si no lo digo
me viene una enfermedá:
me pica tanto en la lengua
que ya la tengo pelá.
Me tiene el cuerpo maluco
cierta gente de ciudá
de esa que llaman poray
gente muy civilizá,
pues entre esa gente hay hombres
que yo no puedo pasá
parecen - vistos al rompe-
mujeres encalzonás:
Los zapatos con tacones
de formita acubaná,
las cejas arreglaítas
así.... como dibujás:
a fuerza e crema y cuidao
la cara muy delicá,
cuando se van a reí
ponen la boca sesgá
y medio apagan un ojo
de una manera endulzá.
Cargan una melenita
con copetico y ondeá,
recogía con vaselina
hacia la parte de atrás
y con gran delicadeza
se la suelen manoseá
cuidando de que ni un rizo
se les vaya a alborotá.
Lo peor del caso es que el mal
no es de jóvenes na más
Hay unos señores viejos,
quehasta nietos tendrán ya,
quecon la mayor frescura
sin importarles la edá,
se ponen unas camisas
de cuadrotes y ramiás,
lo mismo que un camisón
de cotora enamorá
Si eso es civilización,
si eso llaman avanzá
prefiero las cosas mías
en mi llanura atrasá:
mi franela "cocodrilo"
mi pañuelo de Madrás
mi ruecacho de coleta
mis patas encotizás,
mi sombrero pelo e´guama
en mi pelo sin peiná,
mi chaparro en una mano
y mi cobija terciá,
y mi grito sin linderos
como voz de tempestá
cantando el "Seis por derecho"
al pié del arpa vená
con mi boca oliendo a ron
y a tabaco de mascá,
después de ganá la arepa
con mis dos manos honrás.
Valle de La Pascua
01-06-1958
No hay comentarios:
Publicar un comentario